Chapter four.
❝ Hay que temerle más a los vivos que a los muertos. ❞
—Entra a la casa ahora, Lix. —Le pidió Hyunjin antes de lanzar la caja a la basura con enojo.
El pelirrojo obedeció inmediatamente asustado por la carta y por la hora en la que habían dejado esa caja. ¿Quién rayos vendría casi a las doce de la noche?
Mientras tanto Hyunjin miró por los arbustos y por toda la calle fijándose si alguien seguía ahí, al no ver a nadie decidió entrar nuevamente a la casa cerrándola con seguro.
—¿Vas a explicarme lo que está sucediendo?
—Hyunjin hyung...yo no sé. Ésta tarde yo quería una manzana de caramelo y un chico rubio se me acercó. —Dijo en voz bajita terriblemente asustado por lo sucedido. —...Quería comprarme todas las manzanas pero no acepté.
—Dios, Felix. No voy a dejarte solo, tienes a un jodido loco siguiéndote. Y tus padres ni siquiera están la mayor parte del día. —Reclamó enfadado paseándose de un lado a otro, le desesperaba que no hubiera nadie en la casa del menor. —Me quedaré todos los días hasta que tus padres lleguen.
—Estoy asustado...hyung.
El mayor lo miró y sólo por un segundo Felix pensaba que era buena idea confesarle lo de la página en la que se metió.
—Calma, Lix. No dejaré que nada te suceda, hablaré con tus padres. ¿Está bien?—El castaño lo abrazó en un intento por calmarlo y le acarició los rojizos mechones.
Pero Felix no contestó, estaba muy asustado. Ni siquiera se había dado cuenta de que ese chico rubio lo seguía, lo peor es que le dijo que vendría por él.
Y el pequeño pelirrojo lloró esa noche por haber entrado a esa página. Por otro lado, Jeongin no podía dormir bien y todo era por el constante miedo. Y él claramente sabía porque estaba tan aterrorizado. Felix estaba destinado a tener un final cruel, a ser utilizado para el propio beneficio de los hijos de puta que estaban en la Deep Web, sabía perfectamente las torturas que eran capaz de hacer ahí.
Lo sabía perfectamente porque él también lo hacía.
Negando se levantó de inmediato de la cama y sacó toda la ropa de sus cajones encontrando lo que tanto quería: la pistola de protección.
—No dejaré que nada malo te suceda, Felix. Es mi culpa, yo te metí en el infierno y lo justo es que te saque.
Los días parecían ir con normalidad después de que recibieran la carta, una semana exacta había pasado. Los señores Lee estaban enterados del acosador gracias a Hyunjin, él se había ofrecido a cuidarlo todas las noches con ayuda de su hermana. Estaban pendientes de todo, de las personas que tocaban el timbre, de que las cortinas de las ventanas estuvieran cerradas. A decir verdad le estaba ayudando al pelirrojo a sobrellevar la situación y todo parecía transcurrir bien.
El castaño suspiró frustrado, Felix ya había faltado una semana y no podía faltar más o entonces no se graduaría de la preparatoria. Lo cierto es que Hyunjin no se sentía listo para dejarlo salir, tenía miedo de que algo le pudiera ocurrir mientras no estaba él para ayudarlo.
—Oye, cariño. Todo estará bien con Lix, ya es hora de que asista a clases, no hay señales de ese tipo acosador. —Le dijo la madre del pelirrojo mientras tomaba su bolso para salir de casa pero antes le dejó un beso en la sien a su hijo. —Adiós, mi amor. Hyunjin, cariño, cuídalo bien.
—Lo haré, señora Lee. Lo llevaré yo mismo.
—Gracias, cariño. —Respondió saliendo por la puerta para meterse al automóvil donde le esperaba su esposo.
—Hyung, ¿Ya podemos irnos? Estoy listo.
El castaño esbozó una mueca y asintió no muy seguro.
—Toma tu mochila rápido, yo te llevo antes de irme a la universidad.
—¡Gracias, Hyunjin hyung!
Una hora más tarde.
Felix se encontraba medio dormido sobre su butaca con un San adelante de él riéndose por la baba que había derramado.
