27.
Diosas. No puedo creer el alcance que esto ha tenido en los últimos dias, no puedo creer que en serio lo disfruten tanto. Muchas gracias por paciencia, por cada voto y comentario. Ademas ¿1K de seguidores? ¿Como, en que momento?
Son un amor y la vida es más bonita con ustedes aqui, recuerdenlo siempre.
Esto es el penúltimo capítulo, así que es un poco largo. ¡11,943 palabras para ustedes! 🤍 Ojalá lo disfruten mucho.
Capitulo dedicado a Val_Olivares mi alma gemela, que durante años ha hecho que todo esto sea posible. Y a rarlethr5 que en pocos meses me ha dado un par de razones por mantenerme con vida.
Si alguien quiere dedicaciones para el capítulo final puede dejarlas aquí ✨
Prepárense para la montaña rusa de emociones, y traigan las palomitas amores. ¡A leer!
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Y, finalmente, toda la tensión se hizo presente.
Puede que el primer impulso de Harry sea el intentar cerrar la puerta con su pie. Sin ser capaz de ocultar la sopresa en sus ojos, es cuestión de segundos para aferrar a sus bebés a su pecho y empujar la puerta con rapidez. Pero Jeff sonríe, interponiendo su mano.
No hay pensamientos concientes, solo el pánico momentáneo.
— Esos modales, Harold. ¿No vas a invitarme a pasar?
Entonces Harry debe hacerse a un lado, porque no hay forma de que físicamente el pueda hacer algo en este momento. No cuando sus dos hijas se aferran a el sintiendo que algo anda mal, ubicando el rostro de un hombre que no conocen.
Jeffrey entra con su sonrisa forzada y observa cada rincón de su casa. Frunce su ceño, arruga su nariz y aprieta los labios a cada detalle con disgusto.
Y joder, joder. Respirar es tan difícil y tiene tanto miedo que- oh dios. El tuvo que haber pensando en esto, el tuvo que haberlo pensado. Tuvo que haber hablado con Louis y crear un plan de contingencia. Y joder.
Estan tan jodidos.
— ¿Por qué huele así aquí? — Bien, eso puede que sea la combinación de unos pañales recién cambiados, el talco para bebé y el hecho que su camisa tiene manchas de leche en toda la parte frontal. Además de que, bueno, Louis insiste en que huele bien, pero Harry esta bastante seguro de que ha empezado a apestar. Resulta que las glándulas mamarias solo son glándulas sudoríparas altamente desarrolladas y generan un olor para que bebe pueda encontrar la fuente de su alimento, si, ¿fascinante, no? Excepto porque debe de tomar como cinco duchas al día.
Así que bueno, si. Supone que su casa huele a maternidad.
Justo cuando sus palabras comienzan a tener peso, Harry se encoge de hombros, y resta importancia con un gesto en su rostro. A el realmente le gusta como huele su casa y no va a empezar a sentirse mal por un elemento que le hace sentir seguro. Sin embargo, Jeff parece ignorarlo pues se encuentra demasiado ocupado paseándose por los alrededores de su recibidor observando cada pequeño detalle, incluso levanta con sus manos algunos de los juguetes de Leigh y Halle denotando la confusión en su rostro.
— ¿Qué haces aquí? — Harry se atreve a preguntar al apretar un poco más a sus hijas. Quiere sentirlas cerca y no quiere sentir miedo, pero, dios, lo tiene. Y parece contagiar a las niñas que se hacen pequeñas intentando esconderse en su cuello, juntando las manos entre ellas.
¿Por qué no puede ser una mamá canguro? Así la tendría dentro aun, seguras.
— Si atendieras mis llamadas no me hubieses obligado a volar al otro lado del mundo para buscarte. ¿Acaso eres un niño pequeño que no sabe comportarse Harold? Se acabo el descanso, tienes que.. — Jeffrey se mueve, agarrando cosas de bebé sin terminar de unir las piezas. Entonces se da la vuelta y finalmente ve. Ve a Harry con dos niñas escondiendo el rostro contra su cuello — ¿Acaso Tomlinson tuvo más hermanos?
— ¿De que hablas? — Harry las abraza más fuerte, ellas se aferran a el entendiendo que deben permanecer de la forma en la que estan. Sus caritas seguras, sin revelarse. Son un par de niñas muy inteligentes.
— ¿Quiénes son?
— Esa es una pregunta excelente, ¿no es una pregunta excelente?
No sabe que esta haciendo, solo necesita ganar tiempo hasta que Louis llegue a casa del supermercado y tal vez así puedan... ¿Qué podrían hacer? no lo sabe, pero estarían juntos y eso es suficiente para sentirse seguro.
— Harold... — advierte con su tono Jeffrey, Harry sonríe haciéndose el desentendido.
— Jeffrey — dice igual. Entonces el hombre da un brusco paso al frente en un intento de querer observar a las niñas pero Harry da un brinquito hacia atras.
Se miran a los ojos unos segundos, la tensión acumulándose por un instante que se siente eterno y empiezan a trotar por toda la casa.
Joder, el no puede estar haciendo esto. No puede caer, porque sus piernas son largas y el es torpe pero no puede caer. Joder, joder. ¿Que está pensando? ¿Que está haciendo?
— ¡Déjame verlas!
— ¡No, eso es siniestro! Deja de ser tan raro, son una bebés.
— ¡Harold que me dejes verlas! — entonces Harry corre detrás de su sillón, empezando a dar vueltas en una persecución sacada del de hombre y ratones. Entonces puede que Harry empuje con su pie por accidente una pelota de goma que Halle queria meter a su boca para rascar sus encias, y puede que se de la casualidad de que Jeffrey la pise.
Entonces si Jeffrey tropieza con sus pompis golpeando una sillita mecedora, haciendo que se golpee un poco más antes de caer por completo al suelo, y eso provoca que luego termine recostado con expresión de dolor, cobijas y peluches que estaban en la sillita sobre su rostro así como uno de los recipientes de sus extractores de leche mal cerrado derramado sobre si..., Harry no se rie. Pero tampoco le ayuda a levantarse.
En cambio se queda bien lejos, manteniendo un par de muebles de distancia y pensando, ¡Ja! No entras a casa de unas recién nacidas sin encontrarse con el desastre que solo un padre podría ordenar.
Cuando Jeffrey termina de quejarse por el golpe, asqueado ante el líquido derramado sobre si, solo puede gritar — ¡Harold!
Su tono es tan fuerte que hace a Harry encogerse, sus oídos resonando en ecos y toda su piel erizada en el pequeño brinco que su miedo ha provocado. Sus bebés parecen temblar con el.
Jeffrey no se levanta, y Harry tampoco se mueve. Puede sentir su corazón rasgando contra su pecho en temor y luego las llaves resuenan acompañadas del sonido de la puerta trasera abrirse también.
— ¡Amor había promoción en leche chocolatada así que traje sei....! — puede escuchar. Antes de siquiera reaccionar ya se encuentra llamando su nombre.
— ¡Lou! — el pánico tiembla su voz.
Entonces el seco golpe de bolsas caer y los tenis de Louis corriendo hacia el.
— ¿Te caíste? ¡No te muevas! ¿Es tu herida? ¿Las niñas? — llega, agitado y con las pupilas dilatadas mirando hacia todos lados. Encuentra a Harry arrinconado en una esquina y a Jeffrey aún en el piso con cara de pocos amigos, unos segundos de silencio mirando la escena con recelo y entonces habla de nuevo. — ¿Están bien?
Harry se abraza más fuerte a sus bebés, besando con dulzura sus cabecitas y entonces asiente en silencio.
Louis parece respirar y su postura parece relajarse. Procede a rodear a Jeffrey mirándole con burla a propósito y se encamina hasta estar junto a Harry. Toma a Halle en sus brazos aliviando un poco a Harry de su brazo entumido.
El menor finalmente se siente tranquilo cuando Louis deja un corto beso sobre su mejilla y al sonreirse, la promesa latente del todo estará bien permanece.
Harry le cree porque es todo lo que puede hacer.
Es todo lo que ha hecho desde comenzaron juntos tantos años atrás. Por el, por el hombre que ama y por las hijas que comparten.
— Bueno eso fue desafortunado. — Jeff dice, poniendose de pie y pateando en el proceso un osito de peluche cuando lo hace tropezar de nuevo.
Pero sus hijas parecen sentirse tranquilas también con la presencia de su padre. Alzan sus cabezas dirigiendo la mirada curiosa hacia el tercer hombre en el cuarto antes de empezar a balbucear.
— Mmmamami — un poco de baba cae de los labios de Leigh y Harry solo puede sonreír con el corazón en mano y acariciar su pequeño rostro.
Siendo casi inhumano, el enojo de Jeffey parece incrementar. Se pone pálido, se pone con el rostro tinto y luego pálido de nuevo. Porque hay dos bebés en la sala que lucen extrañamente iguales a Tomlinson, y mierda. Ellas acaban de llamar madre a Harry.
