𝗳𝗥𝗶𝗲𝗡𝗗𝘀𝗵𝗜𝗣
Finalmente habían dado su último concierto en Japón, antes de seguir con la gira en otro continente. El concierto en el Tokyo Dome había sido fantástico, se habían divertido y sabia a ciencia cierta que todos dieron lo mejor para sus fans, así que se sentía sumamente feliz, cansado pero satisfecho.
Y esa había sido la razón principal por la que les otorgaron dos días de descanso, para hacer lo que desearan. O descansar si lo sentían muy necesario.
Él lo sentía. Por eso se había negado a la invitación que sus compañeros le habían ofrecido, con la excusa de no estar lo suficiente descansado para caminar o si quiera dar un paso fuera de la calefacción que el hotel propinaba. Aunque sus ganas por pasar el día con su mejor amigo le gritaban salir a correr tras él. Pero no. Ya no era el momento.
Sonrió mirando al techo blanco; recordando cientos de situaciones y anécdotas divertidas, tontas, felices e infelices, difíciles y cosas más sencillas, todos con la compañía de la personita que había estado a su lado desde hace años. Realmente amaba a Namjoon, amaba a todos los chicos, no había duda de ello, pero Namjoon era especial.
Le gustaban los días en que visitaban los estudios del otro, donde se ayudaban con las letras, la melodía o algun pensamiento que les estuviese carburando en la mente. Donde se sentaban en el sillón, hablando sin cesar y el menor (como siempre gustaba hacer) pasaba sus largas piernas por encima de los muslos de Yoongi, y él no podía quejarse, el tacto que se regalaban, donde podía pasar sus palidas manos por la suave piel dorada del menor y sentirla cálida en las yemas de sus dedos.
Y no podía olvidar las veces que Namjoon llegaba a su Genius Lab con una botella de soju y una bolsa de gomitas de oso. Le gustaba cuando su amigo bebía lo suficiente para olvidarse de esa fina linea entre amor de buenos e increíbles amigos y amor de algo más que amigos, hasta el punto de que, hayan compartido uno y más besos a lo largo de esas irremplazables noches.
Pasó una mano por su cabello, y luego por su rostro, hasta que sus dedos perfilaban sus finos labios, recordando la ultima vez que eso paso. Dos años.
Era entonces que, llegaba esa parte de la historia en la que perdías algo, perdías ese privilegio que no sabias que tenias.
Una vez, Namjoon le había contado, con toda la confianza que guardaba en Yoongi, que gustaba de uno de sus compañeros de grupo. Min se había encontrado orando porque su nombre se deslizara por los rosados labios de su mejor amigo. Sin embargo, ahi estuvo ese: «Me gusta Hobi, hyung. C-creo que también puedo llegar a gustarle», recordaba muy bien ese día, y la rotunda y cruel respuesta que él había dado «No, Joonie, sabes bien que Hoseok se la lleva demasiado bien con Tae, no dudaría en creer que ellos estan saliendo y no nos han contado aun». Los ojos de Kim se anegaron en lágrimas, y asintiendo dio un nuevo trago de soju desde la boquilla de la botella.
«Tienes razón.» Le había dicho Nam.
Cuán equivocado estaba. Un mes después, justo el 13 de noviembre, Hoseok habia dado el siguiente paso, un beso y la propuesta de algo más, que hace mucho quería salir de los labios de Min hacia la misma persona. Muchas veces había dudado de esa pureza de su buen amigo, Hoseok siempre había sido un buen dongsaeng, le apoyaba y le enseñaba miles de cosas, pero realmente no entendia porque, aun sabiendo que esa era la fecha que Joon y él compartían, había elegido ese día como el aniversario de su noviazgo.
Solía pasar ese día con Namjoon. Jugando cartas, componiendo algo en el estudio, caminando algún lugar en la ciudad, o solo acostados en la habitación de cualquiera de ambos, con caricias de por medio y habladuría eterna. Pero, los últimos dos aniversarios habían estado lejos. Muy lejos. O simplemente en brazos de otros. Otro.
La notificación de su celular le sacó de sus recuerdos, lo tomó de su pecho. Era un mensaje. Tenia unos cuantos más pero el que recién había recibido era el que más deseaba contestar, y eso hizo.
Joonie
[Foto]
¿Deseas algo de comer, hyung?
Sonrió al ver la fotografía. Namjoon era alto, todo un grandulón, pero las abultadas mejillas junto a aquella sonrisa de millones solo le recordaba al chico que debía cuidar cada día, de lo pequeño y descuidado que podía llegar a ser. Respondió rápido, sus uñas sonaban a cada toque en la pantalla.
Joonie
[Foto]
Y estaba tentado a guardar esa foto, y quizás, solo quizás, acomodarla como su fondo de pantalla, pero eso podía llegar a ser obsesivo, y evidente en todos los términos posibles y por ver, así que se negó a esos instintos que salían a flote por su Namjoon. En cambio respondió fingiendo desinterés.
«
Vas a dañar mi pantalla si sigues
enviándome tus fotos, Joon-ah
Namjoon no contraatacó. Y él se dispuso a hacer lo que había planeado el día anterior al llegar agotado del estadio. Pero la puerta fue tocada diez minutos después, y abierta un segundo luego, la silueta de su amado secreto abrazó la habitación y el aura fría y demasiado tranquila cambio de forma drástica, en cambio, unos suaves brillos anaranjados, amarillos y blancos resplandecieron alrededor de la figura de Namjoon, tan hermoso como cada día.
