Chicos lindos como tú
❝ A los chicos lindo como tú se les dan besitos ❞
Pareja:
Hanknow
Híbridos, soft & fluff
Pedido por: 12Melody12
...
Jisung: 8 años.
Minho: 6 años.
El pequeño castaño miraba por la ventana impaciente la llegada de su madre para poder salir al parque de una vez por todas. Moviendo sus orejitas y su colita de un lado a otro mientras el golpeteo de su pie contra el suelo llenaba el silencio que había.
Al apenas divisar a su madre cruzando el jardín frontal de la casa, bajó corriendo las escaleras para abrir la puerta, dejando a la castaña con las llaves en el aire y con una expresión sorprendida. Y se sorprendió aún más cuando el pequeño niño la tomó por los hombros dejando un beso como saludo en su mejilla y se dio a la fuga.
Aún no comprendía del todo el comportamiento de su cría, pues cuando le preguntó el por qué salía todos los días al parque apresurado le respondió con una gran sonrisa.
—¡Encontré un gatito muuuy lindo en el parque mami!
Cosa que la desconcertó un poco, pero no pudo quejarse al ver la gran sonrisa y el brillo en los ojos de su pequeño retoño.
El castañito corría con cuidado hasta el parque como su mami le había indicado para andar solo en la calle después de insistirle con que era un niño grande y los niños grandes podían salir solos.
Y la castaña confiaba en su hijo -agregando el hecho de que todos los vecinos tenían vigilado a su hijo por pedido de ella- así que podía estar calmada ante eso.
El castañito llegó a la entrada del parque jadeando pero sin perder la sonrisa que tenía su rostro, y a paso más calmado se dirigió donde sabía encontraría a su lindo gatito para jugar con él toda la tarde hasta que volviera a su casa y se encontraran de nuevo el día siguiente.
Apenas captó la cabellera negra de su gatito salió corriendo en su dirección tirándose a abrazarlo por detrás.
—¡Honney!
El nombrado se exaltó un poco causando que su colita y orejitas se erizaran del susto. Pero al sentir el conocido aroma del mayor pudo respirar con normalidad devolviéndole el abrazo mientras soltaba una pequeña risa.
—¡Hannie, me asustaste! —reclamó el pelinegro con un puchero adornando sus labios, causando una risita en el contrario.
—Es que te extrañé mucho Honnie —respondió dejando unas cuantas caricias en las orejitas del menor, escuchándolo ronronear de gusto.
—¡Pero si nos vimos ayer tontito!
—¡Fue mucho tiempo! —ahora el castañito era el que tenía un puchero en sus labios, que cambió a una sonrisa al volver a escuchar la risa de su gatito.
El pelinegro se acurrucó un poco más en el pecho del castañito, ronroneando con suavidad para después observarlo con una dulce sonrisa plantada en su rostro.
—Yo también te extrañé Hannie.
El susodicho esbozó una gran sonrisa ante las palabras soltadas por el menor. Después de un rato de acariciar las orejitas felpudas del pelinegro decidieron jugar, correteando por todo el parque entre risas y gritos.
El castañito había armado una pequeña corona de flores, dejándola cuidadosamente en la cabecita de su gatito, recibiendo un abrazo de este junto a una sonrisa.
—Es muy linda Hannie, gracias —murmuró con un pequeño sonrojo adornando su carita.
Después de eso, siguieron jugando por todo el parque, sumergidos en su pequeña burbuja de felicidad, la cual se vio afectada en cuanto el pelinegro tropezó, cayendo al piso golpeándose la rodilla. El castañito al no escuchar las risas de su gatito volteó en su busca confundido, encontrándolo sentado en el piso mientras soltaba pequeños sollozos sosteniendo su rodilla.
Con preocupación se acercó hasta él, observando que su rodilla sangraba un poco, elevando su preocupación. Tomando al pelinegro en sus brazos lo llevó hasta la banca más cercana, sentándolo en esta mientras los sollozos seguían saliendo de los labios del menor, sintiéndose algo triste por no saber qué hacer para que su gatito dejara de llorar.