— ¿Que hiciste? — pregunta con los dientes apretados.
Nadie responde.
Excepto tal vez Halle. — Pap. — un poco de baba. — papapa
— ¿Que hicieron? — pregunta de nuevo, tal vez un poco más aterrado.
— Creo que es bastante obvio, amigo. — responde Louis. Abre sus ojos y sonríe de lado con cinismo. Louis es casi todo el tiempo un hombre delicado, Harry siempre ha amado aquel detalle sobre su novio, pero de alguna manera se las arregla para ser tan dominante al mismo tiempo. Pues el ha adoptado esa posición donde no tiene que hacer mucho provocar respeto, aún si no lo conoces.
Harry lo observa maravillado intentando descifrar si tal vez es la manera en la que sus piernas se encuentran alineadas con sus hombros y tiene la espalda erguida. Tal vez es su camisa de Black Sabbath o la forma en la que usa la gorra hacia atrás. O quizás es su mentón alzado con la mandíbula tensa marcando todas sus facciones. O sus ojos azules que parecen fríos hasta que le miran a el.
Es impresionante como con una niña en brazos que viste con broches de mariposa que hacen juego con el cabello de Harry y su hermana puede verse tan intimidante. Lo suficiente como para que Jeff no sea capaz de sostenerle la mirada y se gire a mirar a Harry.
No responde, se encuentra demasiado embobado mirando al padre de sus hijas.
— ¿Harry? — llama de nuevo, un poco más fuerte. Una sonrisa se cuela en sus labios carnosos y entonces vuelve a mirar a su manager.
— Bueno, te dije que quería un bebé. Louis me dio dos. ¿A qué son lindas? Nosotros somos papás ahora.
Y sonríe. Dios. Decirlo se siente tan bien, esto es algo que no les pueden quitar. Esto es para siempre, y es de ellos.
Se siente como una victoria que alegra el alma, dura unos segundos y todo temor en su cuerpo desaparece para convertirse en seguridad. Tener a Louis a su lado con una de sus niñas y a Leigh dejando besitos en su mandíbula lo hace mejor.
Quiere sentirse así siempre.
Y luego Jeff abre la boca, comenzando a reírse.
— Esto es fabuloso. ¿Quién lo diría? Al final a Tomlinson si le gustan las vaginas. Estaba tan seguro de que te gustaba tener una polla en tu culo. ¿Así que está bien si tú lo haces pero a Harry ni tocarlo? Asombroso.
Pero ellos ríen de vuelta, haciendo que Jeff parezca encogerse en su lugar. Es sencillamente tan ridículo que no pueden tener otra reacción.
— Eso no es lo que hicimos. — responde Louis. Entre más tranquilo luce el, más cerca de estallar parece estar Jeffrey.
— ¿Que?
Incapaz de contenerlo, Harry suelta una risa. Debe usar su mano libre para cubrir los labios y sus bebés parecen imitarlo. Se rien y llevan sus manitas a su boca, intentando parecerse a mamá aún cuando la manera en la ríen es idéntica a papá, con labios apretados y la misma forma de v creándose en ellos.
Una mirada entre Louis y Harry y ambos comienzan a moverse con naturalidad para dejar a las niñas sobre una de sus cunas guarderías. Tiene espacio suficiente y muchos de sus juguetes. Apenas abandonan los brazos de sus padres y descansan sobre la segura superficie, las gemelas comienzan a jugar entre ellas a la par de que ambos hombres le dan la espalda am cunero, como creando una carrera con sus cuerpos.
No se dan cuenta de como imitan sus gestos, la inclinación de su cabeza o la forma en la que han cruzado sus brazos. Como alzan la ceja como si de un espejo se tratase.
— Muy gracioso Jeff, pero deberías seguir intentando adivinar. Y solo como dato, la orientación no equivale a los genitales. Somos gays no transfobicos. — Harry dice manteniendo su sonrisa. La piel del brazo de Louis roza con el suyo.
— ¿Que quieres implicar Styles?
— Solo la verdad Jeff, tu dime cuál es.
Joder. El nunca se había tomado tantas libertades para responder. Pero se siente valiente. Louis siempre lo ha hecho fuerte.
— ¿Sabes que? Esto es suficiente. Demasiado fue darles la libertad de tomar unas vacaciones cuando esta claro que no saben cuál es su lugar. ¿Tu crees que esto está bien? No lo esta. Y todos fuera de aquí lo saben. Tu puedes verte tan ridículo como quieras con tus jotadas en el escenario y alzar tu estúpida bandera. Pero esto no. Y me encargaré de dejártelo claro porque los Grammys te quieren ahi, y no se que tanto la han cagado pero esto no va a pasar, y tú vas a ir con una hermosa chica como tu invitada a los Grammys y harán lo que tengan que hacer hasta que te quede claro cuál es tu lugar.
Lo siguiente pasa muy rápido.
Es un forcejeo que sucede cuando Jeffrey empuja a ambos hombres en un intento de acercarse a la cuna y sustraer a sus hijas. Es Harry que tropieza cayendo al piso golpeando su cabeza y Louis que se enoja sin poder medir sus acciones.
Intenta levantar a Harry, y son dos llantos llenos de miedo. Luego Jeffrey de nuevo que en su desesperación intenta alzar a las niñas de la cuna aclamando que va a regresarlas a la casa hogar del dónde han sido sacarlas. Halle llora al ser sostenida demasiado fuerte y Leigh intenta colgarse de su hermana que es llevaba con alguien que no conoce.
Sus llantos incrementan y apenas Harry está de pie, aún confundido Louis empuja a Jeffrey hasta apresarlo con la pared.
— ¡Harry, las niñas! — Halle ha caído por el movimiento en la acolchada superficie pero aún así llora más fuerte. Todo se siente nuboso y su sangre hierve. Se acerca al cunero con lágrimas en los ojos odiando todo lo que sucede y sin poder comprenderlo en su totalidad. Revisa que estén bien y susurra palabras de consuelo que no puede recordar.
Pero Louis hace que la espalda de Jeff golpee contra la pared. Su cuello da un latigazo y su cabeza golpea también. El estruendo es tan fuerte que hace que las niñas lloren en gritos y una de sus fotografías caiga del marco hasta romperse.
Y Louis lo apresa. Lo apresa tan fuerte que no se da cuenta del como lo asfixia. De sus pies que no tocan el suelo ni de la carótida comprimida que le inhibe del respirar. Pero Harry si, asustado y aturdido deja a sus hijas llorando pero todo se siente nuboso.
Toca los hombros de Louis, le llama por su nombre tantas veces que no lo recuerda. — Déjalo, déjalo. — Se aferra a su cuerpo con toda su fuerza y luego Jefrrey cae al piso. Sus piernas apenas lo sostienen y comienza a toser sintiendo el aire regresar.
Sus ojos parecen inyectados en sangre con unos vasos sanguíneos reventados alrededor. Los llantos no se detienen. Harry siente lagunas en su procesamiento de los eventos.
— Me las voy a llevar. No importa lo que hagan ustedes no las van a tener — el dice.
Harry se encuentra sosteniendo con su cuerpo a Louis, aferradose a el para que no se lance a Jefrrey de nuevo. No estando tan cerca de dejarlo inconsciente, no cuando la sangre ha estado tan cerca de no regresar.
El sostenía a Louis.
Así que no sabe cómo.
Ni cuando.
Pero ha golpeado a Jeffrey. Un puñetazo directo al rostro. El cae al suelo por segunda vez en el día solo que esta vez solo está adolorido. Tiene una HS marcada en la mejilla con un corte filoso y su nariz está sangrando.— ¡No toques a mis bebés!
Se escuchan ecos. Y luego es turno de Louis de sostener a Harry, sorprendido. Parece que el dolor lo hace retomar conciencia, pues tiene la mano roja, palpitando. Y los anillos le duelen en los dedos y estos parecen inflamarse con el impacto.
Por un segundo solo siente su mano, luego ve la sangre. Esta temblando.
— Oh dios, oh dios. Lo siento tanto.
— Harry, llévate a las niñas. Y trae un poco de hielo — escucha decir.
— Louis...
— No le haré nada. — sus dientes apretados. — Esta bien. Llévate a las niñas amor.
El asiente y toma sus hijas en brazos, pero está tan aturdido que ni siquiera siente el llanto en sus oídos. ¿Que ha pasado? Intenta recapitularlo y no puede.
Así que se encarga de arrullar a sus bebés hasta dejarlas dormidas, seguras, en su habitación. Cierra la puerta con seguro y mientras sale corriendo a la cocina por una bolsa de hielos, su mente se reparte entre el orgullo de mamá sabiendo que ha hecho lo que hecho por sus hijas y una terrible culpa por herir a alguien. Le cuesta quitarse los anillos pues tiene la mano hinchada, pero lo hace para meterla bajo el agua helada de grifo y conseguir así un poco de alivio.
En la sala, Louis se ríe al ver a Jeffrey sin poder alzarse.