—Yah, San. ¡No te rías de mí! No es gracioso. —Le dijo juntando sus cejas en forma de una oruguita haciéndole ver adorable, San ahogó un gritito ante lo tierno que se veía.
—Uy, perdón. No me voy a reír más, Lixie. —Respondió con una sonrisa burlona en su rostro. —Pero hay que admitir que luces adorable enojado, ¿Verdad que sí, Jeongin?
El mencionado los miró por una fracción de segundo antes de asentir levemente con la cabeza.
—Sí. —Le dijo rápidamente antes de girarse de nuevo para "prestar" atención a la clase, San lo miró extrañado.
—¿Le sucede algo a Jeonginnie hyung?
—No... creo, Lix.
—Pero...
—No te preocupes, Lixie. Sólo esta de mal humor o eso creo. —Dijo mirándolo con una sonrisa fingida en sus labios, estuvo a punto de maldecir cuanto el pequeño pelirrojo hizo el amago de acercarse a Jeongin pero en cuanto el timbre sonó indicando el receso rápidamente lo tomó del brazo. —Yah, tengo hambre. ¡Vamos a comer!
Ambos caminaron hacia la cafetería, San lo sentó en una mesa antes de irse a formar.
Felix observó entre suaves risas como San era empujado por otros y este se quejaba enseñando su puño, de pronto su cuerpo se tensó cuando sintió una mirada posarse sobre él. Se levantó de la mesa dispuesto a correr hacia a el baño y así lo hizo, cuando estaba en el pasillo escuchó pasos detrás de él.
El pequeño se giró para ver y palideció cuando notó que un chico de cabello oscuro que nunca había visto le miraba fijamente, Felix siguió caminando hasta meterse al baño y cerrar la puerta con seguro.
—Eh, Lix. ¿Por qué le has cerrado?—Preguntó Changbin saliendo del cubículo extrañado, el pelirrojo suspiró aliviado.
—Changbin hyung, hay un chico que me está siguiendo.
—Felix, es el baño. ¿No crees que si te seguía era porque también venía al baño?
El mencionado analizó sus palabras sintiéndose avergonzado.
—...De todas formas saldremos juntos, ven. —Le dijo antes de abrir la puerta y toparse con el mismo chico del que anteriormente hablaba, este le dio una mirada rápida a Felix antes de meterse con urgencia al cubículo.
Changbin salió completamente del baño con el menor siguiéndole.
—¿Ves? Te lo dije, Lix. Sólo iba al baño. —Mencionó con una sonrisa cálida abrazándole por los hombros. —Además es Seungmin, está en nuestro salón. ¿Lo recuerdas? Se sienta al fondo.
El chiquillo intentó hacer memoria pero nada a vino a su mente, jamás se había sentado atrás y nunca le ponía atención a las personas que se sentaban por ahí.
—Uh, sí. —Mintió caminando de vuelta a su mesa de pronto sintiéndose avergonzado. —Lo siento, Changbin. Ten un lindo día.
—Cuídate, Lixie.
Caminó a su mesa y la figura de San se posó en su camino.
—Listo. ¡Logré conseguir sándwiches!
—¿Recién saliste?—Le preguntó abriendo sus ojos con incredulidad, San asintió ganándose una adorable risa por parte del pelirrojo.
Tal vez estaría a salvo.
—Tienes que darte prisa.
Chan lo miró extrañado.
—¿Qué mierda estás hablando ahora?
—Dije que tienes que darte prisa, Chan. —Repitió mirándolo con seriedad, colocó una caja azul en el suelo y el tatuado le dio una calada a su cigarrillo. —A tu mocoso lo han estado acechando, ve la firma. Han Jisung se está adelantando, encontré la caja afuera de la casa de Felix.
—Han se puede ir a la verga porque no dejaré que toque lo que ya me pertenece. —Le dijo con la mandíbula tensa y pateó la caja lejos, cuando notó que Yugyeom iba a responderle se apresuró a hablar de nuevo. —A una verga que no sea la de mi mocoso, Yugyeom.
—¡No iba a decir eso!