Hasta que recordó las banditas de ositos que su madre le hacia cargar consigo por lo torpe que era algunas veces, arrodillándose en frente del pelinegro sacó de su bolsillo una bandita para después ponerla en la zona afectada, ganándose la atención del contrario que sólo soltaba pequeños hipidos producto del llanto.
Inclinándose un poco dejó un pequeño besito encima de la bandita, para después levantar su vista y regalarle una sonrisa al menor. El rostro de este estaba adornado de un tierno sonrojo, correspondiéndole tímidamente la sonrisa al castañito, olvidándose el porqué lloraba hace unos momentos atrás.
—¿Ya no te duele Honney? Mi mami dice que los besitos quitan el dolor —habló sentándose al lado del pelinegro llevando su mano hasta su cabello, dejando pequeñas caricias ahí.
—Ya no me duele Hannie, gracias —murmuró acercándose inconscientemente hacia la mano del castañito mientras ronroneaba con gusto.
El mayor sonrió enternecido por su acción, amaba con todo su pequeño corazón escuchar al pelinegro ronronear cada que le hacia mimos.
"Lindo"
Desplazando su mano de la cabellera negra del menor, la guió hasta su mejilla mientras que con su otra mano acunaba la mejilla contraria causando que el menor abriera sus ojitos observándole con curiosidad, el castañito le ofreció una sonrisa para después acercarse de apoco hasta dejar un casto beso en la boquita del pelinegro, quien abrió sus ojitos por la sorpresa sintiendo su rostro completamente caliente.
—Hannie... ¡Me diste un besito! —murmuró el menor con sorpresa llevando sus manitas hasta sus labios.
—Sip, ¿Sabes por qué te di un besito, Honney? —preguntó con una gran sonrisa.
El pelinegro negó aún sonrojado, causando que su flequillo se moviera de lado a lado, causándole mucha más ternura al mayor, quien sólo quería fundirlo en un gran abrazo y no dejarlo ir.
—Porque a los niños lindos como tú se les dan besitos, Honney —espetó con una risita.
Eso mismo le había dicho su mami, cuando le preguntó el porqué le daba tantos besitos. Y se emocionó al recordar a su lindo gatito, porque era muy muy lindo y eso significaba que podía darle los besitos que quisiera.
—¿Piensas que soy lindo, Hannie? —preguntó el menor agachando su cabecita más avergonzado que antes, mientras empezaba a jugar con las mangas de su hoodie.
—¡Eres muy muy lindo Honnie, claro que lo pienso!
Con timidez el pelinegro se acercó al mayor, dejando un pequeño y rápido beso en su mejilla, volviendo a su posición avergonzada mientras le sonreía un poco al contrario.
—Tú también eres muy lindo Hannie.
El castañito sentía sus mejillas calientes ¡Su lindo gatito le había dado un besito! La gran sonrisa que se había formado en su rostro era prueba de la felicidad que recorría en su pequeño ser, moviendo ligeramente sus orejitas mientras se abalanzaba hacia el pelinegro envolviéndolo en un fuerte abrazo.
Después de ese momento, la tarde siguió entre risas, juegos y unos que otros besitos hasta que la madre del pelinegro lo recogió para llevarlo a casa.
El castañito volvió a su hogar con una sonrisa que había permanecería por horas en su rostro, siendo recibido por su madre quien no podía dejar de estar curiosa por la felicidad tan pura que expresaba su retoño.
—Bien pequeña ardillita traviesa, a comer y después a dormir.
Ya en su habitación, el castañito se encontraba en su cama dispuesto a dormir, ansiando con emoción que llegara el mañana para ir a jugar con su lindo gatito.
...
Me quiero tirar de un puente🤠✌️🏻
Espero y les haya gustado este primer os, y en especial a la personita que lo pidió :(
Diganme que les dio un coma diabético con esto o lloro.
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