Todo se repite en su cabeza en cámara lenta y hay tanto estrés en su cuerpo que no puede. No puede. Así que se ríe.
Niega con la cabeza y busca desesperado su caja de cigarros. Lo enciende y da una calada antes de ponerse en cuclillas frente a Jefrrey sin llegar a tocarlo.
— Uno no juega con las crías de mamá sin salir herido, ¿no es cierto, pequeña mierda? — escupe el humo en el rostro herido de Jeff. — Tu no entras a mi casa, a hacerle daño a mis hijas o molestando a mi novio en su hogar sin salir herido. Vas a pagar por esto.
— Podré estar en el piso en este momento, pero tú eres menos que eso. Lo sabes. — intenta decir. Su voz se escucha congestionada y toda la escena es patética.
Louis vuelve a reír sosteniendo el cigarro únicamente con sus labios.
— ¿Lo crees? Voy a acabarte. Voy a dejarte tan hundido que vas rogar por la misericordia de quedarte sin aire.
Y se pone de pie justo en el momento en que Harry entra a la habitación, sin saber que Harry le ha escuchado. Louis puede notar rastros de lágrimas en sus pestañas pero no dice nada. Solo sostiene su mano y dedica la sonrisa más dulce que tiene. Harry no devuelve su gesto.
Pero si nota esa mirada que tantos años han mantenido, un confía en mí que obedece de forma ciega. Tiene una horrible sensación en su pecho, como si lo que ha sucedido no fuese lo suficientemente malo y una bomba más grande estuviese a punto de implosionar. Pero Harry toma su mano y asiente en la petición silenciosa de Louis.
— Lo siento Jeff. — el hombre lo mira aún sin poder pararse. Harry le da la bolsa de hielo a Louis aún con temor de acercarse de mas. — No fue mi intención golpearte, pero tú no vas a llevarte a mis hijas. Son mías.
— No son tuyas... — insiste el con cansancio. Cómo si fuese un niño pequeño al que tiene que explicarle las cosas.
— ¡Lo son! — entonces grita, la sensación en su pecho creciendo con más firmeza. Lleva su mano a su frente y se ayuda a si mismo a relajar sus facciones. Esto es demasiado. Entonces baja su voz en un intento de lucir más calmado. Si lo lastiman mas estarán en grandes problemas, esto ya es lo suficientemente malo. — Lo son. — repite. — Son mías. Soy su mami. — explica.
— ¡Esas niñas tienen una madre, y no eres tú Harold! Ahora no me importa como, ustedes van a regresarlas al vientre de alquiler o la casa hogar de mierda de dónde las hayas sacado.
— ¿No lo entiendes? ¡Son mías!. Yo las hice. Hice sus cuerpos de cero en mi pancita. Tuve las náuseas, y los dolores de espalda por meses. Mi cuerpo ahora tiene estrías y una cicatriz grande — alza su camisa. Dejando ver el borde superior de su cicatriz menos rosada y más del color de su piel, así como las marcas rojizas que salen de forma prominente en sus caderas.
La mirada que Jeff le dirige parece estar llena de repulsión. Intentando unir piezas sin comprender el como.
— Y te quedan hermosas, Hazza. — Louis consigue un espacio para decir. Entonces la mirada de Jeff no es tan impotente y casi resulta sencillo olvidar el lío en el que están metidos.
Sonríe antes de hablar de nuevo, está vez con más seguridad. Severo. Casi aterrador.
— Yo las hice. — sentencia. — Son mías. Mías y de Louis, las hicimos juntos y tienen nuestros nombres. Son nuestras. Así que no te las vas a llevar. Porque podrás tener derecho sobre quién soy públicamente pero no lo tienes en mis hijas.
— Estas mal. Eso es... No... Es- Tu eres asque-
— Bueno, en realidad. Harry tuvo un embarazo precioso, cargando a mis bebés tan bien ¿Puedes creerlo? Aunque dudo que quieras saber los detalles de ello me parece que tenemos un problema aquí, ¿No es así Jeffrey? — Louis golpea un poco su cigarro, haciendo caer la ceniza. — Dime a detalle como exactamente vas a controlarnos si tú has puesto la integridad de dos menores en riesgo y hay cámaras en toda mi jodida casa.
¿Louis está pensando? ¿Acaso Louis está diciendo...?
Tan calmado.
— Te escucho. Estoy muy interesado. — vuelve a decir. Harry nunca ha escuchado tanto cinismo en su voz.
Casi como si lo hubiera estado esperando.
— No puedes hacer nada, tienes las manos atadas, modest...
Confía en mi. Confía en mí. Harry debe repetirse, debe seguir a Louis en esto. No entiende nada de lo que sucede.
— ¡Oh! ¿No te enteraste? El viejo Simón está quebrado y Syco no tiene más poder sobre mi.
¿Que?
— ¿Que tan revolucionario sería un sello discográfico independiente? Gestionado por artistas... ¿Por Harry? ¿Dónde te dejaría? ¿Cómo?
Harry se obliga a mantenerse estoico, como si estuvieran del mismo lado en esto pero toda su cabeza parece dar vueltas y de repente siente más náuseas que en todo su primer trimestre.
— ¿Estás amenazandome?
— Estoy avisando. — vuelve a escupir el humo — Ya permití lo suficiente que ganes dinero a costo del nombre de Harry. ¿Debo recordarte que tú trabajas para el y no viceversa? Bueno. Trabajabas.
Louis nunca le dijo..
— Apenas termine con la temporada de premios, Harry Styles no estará ligado más a ti. De hecho, no estará ligado a nadie. ¿Que te parece? Solo a la firma Tomlinson para artistas independientes. ¿Y tú, Jeffrey? Vas a desear estar muerto cuando te dejemos sin nada.
El corazón de Harry latiendo con rapidez. No entiende la emoción detrás. No entiende ninguna palabra que Louis ha dicho en los últimos minutos.
— ¿Es en serio? ¿A quien engañas? No puedes hacerlo. No tienes el talento. No puedes.
Louis sonrie.
— ¿No? — Louis saca su celular, apenas un segundo. Desbloquea la pantalla y envía un mensaje. La cabeza de Harry retumba en dolorosas punzadas. — Ya lo hice.
Cientos de notificaciones entrando a su celular.
¿Por que no le dijo?
— Así que presta atención porque odio repetir las cosas, esto es lo que vamos a hacer. Harry va a ir a los grammys porque se lo merece, se va a ver tan bonito como siempre y va a ir con quién mierda le plazca. ¿Y tú? Puedes esperar el contacto de mis abogados porque no hay jodida forma de que le hagas daño a mi familia. — le lanzs el hielo a la cara — Ahora vete... Puedes conservar el hielo porque es lo último que tendrás de nosotros.
Se pierde tanto en sus palabras, en lo que implican, que casi no se da cuenta del momento en que Jeffrey se aleja dejando un rastro de sangre cayendo de su nariz. Tampoco sabe en qué momento se ha sentado o cuántos minutos han pasado.
Es como parpadear y tener un cambio de escena. Ahora tiene a Louis de cuclillas frente a el revisando su mano y su cabeza.
— Bueno no tienes nada en el cráneo pero creo que tenemos que ir a un hospital ¿Estás bien? ¿Necesitas algo? Por favor dime qué el rostro de ese idiota no ha lastimando tus lindas manos. ¿Puedes moverla? — Harry no responde, pero Louis se encarga de movilizarla con cuidado para encontrar una lesión, entonces le pone una crema que le hace sentir alivio casi inmediato y una bandita sobre el tramo de piel que uno de sus anillos ha reventado.
— Gracias — es todo lo que Harry puede murmurar.
Louis no le dijo. Harry no lo entiende.... es solo que parece masivo. Louis no le dijo y esto es algo que toma meses.
Louis no le dijo.
— Hazza, te invitaron a los grammys. Amor vas a estar en los grammys. — el está emocionando.
Louis no le dijo.
— No solo estar. Me nominaron. Dos categorías. Quieren que haga el show de apertura y debo estar ahí antes del catorce. — dice. Su voz suena monotona, como si fuese alguien más el que habla.
— ¿Que? ¡Harry felicidades! ¿Porque no habías dicho nada?
Louis no le dijo.
Esa selección de palabras evocando emociones que no quiere tener.
— ¡Porque no quiero irme, joder!. Me gusta estar aquí con nuestras bebés, quería seguir siendo solo su mamá por un poco más. ¿Pero tú Louis? ¿Cuánto tiempo has planeado esto?
— ¿Cómo?
— Tu nunca me dijiste Louis. Ni siquiera que Syco... No. ¿Cuando ha pasado todo esto? ¿Cuando empezamos a ocultarnos cosas? ¿Esto en específico?
— ¿Harry? yo nunca quise...
— ¿Cuando empezaste a hacerlo? ¿Proque creíste que podrías decidir así sobre mi? ¿Decir todas esas cosas? Dios, ¿Te has escuchado? ¿Que vamos a hacer?
