🍨 | 𝘀𝘂𝗻𝗱𝗮𝗲 |
Harry se va un jueves por la mañana, y es estando en el aeropuerto que se da cuenta, que en realidad tiene una extraña ansiedad apretando su pecho. El nunca tuvo a alguien con quien compartir su vida. Y antes de Louis, realmente nunca tuvo que dejar a Elio por tanto tiempo. Separarse, aunque por poco tiempo, sencillamente se siente mal.
Es Niall quien, aunque enternecido por la reacción de su amigo, se encuentra cargando todos los bolsos de mano de Harry y ya hicieron la llamada para abordar. Ellos tienen que irse ahora, pero su jefe se muestra incapaz de dejar de peinar los rizos de su hijo y aplanar arrugas inexistentes en su ropa mientras recita toda la lista de actividades que, Niall sospecha, Elio ya sabe.
— Recuerda entregar tu permiso para llegar tarde en prefectura hoy. Sin azucar entre semana. Tienes tu examen de matematicas el miercoles, debes repasar algebra. Y la señora coco debe de comer...
— Despues de salir a pasear. Lo sé, mamá. — Elio responde divertido ante la preocupación de su madre. Pero no rompe su abrazo, tal vez, tampoco esta listo para que se vaya.
— Tienes que comer tus porciones de vegetales, no vayas a dormir con el cabello mojado, y tienes que secar tus pies.
— Mamá — advierte sonrojado ante la mirada de Niall. Harry lo abraza fuerte y es en ese momento, que mira sobre el hombro de su madre para pedir ayuda exaltando sus ojos. — Papá, ¿por favor?
Louis sonrie, apretando sus labios en ese gesto que Elio ha comenzado a imitar. Da un paso cerca y pone su mano en la espalda de su novio. — Creo que tenemos eso cubierto, amor. ¿Qué hay de un beso de despedida para mi?
— Un beso de despedida para ti. — Harry se endereza para ver a Louis a los ojos, y en un movimiento que ya puede predecir pero aun asi aprieta en nervios su estomago, Harry pone las manos en su rostro. Louis ama este gesto, y la antelación que viene para unir sus labios. Naturalmente, Louis no puede hacer más que llevar las manos a la cintura de su chico para apretarlo cerca. Un abrazo que espera, deje la sensación de su toque hasta que vuelva, que se llene de su perfume y lo bese tan profundo para compensar los días en que no podra hacerlo. Incluso cuando sus pulmones comienzan a sentirse vacios, no se separa. Lo besa un poco más, intentando saborear cada sabor que existe en su boca porque tal vez asi, no lo extrañaria tanto.
— Okaaaay, amigos, mantengamos esto PG-13, ¿esta bien?
— No seas celoso, tío Niall. — Ambos se rien en medio de su beso y eso, justamente, lo que hace que deban romperlo.
— Voy a extrañarte. — Louis deja un pico en sus labios. Solo uno más. — Ahora ve y arrasa con todos ellos, bebé.
— Lo voy a intentar.
Harry toma su bolso de mano y camina hacia la puerta de ingreso. Se despide agitando su mano antes de darles la espalda, sin embargo Elio no se resiste de correr y abrazar a su madre otra vez. Y tras diez segundos que pasan demasiado rápido, Elio lo suelta; sabe que mamá nunca rompe los abrazos primero.
Para cuando sube, ya se encuentra extrañandolo.
— Ahora — Louis aplaude, juntando sus manos en un sonoro golpe. — Vamos a llevarte a la escuela, campeón. — se ríe, solo porque esta feliz de estar con Elio, pronto pasa su brazo por los hombros de su niño y se dirigen al estacionamiento.
・。。・゜🥞 ゜・。。・
Estar sin Harry es, por lo menos, extraño. Se encuentra extrañandolo en cada esquina en la que mira.
Louis ya se encontraba enfermo de amor, adicto a la idea de llegar a una casa donde Harry estuviera esperándolo. Obsesionado con sus abrazos nocturnos y el perfume de su crema de noche fusionandose con su sudor... no quiere ser pegajoso, pero lo es. Y mira la pantalla de su teléfono cada que puede anhelando el escribirle a su chico; como si la idea de saber que esta lejos torturara su alma. Pero se obliga a ser racional y recordarse que una semana no es nada. Y que pronto estará de vuelta en sus brazos y los de su hijo.
Harry, siendo tan perfecto como es, dejo preparada tanta comida como pudo. Por lo que ese primer día sin él, Louis no tiene que preocuparse por hacer más de lo que ya son sus responsabilidades diarias en casa. Recoge a Hannah y a Elio en la parada del autobús en compañía de la señora coco. Ellos pasean un rato mientras sus niños se divierten en el parque. Comen y promete que, si terminan su tarea, ellos pueden hacer una pijamada aunque sea noche de escuela.
Por lo que el día es sencillo, se siente como uno de sus trabajos de niñero que tomó hace unos veranos. Sabe que no debe probarse ante nadie sin embargo esta desesperado por hacerlo.
