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ᯓ 𝘁𝗵𝗶𝗿𝘁𝗲𝗲𝗻

‎ ‎ᰍ . ° 𝗍𝗁𝖾 𝖻𝖺𝖼𝗄𝗌𝗍𝗈𝗋𝗒 . ˎˊ˗
₍  𝗍𝗐: 𝖺𝗎𝗍𝗈𝗅𝖾𝗌𝗂𝗈𝗇𝖾𝗌 𝗒  𝗆𝖾𝗇𝖼𝗂𝗈𝗇𝖾𝗌 𝖽𝖾 𝗆𝗎𝖾𝗋𝗍𝖾 ₎
: 𓏲🐋 ๋࣭ ࣪ ˖࿐࿔ 🌊

Aquella tarde, Mia recibió una llamada de Kie, en la que le avisaba de que los Pogues y ella iban a juntarse en la casa de John B para cenar y celebrar que el chico estuviera bien. Sin embargo, a pesar de que el plan sonara divertido, Mia no se encontraba con ganas de ir. Después del episodio que tuvo el día anterior, lo último que quería era salir de casa. Su cuerpo simplemente no tenía fuerzas para levantarse.

Mia se puso los cascos en las orejas mientras se tumbaba en su cama boca arriba. Mientras sonaban las canciones de Gracie Abrams, Mia no podía evitar pensar y pensar sobre todo lo que le estaba sucediendo en aquellos momentos.

Su cabeza se lanzaba preguntas constantemente sobre sus inseguridades, haciendo que Mia se sintiera vulnerable y empezara a dejar que su vista se nublase con todas las lágrimas que amenazaban con salir de sus ojos.

¿Por qué le costaba tanto a la gente ver el problema que estaba teniendo? ¿Realmente era ella, que quería llamar la atención como le dijo su padre? ¿Todo esto era un intento de ella para hacerse la víctima? Quería pensar que su padre estaba equivocado, que lo que ella hacía era una manera de expresar su dolor y que solamente necesitaba ayuda para salir de aquella situación.

Mia estaba dentro de un trance en el que un día era la persona más feliz del mundo, y al otro, tan sólo quería ponerse bajo sus sábanas y que la Tierra se la tragara.

La culpabilidad de haber recaído después de meses la estaba matando. ¿Por qué ella tenía esa necesidad de hacerse daño?

Cuando Mia suspiró para soltar parte del agobio que tenía, un fuerte golpe se escuchó en su ventana. Era como si algo se hubiera estrellado contra ella. Rápidamente, Mia se levantó de la cama y fue hacia la ventana, preparada por si tenía que enfrentarse contra alguien. Pero cuando a través de ella vio a JJ en su jardín con unas piedras en sus manos, se relajó.

Sabía que JJ quería subir a su habitación, por lo que Mia abrió su ventana. Pero mientras esperaba a que el chico subiera a su habitación trepando por las paredes, Mia se dio cuenta de lo desastroso que estaba todo. Tenía toda la cara roja de llorar, su pelo estaba deshecho y su habitación estaba llena de cosas tiradas por el suelo. También tuvo que bajar la manga de su sudadera para tapar de nuevo las heridas.

En menos de un minuto, JJ había llegado a la ventana que daba paso a su habitación. Mia pudo ver la cara de sorpresa que puso JJ al ver el estado de la habitación de Mia, pero aquel rostro de sorpresa pasó a uno de preocupación cuando se fijó en el rostro demacrado de Mia.

—Kie me dijo que no ibas a venir con nosotros esta noche —empezó a comentar JJ mientras entraba en la habitación.

—Sí, es que me encuentro mal —se excusó Mia tratando de que JJ no sospechara nada—. Creo que me he enfermado de la barriga.

JJ le miró con duda, pero prefirió no responder a aquello, sabía que fuera lo que fuera, Mia parecía no querer hablar de aquello.

Realmente, cuando Kiara le contó a JJ que Mia no iba a ir aquella noche, JJ sabía que algo iba mal. Kiara le dijo que había notado algo extraño en el tono de voz de Mia, como si le hubiera puesto excusas para tratar de esconder el verdadero motivo por el que no iba a ir, por lo que JJ quiso ir para comprobar que todo estuviera bien. Aunque, nada más entró en la habitación de Mia, supo que algo andaba mal.

—Mia, ¿seguro que te encuentras bien? —le preguntó JJ acercándose a ella, sin poder evitar despegar la mirada de su cansado rostro.

Cuando JJ llegó frente a ella, le agarró del brazo delicadamente para acercarla a él y poder hablar mejor las cosas, pero la reacción de Mia lo sorprendió. La chica, debido al fuerte dolor que sintió al notar el contacto de sus dedos contra sus heridas, apartó su brazo bruscamente de él. JJ no pudo evitar ver la mueca de dolor acompañada por un quejido. ¿Por qué le iba a hacer daño el brazo? Según él, el día anterior estaba perfectamente.

—Esta mañana me he golpeado el brazo y ahora me duele —se excusó Mia al notar la mirada de JJ fijada en su antebrazo tapado por la sudadera.

