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Mordía sus uñas con nerviosismo mientras daba vueltas por su habitación.

—Solo llámalo —alentó Jeongin, después de su mal entendido, habían tenido algunos encuentros y se podría decir que eran amigos. Esa palabra aún era extraña para él.

Changbin le había dicho que debía socializar con más personas, pues solo había tenido un amigo en toda su vida y luego se transformó en su novio, por lo que se podría decir que nuevamente había quedado sin ningún amigo.

In había descubierto su trabajo cuando apenas llevaba días en él, y le ayudó a ocultarlo de su novio, cubriéndolo de vez en cuando.

Y ahora estaba apoyándolo, había pedido la tarde libre en su trabajo y se encontraba reunido con Jeongin, necesitaba a alguien más con él si quería llamar a su padre.

Tomando una fuerte respiración marcó su número. Timbro una vez.

Y otra. Y otra.

Estaba pensando en colgar, menos hasta cuando una voz grave irrumpió sus pensamientos.

—¿Chan? —grave, rasposa y cansada, su voz era tal cual la recordaba, sus rodillas temblaban y sintió que caería, pero entonces sintió la mano de Jeongin posarse en su hombro, dándole ánimo de una manera silenciosa.

—Padre, yo… tengo que decirte algo —dudó un poco ante sus palabras, temiendo la manera en la que el hombre se las pudiera tomar.

—Qué coincidencia, también tengo algo que decirte, pero ahora no tengo tiempo, ve a la cafetería que está frente a la plaza mañana a mediodía —Chan quiso refutar cuando la llamada se cortó.

Genial, aún se seguía comportando como si fuera el único que tenía cosas por hacer. Lanzó su celular sobre la cama pasando las manos sobre su cabello.

—Está bien, Chan, por lo menos ahora podrás decírselo en persona —¿era eso tranquilizante? El verlo, ¿era mejor que simplemente contárselo por celular?

In notó como las piernas de Bang flaquearon y antes de que pudiera caer al frío suelo, envolvió su cuerpo con sus brazos.

Chan correspondió al acto, lo necesitaba, no era como cuando Changbin lo abrazaba, era diferente, pero le agradaba.

Tal vez, si necesitaba un amigo después de todo.

La puerta de la habitación se abrió con brutalidad haciéndolos separarse de repente, viendo ambos en dirección a la entrada.

—¡¿Qué está pasando aquí, Bang Chan?! ¡En mi propia casa!, ¡¿me estás engañando?! —el pánico se apoderó de ambos, Jeongin tomando la iniciativa de acercársele.

—No es lo que crees, Changbin, es tu novio, yo respeto eso, lo sabes —trataba de excusarse, pero todas sus palabras fueron interrumpidas por una estruendosa carcajada de Seo.

—Hubieran visto sus caras —dijo tratando de calmar su risa—, no es por ofenderte, Jeong, pero no eres el tipo de Chan y confío lo suficiente en él como para saber que no me engañaría y si lo llegara a hacer me lo diría. ¿Verdad, amor? —se volteó a ver con ojos de cachorro a su novio.

—Claro —rodó los ojos—, no es como si In fuese tan guapo.

Después de continuar con su charla, Jeongin recibió una llamada de Hyunjin, por lo que tuvo que despedirse y dejar a los dos tortolos solos.

—Iré al baño —Chan se levantó de su lugar para dirigirse al baño, Changbin se acomodó en su cama sintiendo algo incómodo en su espalda.

Al bajar sus manos, se encontró con el celular de Chan, el cual se iluminó tan pronto como estuvo en sus manos, un nuevo mensaje apareciendo en la pantalla.

No quiso hurgar entre las cosas de su novio, pero fue inevitable para él leer aquellas letras que aparecían en la pantalla.

Joohyun

Chan, mañana la empresa estará cerrada a causa de una fumigación que se llevará a cabo, así que no tendrás que venir a trabajar.

Su mente dio varias vueltas. Chan… ¿Estaba trabajando?

Pero, ¿por qué? Si a él nunca le había faltado nada...

¿No sería por...? No. Chan no podría estar trabajando para tratar de ayudarlo.

La puerta de la habitación se abrió, el rostro de Chris palideciendo aún más al ver su celular en las manos de su novio y la expresión que éste tenía.

—Channie, ¿cómo es eso de que estás trabajando? —su ceño se frunció y cruzó sus brazos, siendo por primera vez consciente de lo cansado que se veía su novio los últimos días y no había tomado importancia.

—Yo... Yo... Lo siento —no tenía nada más para agregar, sabía que Bin se enojaría con él si se enteraba.

—No tienes que disculparte, pero no quiero que lo sigas haciendo, ya bastante me has ayudado, no quiero que te sigas esforzando por mí —dijo levantándose para dejar un beso en su sien.

—Está bien... Yo, renunciaré la próxima semana —Changbin asintió con una sonrisa y dejó un suave beso en sus labios, los últimos días no tenían mucho tiempo para ellos, por lo que atesoraba cada momento a su lado.

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big hug
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