Nuevamente el ambiente era caliente. Hyunjin pronto estaba sin su vestido puesto, completamente entregado a Jeongin. Intentó sacarle su ropa también.

—No — dijo Jeongin apartando su mano. Pero Hyunjin quería llevarlo a su límite así que lo volvió a intentar —Mierda, dije que no.

Se sorprendió de oír la primera palabrota de su boca, se mordió el labio y una vez más lo intentó.

—¿Qué no escuchas? — retó levantando sus manos hasta que estuvieron sobre su cabeza, totalmente inmóviles —¿Es divertido para ti no obedecer? No seas rebelde, harás lo que yo quiera ahora.

Jeongin lo besó de forma dura, entrando en su boca con la lengua y siendo rudo con sus movimientos. Casi no podía seguirle el ritmo, estaba más loco por los toques de las manos sobre su pecho y cintura. Ahora que sus manos volvían a ser libres, acarició el cuerpo delgado y fuerte de su novio con emoción, odiando la tela de su camisa que no le permitía sentir su piel.

Después de un rato, Jeongin se levantó de la cama, parado en el suelo a los pies de la cama con el cabello alborotado, labios hinchados y mirada lujuriosa. Sin decir una palabra, él desabrochó su cinturón y bajó un poco sus pantalones. Su erección estaba siendo muy visible a pesar de estar usando su ropa interior todavía.

Hyunjin entendió todo cuando Jeongin levantó una ceja. Se movió de su lugar acostado hasta estar sobre sus manos y rodillas, inclinada hacia adelante mirando a los ojos a él menor.

—Lo quieres más que yo, ¿verdad? — se burló viendo como le quitaba la última prenda y pronto la polla gorda y venosa estuvo al aire —Abre esa boquita de puta.

No era la primera vez que se la chupaba y aún así Hyunjin se impresionó porque no le entraba todo en la boca. Tenía que usar una de sus manos para masturbarlo desde donde no llegaba, mientras con la otra se sostenía para no caerse.

Jeongin solía ser callado, especialmente cuando tenían sexo. Ahora era como otra persona. Los gemidos de su garganta parecían la canción más obscena y melodiosa que podía existir. Solo se escuchaba eso junto a el ruido de Hyunjin al chupar, pasando su lengua por todas partes y acariciando un poco con los dientes. La mano de Jeongin le sostenía el cabello pero no apretaba demasiado, tampoco se movía de su lugar. Solo la cabeza de Hyunjin iba de atrás hacia adelante.

—Eso es, come toda mi polla — gimió él menor, mirando hacia abajo y disfrutando de los ojos cerrados de Hyunjin, con saliva cayendo de los costados de sus labios.

Sus gemidos pronto se hicieron más seguidos, cada vez más largos y ruidosos. Y Hyunjin se sentía orgulloso de estar provocando eso.

Y hubiera seguido chupando si Jeongin no lo hubiera apartado. Un hilo de saliva lo conectaba con la punta de la polla.

—Ahora te la vas a tragar de otra forma.