Chapter twenty-seven
❝ Y Chan, él es el diablo comiéndose tu mente. ❞
—¿Una buena noche, eh?
Chan gruñó mirándole con rabia, el rubio sólo se limitó a reír con más fuerza mientras seguía insistiendo con el tema.
—Como no cierres la boca te juro que lo último que harás será reír, Mark. —Amenazó el azabache quitándole el vaso cristalino de las manos para beberse el líquido que contenía, Seungmin escuchaba con atención la conversación pero su rostro era carente de expresar algo.
—Yah, era una broma. No te pongas así.
Chan notó la presencia del estudiante al otro lado del sofá, Seungmin parecía muy molesto, tanto que veía como apretaba sus puños.
—¿Tienes algún maldito problema?
—No.
—¿Y Lixie? —Cuestionó Mark en un intento por relajar el tenso ambiente entre ambos hombres. —¿En dónde está?
—Él sigue durmiendo. —Se apresuró a responder con rapidez sin quitar la fija mirada sobre el enfadado Seungmin. —Está cansado, sabes. Fue una noche de mucho movimiento.
—¿Movimiento?
El rubio casi se echó a reír cuando observó la cara del adolescente pero prefirió contenerse, era algo serio la manera en la que ambos se ponían por Felix.
Seungmin se colocó de pie con molestia antes de subir las escaleras, Chan en ningún momento perdió de vista sus movimientos y estaba a nada de seguirlo pero la voz de Mark lo detuvo en seco.
—Chan, no sigas. Creo que Seungmin ya está siendo amable al darnos un lugar para quedarnos, ¿No crees? —Expresó el rubio de manera tenue intentando relajarlo pero sólo logró conseguir que el mercenario apretara la mandíbula aún más enojado. —No me mal entiendas, no confío en él pero creo que mínimo deberíamos agradecer.
—Acaba de subir las malditas escaleras, Felix está solo arriba.
—Se ha ido enfadado, no creo que ahora precisamente quiera hablar contigo o con Felix.
—No me importa. —Respondió siguiendo con su camino hacia a las escaleras, Mark suspiró tomándolo del brazo.
—Por favor, Chan. Sólo tengamos un momento tranquilo.
Chan se soltó bruscamente del agarre y regresó a la sala principal, Mark sonrió levemente antes de seguirlo.
—¿Seungmin?
Felix aún somnoliento apareció por el pasillo sorprendiendo a su compañero afuera de la puerta.
—Entra. Quiero hablar contigo.
—¿Qué? ¿Por qué? —Cuestionó inmediatamente el pelirrojo tallando sus ojos, se negó a entrar de nuevo a la habitación. No entraría, no al menos con Seungmin. —¿En dónde está Channie?
—Sólo entra, Lixie. —Respondió empujándolo con fuerza hacia la habitación, en cuanto ambos estaban adentro se permitió cerrar la puerta con seguro para evitar ser interrumpidos.
—¿Qué haces Seungmin? ¡Déjame salir ahora!
—Shh, Lixie.
—Mhm... ¡Basta! ¡Quítate! —El pelirrojo lo mordió en la mano con fuerza evitando que volviera a callarlo.
—¡Auch, Felix! Sólo quiero hablar.
Seungmin le tomó de las manos para posteriormente sentarlo en la cama, antes de que el pelirrojo realizara algún movimiento se colocó en su regazo impidiendo su forcejeo.
—¡Quítate Seungmin! —Volvió a quejarse cuando sintió el cuerpo de su compañero, las manos de Seungmin estaban posadas en su rostro, específicamente sus dedos tocaban su naricita con fervor.
—¿Por qué? ¿Por qué a Chan?
—¿Qué? Seungmin... Si intent-
—¿Por qué a un asesino? —Interrumpió el azabache mirándole intensamente, sus movimientos sobre su rostro se detuvieron.
—¿De qué hablas? ¡No entiendo nada de lo que dices!
—¿No entiendes?
Seungmin soltó una risa histérica sin dejar de verlo, el pelirrojo se sintió cohibido al verlo de esa manera.