— Harry esto no es algo nuevo, ya lo había pensado. Había tenido la idea por años pero solo lo hice cuando confirmamos que estabas embarazado. Nunca te dije porque no sabía si iba a funcionar, y cuando lo hizo ya estaba muy avanzada la gestación y no quería irritarte. Solo quería algo para poder cuidarlos en caso de que algo así pasará.
— Bueno pero nunca me preguntaste. Y han pasado cinco meses desde que di a luz Louis. ¿No encontraste un momento para decirme? ¿Tenía que ser así? Todo este tiempo estuviste diciendo que no tenía que hacerlo solo, que estábamos juntos. ¿Pero y tú? ¿¡Acaso no te importa nada?!
— ¿Como te atreves a insinuar algo así, Harry? ¡Soy el único al que le importa nuestro futuro! Solo empecé hacerlo sin decirte nada porque llevas meses escondiendote como un niño pequeño haciendo travesuras a la espera de que su manager no se entere. Necesitábamos un plan para nuestra familia, y yo lo hice.
Harry se pone de pie. Louis imita su acción
— ¿Travesuras? ¿Familia? ¡Si no fuera por mi ni siquiera tendríamos algo por lo que luchar! Fui yo quien movió más cosas para tener a nuestras hijas, ¡tu parecías muy conformado con las decisiones que alguien más tomo sobre nosotros!
No saben en qué momento han empezado a gritar. Solo se miran, hablando más distanciados de lo que han estado en meses. Sus pechos suben agitados procesando sus palabras.
Silencio es todo lo que hay.
— Harry...
— Voy a salir. — el dice. Rompiendo el contacto visual, ningún interés en recuperarlo.
— Bebé.
— ¡No me llames bebé!. Sabes que odio que me llames bebé cuando estamos discutiendo. Voy a tomar a las niñas e iremos a dar un paseo. Solos. Necesitan distraerse y yo también. Hablaremos cuando regrese porque no nos estamos escuchando.
— Preferiría que no salieran, no cuando todo esto acaba de suceder.
— Y yo prefiero no verte en este momento. Así me voy a ir a dar un paseo lejos de ti. Y me llevo a mis hijas.
— Oh. Supongo, si lo prefieres asi. — dice sarcastico. Voltea los ojos y luego suspira, regulando su tono de voz — Ten cuidado ¿si?
— Solo iremos al parque Tomlinson.
— Aun así, llámame si pasa algo. Lo que sea. Harry, hazlo. Por favor.
— Está bien.
Harry se abriga y acomoda sus largos rizos en un beanie rosado para que el largo no sea detectable. Alista su carrito de paseo doble y sube por sus hijas que aún parecen estar dormidas.
— Te amo. — Louis dice. Harry no voltea a despedirse.
Cuando sale de casa, lo hace confundido, molesto y con la terrible sensación de no haber respondido su te amo.
Sin embargo, estar en el parque es reconfortante. Puede ver a muchos niños jugar y el aire es fresco. Así que en momentos logra sentirse como que la brisa puede llevarse las emociones pesadas.
Sus hijas se han despertado hace poco y tras pasar mucho tiempo revisando que ellas estén bien y dándoles cosquillas en su exhaustiva revisión, ellas parecen divertirse con todo el movimiento que pueden observar en su limitado campo de visión.
Ellos caminan alrededor de todo el perímetro del parque y Harry plática con ellas a cada momento.
— El hecho de que ustedes sean el retrato de su padre no me ayuda a estar mas calmado ¿Saben? — ellas lo miran con los ojos bien abiertos sin decir nada. Harry suspira.
— Esa fue la primera pelea que hemos tenido en mucho tiempo. Nunca se hace más sencillo. — Leigh responde una cosa que no puede interpretar. — Lo se, se que papá solo quiere cuidarnos pero me lástima un poco que no haya confiado en mi. Después de tantos años... Es solo... extraño pensar que de hecho podríamos estar fuera de todo esto y seguir haciendo música.
Halle se ríe al momento en que una catarina se pasea en frente de ellas.
— ¿Pueden imaginarlo? Papá, ustedes y yo... Tal vez unos hermanitos más en la familia. Saliendo a la calle como todos los demás. No más pagar para que no salgan fotografías ni tener que dejar pistas con la ilusión de que alguien más se de cuenta. ¿Podríamos hacer eso? Darnos besos en la calle y tomar su mano sin miedo. Dios, podríamos hacerlo. Porque papá es inteligente y ha hecho esto por nosotros.
Leigh vuelve a hacer un gorgeo, como si realmente estuviese entendiendo la conversación. Ella mira sumamente interesada a su mamá con los ojos verdes brillando en atención.
— Y yo le di a entender que no quería nada de eso. Incluso le dije que no le importaba nuestra familia. ¿Pueden creerlo? Cuando no ha hecho más que cuidarnos. Harry, que bruto.
— Butor
— ¡No Halle no puedes decir eso!
— mami butor
— Mierda.
— eda.
— Tu no has dicho una palabra más que mamá y papá en meses. Pero en este momento aprendes dos groserías. Eres tanto como tú padre Halle Willow, dios. — Harry se da pequeños topes con la palma de su mano. Por favor que no recuerden esas palabras. Por favor que no recuerden esas palabras.
Leigh parece sacarlo de su bucle de pánico mental con otro gorjeo. — mamami — gorjeo con babas. Harry la mira atento y asiente ante cada imitación de palabra.
— Claro que sigo enojado con el, Leigh. No me lo dijo y eso me molesta. Pero puedo entenderlo amores. Y tal vez llegando a casa podamos resolverlo. Tal vez en un par de días. Por eso es bueno tomar un poco de distancia para no terminar diciendo algo que puede herir a otros ¿no lo creen? Aunque a veces nos separamos un poco parte porque ambos somos tercos y arruinamos las cosas un poco. Ojalá decir lo siento fuera más sencillo.
Y tal vez se ríe un poco para tararear una de sus canciones a sus hijas. Siguen paseando. Caminar le hace bien y la sensación de ir empujando el carrito de sus bebés es casi terapéutico. Ama cada pequeño detalle que eso trae consigo, cada sensación y cada momento.
Es un segundo el que se distrae. Sacando su celular para revisar el perfil de Louis y encuentra que ha estado interactuando con fans tras soltar la bomba de que se ha separado de Syco y que planea crear su propio sello.
Se entretiene un rato leyendo las reacciones y por segundos se siente tan perdido como los fans que responden. Ellos parecen creer que es algo a largo plazo y no algo que está sucediendo ahora. Algo que va a estar completo y en el mercado antes de que el año termine.
Le es imposible no sonreír y entonces su bebé comienza a llorar al sentirse falta de atención. Dios, es que Halle no puede parecerse más a su padre, insiste.
Guarda su teléfono y desabrocha los cinturones de Willow para poder alzarla en brazos y hacer cosquillas en su pancita para que deje de llorar. En cuanto la alza ella empieza a agitar sus piernas y sus bracitos con emoción de tener a mamá nuevamente en ella y Harry comienza a repartir besitos por todo su rostro.
— ¿Quién es mi niña caprichosa? ¿Quién es mi niña caprichosa? Si lo eres, si lo eres. Tan parecida a papi que no podría estar más orgulloso, eh. ¿Ganarás premios de fútbol también? Ve como mueves esas piernas...
Y entonces lo escucha. Lo conoce demasiado bien como para identificar ese sonido aún en todo el bullicio.
Es un click que ha molestado sus oídos por décadas enteras. Entonces voltea a dónde lo ha escuchado, intentando encontrar a quien ha sacado la foto.
Protege el rostro de Halle contra su pecho y frunce su ceño en un intento de afinar su mirada. Y llega el segundo click.
Las ve. Son un par chicas, diecinueve o veinte años tal vez. Ellas murmuran emocionadas como si pudieran desmayarse en cualquier momento. El regresa a Halle a su carrito y debe murmurar un par de palabras para que no comience a llorar de nuevo.
Cierra los protectores cubriendo así sus pequeños rostros del resto de la gente y toma un respiro para calmar su agitado corazón. Entonces da la vuelta con su carrito caminando hacia las adolescentes.
Esta tan nervioso. Mierda. El no tuvo que haber salido. Aparentemente, ha perdido la capacidad de tomar buenas decisiones y eso abruma su pecho con pesar. La idea de que lo está haciendo tan mal.
Ellas parecen dar brinquitos de emoción al mismo tiempo que su piel palidece. Harry se acerca ajustando su cubrebocas pero se asegura de sonreír lo suficiente para que se refleje en sus ojos. Su mano palpita en dolor dentro de su bolsillo de nuevo. Tal vez es el miedo que aumenta su flujo sanguíneo o tal vez tuvo que dejar que Louis terminará de curarla.
— Hola chicas, buenas tardes. ¿Están pasando un lindo rato? — ellas gritan un poquito, brillando en emoción y su voz se vuelve aguda al responder.