—Te conozco y si dices algo estúpido te juro que te saco el corazón para alimentar a mi Pitbull.
El pálido tragó saliva nervioso, ese maldito perro Pitbull le aterrorizaba por completo. Lo había visto comerse un cuerpo, ¡Un maldito cuerpo que aún estaba vivo y consciente!
—Yah, ¿Qué vamos a hacer?
—No pienso perder más tiempo, iré por el mocoso. —Respondió Chan dándole una calada a su cigarrillo reteniéndose por unos cuantos segundos, al final soltó el humo. —Lee Felix me pertenece y si Han, Lee o cualquier hijo de puta se atreve a tocarlo entonces me van a conocer y joder que me van a conocer realmente bien.
Yugyeom suspiró asintiendo y salió de la habitación en busca de las cosas necesarias.
Lee Felix se iría con él.
Era un maldito sí o sí.
Las clases habían terminado, todos tomaban sus mochilas y rápidamente salían del salón como alma que lleva el diablo. El chiquillo pelirrojo fue el último en salir con la mochilita de estampado colgándole en el hombro, tenía miedo ya que toda la clase el chico llamado Seungmin no paraba de mirar cada cosa que hacía, incluso se cambió de banco cerca de él y hasta lo sorprendió dos veces tratando de tocar su cabello.
Seungmin era tan extraño.
Caminó tranquilamente por los pasillos ya que Seungmin había salido primero que él, siguió caminando nuevamente pero sintió los pasos de alguien siguiéndole, se apresuró a caminar más rápido en busca de llegar con su hyung Hyunjin, podía lograrlo.
—No de...nuevo, por favor, no de nuevo. —Dijo bajito mientras seguía moviéndose con rapidez.
Felix se giró para ver quien lo seguía y sus ojos se llenaron de miedo, era el chico de cabello oscuro de nuevo. Siguió caminando como pudo y definitivamente el chico lo seguía pero, ¿Por qué? Giró por el pasillo con Seungmin siguiéndolo.
—¡Basta, Seungmin! ¡Para de seguirme!—Le gritó recordando su nombre gracias a Changbin, con pequeñas lágrimas deslizándose por sus mejillas se atrevió a hablar nuevamente. —¡¿Por qué lo haces?!
—Quiero ser tu amigo, Felix-ssi. —Respondió con suavidad y con un toque infantil en su voz, sus ojos transmitían tristeza.
—¡Pues no quiero ser tu amigo! ¡D-Déjame en paz!
Seungmin lo miró triste.
—¿Por qué, Felix-ssi?
—¡Me haces sentir incómodo!
—¿Incómodo? ¿Por qué?—Le volvió a preguntar suavemente el chico sin comprender, se encajaba las uñas en su brazo como una conducta que no podía evitar.
—¡Porque me no me gusta que me hables! ¡Me seguiste todo el camino!
Felix intentó seguir caminando pero Seungmin de inmediato avanzó con él.
—Quédate ahí, Seungmin. —Le dijo entre lágrimas pero al parecer el muchacho tenía la mentalidad de que venían juntos. —¡Ya basta!
—Pero podemos jugar juntos en la Deep Web... ¡Te vi!—Sugirió mirándolo fijamente y por un segundo le sonrió de manera muy tétrica, eso logró desequilibrar su paz.
—¿Qué..?
El pequeño pelirrojo negó con miedo y salió corriendo sin importarle nada. Miró hacia atrás por unos segundos, Seungmin aún venía atrás y también corriendo.
—¡Lix!—Le llamó Hyunjin mirándolo preocupado cuando lo vio agitado, Jeongin y San estaban a su lado. —Hey, ¿Qué sucede? ¿Por qué estás tan agitado?
—S-Seungmin me seguía y me decía cosas raras. —Dijo abrazándose con fuerza al cuerpo de Hyunjin, este intentaba calmarlo acariciándolo.
—¿Seungmin el de la clase?—Preguntó Jeongin irritado por no haberse dado cuenta antes.
Felix asintió sin mirarlo, Jeongin caminó acompañado de San de vuelta a la preparatoria.
—Intentaré buscarlo.
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