—...¿Estás seguro que no entiendes? —Volvió a cuestionar esta vez posando sus manos en las mejillas de Felix, el agarre era firme obligándolo a que lo mirase. —¿Cómo puedes envolverte así de fácil con un asesino como él, Lixie? Creí que eras inteligente.
—N-No es tu asunto, Seungmin.
—¡¿Qué no es mi asunto?! ¡Traté de protegerte! ¡Todo por ti!
—¡Me mentiste y trataste de dañarme! —Refutó el adolescente con enfado en su voz, sus pequeñas manos trataban de quitar el cuerpo del azabache pero era en vano. —No digas que me has protegido porque no es así.
—¡No lo entiendo, Felix! ¡¿No te das cuenta?! ¡Te usará como otro de sus juguetes!
—Eso... no es cierto.
—¿Qué te sucede? ¡Te ha secuestrado desde un principio! ¡Asesinó a tu amigo Jeongin! ¡Por su culpa Woojin le disparó a Hyunjin y a San!
—¿Jinnie hyung? ¿Mi hyungie? ¿S-San? —El menor balbuceó sorprendido por la declaración, sus ojitos picaban y estaba a nada de llorar por los recuerdos. —...Mientes.
—¿Has perdido la razón? ¡Es verdad lo que digo!
—¿Tú? ¿En serio tú me dices que he perdido la razón? —Felix soltó una carcajada mirándole con rencor, lágrimas amenazaban con salir de sus ojos por todo lo que escuchaba. —Y-Yo no he tenido opción, ni de ser secuestrado ni de estar confundido por un asesino.
—Mi madre dice que estoy enfermo pero eso no significa que sea del todo un inútil, muy pocas veces puedo darme cuenta de algo. —Le contestó herido por sus palabras, con sus nudillos le acarició las mejillas con suavidad. —Tú eres el que ha perdido la razón, mi dulce Lixie. Y Chan, él es el diablo comiéndose tu mente.
—Seungmin...
—Huye antes de que Chan te destruya, hazlo.
—¡Ábreme la maldita puerta ahora mismo, Seungmin!
Ambos chicos se giraron para mirar la puerta que era golpeada bruscamente, Seungmin no le tenía miedo, claro que no. Pero Felix sí y las palabras anteriormente dichas por su compañero no son una gran ayuda.
Hyunjin miraba la puerta con ansias esperando a la visita que tanto había solicitado, la verdad es que luego de la charla con San le hizo rabiar y darse cuenta de lo que realmente debería hacer.
FLASHBACK.
—Hyunjin, ¿Y Changbin? Llevo esperando horas a que venga, ¡De seguro el idiota está dándose el lujo de estar en casa como rey!
—San... hay algo que tengo que decirte.
—¿Qué sucede? —El muchacho miró a Hyunjin con curiosidad, el castaño tragó saliva y exhaló un momento antes de comenzar a decirle la verdad.
—Changbin, él... ha fallecido.
La expresión de San se tornó pálida por unos segundos, hubo silencio absoluto por varios minutos hasta que el adolescente volvió a hablar.
—¿C-Cuándo sucedió? —Se atrevió a preguntar ahogándose con el terrible nudo de tristeza que sentía por su antiguo carismático compañero de clases, no era justo. —Hyunjin, respóndeme.
—Hace algunos días, me lo dijo la oficial Jisoo. —Respondió apenas audible para el contrario, se sintió fatal cuando escuchó los sollozos de San. —Lo siento mucho.
—Él no lo merecía. Changbin era tan bueno como estudiante y amigo, su carisma dejaba encantados a todos. —Expresó limpiando las amargas lágrimas de su rostro, una sonrisa nostálgica escapó de sus labios cuando lo recordó. —Incluso a Lixie le enamoró su forma de ser.
Hyunjin frunció el ceño mirándole y sólo se limitó a abrazarlo como reconforte.
—Lo siento, San.
FIN DEL FLASHBACK.
—¿Hyunjin? ¿Para qué me has citado?
—Quiero que me diga todo, oficial Jisoo. Todo lo que sepa, estoy dispuesto a ayudarle.
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