— Hola Harry, creí que estabas en L.A. — dice una de ellas. Se aferra a su teléfono hasta que sus dedos comienzan a volverse blancos.
— Oh si, ya sabes. Doy vueltas por aquí y por allá cada tanto. No llegue hace mucho — miente. No puede recordar cuál fue la último pap walk que dejó grabada para ser liberada.
— Genial. Dios no puedo creer que te estoy viendo. Siento que han pasado años. — dice la otra.
— Si, la situación nos ha afectado a todos. Espero pronto regresar a los escenarios y verlas ahí — consigue decir con emoción. Emoción es lo último que siente ante el miedo de saber que han fotografiado a su bebé. — ¿Me sacaron fotografias hace un segundo?
— ¡Si!
— ¡No! — Harry alza las cejas.
— No tengo problema con sacarme fotos con ustedes, pero agradecería que borrarán las que me tomaron hace un segundo. Sale un bebé y no deben tener por ahí fotografías de menores de edad. No está bien.
— Oh, si, si. — una dice apenada. Sacando su teléfono y entrando a la galería. — Lo siento.
— Está bien cariño. No pasa nada. Solo muéstrame que las has borrado por favor. — ella le enseña la galería, nada más. Luego se dirige a la otra chica.
Ella intenta inclinarse un poco sobre la carriola, Harry cubre el techo de la misma con su cuerpo.
— ¿Y a quien tienes ahí, entonces?
— ¿Tus fotos, amor? — ella asiente y le enseña su galería también. Parece mi haber nada. Entonces Harry sonríe y las invita a sacarse un par de selfies. Incluso les firma la funda del teléfono. — Gracias, son muy lindas chicas. ¡Por favor etiquetenme en Twitter para ver esas selfies.! Pasen una excelente tarde.
Entonces Harry se aleja sintiendo un alivio en su pecho a cada paso que da. El ha manejando esa situación muy bien, ¿No es así? Esta orgulloso de si mismo.
Pero cuando da la vuelta para dirigirse a casa, su teléfono estalla. Abre su cuenta y la imagen borrosa de el con un carrito de bebés ya es tendencia en Twitter.
Mierda.
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El regresa a casa, corriendo y asustado y con sus hijas riendo ante la velocidad con la que su carriola es empujada.
— ¡Rompimos el internet! — el grita al entrar. La casa ha sido recogida, no hay más sangre en el piso ni juguetes regados. Incluso la despensa está guardada. Pero no ve a Louis en ninguna parte. Saca sus bebés de la carriola y en cuento se adentra a su sala de estar el estruendo de un sonoro grito de ¡gol! Lo recibe. Esto tiene que ser una jodida broma. El deja a sus bebés en su pequeña zona delimitada para estar y camina con paso decidido hacia su novio — ¡Rompimos el internet- Y tú estás viendo fútbol!
Louis se gira a verlo, descalzo y con un poco de queso de nachos en la barbilla. Su festejo interrumpido.
— Bueno, saliste. ¿Que más iba a hacer? Además es la copa.... — Harry no lo escucha. Se lanza a sus brazos intentando hacerse pequeño para encajar. Louis le permite hacerlo, confundido. Le cuesta un poco abrazarlo de vuelta por no entender lo que pasa — Creí que estábamos enojados.
— ¡Lo estamos! — Harry lo aprieta más fuerte. Encorvado y con el cuerpo torcido. — Pero necesito abrazarte.
— Está bien. — el palmea sus piernas y Harry no duda en envolver sus piernas en su cadera. Aferrándose a Louis como un koala.
El menor tiene la fuerza suficiente para sostenerse solo, Louis lo sabe. Así que se permite soltar su agarre y usar ambas manos para examinar su rostro.
El quita el beanie y todos sus rizos caen a los lados, mueve su cabello de su frente y encuentra un pequeño morete comenzando a formarse. El no se preocupa por ocultar su molestia — Te dije que debíamos ir al hospital
— Te dije que estoy bien.
— ¿Tu herida de cesárea?
— Ya está sana. Esta sana hace meses. Deja de preocuparte, si me tocas no vas a romperme. Y ciertamente menos lo hará Jeffrey.
— Lo golpeaste tan bien....con amabilidad ¿Presumo?
— Oh dios cállate — ambos rien. Louis sostiene sus rostro entre ambas palmas y sonríe. Ve cada pequeño detalle y acaricia con sus dedos sintiendo la barba de Harry crecer.
— ¿Vas a decirme que sucede?
— Rompimos el internet. —Louis camina hasta el sofá para dejarse caer con cuidado y aferrar a Harry más cerca de el.
— Si, eso ya lo escuché. ¿Quieres explicarme porque?
— Tu, idiota, has soltado dos bombas así como así. Y cuando estaba fuera, me distraje un segundo y unas chicas me sacaron unas fotos. Halle salía en ellas y yo les pedí que las borrarán... Pero han publicado una de ellas. No se ve a Halle, pero si salgo yo con la carriola. Esto no sería tan grande si fuesen eventos separados, pero Louis, ha sucedido en la misma media hora. La gente está hablando, somos tendencia en todos lados.
— ¿Y?
— ¿¡Como que y?!
— Harry estás pensando como si algo nos fuera a pasar por esto.
— ¿Y no?
— Harry, despedi a tu manager hace una hora. No hay más stunts, no hay más entrevistas feas. No más.
— Si fuera así de sencillo lo habríamos hecho hace años, Louis.
— En eso coincido, pero he estado trabajando en esto hace años. ¿No has escuchado nada de lo que dije?
— ¡Tú nunca me dijiste nada Louis! ¿Como habría de entender algo de lo que has dicho? No entiendo nada de lo que ha pasado en las últimas horas.
— Tienes razón, lo siento beb- Harry. Se que estuve mal en ocultarlo de ti, pero no podía darte esperanzas hasta estar seguro de que sería una salida. Hemos estado en esto por tanto tiempo que no podria lastimarte de nuevo prometiendo una salida y luego quedarnos otros diez años donde mismo. Mereces más. Y necesitaba conseguirlo para dartelo. Es lo que creí correcto y no lo cambiaría, pero definitivamente no debí hablar por ti frente a Jeff, ni asumir que estar en mi sello es lo que quieres. Tampoco tuve que hacer insinuado que no te importa cuando lo único que has hecho es cuidar a nuestras hijas. Eres excelente madre. Lo siento.
Harry lo besa cortamente en los labios, apenas un roce. Y limpia los rastros de queso que permanecen en sus barbilla con besos más cortos.
— Lo siento también. Yo estaba asustado, sigo estando asustado. Se que solo nos quieres cuidar y que has hecho esto por nosotros. Lo entiendo. No me gusta pero lo entiendo. Me hubiera gustado no sentirme tan perdido cuando Jeffrey estuvo aquí pero se que no di ningún pie a hablar de ello. Pero claro que quiero estar en tu sello, no podría pensar en algo mejor.
— ¿Que tal dirigirlo conmigo?
— ¿Hablas en serio?
— Si. Vamos a la oficina así puedo mostrarte todo. — Harry sonríe y niega. Esconde su cabeza en el hueco del cuello de Louis.
— No, me voy a quedar aquí. Acabamos de tener un día horrible.
— Está bien, entonces pásame la laptop. Hablaremos de negocios contigo en mi regazo mientras nuestras hijas juegan a un lado.
— No debería ser de otra manera.
— Eso es cierto Harry — el hace un puchero en sus labios. Louis se encarga de besarlo.
— Dime bebé otra vez. No me gusta cuándo me hablas sin apodos. — Louis alza las cejas, divertido y con un brillo en sus ojos.
— Entonces amor, creo que nos estamos haciendo mejores para pedir disculpas.
— Somos padres ahora. Necesitamos ser mejores. — Louis besa su frente. — Además tuvimos un día horrible como para hacerlo peor al ir a la cama peleados, sabes que no puedo dormir cuando discutimos.
— Somos mejores. Un poco cada día. Te amo — vuelve a decir.
— Te amo también. Ahora platicame de tu proyecto y que vamos hacer. Tenemos quince días porque acabo de confirmar con el comité de los Grammys.
Así que ellos pasan el siguiente par de horas ignorando especulaciones en línea sin temor a represalias por primera vez en mucho tiempo. Y Louis se encarga de enseñarle todo a Harry.
Del como la construcción del lugar casi termina, y todos los papeles están en línea. Como tiene un buen equipo de asesores, couchs vocales y chicos recién egresados de la escuela de marketing con cientos de ideas.
Le habla de la filosofa sin jerarquías y de la agenda para los primeros meses. Como, incluso, ya tiene un buena cantidad de artistas que se han sumado al proyecto.
Y con una sonrisa cargada de orgullo le confiesa que todo eso lo ha hecho para el, para sus hijas, para poder ser libres y amarse sin limitaciones.