—Mia, hay algo que te está atormentando estos días, lo he notado —empezó a decirle delicadamente mientras Mia dirigía su mirada hacia el suelo, como si estuviera avergonzada de algo—. Puedes confiar en mí, ya me conoces.

—Me odiarás cuando te lo cuente —murmuró Mia sin despegar la vista del suelo.

Sabía que después de contarle aquello, le acabaría diciendo lo mismo que todos, que sólo quería llamar la atención. Y le daba miedo que después de saber la verdad de cómo era ella, se alejara de ella al pensar que era un monstruo.

—Mia, ya me conoces, puedes confiar en mí —le prometió JJ mientras agarraba el rostro de la chica para que le mirara a los ojos—. Te prometo que te ayudaré en todo lo posible. Y si no quieres contarme qué es lo que está pasando para que estés así, lo entenderé. Sólo quiero que estés bien, y que sepas que siempre puedes contar conmigo para todo.

Mia suspiró. Realmente quería contarle cómo se sentía, todo lo que le estaba comiendo la cabeza durante todas las noches.

—Está bien —murmuró Mia—. Es una larga historia, así que...

Mia señaló su cama para que se acomodaran.

—Sabes que no tienes que contármelo porque te sientas obligada, ¿no? —le dijo JJ, asegurándose de que Mia realmente quería compartir su problema con él.

—No, no... la verdad es que llevo tanto tiempo guardándome esto que cada vez me hace más daño —le dijo Mia mientras ambos se sentaban en la cama—. Todo empezó hace dos años, cuando empecé a sentir que había algo en mí que no cuadraba. Si bien antes era más alegre, empecé a apagarme cada vez más y más, y lo peor era que yo no me daba cuenta. Tal vez, esto empezó cuando me di cuenta de que era como una extraña para mi familia y la gente de mi alrededor, era como un fantasma. Nunca contaban conmigo para los planes y siempre me menospreciaban. ¿Motivo? Nunca llegué a saberlo.

Mia tuvo que hacer un esfuerzo para seguir. Por los nervios de estar contando su problema, hablaba súper rápido y a veces se trababa.

—Los rumores sobre mí empezaron a surgir, rumores sobre cosas que ni yo sabía de mí. Decían que era un bichoraro, que era una depresiva, que sólo quería llamar la atención... Ni siquiera soy capaz de acordarme de todo —murmuró Mia, dirigiendo su mirada al suelo—. Supongo que mi cambio de personalidad dejó muchas dudas entre los Kooks.

Sentía un remordimiento al recordar todo aquello que hacía que su pecho ardiera.

—Más tarde, empecé a odiar la luz del sol. Mi habitación parecía la casa de un vampiro —bromeó Mia con una triste sonrisa—. Empecé a descuidarme. No era capaz de levantarme de la cama durante todo el día, ni siquiera para comer o ducharme. Por suerte, o por desgracia, no lo sé, antes de que pudiera pasarme algo me descubrieron, y yo me arrepentí.

Mia tuvo que parar de hablar ya que un gran nudo se formó en su garganta. Sintió la mano de JJ agarrando la suya, como si le estuviera diciendo que se tomara todo el tiempo que necesitara.

—La muerte me daba miedo, pero el dolor no, entonces ahí es cuando llegamos a este punto —siguió explicando Mia—. Mi vida estaba fuera de control, pero descubrí algo que no, y eso eran las autolesiones. Todo empezó a salirse de control de nuevo, pero después de meses y meses, pude controlarlo y dejar de hacerlo. Y pensaba que había desaparecido ese deseo de dolor, pero el otro día...

Mia no pudo continuar más, las lágrimas ya caían por sus mejillas y los sollozos salían de su boca. JJ, al verla en aquel estado, no pudo evitar abrazarla con todas sus fuerzas. Había escuchado todos los rumores sobre Mia y siempre desde la distancia había notado que algo le pasaba a esa chica, y ahora que la estaba conociendo, sólo quería ayudarla y sacarla de ese pozo sin salida en el que estaba atrapada.

—Y sé que ahora pensarás que sólo quiero llamar la atención como hacen todos y probablemente me odies después de esto, pero...

—Mia, no te odio, ni mucho menos pienso que estés llamando la atención —le interrumpió JJ mientras le miraba fijamente a los ojos con una mirada segura y llena de confianza—. No soy un psicólogo ni experto en el tema, pero si te puedo asegurar que voy a estar a tu lado para todo. Si en algún momento te sientes mal, como ahora, sólo tienes que llamarme, e iré para ayudarte.

Mia se limpió las lágrimas con la manga de su sudadera mientras le sonreía levemente a JJ, agradecida por su ayuda. Tener a personas como él en su vida era el mejor regalo, y no lo cambiaría por nada.

—Gracias por todo, en serio —le susurró Mia mientras le volvía a abrazar.

Habían sido pocas palabras las de JJ, pero estaba gradecida por la actitud del chico. Siempre la habían llamado exagerada, que aquello era cosa de la adolescencia, que se pasaría con el tiempo. Sin embargo, JJ había sido capaz de escucharla y comprenderla, cosa por la que iba a estar agradecida eternamente.

ᯓ★ 𝗺𝗮𝗱𝗱𝘀𝗰𝗹𝗶𝗻𝗲

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