Por lo que después de arroparlos para dormir y dejar listos sus uniformes en el cuarto de lavado, Louis dedica un par de horas a una investigación exhaustiva para encontrar información de calidad. Por supuesto, él busca en TikTok.
Ahora, Louis aborrece las cosas que se ponen en tendencia de forma masiva, por lo que no es el mayor fan de esa aplicación. Pero algunas veces uno debe de hacer sacrificios, sobre todo porque el tiene una meta importante: aprender a preparar un buen desayuno.
Tras unos minutos encuentra la opción perfecta. Va a servir helado de desayuno.
El tiene que llevar dos niños mañana a la escuela, así que no hay tiempo que perder. Se pone manos a la obra, siguiendo las instrucciones de aquel corto video.
Él no sirve helado de verdad. Solo pretende que lo hace.
No es ningún idiota negligente, por supuesto que no le daría dulces a su hijo de desayuno. Harry lo mataria. Pero eso no significa que no pueda ser divertido.
Así que le copia a esa adorable madre de TikTok y congela diversos sabores de yogurth. Así sus niños pueden elegir que "sabor de helado" tomar. Lo prepara con algunas frutas congeladas o semillas para una buena porción de proteína vegetal y coloca en pequeños contenedores todos los toppings en su tienda de helados: desde las mermeladas orgánicas de Harry, el cereal favorito de Hannah hasta la granola con miel que a Elio tanto le gusta.
Joder, el incluso pone música del camión de helados para despertarlos y usa un gorro de rayas hojas que hizo con papel. Se siente un poco ridículo jugando a ser heladero pero pone una enorme sonrisa en el rostro de su niño y eso es más que suficiente. Es perfecto.
Cuando empaca, no uno, si no dos almuerzos su letra es menos prolija que la de su novio y sus adornos en la comida no son completamente pulcros. Pero se siente bastante orgulloso de conseguirlo por su cuenta.
Se siente capaz.
Más tarde el toma una bebida energética para poder completar todos sus pendientes en la mitad del tiempo. Una combinación caótica en realidad, con su TDAH y el exceso de cafeína, pero es una máquina de productividad motivada por la necesidad de salir temprano: el tiene un niño que cuidar, uno que es suyo.
Firma sus últimas notas con una cálida sensación emergiendo en su pecho. Una incluso supera al terror que le provoca el Doctor Brown para entregar su reporte de actividades y solicitar salir antes.
— ¿Y cual es la razón, esta vez? — Su dureza al responder no es personal, debe recordarse. Es solo como es. Una insensibilidad provocada por los años de trabajo en el ambiente hospitalario.
El psiquiatra no lo mira cuando habla, Louis debe hacer todos los esfuerzos conscientes para no sentirse pequeño en la oficina del servicio.
— Debo ir a recoger a mi hijo de la escuela, su madre está de viaje por trabajo. — solo así el Doctor lo mira, impasible y con el azul del efecto antirreflejante de sus gafas brillando.
Frunce la frente por un segundo, intentando hacer memoria. — ¿El revoltoso de rizos?
— Elio, si.
Su jefe se reclina en su silla. — Oh, así que era cierto. Asumí que se trataba de una mentira.
Louis se muerde la lengua. Técnicamente lo fue, en retrospectiva, nunca se sintió como una. Dios, se siente como un tiempo mucho más largo que cinco meses.
Para su sorpresa, el Doctor sigue hablando. Extrañamente haciendo conversación. — ¿Qué edad tiene?
— Doce.
El otro hombre sonríe. — Esa es una buena edad. Los últimos momentos de pensamiento mágico antes de que cambien por completo. Tengo dos hijas — dice de repente — Apenas recuerdo la última vez que hice de hada de los dientes, nunca se sabe cuando los bajas de tus brazos para no volverlos a alzar.
Louis hace memoria, poniendo a girar sus engranajes mentales. Tal vez cargo a Elio la semana pasada, pero crece un poco más cada día. Pareciéndose más y más a Harry con extremidades largas que desentonan con su adorable rostro infantil.
Teniendo esta charla que no puede definir más que como una conversación de padres, logra borrar todo atisbo de la sensación de vacío hace tiempo le consumía. Se siente bien, con un propósito y completo.
Nunca pensó como parte de su plan de vida ser "un hombre de familia", ahora no puede pensar en encontrar felicidad en otro lugar.
— A veces me lamento por haber llegado demasiado tarde. — el comienza a decir en esa nueva aura de confianza. — Pero al mismo tiempo me parece que nos encontramos en el momento perfecto. Puedo tener esos últimos instantes de su infancia para poder acompañarlo en lo que viene después. Estar ahí para el.
— Es algo admirable lo que haces, en realidad, criar al hijo de otro hombre.
El nunca se sintió diferente de sus hermanas. Nunca fueron las hijas de Mark y él. Piensa en que momento se dio cuenta que Mark era su padrastro y no su padre y el único punto de corte que existe es aquel que marcan otras personas.
