ᯓ 𝘁𝗵𝗿𝗲𝗲
ᰍ . ° 𝗍𝗁𝖾 𝗀𝗎𝗇 .ᐟ ˎˊ˗
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—Este es el desagüe norte —dijo JJ señalando la zona del desagüe que salía de la alcantarilla—. Si la pistola cayó por la alcantarilla y salió por aquí, debería estar...
—En este montón de basura —contestó Pope apuntando a un cúmulo de bolsas de plástico y desperdicios.
—Correcto.
—A la gente que usa plástico habría que matarla —comentó Kiara observando con desaprobación el desastre.
—Pues mira, a mi me encanta el plástico —replicó JJ tratando de chincharla—. Lo utilizo todos los días.
—Pues espero que al menos lo recicles y no lo tires al mar —le advirtió Kiara amenazadoramente.
—Sabía que esto pasaría, así que he traído bolsas —dijo Pope, sacando varias bolsas de su bolsillo.
—Oh, ¿proteges el medio ambiente por iniciativa propia? —dijo Kiara, sonriendo con aprobación.
—Puede ser —respondió Pope.
—Venga tortolitos, ¿os dejamos a solas o empezamos? —bromeó Mia mientras los miraba burlonamente, a lo que Pope le lanzó una de las bolsas.
—¡Mejor ayuda! —le dijo Pope ruborizado.
Resignados, JJ y Mia empezaron a recoger la basura a regañadientes, removiendo cada rincón, pero la pistola no apareció entre los escombros.
—Creo que la pistola no está por aquí —comentó Mia mientras ataba la última bolsa de basura.
—Pues en ese caso, seguirá en la alcantarilla —dijo Pope.
JJ y Pope se acercaron a la tapa del desagüe y, con esfuerzo, la retiraron, revelando un túnel oscuro y maloliente. Mia y Kiara intercambiaron miradas, dándose cuenta de que les tocaría a ellas entrar dentro.
—¿Lo echamos a piedra, papel o tijeras? —propuso Kiara.
—No —respondió Pope.
—¿Alfabéticamente? —sugirió Mia.
—No —negó JJ.
—¿O por edad, el más mayor? —dijo Mia como última opción, pero ninguno de los chicos cedió a sus súplicas.
—En las alcantarillas puedes encontrarte una lombriz que se te mete en la sangre y que te lo sacan por donde tú ya sabes —se excusó JJ mientras Mia alzaba sus cejas hacia él con incredulidad.
—¿Esa es tu excusa? —le dijo Mia.
—Yo paso de entrar —se negó JJ, y cuando las chicas miraron expectantes a Pope, éste se unió a JJ.
—Ya, yo también.
Kiara y Mia se miraron, entendiendo que no tenían otra opción.
—Vale, lo pillamos —les dijo Kiara—. Estáis cagados.
—No, no es eso —trató de negar JJ.
—A mi me da que si —se burló Mia.
—Es por el gusano —les dijo JJ, tratando de sonar convincente.
—Podríais haber empezado por ahí, pero no tenéis nada que temer —les dijo Mia con una sonrisa divertida—. Ya vamos nosotras.
—Vale, pero tened cuidado —les dijo Pope, sin embargo, Mia se dio cuenta de que tan sólo miraba a Kiara
—Gracias, Pope, lo tendré —le dijo Mia con ironía mientras lo fulminaba con la mirada.
Kiara y Mia se adentraron en la oscura alcantarilla, avanzando lentamente entre el agua turbia y los restos de basura. Mia gateaba intentando no pensar demasiado en el mal olor y en lo que podrían estar tocando bajo el agua.
—Gritad si necesitáis lo que sea, ¿vale? —escucharon decir a JJ—. Y cuidado con el gusano.
—Muy útil, gracias —le respondió Mia con sarcasmo.
Finalmente, llegaron a un área en la que podían ponerse de pie. Era un pequeño espacio donde el agua llegaba a sus rodillas y se filtraba algo de luz desde una reja en la parte superior.
—Joder, que asco —murmuró Mia tratando de contener una arcada.
Mia y Kiara se agacharon para empezar a palpar el agua y así buscar la pistola, sin embargo, lo único que encontraron fueron ramas y desechos. Tras unos segundos, Mia sacó de bajo el agua una especie de alga llena de suciedad que rápidamente lanzó lejos de ella mientras ponía una mueca de asco y agitaba sus manos asqueada.
Pero dejó su numerito cuando de repente, Kiara tocó algo sólido y frío.
—Mia, creo que tengo algo —dijo, y rápidamente gritó para que los chicos la escucharan desde fuera—. ¡Chicos, he encontrado algo!
—¿Es la pistola? —se oyó la voz de Pope.
Pero cuando Kiara sacó a la superficie lo que sostenía, Mia puso una mueca de horror.
—Kiara, ¿qué coño es eso? —susurró Mia sintiendo el pánico recorrerla de pies a cabeza.
