𝗢𝟮𝗢
Una vez se aseguraron de que el embarazo de Christopher se encontraba en perfectas condiciones, Changbin fue a casa con él, prometiéndole a Chaeryeong que no habrían problemas de alcohol de por medio, Chae confiaba en él, después de todo sabía que si Bang Chan estaba ahí Changbin no iba a recurrir a la bebida.
Y una vez llegaron a casa, el mayor no dudó en ofrecerle su habitación a Christopher, debía estar cómodo debido a su embarazo, y aún si no estuviera embarazado, Changbin siempre le daría prioridad.
Estaba a punto de salir de su habitación para que Christopher pudiese dormir tranquilo pero cuando éste lo detuvo y le pidió dormir a su lado, Changbin no sabía si aceptar, tenía miedo de lastimarlo en la noche ya que solía moverse mucho mientras dormía, sin embargo, Christopher le insistió tanto que Changbin no pudo negarse, así que entró a su lado quedándose completamente quieto y rígido para evitar incomodar al contrario.
No iba a dormir, debía velar por el embarazo de Christopher para evitar herirlo por la noche, así que solamente se había quedado mirando al techo sin mover su cuerpo un solo centímetro.
—No seas exagerado —Christopher soltó una risita abrazando uno de los brazos de Changbin.
—No quiero lastimarte mientras duermo —Changbin respondió relajando un poco su cuerpo al sentir el abrazo de Christopher.
—No lo harás, tranquilo —Christopher entrelazó sus piernas como pudo.
Estaba intentando abrazar a Changbin a pesar de tener que dormir con la espalda totalmente pegada a la cama a causa de su embarazo.
Las luces estaban apagadas y las cortinas cerradas, pero un rayito de la luz lunar se filtraba por una de las cortinas dejando a Changbin apreciar el cuerpo de Christopher a su lado, sin duda Christopher lucía muy bonito con esa pancita de embarazo, era algo tierno para Changbin imaginar que él fuera su esposo y ese bebé suyo, no tenía idea de que pasaría ahora con su relación, porque para empezar no tenían una relación más allá de la amistad, él amaba a Christopher, pero Christopher por alguna razón continuaba protegiendo a su esposa cuando ésta no lo merecía.
Changbin acarició el vientre de Christopher, fue lo único que pudo calmar todas sus preocupaciones, y dando caricias a la pancita del menor terminó durmiendo sin siquiera darse cuenta.
A la mañana siguiente, Changbin despertó primero, así que decidió pedir un desayuno a domicilio para su compañero que se hospedaba en casa. Fue una rutina algo diferente, estar toda la mañana en casa ocupado en cuidar de Christopher sin duda fue una agradable experiencia, no se sentía como una carga, era algo que le gustaba hacer y le mantenía activo. El australiano realmente tenía antojos muy extraños, pero para Changbin fue un placer cumplir con cada una de sus peticiones, verlo feliz simplemente no tenía precio y daría lo que fuera por siempre tenerlo a su lado de esa manera.
Sin embargo, tuvo que despedirse de él al tener que ir a trabajar por la tarde, odiaba la idea de dejarlo solo, pero debía hacerlo, al menos tenía la certeza de que Christopher estaría bien en su casa y nadie le haría daño.
Sana por su parte había faltado al trabajo la mañana siguiente del altercado con Changbin, había pasado mal aquella noche, pues su cuerpo dolía bastante y ni hablar de su rostro, pero aquello no fue suficiente para arrepentirse de todo lo que le había hecho a Christopher, quería devolverle lo que Changbin había hecho con ella, sin embargo no tenía ni la menor idea de dónde se encontraba él ahora mismo y aquello la enfurecía mucho más, despertó a altas horas de la tarde, cuando su turno laboral ya había terminado, entonces recordó que Soobin debería estar en casa a esas horas por lo que decidió ir allí.
Tomó las llaves de su auto y salió de casa pensando en una excusa creíble para explicar los golpes de su rostro, porque después de todo, Soobin no sabía que ella era una mujer casada.
Al llegar a su destino, tocó el timbre de la casa, porque a pesar de llevar mucho tiempo juntos, Soobin se seguía negando a darle una copia de las llaves.
Pasaron unos cuantos minutos para que este finalmente le abriera la puerta, su cabello estaba revuelto y vestía una camisa varias tallas más grandes que la suya, parecía como si recién se levantara cuando se suponía que estaba casi regresando del trabajo.
—¿Qué haces aquí? —el menor preguntó algo sorprendido.
—Solo quise visitar —Sana entró a su casa sin siquiera pedir permiso dejando sus zapatos en la entrada.
Soobin volteó los ojos, odiaba que la contraria se portara irrespetuoso.
—Debiste avisar y... —Soobin se detuvo asustado al notar los golpes en el rostro de Sana cuando se quitó el cubrebocas y los lentes que llevaba—. Pero, ¿qué carajos te pasó en la cara?
—No fue nada, solo una tonta pelea en un bar —ella mintió.
—Pues parece que ibas perdiendo —el chico se burló, sin embargo, detuvo su risa al ver el rostro totalmente serio de la mujer—. Ay ya, no seas amargada —empujó su hombro suavemente.
—Yo... Quería saber si puedo quedarme aquí por los próximos días —Soobin frunció el ceño.
—¿Te da miedo quedarte solo después de esa pelea? —él definitivamente quería negarse.
—No digas tonterías, solo creo que sería divertido pasar unos días juntos —la mayor intentó convencerlo, acercándose para tomarlo por la cintura.
—¿No te fue suficiente con la cachetada que te di hace un tiempo? Ya te dije que no me toques de esa forma —Soobin se soltó bruscamente.
—¡Pero tu eres mío!
—¿Y con esa actitud quieres que te deje quedarte?
—Bueno ya, me calmo.
—Bien, solo serán un par de días, no te quedarás más de una semana —él advirtió yendo a su habitación—. Espera aquí un momento.
Y dicho esto, Soobin casi corrió a su habitación para advertirle a su novio que debía irse.
—¿Quién era? —el chico en su habitación preguntó.
—Es Sana, debes irte —Soobin advirtió tomando la ropa de su novio para entregársela.
—¿Bromeas? Estábamos pasando un buen rato —el contrario comenzó a vestirse.
—Lo sé, Beomgyu, pero tendremos que continuar en otro momento —Soobin comenzó a empujarlo hacia la ventana.
—Mierda —Beom salió como pudo de ahí y regresó a casa algo frustrado.
Era tedioso tener que esconder su relación de esa manera, pero sabía que era por el bien de su novio, puesto que si sus padres se enteraban de su orientación real lo desheredarían.
Solo debía ser paciente y en poco tiempo podrían hacer pública su relación.
De vuelta a casa de Changbin, esta aún no regresaba del trabajo, Christopher por su parte había encontrado un par de cosas para comer por ahí y así calmar un poco sus locos antojos, sin embargo, no dejaba de pensar en cómo le diría a Changbin que ese bebé que llevaba en el vientre era suyo, temía que la hospitalidad y atención de Changbin hacia él desapareciera por eso, porque él mismo le había dicho que no iba a embarazarse desde el día que hicieron el amor y ahora tenía un bebé dentro, todo se había salido de control y eso asustaba a Christopher, él temía que la historia se repitiera y aquella persona en la que alguna vez confió y creyó su lugar seguro comenzara a maltratarlo, definitivamente él no podría soportar algo así nuevamente.
Pero Changbin no era Sana, el corazón de Christopher sabía que él era diferente, pero su mente aún tenía miedo de volver a confiar por completo en una persona.
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