Chapter twenty-two
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❝ Por más enfermo que suene, la red oscura me dio amigos. Me dio amigos que jamás tuve, me hizo sentir incluido en algo aún si fuera horrible. ❞
Mark miró una vez más la laptop comprobando los datos en ella, se jaló las hebras rubias con frustración al ver su rostro en un montón de noticias. Con la furia y el temor invadiendo todo su ser, tomó la laptop para posteriormente estrellarla en el suelo sin piedad. Felix dio un pequeño saltito en su lugar sobresaltado, Chan lo notó y con el ceño fruncido a no poder más lo abrazó dándole un poco de calma.
—Guarda tus crisis de mierda para otro lugar, estás asustando a mi chiquillo. —Le advirtió con un tono amenazante el mercenario, el rubio asintió ruborizado y avergonzado por completo.
—L-Lo siento, es sólo que la policía está buscándome y... joder, estoy asustado. —Mark murmuró muy apenas cerrando sus ojos en un intento por controlarse. —No quiero ir a la cárcel, Chan.
Chan se tensó ante las palabras con un montón de recuerdos en su mente, de pronto la imagen de su compañero Yugyeom estaba frente a sus ojos.
FLASHBACK.
El joven Yugyeom de dieciséis años negó violentamente ante la petición que le pedía su amigo, Chan rodó los ojos mientras sus labios se curvaban en una sonrisa.
—Vamos, Yugy. No seas cobarde, sólo vas a ayudarme a meter en bolsas unos cadáveres. —Soltó con normalidad señalando los dos cadáveres ensangrentados, Yugyeom apretó su laptop en sus brazos. Se suponía que Chan lo había llamado para hacer tarea de informática, no se imaginaba ni en un millón de años que ahora mismo estuviera observando un cuerpo inerte y que su amigo le estuviera pidiendo el favor de ayudarlo. ¡Era tan bizarro!
—¡No, no! Chan, ¡¿Por qué lo hiciste?!
El adolescente azabache soltó una ronca carcajada mirándolo con tanta burla en sus ojos.
—Deja de llorar como niñita, no pasa nada. ¿Vas a ayudarme o no? —Chan le miró atento a su respuesta, Yugyeom no respondió pero tomó una bolsa para ayudarle.
Chan sonrió, le sonrió por lo leal que Yygyeom era. Hasta en los terribles momentos, hasta en la mismísima muerte.
—Escúchame, Yug. No vas a ir a la maldita cárcel, no te doy permiso de huir como cobarde en una lujosa cama tras las rejas.
Y Yugyeom asintió más tranquilo porque sabía que mientras Chan estuviera con vida, él siempre tendría razones para quedarse.
FIN DEL FLASHBACK.
—¡Channie! —La dulce voz del pelirrojo lo hizo salir de su pequeño trance, Mark seguía ahí de pie mirando a todo momento la ventana. —¿Estás bien? Te fuiste unos minutos.
—Estoy bien. Sólo pensaba en cosas, muñequito. —Le dijo besando de manera corta sus labios, Felix no pudo evitar sentirse avergonzado así que desvió su mirada hacia a Mark.
—Hey, Tuan.
La dura voz de Chan le hizo poner su atención en él, Mark aún tenía una expresión de pánico. Pero, ¿Quién no lo estaría? Él era tan sólo un adolescente que temía ser llevado a la cárcel.
—...Deja de pensar en mierdas, nadie va a encontrarte. —Expresó jalando de la mano a Felix para sentarlo en su regazo, el sofá era cómodo y espacioso. —Sólo es cuestión de fingir tu muerte y ya.
—¿Su muerte? —Felix frunció sus cejas con confusión, Chan casi se ríe ante la inocencia del menor. —Pero, ¿Qué va a pasar con su... familia? Ellos sufrirían, Channie.
—No lo creo, Lix. Estoy seguro de que mi familia apenas notó por las noticias que desaparecí de la casa, realmente mis padres me odiaban.
Felix se sintió muy triste por la confesión de Mark, ¡Él era un adolescente también! ¡Tenía su misma edad! No merecía pasar por cosas así.
—¿Cuánto estuviste afuera, Markie? —El pequeño pelirrojo preguntó dudoso, no sabía si era buena idea preguntar acerca del tema.
—Casi dos meses, estuve viviendo en un departamento rentado. —Se apresuró a responder con simpleza, Chan y Felix lo escuchaban atentamente. —Me fui de casa sin dudarlo cuando unos tipos en la red oscura se ofrecieron a darme hospedaje. Por más enfermo que suene, la red oscura me dio amigos. Me dio amigos que jamás tuve, me hizo sentir incluido en algo aún si fuera horrible.
—Hey, muñequito. —Trató de llamar su atención el mercenario sintiendo las lágrimas del contrario mojar su camiseta negra, Mark miró la escena melancólico y Chan pudo leer un "lo siento" en sus labios. —Lix, mírame, amor.
El adolescente sacó su rostro empapada en lágrimas del cuello de Chan, lo miró un momento con sus ojos brillosos por el llanto.
—¿Ves al imbécil teñido de pie ahí? —Le dijo señalando a Mark quien frunció su ceño sin comprender, el tatuado procedió a seguir hablando. —Mientras yo siga existiendo como la maldita mierda que soy, a Mark no le sucederá nada.
Los ojos de Mark se abrieron con sorpresa y una sonrisa nostálgica se adueñó de sus labios mientras observaba con atención la manera en la que Chan entre risitas besaba la naricita de Felix.
Antes juro morir por Changbin creyendo en su falsa amistad, ahora podría jurar con sangre y honestidad que daría la vida por las personas que observaba.
—¡Puaj! ¡Qué asquerosidad! —Exclamó el grisáceo observando lo que quedaba del rostro de Seo Changbin, se encontraba sentado en una de las bancas tomándose una malteada en el pequeño establecimiento mientras se dedicaba a observar la escena.
—¿Podrías callarte? —Gruñó Lee Minho mirándole con molestia, con su pajilla picaba con insistencia la malteada.
—¿Ya viste cómo quedó el chico? ¡No tenía idea de que ese estudiante también estuviera involucrado!
La mesera les miró con sospecha y Lee se tensó un poco, ¿Eran muy obvios sus hombres custodiando su seguridad? Ellos estaban un poco apartados, no tendrían que generar sospechas.
—...Mierda. —Suspiró el empresario con alivio cuando la mesera le guiñó un ojo a Jisung, estaba coqueteando con él. —¿Podrías dejar de verle las tetas y coquetearle? Quedamos en no llamar la atención, estúpido.
—¿Celoso, bebé? —Se burló Han en su cara mientras se lamía la malteada de los labios de manera lasciva. —Oh, no te preocupes, Lee. Yo sólo quiero enterrar mi polla en la manzanita y en ti también, sería premio doble.
—Vete a la mierda, Han. No vine para esto, vine a encontrar a mi mocoso.
Jisung soltó una encantadora risa dedicándose a observar la escena una vez más, la carretera estaba llena de policías aún. Seguía sin creer que absolutamente nadie vio al culpable del asesinato, ¿Qué diablos hacían en esos momentos?
—Estamos cerca de encontrarlo, puedo sentirlo. —Le dijo acomodándose las gafas de sol, se abrió un poco de piernas dejando notar sus grandes dotes para la mesera quien se ruborizó ante el efecto que le provocaba el grisáceo. —Ahora dime, ¿No te da un poco de risa como quedó el rostro del tal Seo Changbin? ¡Quedó como tarta de manzana aplastada!
Lee se tocó con frustración el puente de la nariz, ¿Podría alguien explicarle por qué demonios se alió con Han Jisung?
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