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── i wanna to break free

Christopher suspiró y ahogó los insultos por al menos doceava vez.

Había llegado quince minutos tarde al entrenamiento y el entrenador le había hecho correr quince minutos luego de este, y además, de juntar todo por su cuenta, así que al terminar sólo quería ducharse, ir a su casa a dormir y morirse de una vez.

Claro que ni el mundo ni sus amigos le iban a tener piedad, y ni bien entró a los vestuarios, Jisung y Jeongin se acercaron a él para rodear sus hombros en un abrazo y comenzar a molestarlo.

— ¡Oh, mira eso! — dijo el menor en tono de colegiala.

— Creo que a MotoMoto le gustas — dijo Jisung, y Christopher quiso morir aún más, sabiendo qué seguiría.

Minho salió de las duchas modelando sólo una toalla mientras Felix cantaba vítores y ruidos raros sin dejar de moverse igual de raro, y Changbin cantaba con la voz más grave que podía:

— ¡Me gustan grandes~! ¡Me gustan gordas~! ¡Me gustan grandes~! ¡Me gustan gordas~!

Christopher cubrió sus ojos con vergüenza, y escuchó a todos reír, al volver a ver, Minho estaba frente a él apretando sus mejillas mientras le hacia burla.

— Lo subiré a mí cuenta de Minchan— dijo Changbin, con una sonrisa amplia, mientras miraba su celular.

— No me digas que lo grabaron — dijo Christopher con vergüenza.

— Algo así debe ser inmortalizado — dijo Seungmin.

— Es cámara oculta — Hyunjin guiñó en dirección a Christopher, alzando su celular.

— ¡Esto es una joda para Showmatch! — gritó Felix en una voz demasiado aguda, aunque ninguno entendió a qué se refería.

— No me toquen— advirtió el mayor, haciendo que todos se alejaran un paso, suspiró con fastidio—. Me voy a bañar a mi casa, adiós — finalizó Christopher.

— Pero Chris~— Minho tomó su mano antes de que este se fuera muy lejos, le hizo pucheros— ¿Te molestó?

— Sólo tengo un día de mierda y quiero un poco de paz— dijo, miró a los otros cinco, que ya estaban en sus cosas—. Y tengo amigos muy considerados.

— Dale una mamada y se arregla— dijo Hyunjin, mirando a Minho.

— ¿Me esperas y voy contigo?— preguntó el castaño, ignorado al más alto de todos.

— No sé, quizás— dijo el pelinegro, encogiéndose de hombros, acomodó su mochila de entrenamiento en su hombro y se escapó del agarre de Minho para irse de una vez.

Al salir de los vestuarios e ir hasta el estacionamiento, Christopher seguía ahí, sentado en su moto, usando el celular, esperándolo con los cascos de ambos.

Minho sonrió al acercarse.

— Sabía que ibas a esperarme igual— dijo el menor, dejó un beso en su mejilla, haciendo que Christopher sonriera al menos un poco—. Mamá no está en casa hoy, se fue con sus amigas a un spa, ¿Quieres pasar el día conmigo?

— ¿Iba en serio lo de la mamada?

Minho se encogió de hombros.

— Por mí sí.

Christopher rió y el color subió a sus mejillas.

— Ahora estoy para un baño, comer algo y quizás luego.

— Me parece un buen plan— concordó el menor, tomó su casco y se acomodó detrás de Christopher para colocárselo.

Al llegar a casa, Minho pensaba en una fantasía rara en donde su novio lo iba a acorralar contra la pared en cuanto cerrara la puerta, para comenzar con besos calientes y luego follarlo ahí mismo, toda fantasía de un adolescente con la casa sola.

Pero claro que conocía muy bien a Christopher, y el pelinegro fue directamente a la heladera.

— ¿Me dejaste helado de la otra vez?

— Sip, tu favorito.

— ¿Donde? — prácticamente metió la cabeza adentro de la heladera para buscar, frunciendo el ceño.

— Aquí, para que lo chupes— Minho se agarró la entrepierna, parado a centímetros del rostro de Christopher, este lo empujó lejos y el menor rió.

— Idiota, yo quería helado.

— Tienes una paleta de banana, sólo que no está frio, está muy caliente— continuó burlándose Minho.

— Ah, ya cállate— el pelinegro cerró la heladera—. Mejor me voy a duchar... Huelo a muerto.

— Muerto está nuestra vida sexual.

— ¡Follamos el domingo!

— Mu~~cho tiempo desde el domingo.

— ¡Es martes!

— Por la boca me la entraste.

— ¡Minho!

— Eres en serio adorable cuando te entra el pánico y te pones rojo, ¿Sabes? — el castaño lo miró con una sonrisa boba.

— Me voy a bañar.

— ¿Puedo acompañarte? — preguntó Minho—. Te la puedo limpiar — lamió sus labios—. Ya sabes.

— Hazme un sándwich y me lo pienso— respondió Christopher, ya agotado de tantas propuestas sexuales y ninguna propuesta de hacerle algo de comer, le parecía una falta de respeto.

Al salir de la ducha una media hora después, tomó de la ropa que se había dejado en casa de Minho, colocándose unos pantalones oscuros y una remera amplia de color negro, se dejó la toalla sobre sus hombros y fue descalzo hasta la sala, escuchó un cascabel sonar y se volteó para ver a Soonie, el gatito que habían adoptado, correr hacia él con sus patitas cortas mientras maullaba.

— Hola, engendro de Satanás— dijo el pelinegro, tomando al gatito en brazos y cargándolo sobre su pecho.

— Te preparé waffles.

— Te amo.

Minho rió por la rapidez con la que Christopher había respondido.

— Creo que nunca me dijiste que me amabas con tanto sentimiento.

— Nunca me preparaste waffles— dijo Christopher con simpleza, se acercó a él para besarlo con cariño.

— ¿Y ahora me besas porque te hice waffles?

— Pues sí, que listo eres— dijo, lo nalgueó con una sonrisa en el rostro.

Comiendo waffles con un gato en su regazo, ya con el estómago lleno y ya limpio, Christopher volvía a estar de buen humor, y sonreía y bromeaba y hablaba casi a gritos con su novio, quién estaba feliz de hacerlo feliz de nuevo, de quitarle el malhumor una vez más y de verlo tan agradable como él realmente era, y así hasta cierto punto sólo lo miró con una sonrisa de suficiencia y muy boba en su rostro.

Una vez acabados los waffles, Christopher se limpió la boca y preguntó de forma casual:

— ¿Ahora sí se viene la mamada?

— Oh, ¿Ahora la quieres? — preguntó Minho con burla, a lo que el pelinegro asintió con una sonrisa aniñada—. Bien.

— Oh, si— Christopher llevó una mano a sus pantalones.

— ¡No te la voy a mamar en la cocina idiota! ¡Estás caliente pero ten decencia, por favor!

Christopher volvió a guardarla.


















ִֶָ ִֶָ ִֶָ ִֶָ ִֶָ ִֶָ ᓚᘏᗢ

Alguien me dijo que mi humor está muy roto y lo entiendo la verdad, siempre me río de chistes muy malos, pero en mi defensa son muy malos que dan risa.

Por si alguien no entendió el chiste es de la película "Madagascar 2" una escena dónde MotoMoto, un hipopótamo le gusta la hipotama protagonista de la peli (que me olvidé el nombre), porque es la "más gorda y grande" En realidad se usa como chiste de doble sentido.

Mi gato se perdió, estoy triste.

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