— No lo veo de esa forma. — dice con calma, no se siente inseguro frente a una amenaza que no existe. — No es admirable cuando es tan sencillo, tan natural. Solo soy yo criando a mi niño, junto con su madre. Sin posdata.
El Doctor Brown sonríe, con un gesto en su mirada que Louis no puede identificar. Es difícil decir si es coraje por haber respondido, o tal vez la complicidad que llega al pasar una prueba. De cualquier manera sella los reportes de Louis, liberando su salida sin ninguna otra dificultad.
¡ 🍨 !
Es más extraño aún no tener su viernes de frituras con Harry, ellos son una familia de rutinas. Louis y Elio aún se acurrucan en el sillón y tienen su tan ansiado maratón de las tres generaciones de spiderman, aquel que nunca pudieron completar porque en algún momento Harry siempre se queda dormido.
— No creí que fuera a sentirme así, siendo tan grande como lo soy — confiesa bajito, todo su cabello esponjandose entre los dedos de Louis, acariciando sin parar su cuero cabelludo. Solamente porque Louis ama con todo su ser demostrar su amor con cariños físicos. Y Elio, tan precioso como lo es, los recibe gustoso en un gesto que a Louis le recuerda mucho a un pequeño gatito ronroneando. — Pero estoy extrañando mucho a mamá.
— Yo la extraño también — confiesa de vuelta
— Es realmente raro pasar de ver a mamá todos los días a solo obtener un mensaje de buenas noches. Yo se que la marca de mamá es grande porque a veces escucho a mis compañeras hablar sobre como sus mamás no pueden conseguir productos suficientes. Pero es extraño, saber que ahora está hablando con tantas personas, que pidieron específicamente que ella estuviera ahí. Y se que mamá me tuvo realmente joven. Pero me hace pensar, ¿que tal que de no ser por mi, tal vez su vida seria mucho mejor?
Louis se obliga a poner pausa a la película. Abrazarlo un poco más cerca para tener esta conversación.
— ¿De donde viene esto, sol? ¿Alguien te dijo algo?
Elio sacude su cabeza. — Yo solo entre a la página del congreso. Se que mamá es genial, pero yo pienso que es genial porque es mi mamá. Me hizo darme cuenta de que es genial para muchas personas más... personas con las que ella está ahora.
— Mamá está trabajando, no se compara, amor.
— Pero, ¿que tal que si?
Louis hace una pausa, segundos de silencio en los que sólo puede dar más caricias. Que tal vez el confort físico de un consuelo que las palabras no pueden.
— ¿Sabes que la maternidad es un derecho, no es así? — Elio asiente. — Eso significa que tienes opciones, elegir si lo quieres o no. Ahora hay algunos casos en que las circunstancias que rodean a las personas no permiten que tengan los medios para elegir. Pero, amor‐ Harry eligió. Te eligió a ti. — Truena un beso en su frente. — Asi que el éxito tiene muchas formas de verse, y no siempre se encuentra frente a una multitud. ¿Has hablado con mamá de algo de esto?
— Creo que nunca me sentí inseguro, hasta que lo vi a través de los ojos de los demás. Pero lo haré, una vez que regrese.
— Eres el niño más inteligente del mundo, y somos muy afortunados de tenerte. ¿Lo sabes, verdad? — Elio solo se ríe. — Ahora vamos a dormir. O serás el primero en caer en tu pijamada de mañana. Y créeme, eso nunca es divertido.
Recogen un poco antes de subir, apenas la señora coco nota algo de movimiento levanta las orejas para seguir a Elio hasta su habitación y colarse sobre su cama. Louis se ríe en cuanto lo arropa, notando por la expresión avergonzada que Elio invita a su mascota a dormir a su cama a escondidas de mamá.
— Será nuestro pequeño secreto. — Louis acaricia la barriga del beagle, que mueve alegremente su colita al poder dormitar junto a Elio. — Ahora descansa.
Un beso en su frente y apaga la luz.
Pero Elio habla antes de cerrar la puerta. — ¿Louis?
— ¿Si, amor?
— ¿Cómo se ve el éxito para ti?
Aun en la oscuridad, el alza sus cejas, sorprendido con la profundidad de la pregunta. Pero su respuesta surge sin dudas.
— Creo que el éxito se trata de ser feliz. Así que, recientemente, he entendido que me siento exitoso con poder llamarte mi hijo.
_________________
Nota. Jeje, esta actualización es la buena. Pido perdón por la falsa alarma de hace semanas.
Muy louis-centric el cap, pero realmente quería darle forma a este arco de Louis empezando la historia sintiendo que algo faltaba a esta evolución de encontrar las piezas faltantes.
Y suena un poquito a final (que si esta más cerca de lo que quiero) pero aún hay un par de piezas más por acomodar en esta historia. Así que espero que les haya gustado ♡
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro