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𝗢𝗢𝟲

Changbin estaba en shock, no entendía por qué el rostro de Christopher lucía así, marcas de cachetadas y moretones en sus ojos no pasaban desapercibidos, era innegable que el menor tenía unos hermosos y tiernos ojitos, pero sin duda lucirían aún mejor si esas marcas de agresión que tenía.

—Changbin, suéltame —pidió el menor intentando cubrirse la cara.

Pero, Changbin inmovilizó sus manos con una de las suyas y con la otra la tomó del mentón para analizar aquellas heridas.

—¡Changbin! ¡Basta, te dije que me sueltes! —intentó safarse del coreano.

—Christopher, ¿quién te hizo eso? —Changbin preguntó totalmente serio, aún sin soltarlo.

—No te importa, solo déjame —volvió pidió el rubio al borde del llanto.

—¿Fue ella? —un sollozo fue la única respuesta que recibió—. Christopher, ¿tu esposa te hizo esto?

—¡¿Por qué la acusas de algo así?! Eso no te incumbe —Christopher gritó llorando aún con las manos aprisionadas.

—¡La acuso porque no convives con nadie más que él aparte de mí, lo sé porque estuviste disponible para mí cada maldita mañana de lunes a viernes, y por las tardes y el fin de semana ella fue la única que estuvo contigo, además yo no te lastimé, jamás lo haría, entonces nadie más que ella pudo haberlo hecho! —Changbin levantó la voz.

Y Christopher dejó de hacer cualquier tipo de esfuerzo por soltarse, simplemente apoyó su cabeza contra el pecho de Changbin y comenzó a llorar.

Entonces, Changbin lo soltó, comenzando a abrazarlo. Acarició suavemente su cabello y espalda aún sin poder sacarse de la mente las imágenes de las heridas de Christopher.

Estuvieron un rato así hasta que el menor dejó de llorar y justo cuando Changbin creyó que el contrario se había dormido, Chris habló.

—Solo no te metas en mi matrimonio, por favor —pidió con un susurro.

Changbin no quería hacer eso, él si que quería meterse en su matrimonio, quería ir a la casa de Christopher a buscar a esa infeliz y partirle la cara, quería lastimarla diez veces más de lo que había lastimado a Christopher, quería herirla, mandarla al hospital, quería...

—No lo haré, tranquilo —quería demasiadas cosas, pero solamente se limitó a asentir y seguir la petición de Christopher—. Solo no me pidas que me aleje.

Y Christopher asintió, parecía un buen trato: seguir las cosas normales, solamente que ahora tenía miedo de que Changbin no lo tratara igual, lo último que quería era dar pena, después de todo Changbin era su amigo por decisión propia, no quería que Changbin se quedara a su lado solo por lástima, si tan solo pudiera regresar unos minutos en el tiempo para no revelar sus heridas, si tan solo no fuera tan tonto, se odiaba ahora mismo por eso, no quería complicar las cosas y menos cuando todo parecía ir tan bien.

Entonces, el rubio se levantó, necesitaba tiempo a solas para pensar, ahora una persona más aparte de él y su esposo sabía sobre el maltrato que recibía en casa.

Creyó que se iría fácil, pero no se esperó que Changbin le tomara del mano y no lo dejara seguir caminando.

—No te vayas —Changbin pidió mirándolo a los ojos—. Por favor.

—Changbin...

—Al menos déjame curar tus heridas antes y si después quieres irte lo aceptaré —Seo habló con ambas manos sosteniendo la muñeca de Christopher.

Entonces a el australiano no le quedó otra opción más que asentir sintiendo como Changbin tiraba de su mano para llevarlo hasta su habitación.

Una vez llegaron a la habitación, Changbin entró al baño en busca de un botiquín de primeros auxilios mientras que Christopher se sentó en la cama, si bien las heridas en Christopher no eran recientes, al menos podría aplicarle una crema que ayudara a desvanecer las marcas de violencia en el menor.

Al regresar, encontró a el australiano mirando a su alrededor aún sentada en la cama, Christopher recordaba que Changbin solamente llevaba 4 semanas en Australia y sin embargo toda su casa realmente lucía muy bien amueblada. ¿Cuánto dinero tenía ese hombre para vivir así?

Changbin por su parte se acercó hasta donde estaba el nativo para agacharse un poco y comenzar a frotar algo de crema en sus hematomas.

Estaban en silencio mientras Changbin acariciaba, con sus dedos llenos de cema, los hematomas del menor, estaba concentrado, frotando con delicadeza cuando Christopher rompió el silencio.

—¿Por qué compraste un piano que jamás tocaras? Digo, los pianos no son nada baratos —él fue directo, realmente tenía dudas acerca de eso.

Changbin rió.

—La sala era demasiado grande, hacía falta una decoración —Christopher continuó mirándolo—. Además lo conseguí a un buen precio, la escuela en donde trabajo quería deshacerse de él.

—¿Eres maestro? —el australiano preguntó interesado.

—Algo así, soy más bien un coreógrafo.

—¿Y por qué viniste a trabajar hasta aquí?

—¿A donde tan preguntón? —Changbin bromeó bajando su mano a la próxima herida en el pómulo de Christopher.

—Lo siento —se disculpó el menor bajando la cabeza.

—Solo bromeo —el coreano aclaró levantando el mentón de Christopher con su otra mano para poder seguir esparciendo crema—. Cuando estaba en Corea gané algunos premios en competencias de baile, entonces recibí una propuesta de trabajo de la escuela de artes múltiples VCA, ¿Has oído hablar de él?

—¿La gran academia universitaria de Bellas Artes y Música? —Christopher estaba realmente sorprendido. Changbin soltó una leve risita.

—Sí, algunos bailarines famosos suelen estudiar ahí.

—Oh, por Dios, debes ser un muy buen bailarín entonces.

—Solo lo intento —Changbin respondió con modestia para bajar su mano hasta la siguiente herida de Christopher. La ruptura en su labio.

El menor no podía hablar, Changbin necesitaba curar su boca y además, él no encontraba nada que decir al estar tan concentrado en las caricias que Changbin le otorgaba en los labios.

Desafortunadamente ambas dieron un sobresalto al escuchar la alarma de Christopher informar que era hora de separarse.

—Gracias por todo, pero ahora debo irme —Christopher informó levantándose del cama.

—¿Volverías mañana? —Changbin preguntó con ojitos de cachorro—. Yo... quiero escucharte tocar el piano.

Christopher lo pensó un poco, él realmente quería volver... Entonces asintió, necesitaba sentir de nuevo esa cálida sensación de la cercanía de Changbin.

Quería que la semana transcurriera así, tal como lo había sido la semana anterior, porque gracias a Changbin, el infierno que vivía con su mujer ya no era tan espantoso, a pesar de esas tardes de dolor él tenía la esperanza de poder refugiarse en Changbin al siguiente día. Eso lo mantenía un poco tranquilo.

Y aunque Changbin no quería dejarlo regresar a casa con ese monstruo que vivía con él, no tuvo más remedio que verlo partir.

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