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𝗢𝗢𝟭

Después de los acontecimientos del día anterior, Christopher se encontraba en el supermercado comprando algunas cosas que en su casa hacían falta, escondía las heridas de su rostro que su esposa le había causado, bajo un cubrebocas y un par de gafas oscuras.

Con pocos ánimos, el australiano se dirigió a la caja para pagar por lo que se llevaría y finalmente salió para regresar a casa y preparar algo de comida para su esposa si es que no quería enojarla cuando esta llegara del trabajo. Había aprovechado su salida para comprar los ingredientes necesarios para cocinar la comida favorita de Sana con el propósito de que este no siguiera molesta con él por haberle fallado nuevamente al no haber podido darle un hijo.

Caminaba tranquilamente a casa pasando por un parque cercano a esta cuando accidentalmente alguien la derribó mientras corría, tirando al piso junto con él todos los ingredientes que había comprado para la comida de su esposa.

—¡Oh, dios mío, lo siento tanto! —La persona con la que se había estrellado se disculpó agachándose para ayudar a Christopher a levantarse.

—Está bien —Christopher le restó importancia mientras miraba las verduras que le servirían para aquel almuerzo tiradas en el piso.

—No lo está, tiré tu comida —El extraño chico de ropa deportiva aseguraba mirando las cosas en el piso.

—En serio, no tienes que preocuparte, los accidentes pasan —Christopher insistió dándose media vuelta con la intención de volver al supermercado y comprar de nuevo los ingredientes.

—Por favor, déjame comprarte de nuevo lo que te tiré —El contrario insistió comenzando a seguir a Christopher.

—Bueno —Christopher asintió sin ánimos, gracias al estado tan deplorable en el que se encontraba el australiano, no tenía ganas de discutir para hacerle entender al contrario que no estaba enojado.

Ambas caminaron hasta llegar al supermercado con Christopher guiando al extraño hasta el lugar en donde se encontraban los ingredientes que necesitaba, y en silencio los tomó.

—Déjame ayudarte —El contrario se ofreció al ver a Christopher intentar alcanzar una bolsa de fideos de un estante.

Y Christopher hizo una pequeña reverencia para agradecer sin el menor ánimo por hablar.

El contrario lo entendía, pues creía que estaba enojado con él por haberla tirado y con eso su comida mientras corría para ejercitarse.

—Changbin —Se presentó el chico con ropa deportiva—. Me llamo Seo Changbin y lamento lo que pasó.

Christopher asintió.

—¿Cuál es tu nombre? —Changbin preguntó al ver la forma tan desinteresada en la que el
menor se portaba.

—Christopher.

Changbin asintió ante aquél cortante respuesta.

—¿Tienes apellido? —Insistió siguiéndole por los pasillos de comida. El menor asintió.
—Bueno, ¿y cuál es?

—Minatozaki —Volvió a responder cortante, no era para menos, él seguía triste por lo que había sucedido con su esposa.

—Lamento lo que pasó, no fue mi intención lastimarte o tirar tu comida, soy nuevo por aquí, estaba haciendo ejercicio y...

—Ya dije que está bien —Christopher lo interrumpió yendo a la caja para pagar por sus cosas.

Y Changbin bajó la cabeza, él aún se sentía culpable creyendo que el mal humor del contrario era su culpa.

—¿Efectivo o tarjeta? —La cajera preguntó cuando terminó de pasar por la caja las cosas de Christopher.

—Efectivo...

—Tarjeta —Changbin respondió al mismo tiempo que Christopher—. Tarjeta —Changbin insistió dando su tarjeta a la cajera—. Te dije que yo lo pagaría —Le recordó a Christopher notando como este asentía desanimamente.

Y cuando la cajera terminó de cobrar, Christopher salió del supermercado sin decir nada más, no tenía ganas de nada, su cuerpo dolía, además de su corazón, el maltrato que recibía lo había dejado así y él no podía hacer nada para olvidarlo tan fácil.

—Déjame ayudarte con eso —Changbin tomó las bolsas de supermercado de los brazos de Christopher.

Para el menor era algo irritante la presencia de aquel chico de acento marcado, sin embargo no tenía las fuerzas suficientes para discutir hasta que el contrario se fuera. Así que solamente continuó caminando a casa con Changbin tras él llevando sus compras.

Al llegar a casa, Chris abrió su puerta entrando hasta la cocina, por lo cual el extranjero lo siguió y dejó las compras en la mesa.

Changbin quería disculparse de nuevo, pero sabía que eso posiblemente enojaría más al contrario quien lo ignoraba mientras preparaba sus instrumentos de cocina.

—Ehm, creo que ya debo irme —Changbin rompió el incómodo silencio. Y Christopher solamente asintió comenzando a preparar el almuerzo.
El mayor, resignado salió de esa casa sintiéndose algo mal por la forma en la que fue tratado, en parte sabía que era su culpa por no mirar su camino y tirar las cosas de Christopher, pero no se esperaba un trato tan frío después de eso, casi acababa de mudarse ahí y no quería tener problemas con alguna vecina, pero por alguna razón el caos lo perseguía.

Al llegar a casa, el coreano continuó pensando en aquello, a decir verdad fue demasiado extraño el comportamiento del chico para él, demasiado grosero a decir verdad.
—¿Por qué me trató así? Es decir, entiendo su enojo, le tiré sus cosas, pero se las compré de nuevo y ni siquiera agradeció... tsk, que amargado que es —Changbin habló para sí mismo buscando algo en la nevera para comer.

Christopher por su parte, desde que Changbin salió de su casa, se quitó los lentes y cubrebocas, ya no había nadie de quien esconder las lesiones de su rostro, entonces sintiéndose algo seguro al estar solo continuó cocinando el almuerzo para su esposa, ignorando la culpa por haber maltratado a aquel amable chico.

Y un par de minutos más la puerta de su casa fue abierta nuevamente.

Christopher tuvo miedo, él conocía bien de quien provenía ese portazo, solamente pedía a todas las deidades existentes y por existir que aquella mujer que había llegado tuviese piedad de él.

Con las manos temblorosas tomó un plato y sirvió un poco del caldo con fideos que había hecho cuidadosamente para su esposa. Esperaba que después de eso la mujer le perdonara o que al menos fuese un poco menos violento con él. Sin más lo llevó a la mesa en donde este se encontraba esperando.

La mayor probó los fideos bajo la atenta y asustada mirada de su esposo y con violencia tiró los palillos sobre su plato.

—¡¿Qué carajos es esto?! —Preguntó gritando.

—Tu comida favorita —Christopher susurró bajando la cabeza.

—¡¿Qué parte no entiendes de que debes cortar los fideos antes de servírmelos?! ¡Te lo he dicho innumerables veces! —La mujer tiró el plato al piso, rompiéndolo en el acto y sin más se fue a su habitación.

Christopher comenzó a llorar y se agachó al piso para recoger los trozos del plato roto y limpiar la sopa que su esposa había tirado.

—Lo siento —Christopher susurró llorando a pesar de que su esposo ya se había ido.

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holaa, perdón por esta
actualización tan tan tardía TT

espero que les guste el
comienzo de esta historia,
como se ve habrá cambio
de edades y "nacionalidades",
espero que no sea muy enredado

pdt: si hay algún pronombre fem
en vez de masc, avísenme
sin miedo, es parte la historia
original ya que lo he adaptado al
contrario ^^

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