Y entonces llega la verdadera conversación, porque ambos lo entienden. Saben de negocios, de temas legales e inversiones porque es lo que la vida les ha enseñado a base de tropezones. Ellos pueden hacer esto, ser hombres de negocios y hacerlo crecer. —Y ser unos buenos padres al mismo tiempo. Como ellos pueden hacerlo. Ellos realmente pueden hacerlo.
Entre más hablan Harry solo puede mostrarse más emocionado con lo perfecto que embona todo, del como Louis parece haber planeado con tanto cuidado cada detalle, pasando desapercibido justo lo suficiente para estár seguros.
Louis le cuenta también como ha hablado con sus abogados. Buscando cada mínimo detalle para poder deslindarse por completo de un sistema que tanto tiempo los ha consumido.
— Eso es lo que no entiendo, Lou. — Harry dice jugando con sus manos enlazadas. Siempre le ha gustado la diferencia de tamaño entre ellas. — Hemos revisado esos contratos por años. No han cambiado. ¿Como podría salir de ello?
— Tu mismo lo has dicho Hazza. Cuando le dijiste a Jeff que el no tenía control sobre nuestras hijas. Ellos no lo tienen, no pueden.
Cuándo iniciamos todo esto, dijiste que técnicamente no estaba prohibido porque siquiera figuraba como una posibilidad. De haberlo hecho, en esta cláusula de aquí — el señala el documento, justo después donde se declara que no pueden adoptar — diría que no puedes tener hijos, y de tenerlos aplicaría una especie de extensión de control de imagen.
Pero no lo hay, hay un vacío legal que podemos usar porque la forma en la que te manejan interfiere con la crianza de nuestras hijas. Y he recuperado del sistema de seguridad el vídeo de Jeff hoy, nuestros abogados ya trabajan en una demanda para el, que servirá como un apoyo al caso.
— Tendremos que explicar muy públicamente como hemos tenido a nuestras hijas.
— Una suerte que tenemos a Ellie y sus muy meticulosos registros de ensayo clínico. ¿Pero estás listo para eso? Podemos mediar un poco la respuesta del público, pero esto es grande y algunos detalles del proceso legal saldrán a la luz. Podemos no hacerlo si quieres mantenerlo privado
— ¿Estás diciendo que el mundo va a enterarse de que estamos separados de nuestros managers, que casualmente vamos a trabajar juntos, que estamos juntos y tenemos una familia?
— Eventualmente, si.
— ¿Antes de que termine el año?
— Si.
— Mierda. ¿No sería malo como para el sello y los artistas?
— Bebe, es un sello queer. Ellos no serán más perjudicados por estar asociados a nosotros de lo que ya lo hacen por existir. Y todos son concientes de lo que eso implica. Puede que perdamos algunos oyentes, vamos a ser señalados muchísimo en los primeros meses, y siempre está el riesgo de que pierdas algunos contratos Harry. ¿Tal vez quieras valorarlo? Tu carrera actoral y de modelaje. Pero musicalmente, ¿has notado que tenemos una gran incidencia de fans en la comunidad LGBT+? Mis chicas de marketing creen que estaremos bien. Un poco sacudidos pero bien.
Harry niega con la cabeza.
— Quiero esto. Todo lo demás, no importa. Quiero esto, quiero que nos dejen amarnos.
— Estamos cerca, bebé. Estamos cerca.
Puede que ellos terminen el día muy lejos de donde comenzó, pero van a dormir con la certera noción de que las cosas están por cambiar, está vez, para bien.
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Es pocos días después, cuando han conseguido meter a sistema su caso con la disquera y Jeff tiene una orden de restricción, que ellos toman un vuelo a EE.UU.
El primer viaje de sus hijas en avión es toda una travesía, cada uno de ellos debe de cargar a una bebé por seguridad, y por un segundo Harry realmente está preocupado sobre cómo van a viajar cuando tengan más bebés. Ello no tendrán los brazos suficientes, sobre todo si planean dejar un año de diferencia entre cada bebé. (Y por un segundo, la tierna imagen de ellos perdiendo solo un poquito de cordura entre muchos niños con sus rasgos físicos corriendo por ahí le calienta el pecho)
Y ellas lloran con la turbulencia inicial, también lloran al sentir la presión en sus oídos. Pero el resto del viaje está bastante bien, Leigh incluso parece desarollar una fascinación por las nubes, Harry pasa todo el viaje contándole sobre ellas.
Para cuándo debe alimentarlas, Harry intenta pararse al baño del avión. Sin embargo está ocupado y sus bebés lloran, así que Louis lo convence de darles de comer ahí. Un poco inseguro aún ante las pocas personas que permanecen en primera clase, accede.
Es un alivio cuando nadie parece molestarse por eso. Louis besa su frente como siempre lo hace cuando Harry debe de sostener a ambas niñas comiendo de el. —puede que deban empezar a asignarles horarios para comer, pronto no van a caber ambas a la vez en su regazo; y susurra a su oído palabras de cariño diciendo lo bien que lo hace.
Parece que es en ese momento cuando se ancla a la realidad. Dios, ellos están viajando juntos, con sus hijas. Sin moverse en vuelos separados llegando a destinos diferentes para encontrarse después. Y ningún evento catastrófico —más allá de una revolución en las redes por las teorías no tan conspirativas— ha sucedido.
Se siente tan orgulloso, como si de alguna manera pudiese abrazar al Harry de dieciséis años al que convencieron que ser como es sería terrible para el y decirle que estaban equivocados, que estaría bien.
Pues las especulaciones sobre las niñas, todo eso sobre si son sus hijas o no, que no pueden ser porque Harry no se ha visto cerca de ninguna mujer, que no pueden ser porque Harry es gay, que Louis sabe cómo moverse y si ha soltado esa información ahora es por algo. Que probablemente están juntos, incluso que la secuencia de eventos puede indicar que algo grande se viene. Que si son hijas de alguien entonces son de Louis y Harry, porque alguien ha filtrado que se trata de gemelas ¿y quién tiene antecedentes familiares sobre ello? Que si se viene nueva música para dar más pistas o un rastreo de sus ubicaciones pasadas comenzando a dudar si realmente estuvieron dónde dijeron que estarían.
Entonces si. Todo eso había atraído mucha atención hacia su persona, y específicamente su sexualidad. Sin Jeff para hacer control de daños los rumores del él no siendo parte de una heteronorma comenzaron a tener firmeza y Harry estaba bien con eso.
Porque su invitación a los grammys no había sido revocada y el seguía figurando como parte de los favoritos para ganar. Así que eso lo hace sentir seguro de que ellos estarían bien.
A ellos no les importa. Debe repetirse, está vez con una sonrisa. Si, hay comentarios desagradables de gran magnitud como siempre... Pero las perdidas son menos. En realidad, a ellos no les importa.
Aquella idea casi lo hace llorar de alegría. Y cuando llegan, cansados y con el jet lag en su sangre, acomodan a cada niña en un portabebe y se toman de las manos justo después de recoger su equipaje. Su equipo de seguridad de confianza camina detrás de ellos, soprendentemente nada exaltados con la situación. Uno de ellos incluso disfruta de hacerle muecas a Halle.
Louis besa los nudillos de Harry.
— ¿Estás listo?
— Joder, si. He esperado toda la vida para esto. — un piquito en los labios y salen del aeropuerto.
Juntos.
Ellos no andan por ahí paseándose. No han avisado que llegarían ni de ha filtrado información de su paradero. No hay reporteros ni grupos de fans para recibirlos. Pero están juntos, con las manos enlazadas y la frente en alto.
En público.
Sin capuchas, sudaderas y miradas sobre la espalda. Sin contratos de confidencialidad en mano ni el miedo sobre el hombro.
Joder, hay una combinación de nervios y emoción revoloteando en el estómago de Harry a cada paso que da. Sigue pensando en que en cualquier momento que cierre los ojos todo va a desaparecer, pero parpadea y no lo hace.
Ellos están haciendo esto y cree que puede llorar. Definitivamente va a llorar.
Porque ellos no se muestran, pero si alguien los ve entonces no hay ningún problema.
Y tan pronto llegan a su auto y el chófer arranca, Harry se suelta a llorar. Una especie de regresión al miedo contenido de años, al estar tanto tiempo encerrado en un recipiente de cristal. Louis solo puede abrazarlo y repartir besos por todo su rostro mientras sus propias lágrimas mojan sus pestañas.
Es demasiado.
Ese sueño que no estabas seguro de poder alcanzar.
Y entonces llegan a su casa de L.A. No es tan acogedora ni huele a hogar como lo hace la de Londres, sobre todo cuando han pasado tanto tiempo lejos de territorio americano. Pero han encargado a una de sus nuevas asistentes ordenar todo ahí. Tienen nuevos artefactos para bebe acomodados perfectamente por todo el lugar y una habitación guardería provisional para sus hijas.
Y ellos están bien.
No pueden hacer más que celebrar con una cena casera y un baño en tina en conjunto donde sus bebés desarrollan una nueva obsesión por las burbujas de jabón.
Es con un peinado en pico por el shampoo que ha hecho reír a sus hijas, con las piernas enredadas entre las de un Louis con barba de Santa Claus hecha de burbujas y cuatro pequeñas manos salpicando el agua de colores que Harry puede sentirse, en cada fibra de su cuerpo, enteramente libre.
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Al día siguiente, justo antes de que todos los miembros de su banda terminen por llegar y adaptarse al horario, finalmente visitan a Alessandro.
— ¡Sue! — sonríe apenas entra y Alessandro no tarda en envolverlo en un cálido abrazo. — ¿Dónde te habías metido? Extrañe tanto verte. No sabes la cantidad de trajes que tengo diseñados para ti
— Ale también me da mucho gusto verte. — se besan en las mejillas. Un beso tronado a cada lado. Entonces el le toma por los hombros, viendo su rostro, incluso juega con uno de sus rizos.
— Pero mírate. Estás bellísimo. ¿Que has estado haciendo? No creas que me compraste con ese teatrito mediocre que has hecho durante el último año. No estás en L.A., sue. Yo sabría si lo hubieras hecho. ¿Que fue? ¿Segunda luna de miel? ¿Quinta? ¿Cuántas van?
Ellos se rien.
— Uno, esas son vacaciones. Aún no estamos casados. Y dos, si estuve con Louis pero solo estuvimos aislados en casa.
— Es decir, hay una pandemia. ¿Pero porque pasarla ahí cuando podrían haber estado en cualquier otro lado?
— Si, respecto a eso — Harry sonríe, la mitad de sus rostro elevándose en un gesto torcido que brilla en emoción. Un solo hoyuelo se marca debajo de sus labios. — Tal vez quieras tomarme las medidas de nuevo, puede que hayan cambiado un poco. ¿Amor?
Entonces Louis se acerca hasta la pequeña mesita donde se han detenido a platicar, camina un poco raro pues balancea el peso de llevar en cada mano un portabebe.
El castaño deja a sus hijas, plácidamente dormidas, sobre la mesa vacía. Asegurando para que el artefacto no se mueva ante cualquier posición.
Alessandro abre los ojos soprendido, y aquel gesto llega hasta sus labios. Su mandíbula cae para después formar una sonrisa.
— Louis — un asentimiento a modo de saludo. — ¿pero quienes son estás pequeñas?
— Halle y Leigh Tomlinson Styles, Ale. Nuestras hijas. — Entonces ellos se miran, y sin poder evitarlo enlazan sus manos para perderse en el brillo de la mirada del otro. — Estábamos en casa, convirtiendonos en padres.
— ¿Entonces... Twitter? — pregunta divertido.
— Tu bien sabes que la mayoría de los rumores en nuestro medio ocultan algo de verdad.
— Bueno, mierda. ¡Felicidades! — se acerca de nuevo para abrazarlo con fuerza — Pero es que, joder, ellas lucen tanto como ustedes. Es impresionante. Son hermosas. ¿Vas a llevarla a las premiaciones? ¿Puedo hacerle unos pequeños vestidos a juego? ¿O tal vez un pequeño trajecito a juego con papá?
— Mamá. — Harry muerde su labio, aún un poco nervioso de hacer ese tipo de corrección.
— Claro, por supuesto, sue. Mamá. Entonces ¿trajes a juego? Son tan pequeñas que puedo tenerlos en un día. — todo el cuerpo de Harry vibra en emoción, entonces se gira mirando a Louis con los ojos más abiertos y brillando en emoción.
Vestir uno de sus trajes a juego con sus hijas, ohdios-oh dios. Eso es EL sueño, ¿no es así?
Y es que, la forma en la que Harry lo mira, es el tipo de mirada que Louis no puede resistir.
Así que sonríe. Mordiendo su labio al sentir demasiadas emociones en su pecho y niega con la cabeza divertido.
— Es decir, mientras la tela sea flexible y puedan moverse sin incomodidad... Creo que sería maravilloso.
Harry no duda en brincar a sus brazos, envolviendo los suyos propios alrededor del cuello de Louis y dar muchos piquitos sobre sus labios. — Gracias, gracias, gracias.
— Entonces déjame tomarles medidas, no te preocupes, no voy a despertarlas.
— Oh, Ale, en realidad — Harry gira el rostro, aún sintiendo el pecho de Louis contra el suyo y sus manos en su cintura — me gustaria que me tomarás medidas a mi primero, se que tienes que ajustar los trajes que discutimos.
Alessandro lo mira sin entender a qué se refiere.
— Ya sabes, un embarazo-uno gemelar, como que te cambia poquito el cuerpo. Tenemos que hacer ajustes. — entonces sonríe, todas las piezas encajando.
— Bueno, si pasamos al estudio podemos hacer la prueba de vestuario enseguida. Vamos a hacer a esas pequeñas y a su mami las mejores vestidas de toda la maldita ceremonia.
— Pero ellas no saldrán en cámara — Harry intenta decir. No parece importante.
— ¡...toda la maldita ceremonia, he dicho!
Ellos rien.
Y mientras Alessandro se encarga de trabajar en el, Louis lo espera como siempre lo hace, está vez, con sus hijas en brazos.
Esa si que es una actualización, piensa el. Antes de sonreír mirando el espejo donde Harry se refleja y acomodando a sus hijas sobre sus piernas.
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Y entonces la noche llega.
Ellos han hecho un acuerdo con el director de imagen para no enfocar a nadie más que a Harry en su mesa. Pero está vez, por primera vez en mucho tiempo, ellos pueden sentarse juntos.
Le han cortado nuevamente el cabello a Harry, y aunque no estaba tan largo como le hubiese gustado antes de cortarlo, decidió que una tercer polémica seria tal vez demasiado. Un paso a la vez, debe recordarse.
Pero sus manos sudan y el está nervioso. Porque esto es grande. Es probablemente lo más grande que han hecho en décadas.
Así que para lidiar con ese estrés había pasado los últimos días disfrutando del volver a hacer música. Si, había compuesto un poco mientras estaba gestando, pero volver a tocar con su banda se volvía terapéutico. Había presentado a sus bebés con todos sus compañeros, y tanto Mitch como Sarah lo habían llenado de abrazos y felicitaciones.
Harry pudo tocar sin parar la pancita en formación de su amiga y empezar a intercambiar experiencias de embarazos y consejos de crianza. —Dios, esto es como el tiempo de conversación que siempre quiso tener. Mitch y Louis simplemente se quedaron de pie con brazos cruzados, una sonrisa en labios y palabras selladas, probablemente, pensando lo mismo.
Así que tiene que ser una buena noche, gane o no. Lo que la prensa escriba o no, esa va a ser una buena noche.
Porque sus hijas visten pequeños chalecos de puntos y un suéter que imita el patrón de su blazer a juego, una diadema de color morado para combinar con su boa, y pequeños leggings cafés. Ellas parecen amar por completo su vestuario sobre todo cuando se les dice constantemente que lucen justo como mami, y parecen estar con más energía de lo que han estado en semanas.
Casi como si supieran que esa es una noche importante.
Louis ha optado por un traje enteramente negro, pero usa un pañuelo en el bolsillo del saco que combina con el blazer de Harry —porque, en serio, ellos aman hacer eso. Ha soltado su cabello largo y lleva la frente descubierta, su barba perfectamente definida.
Harry siente mariposas.
Siempre mariposas de verlo, de ver a sus hijas y observarse a todos combinados. Honestamente no cree que su corazón pueda tolerar más ternura.
El va a morir de amor, va a hacerlo antes de siquiera saber si ha ganado algo.
Sin embargo, el aún debe de caminar por la alfombra solo. Y aunque aquello logra ser una espina en su pecho, Louis no parece molesto por ello.
— Te veremos dentro, amor. — el dice. — De todas maneras son muchas luces para ellas. Y no queremos que sus bellas caritas estén en todas las planas.
— Lo se, es solo que pensé, yo creí...
— Lo se. Pronto amor.
— Pronto. — repite.
Un beso en los labios y alguien el abre la puerta. Entonces los flashes comienzan y Harry sonríe sabiendo que está vez, no es una promesa vacía.
Cuando entran, con manos enlazadas y cada uno sosteniendo a una niña, se vuelven el foco de atención de todos los invitados.
Harry siente las miradas encima, y aunque la ansiedad apresa su pecho no duda. No lo hace porque Louis sostiene su mano dando un apretón.
Una mirada que no necesita interpretación, pues se conocen de tanto y han pasado por tanto que parecen estar conectados más allá de lo que las palabras pueden indicar, y entonces comienzan a avanzar. Saben que todo el mundo en el medio sabía sobre ellos, es solo que la mayoría de ellos nunca los había visto.
La recepción previa al evento es corta, pero agradable. Y una vez superada la impresión inicial, a nadie parece importarle. Muchos de ellos se acercan a saludar y la conversación no pasa de presentaciones «oh si, estas son nuestras hijas. ¿a qué son bonitas?» De una forma u otra, a Harry le resulta imposible dejar de susurrar en el oído de Louis un no puedo creer que estamos haciendo esto.