—¡Ay, Dios, qué asco! —gritó Kiara, lanzando lo que sujetaba lejos de ella—. ¡Aquí dentro hay algo muerto!
—¿Eso es Gavin? —preguntó Mia en un hilo de voz mientras trataba de asimilar lo que acababa de ver.
Sin embargo, no tuvieron tiempo de analizar lo que acababa de pasar ya que de repente, el sonido del agua aumentó, como si se estuviera acercando a ellas. Extrañadas, ambas miraron a su alrededor en busca de lo que provocaba aquel ruido, hasta que se dieron cuenta de que el nivel del agua estaba subiendo rápidamente.
—¡Mierda! —exclamó Kiara.
—¡Chicos, el agua está subiendo! —gritó Mia, que se quedó paralizada en su sitio del miedo.
—¡Salid pitando de ahí! —respondió con un grito Pope desde fuera.
Kiara y Mia corrieron hacia la escalera y subieron lo más rápido que pudieron. Cuando alcanzaron la tapa que cerraba la salida, intentaron empujarla con todas sus fuerzas, pero no lograron moverla ni un milímetro.
—¡JJ! ¡Pope! —gritó Mia, empezando a golpear la tapa con ambas manos mientras miraba de reojo cómo el agua subía rápidamente, alcanzando el nivel de su cintura.
Arriba, los chicos aparecieron en la salida y tiraron de la tapa con todas sus fuerzas, intentando liberarlas, quedando en un intento fallido.
El agua finalmente llegó al nivel de la cabeza de las chicas, que no dejaron de forcejear con todas sus fuerzas para salir de la alcantarilla. Tanto ellas como JJ y Pope no fueron capaces de sacar la tapa de la salida, por lo Mia y Kiara tuvieron que aguantar la respiración cuando el agua pasó sobre sus cabezas. Mia sintió que empezaba a quedarse sin aire, por lo que se quedó sin fuerzas para empujar la tapa hacia arriba.
Tras varios intentos por parte de los chicos, finalmente lograron aflojarla lo suficiente para abrirla justo en el momento en el que Mia sentía que se había quedado sin oxígeno.
Kiara fue la primera en salir, trepando rápidamente, y en cuanto Mia alcanzó la superficie, se desplomó en el suelo tosiendo y jadeando, sin poder creer que habían logrado escapar.
—¿Estás bien? —JJ rápidamente se arrodilló junto a Mia, ayudándola a sentarse.
—Mejor que nunca —respondió ella entre toses, tratando de recuperar el aliento—. Pero oye, Kiara y yo tenemos algo...
Kiara, aún jadeando, se incorporó lentamente y con una sonrisa sacó algo del bolsillo de su pantalón.
—No será esto lo que buscábamos, ¿no? —dijo, mostrando la pistola que habían estado buscando durante todo el día.
Mia pudo ver cómo la mirada de JJ se iluminaba por completo al ver el arma mientras trataba de asimilar lo que estaba viendo.
—¡Toma ya! —exclamó finalmente, abrazando a Mia por los hombros mientras reía.
Llenos de emoción, los cuatro se acercaron para abrazarse mientras reían sin poder creer que, después de todo lo que pasó la noche anterior, por fin tenían la prueba que podía demostrar que Ward era culpable.
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El grupo llegó a la comisaría cuando ya había caído la noche. Kiara y Mia estaban aún empapadas y cubiertas de barro, pero no tuvieron tiempo de cambiarse antes de dirigirse a toda prisa a la oficina de Shoupe.
Entraron sin detenerse a darle explicaciones al agente, dejando la pistola sobre el escritorio de Shoupe, quien observaba tanto a Kiara como a Mia con una mezcla de sorpresa y desconfianza.
—O sea, ¿que esta es la pistola con la que Rafe Cameron mató a Pererkin? —preguntó Shoupe, mirando el objeto con sospecha.
—Efectivamente, Shoupe —respondió JJ, cruzándose de brazos.
—Y la misma que usó para matar a Gavin —agregó Pope.
—¿Y dónde está el cadaver? —les preguntó, aún desconfiando de los Pogues.
—¿No lo has buscado? —preguntó Kiara con incredulidad.
—He revisado en el hospital y en su casa —contestó Shoupe—. No estaba en ninguna parte. Según tengo entendido, "había salido".
Mia casi dejó escapar una carcajada incrédula al escuchar al agente decir aquello. No podía creer la actitud de Shoupe.
—"¿Había salido?" —repitió Kiara con sarcasmo.
—Que no estuviera en su casa no significa que sea victima de un homicidio —le respondió Shoupe con indiferencia.
Mia, quien se había mantenido escuchando en silencio, no pudo evitar estallar cuando escuchó aquello.
—¡Joder, que vimos la mano de Gavin en la alcantarilla tirada como si fuera un trozo de carne! —exclamó Mia con frustración—. Te estamos dando la prueba, Shoupe.
—Os dije que esto iba a pasar, que no nos iban a creer —bufó JJ mientras se quitaba la gorra exasperado.
—¿La mandarás al menos a Balística o te vas a quedar de brazos cruzados? —le preguntó Mia, furiosa, mientras se cruzaba de brazos.
—Se va a quedar ahí sentado acicalándose el bigote, como siempre —murmuró JJ con amargura.
Shoupe suspiró, visiblemente irritado. Sin decir una palabra, se levantó y salió de la oficina, dejándolos plantados y sin respuestas.
—Uy, perdón, ¿he herido sus sentimientos? —se burló JJ.
—¡Ya basta, JJ! —le recriminó Pope molesto—. Esto no ayuda en nada.
En ese momento, Shoupe apareció en la puerta de la oficina, mirándolos con una expresión de fastidio.
—Largo, tengo cosas que hacer —les dijo, señalando la salida—. Me estáis apestando el despacho.
Pero Kiara se cruzó de brazos, negándose a salir.
—¿En serio nos vas a echar? —le preguntó sin poder creerlo.
Pero fue Mia quien se acercó más, deteniéndose frente a Shoupe, con la voz llena de frustración contenida.
—¿Te ha sobornado mi padre? —le cuestionó, manteniendo su mirada firme en Shoupe—. No tiene sentido. Tienes nuestro testimonio, tienes la prueba, ¿qué más quieres?
Mia se alejó decepcionada de Shoupe sin decir nada más al no obtener respuesta. JJ, imitándola, también salió de la oficina, lanzando una última mirada de disgusto hacia el agente.
—No hará una mierda —murmuró para sí mismo mientras trataba de alcanzar a Mia.
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Mia salió del baño del Chateau una vez se duchó para quitarse toda la suciedad de la alcantarilla. Aún llevaba el cabello empapado y estaba secándoselo con una toalla mientras caminaba hacia el pequeño salón. Vestía un chándal cómodo y una sudadera algo holgada de JJ, que le quedaba grande. Sin embargo, era calentita, perfecta para el final de un día largo y caótico.
JJ estaba tirado en el sofá, con las piernas estiradas y un brazo sobre los ojos. Al escucharla, giró la cabeza y esbozó una sonrisa perezosa.
—Vaya, ya vuelves a ser persona —le dijo JJ con una sonrisa divertida.
Mia rodó los ojos, dejando caer la toalla sobre una silla cercana.
—Sí, y después de esa excursión al drenaje, la verdad es que lo agradezco —comentó ella encogiéndose de hombros mientras se dejaba caer a su lado—. Me siento más humana, o al menos huelo como una.
JJ la olisqueó exageradamente y asintió con una expresión de aprobación.
—Confirmado: hueles como un ser humano decente —bromeó, apartándose justo a tiempo para esquivar el codazo suave que Mia le lanzó—. Ya no eres ese troll de las alcantarillas.
—No me hables de alcantarillas, que todavía siento el agua hasta en el alma... y el barro... ¡por todas partes! —exclamó, mirándose las manos como si aún pudiera ver rastros de la mugre.
—Y yo que pensaba que el gusano era lo peor que te podía pasar en una alcantarilla —murmuró JJ—. Aunque no te negaré que en algún momento pensé que tendríamos que ir a buscarte con un equipo de buceo o algo así.
—Sí, claro. No os vi las caras, pero seguro que tu y Pope estabais afuera tan pálidos como fantasmas —se defendió Mia con una sonrisa traviesa—. Admítelo, te dio miedo, ¿verdad?
—¿Miedo? ¿Yo? Nunca —dijo poniéndose una mano en el pecho fingiendo indignación, aunque su sonrisa lo traicionaba—. Solo estaba... supervisando desde afuera. Uno tiene que saber delegar, ¿sabes?
Mia soltó una carcajada.
—Ah, claro, el valiente JJ supervisando desde la distancia, dejándonos a nosotras el "trabajo sucio" —ironizó Mia, sacudiendo la cabeza—. Aunque admito que me dio un poco de impresión cuando vimos esa mano... Gavin estaba ahí tirado como si fuera... nada.
—Sí, fue... fuerte. Y con todo lo que pasó después en la comisaría, Shoupe y su maldito bigote —dijo JJ, bajando un poco el tono de broma—. Es como si... estuvieran todos cegados o... simplemente no quisieran escuchar —murmuró mientras se encogía de hombros—. Pero bueno, al menos encontramos la pistola y se la dimos.
—Sí, aunque no puedo evitar preguntarme si todo esto servirá de algo —susurró Mia, pero entonces dejó a un lado el tema de Shoupe—. De todos modos, gracias por... no sé... simplemente estar ahí. Aunque seas un supervisor medio cobarde.
—Oye, supervisores como yo hay pocos, ¿vale? —replicó JJ, soltando una risa, aunque luego suavizó su tono—. Pero sabes que siempre voy a estar aquí. Aunque el olor a alcantarilla sea difícil de ignorar.
Mia le dio un golpe suave en el brazo, sonriendo.
—Idiota.
ᯓ★ 𝗺𝗮𝗱𝗱𝘀𝗰𝗹𝗶𝗻𝗲
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