No creía amarlo tanto.
—Quiero golpearte, hyung.
Una sonrisa se asomó en sus labios.
—Un hola había estado muy bien para comenzar, ¿eh?
—¡Recordaba que hoy es nuestro día y no me lo dijo! ¡Eres terrible!
Yoongi se incorporó, sentándose y recargando su espalda en la cabecera de la gran cama. Encogió sus hombros.
—Tú y Hoseok cumplen tres años, supuse que era mejor dejarlo estar...
—¡Y nosotros ocho años! ¡Mal, Min Yoongi, mal! —recriminó, saltando sobre el mayor en la cama y rodeando la delgada cintura entre sus largos brazos. Su mejilla descansaba sobre el muslo cubierto por el pantalón de chándal. Yoongi se obligó a moverlo de esa posición, demasiado asustado de que su entrepierna se crispara un poco al ver los rosados labios de su amigo, lo suficiente cerca para besarle—. ¿Por qué me quitas? —cuestionó con un profundo mohín, tumbándose al lado del pálido al verse echado de la anterior posición.
Decencia quiso responder.
—¿Por qué estás aquí? ¿No deberías estar con Hoseok?
Namjoon negó.
—Quiero ver películas, ¿quieres?
Contigo todo, pasó por su mente. No lo dijo, claramente.
—No me apetece mucho, pero esta bien.
Namjoon se levantó rápido, tomando el teléfono sobre la mesa de noche, llamando al servicio al cuarto. Una sonrisa fue lanzada a Yoongi y si no fuera por la poca iluminación de la habitación, el menor hubiese descubierto lo nervioso y avergonzado que se sentía ante esas muestras, que por mucho que quisiera evitar pensarlo, deseaba que fueran en una simple forma de coqueteo.
[...]
Una hora había pasado. Ambos estaban acostados, Namjoon tenia su cabeza apoyada en el pecho de Min, con sus piernas enredadas y una de sus manos entrelazadas. Yoongi podía detallarlo bien mientras el menor dormía, como su nariz pequeña se movía de vez en cuando, o como sus hinchados labios soltaban suaves ronquidos que pese a todo, ya no le molestaban en lo absoluto. Acercó su rostro al contrario, y dejó un tímido beso en los belfos entreabiertos.
Suspiró. Lo quería tanto.
La puerta se abrió, y sabia de quien se trataba. Vaciló un segundo, pensando en si fingir que dormía o solo estar ahí sin inmutarse. Hoseok se acercó a la cama.
—¿Yoongi hyung...?
—¿Qué? —susurró.
—¿Está dormido, verdad?
—¿Tú qué crees?
Hoseok emitió un sonidito disconforme, y Yoongi rogó porque se largara de su habitación de una vez y le diera por fin un poco más de tiempo con el menor de ellos. Cerró sus ojos.
El peso a un lado de la cama, hizo crujir el colchón.
—Lo llevaré a nuestra habitación a descansar.
—Puedo llevarlo en la mañana.
El pelinegro río quedo.
—Ni lo sueñes —siseó. Hoseok pasó sus brazos por debajo de las rodillas del castaño, y bajo la nuca también, jadeando aunque no le hubiese cargado aun.
—Vamos, he dicho que lo-
—No pienso dejarlo contigo aquí, hyung, ¿crees que no sé tus intensiones, lo que quieres y sientes por él?
—Dios, no voy a intentar nada -aseguró, aunque mentía—. Dejalo dormir.
—No.
Hoseok lo jaló, solo un poco. Pero Namjoon gruñó, jadeo y se alejó del agarre no deseado, apabullandose en el calor que Yoongi le daba, intentando encontrar su espacio entre los brazos de Min, evitando soltar cualquier contacto que mantuviera con su mayor.
—Vamos, Joonie. A nuestra habitación —insistió.
—Ve, yo lo cuidare.
Hoseok se levantó de la cama, su cabeza moviéndose ligeramente hacia un lado en completo enojo. Respiró profundamente, y apretó y aflojó sus puños. No deseaba de ningún manera existente que su hyung se quedase con su novio, no estaba listo para dejar ir a Namjoon todavía. Lo amaba, y, dejarle solo con Yoongi sabiendo que, él, había llegado primero y que, la amistad prevalecía para Kim, le asustaba. Todo estaba mal.
—Si llegás a tocarlo, hyung...
Lo estoy tocando, Hoseok.
El pelinegro se dio la vuelta y caminó hasta la puerta, abriendola y cerrándola tras él.
Todo estaba bien para Yoongi ahora. Con la acompasada respiración de Namjoon acariciando su cuello, y el calor que sus cuerpos se proporcionaban.
—Felices ocho años, hyung... —musitó Nam.
—Muy felices, Joonie...
—Te amo.
Y había ganado. De nuevo ganaba.
—Tambien te amo, mi Joonie.
[...]
Le cambie un montón porque no recordaba bien como iba la cosa, así que así salió, no se como va a salir el especial que hice antes, pero ya tengo el especial que haré para este siguiente aniversario de nueve años de amistad, ¡asi que, esperenlo! Espero, realmente espero, no estarles decepcionando, me jode no poder recordar como quisiese estas historias, además de que, esta fue una de las "primeras" que escribe y subí.
¡Gracias por leer! 💜😭
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