Se siente irreal, se siente flotar. Se siente como un sueño.
Uno que no se desvanece al salir al escenario.
Porque, nuevamente, su familia lo espera en el camerino asignado donde se coloca su traje de cuero. Donde, por primera vez en meses, no solo se siente bonito, se siente guapo y se siente sexy. Porque no solo es Louis quien lo dice, sino que también puede verlo por su cuenta.
Con su piel tan estirada y adecuándose a las nuevas marcas verse tan bien como se sentía había sido difícil. Aunque ciertamente su cuerpo había cambiado para siempre, la memoria muscular es impresionante. Sus caderas y muslos permanecen algo regordetes, y su cintura no es tan fina como lo era antes pero ha logrado bajar por completo su pancita y ahora sus abdominales comienzan a mostrarse de nuevo.
— ¿Estás nervioso? — Louis pregunta.
— Solo tocare una canción.— sus maquillistas dando los últimos toques antes de retirarse.
— No pregunté eso.
— Lo estoy. Siento como si- — pero su diálogo se interrumpe al escuchar la puerta tocar. Sin nada más programado por esos minutos restantes antes de salir a cantar, se muestra confundido pero aun así abre la puerta.
Entonces está Taylor con sus ojos azules bien abiertos y una sonrisa que llega hasta ellos. — ¡Harry! — casi parece haber un reclamo oculto en su voz.
— ¿Que hay, Tay? — ella entra sin esperar por invitación.
— ¡Louis! Oh dios, oh dios. — ella lleva un bello vestido de flores y con elegancia, se encarga de ponerse en cuclillas para observar al mismo nivel el sillón donde Louis ha recostado a sus hijas. Ellas juntas sus manitas con sus pies y ruedan divertidas — Me entretuvieron en la alfombra, no te vi llegar pero apenas entre todos estaban hablando de estás pequeñas. — ella se acerca un poco hacia Leigh, hablando quedito — Hola, hola. Soy Taylor, Tay-Tay ¿puedes decirlo?
— Ni siquiera lo intentes, apenas pueden decir mami sin trabarse.
— Tait — grita Halle. Entonces Taylor le hace cosquillas y ella ríe contenta. Leigh apresa el dedo de la rubia.
— Traidora.
— Los bebés me aman, Styles. ¿Estas quedandote dónde mismo? Te enviare mantitas personalizadas — ella se pone de pie. — Ellas son idénticas a ti Louis, son hermosas pero hay algo en sus ojos.
— Tienen los ojos de Harry. — el dice orgulloso.
— Ustedes desgraciados encontraron una forma, ¿no es así? — se rie, una extraña mezcla de éxtasis y melancolía. Incluso toma la mano de Harry con cariño. — Felicidades.
— Cuando todo este listo, ¿sabes que también puedes venir con nosotros, verdad? — Louis dice, ella asiente y tal vez empieza a llorar.
Harry quiere empatizar con ella, tal vez abrazarla porque después de todo ella sabe también lo que es. Pero no puede. No puede porque está llorando y ese es un estímulo que su cuerpo reconoce.
— ¡No! ¡Está bien Tay, no llores, no llores! ¡No... Joder. — y es tarde. Ha empezado a lactar. Su camisa empieza a empaparse — Mierda, mierda.
El se saca rápido su chaqueta, y se quita la camisa que es un caso perdido ya. Louis le extiende un par de pañuelos y comienza a limpiarse.
— ¿Que cara-...? ¡Oh, dios! ¡Lo siento, lo siento! No quería.
— Está bien Tay, no pasa nada. Era un riesgo latente toda la noche. — el sigue pasando con golpecitos el paño sobre su pecho.
— ¡Harry Styles sales en cinco...! Te necesitamos en escenario ya.
— A la mierda — toma su chaqueta y la textura se siente fría contra su piel desnuda. Louis lo mira con cejas alzadas pero no tiene tiempo de pensar si será castigado por ello — Sin camisa será.
Toma su boa en un ademán coqueto y guiña su ojo hacia su novio lanzado un beso.
Si. Se siente bien.
El resto de la noche solo parece mejorar.
Su presentación se siente como un éxito y volver al escenario, bailar y cantar es han natural que no puede creer como por tantos factores externos a su arte casi se permite olvidar lo mucho que lo disfruta.
Pero una sonrisa permanece en su rostro en todo momento y el se siente relucir brillante en el escenario.
Ni siquiera las bromas que hace el presentador sobre el pueden opacarlo.
No cuando si mira de reojo puede notar a Louis tras las cortinas. Sostiene a sus hijas en brazos, tienen audífonos para inhibir el sonido y ellas saludan con su mano a mamá.
«Te amo» Louis dice con los labios. Harry responde con una seña de manos.
Más tarde, Harry gana una de las dos categorías a las que se encuentra nominado.
Al pasar tiene los nervios recorriendo todo su cuerpo.
— Miren alla, miren allá bebés. ¿Quien es? Es mamá. Mamá está allá. Está ganando un premio muy importante. Y estamos muy orgullosos de él ¿Verdad? — Louis dice. Sus hijas brincando con el movimiento que hace en sus piernas.
El aprieta sus dedos con timidez, limpiando el sudor de sus palmas en su blazer, y aferrándose a el con la esperanza de que nadie note el pánico que siente.
Recibe su premio con una sonrisa, aún sin creer lo que eso implica. Y agradece, agradece todo lo que tiene porque lo hay otra cosa en la que pensar.
Recuerda mencionar a su próxima a no ser disquera y a su ex manager como protocolo previamente establecido. Pero nada más. El resto sale tan natural que no puede volver a pensar en las palabras exactas que ha dicho.
Y si menciona, más por accidente que por otra cosa, lo feliz que está por su familia recién ampliada y como espera que ellos estén orgullosos de él. Bueno, no piensa en las consecuencias de ello.
Baja por las escaleras equivocadas, y olvida tomar su premio de regreso. No pueden culparlo, solo quiere llegar a recibir besos de baba de sus hijas entre los brazos de quién sabe es el amor para todas sus vidas.
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Lamentablemente, no se les permite volver a Londres de eso.
Con su año sabático terminando a mediados de marzo ellos terminan de adecuar su residencia en L.A.
Louis trabaja a la distancia para dejar todo listo para la inauguración de su disquera a la par que comienza a gestionar un par de proyectos nuevos. —un documental, un festival, nueva música.
Mientras Harry regresa a hacer detalles finales de sus películas y continuar con una breve temporada de entrega de premios. Incluso parecía que todos los rumores sobre su relación —los buenos y los malos— no habían sido del todo terribles, pues finalmente le había llegado la propuesta de protagonizar una nueva película, dónde está vez, puede representar a un hombre queer.
Harry acepto con gusto e incluso consiguió el libro de my policeman para empezar a prepararse para su personaje.
¿Honestamente que tan brillante puede ser su futuro? ¿Cuánta fe pueden poner en el?
Porque el siguiente buen evento que tienen es que sus abogados han ganado la demanda contra Jeffrrey Azoff. Por los antecedentes violentos contra infantes en su propiedad privada, el no puede acercarse más a Harry, ni a sus hijas.
Lo que establece daños a su integridad y por tanto trabajar con Columbia Records implica un conflicto de intereses. Costarle alguien como Harry Styles a un sello discográfico, toma toda la carrera de Jeff.
Y justo como Louis prometió, rogar no es suficiente. Eso lo hace dormir más tranquilo por la noche.
Ahora han emprendido un segundo proceso legal, está vez para poder deslindarse de Columbia. Eso es más difícil, porque todavía hay elementos de su contrato pendiente. Pero dicen sus abogados que separarse y repartir ganancias parece ser la opción más viable. Es eso o detenerse por otro par de años.
En ese momento Harry toma cualquier cosa. No piensa parar, no cuando un mejor futuro se siente tan tangible.
Así que en realidad, se siente positivo.
Sobre todo cuando Louis ha dado una entrevista preliminar para decir que pronto va a presentar su proyecto por completo. Un par de meses más y todo estaría listo.
La linda presentadora incluso le pregunta si está en Londres, disfrutando del clima. Louis se ha vuelto ágil en no inventar un pronóstico falso y entonces solo dice — Estoy en casa.
Pronto, pronto.
Las expectativas de ambos crecen a cada día sin una pizca de paciencia. Están tan cerca que con cada día que pasa toda la situación se vuelve irreal.
Los rumores se han calmado y eso parece hacer las cosas para ellos un poco más ágiles. Harry incluso puede saborear en sus labios el vino con que el hace tantos años prometieron celebrar cuando ese sueño, antes tan quimerico ahora crea en partes su realidad.
Claro que, toda la sutilidad parece irse al carajo cuando, después de una agradable tarde familiar, son las fotos de Louis que circulan en Twitter.
Una fotos de Louis con el mismo carrito para gemelas.
Tal vez pronto está más cerca que lejos.
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