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── 🧶⋆ ࣪ O1 ֶָ֢֪

Minho secaba sus cabellos húmedos y grises mientras que veía a su novio mirar a través de la ventana, estaba lloviendo. No era como si la lluvia le diera miedo, no, solamente los truenos y rayos eran aquellos que la aterraban, así que miraba tranquilo a su novio cerrar la ventana y las gotas de lluvia caer detrás de esta. Dejó el secador sobre la mesita de noche, esperando a que Christopher se acostara sobre la cama junto a él, más sin embargo, lo único que hizo fue caminar hasta el otro extremo de la habitación, deteniéndose frente al tocador.

Divisó el reloj a un lado de él hombre, tratando de mirar a otro lado que no fueran el pecho fuerte de su novio, dándose cuenta que ya eran las once de la noche. '¿Tan rápido transcurrió el día?', pensó. Se recostó boca abajo mientras que lo miraba desvestirse para ponerse la pijama, mordiéndose el labio ante el cuerpo tan deseable que tenía su pareja, y parecía que él lo notó porque sonrió.

"Honnie" ante el llamado volteó su mirada a otra parte, aunque pronto sintió las manos de Christopher enredarse en sus cabellos.

Se sonrojó al verlo así, totalmente desnudo y con una sonrisa amplia. No era como si nunca lo hubiese visto así, ya que eran incontables las ocasiones en que habían hecho el amor.
De inmediato se colocó encima de el, tomando su rostro entre sus manos y comenzando a besarlo con pasión, enredando sus lenguas al momento de hacerlo. Las manos del mayor se sentían como suaves nubes acariciando sus caderas, apretandolas con amor y bajando sus besos hasta su cuello. Un gemido abandonó la boca de Minho, al sentir al más alto succionar su cuello, dejando chupetones sobre este, casi formando un corazón con ellos. Con una de sus manos, Christopher bajó habilidosamente el tirante de la pijama de Minho, cayendo este por su hombro, de inmediato sus pezones se revelaron en su camisa, marcandose sobre esta y haciendo a el más grande soltar un suspiro pesado.

Se separó por un momento para deshacerse de la ropa del más pequeño, bajando sus shorts negros, para después remover su ropa interior, dejándolo totalmente vulnerable ante el. Se sentía como un conejito al ser atrapado por el lobo, compartiendo miradas unos segundos antes de que se lo comiera.

Minho terminó de acomodarse en la cama, en una posición que fuera cómoda para el, y dejó su entrada a la vista de su novio.

"¿Todo esto es para mí?" no sabía si era por lo caliente que estaba o simplemente que fuera la realidad, pero la voz de Christopher al decir esa frase había sonado jodidamente sexy. Uno de los dedos del Australiano se deslizó entre los cachetes del peligris hasta su entrada, pudo notar el placer en la mirada del chico "Respondeme, príncipe" dijo lento contra su oreja, su aliento caliente chocando contra el y haciéndolo gemir.

"Sí, todo esto es tuyo, papi" contestó mordiéndose el labio, sin poder esperar a que metiera sus dedos en el.

"Me gusta que seas obediente, creo que te mereces un premio solo por eso."

Sin más, comenzó a besar los pequeños pezones de Minho, ganándose gemidos de parte suyo al hacerlo. Con su otra mano se encargaba de pellizcar y retorcer su pezón izquierdo, puesto que el derecho se encontraba ocupado siendo succionado con su boca. Minho mientras tanto, tomaba con fuerza su cabello, invitándolo a acercar sus cuerpos más de lo que ya lo estaban.
Minho necesitaba con urgencia atención en su entrada, mordía con tanta fuerza su labio que sentía que en algún momento comenzaría a sangrar. Y como arte de magia, Christopher se separó de su pequeño pezón rosado, casi rojo debido a las marcas que dejó.

"¡Papi!" dijo con voz aguda, Chris de inmediato acarició su mejilla "Lo necesito, a usted y a sus dedos."

"Tranquilo, conejito, tienes que ser paciente con este tipo de cosas."

Volvió a bajar, esta vez dejando su rostro hasta estar frente a su entrada. Minho suspiró al sentir las respiraciones calientes contra su parte. Christopher lamió sus muslos internos, dejando uno que otro chupetón después de hacerlo. A este paso, probablemente Minho ya estaba todo rojo y lleno de marcas.

Con sus manos, tomó sus muslos, alzándolo y manteniéndolo en su lugar. Una lamida sobre su dulce falo hizo que tirara su cabeza hacia atrás, llevando sus manos hasta su cuello, tratando de calmar el enorme placer que sentía al tenerlo entre sus piernas.

"Oh mierda, Chris" gimió. El chico lo miró confuso, de inmediato se corrigió "Perdón, papi."

El peligris movía sus caderas al compás del mayor, tratando de aumentar su placer. Con una de sus manos comenzó a masajear uno de sus pezones, excitado de la imagen de su pareja chupándosela. A este punto se estaba conteniendo de correrse, debía admitir que Christopher tenía mucha experiencia además que conocía su cuerpo como si fuera la palma de su mano, sabiendo sus puntos favoritos pero también lo que no le gustaba.

Y fue ahí que perdió la cordura.

Al sentir uno de sus largos dedos adentrarse en el, sus ojos parecieron ver las mismas estrellas al sentir ambas partes siendo estimuladas.

"Papi, quiero, quiero..." su frase se vió interrumpida por un gemido, olvidando de lo que estaba hablando.

"¿Qué necesitas, ángel?"

"Necesito sentirlo."

Christopher sonrió y dejó un beso sobre el glande mojado del chico. Se levantó sobre la cama y comenzó a posicionarse encima de el, de tal modo en que sus miembros se rozaran. Minho jadeó al comenzar a moverse, al igual que el, su papi también estaba con su pene mojado y duro, tal vez por el simple hecho de sus gemidos.

Su ritmo era rápido, Christopher gemía fuertemente debido al placer que se sentía. Poco después de moverse, prácticamente a velocidad de la luz, ambos llegaron al orgasmo con un gemido grave y voz entrecortada. El mayor se tiró a la cama de inmediato, abrazando a su lindo príncipe después de calmar su respiración.

"Deberías dormir ya" acarició la cabeza del menor, Minho rió.

"¡No quiero!" hizo un pequeño puchero, a lo que Christopher dejó un beso en sus labios.

"¿Y si te abrazo para que lo hagas?"

"Bueno, eso suena convincente" con una sonrisa se lanzó a sus brazos.


















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