⸻𝐃i𝐱. ♡︎ ❦︎
—Vamos, dime, dime. Dime lo que quieres.
Hyunjin aún no podía pensar con claridad, y con los brazos inmóviles solo quería tocarlo. Pero logró decirlo con un poco de dificultad.
—Te quiero adentro — y los masajes volvieron —Por- ¡Ah! Q-Quiero tod-da tu polla aden-ntro.
—Todo lo que mi chico quiera.
—Y quiero tocarte, por favor.
Jeongin fingió pensarlo un momento. Lo cierto es que iba a liberarlo de igual forma, amaba cuando Hyunjin lo tocaba. Amaba que Hyunjin enterrara sus uñas en su piel o que lo acariciara con fuerza.
Pronto las manos de Hyunjin estaban recorriendo su espalda, mientras que sentía esa conocida presión abajo.
No fue amable al momento de entrar, como normalmente era, sino que al estar tan mojado pudo meter toda su polla de un movimiento. Hyunjin soltó un gemido que casi parecía un grito.
—¿Te dolió? — preguntó Jeongin preocupado. Le estaba gustando este juego, ser lo que Hyunjin quería, pero no pudo evitar sacar a la luz su pequeña inseguridad de que quizás Hyunjin no lo hiciera.
Hyunjin negó mordiéndose el labio —No, hazlo rápido. No te contengas.
Y en un segundo pudo sentir como su novio se movía. Al principio sí fue un poco lento pero solo porque Jeongin seguía inseguro, hasta que Hyunjin empezó a gemir y logró entender que estaba bien.
Luego de dos o tres estocadas, Hyunjin comenzó a ser más rápida. Su polla perdiéndose dentro de Hyunjin, quien cumplió al no dejar de mirarlo ni un segundo.
Normalmente, en el sexo vainilla, Jeongin no quería que lo viera, se sentía totalmente sucio. Pero eso era antes. Ahora su mirada lo dejaba hecho un desastre, quería seguir con ese contacto y ver como de bien lo hacía sentir.
Su vista era una Hyunjin con el cabello alborotado, los labios rojos e hinchados, saliva cayendo de los bordes de su boca y una total expresión de placer. Se ponía cada vez más duro y juraría que podía acabar solo con eso.
Las piernas de Hyunjin volvieron a atraparlo. Sentía la presión de sus muslos cada vez que entraba y salía de él. Se sentía en la gloria.
El choque de pieles era cada vez más fuerte, Jeongin comenzó a hacerlo más duro, escuchando felizmente como Hyunjin casi que gritaba por el placer.
Su pene comenzaba a sentirse mejor, aunque no estuviera totalmente en contacto con Hyunjin gracias al condón, Jeongin podía ver que ambos estaban cerca.
—¡Ah! V-Vamos, un poco m-más, ya c-casi — Hyunjin se lo confirmó con eso.
Sus músculos dolían, se comenzaba a sentir más cansado pero no se detuvo. Siguió moviéndose hasta que Hyunjin buscó una de sus manos y las entrelazó.
Hyunjin enía esa costumbre, él jamás se venía si no se conectaban de esa forma.
Y en varias estocadas más, los gritos de la habitación comenzaron a bajar.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro