ᯓ 𝗲𝗹𝗲𝘃𝗲𝗻
ᰍ . ° 𝗋𝗂𝗑𝗈𝗇'𝗌 𝖼𝗈𝗏𝖾 .ᐟ ˎˊ˗
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Todos los Pogues llegaron a Rixon's Cove y allí encendieron una pequeña hoguera y se sentaron a su alrededor, impacientes por saber qué era tan importante como para haber dejado la fiesta, arriesgando a un posible castigo por parte de sus padres.
Mia aún sentía la furiosa mirada de su padre sobre ella, pero ¿qué iba a hacer, perderse la reunión para quedarse en una aburrida fiesta en la que los Kooks alababan a Ward Cameron?
—Bueno, tíos, mi padre me va a matar igual así que dispara —le dijo Pope a John B mientras hacía un gesto con una pistola—. ¿De qué va esta reunión obligatoria?
—Cuéntaselo antes de que nos maten —le pidió JJ a John B haciendo que Kie, Pope y Mia lo mirasen con curiosidad.
—¿Estáis listos? —les preguntó John B al grupo, y cuando todos asintieron ansiosos por saber qué era lo que tramaba, John B dijo—. Resulta... que el oro no se hundió con el Royal Merchant.
—¿Otra vez con lo mismo? —se quejó Pope con decepción mientras rodaba los ojos y se maldecía por no haberse quedado ayudando a su padre.
—No, espera y escucha —le interrumpió JJ, y Pope no tuvo más remedio que escuchar lo que tenía que decir John B.
—Siempre ha estado aquí, en la isla —anunció John B, sorprendiendo a todos, menos a JJ, que parecía estar al tanto de todo.
—¿En serio? Qué fuerte —sonrió Mia emocionadamente.
—Permíteme que lo dude —dijo Pope, convencido de que la búsqueda del tesoro no era más que una tontería.
—Muy propio de ti, Pope, pero ¿me permite el señor que aporte mis pruebas? —le pidió John B mientras Pope rodaba sus ojos.
—Proceda —indicó con sarcasmo en su voz.
—Bien, pues en la mochila, tengo una carta de Tanny —empezó a decir John B, que agarró su mochila y empezó a rebuscar, sacando de ella un trozo de papel.
—¿De quién? —preguntó Kiara confundida.
—Denmark Tanny era un esclavo que sobrevivió al naufragio del Royal Merchant. Fijaos —les dijo a Kiara y a Mia para darles el trozo de papel que acababa de sacar.
Las dos chicas se acercaron a Pope para que también pudiera observarlo.
—A los esclavos no se les contaban como tripulación, pero mi padre encontró el registro completo —siguió explicándoles John B—. Fue su gran descubrimiento, porque Tanny usó el oro del Merchant para comprar su libertad. Y después, se compró una finca. Redoble de tambores... —pidió John B, y como ordenó, todos hicieron un redoble de tambores—... porque esa finca es... la plantación de Tannyhill.
—¿Tannyhill? —preguntaron Kie y Mia a la vez, sorprendidas.
—Sí —confirmó—. Y después usó el dinero para liberar a más esclavos y vendió muchísimo arroz, lo cual cabreó a los agricultores blancos y lo lincharon —les contó John B—. Y el día que fueron a por él, le escribió una carta de despedida a su hijo, y en la última línea de la carta le dejó un mensaje en clave sobre dónde encontrar el oro.
—¿Dónde? —preguntó Mia, la curiosidad de saber a dónde iba a parar John B con esta historia la estaba matando.
—"Cosecha el trigo de la parcela nueve, junto al agua" —recitó John B, confundiendo a todo el grupo—. El caso, es que no hay trigo. O sea, trigo es oro en clave. El oro está en la parcela nueve junto al agua.
—Joder —susurró Mia mientras observaba de nuevo la carta con emoción.
—Sólo necesitamos un mapa original de la propiedad y habremos encontrado el oro —les indicó John B, y el grupo no pudo evitar empezar a celebrarlo.
—Vale, puede que haya alguna posibilidad de que sea cierto —admitió Pope, tragándose su orgullo.
—¡Eres un genio, John B! —le alabó Mia mientras JJ se acercaba a él para darle un gran abrazo en el que logró incluso levantarlo del suelo.
—Estoy muy orgulloso de ti —le dijo JJ con una sonrisa en su rostro.
—Gracias, es todo un detalle —sonrió John B sarcásticamente, dándole un beso en la mejilla.
—Vale —empezó a decir Pope para llamar la atención de los chicos—, pero dime, ¿cuál es el plan? —le preguntó, curioso por saber qué tenía pensado John B por hacer.
—Buena pregunta —puntualizó y respondió—. Sarah Cameron va a venir y traerá un mapa original...
—Espera, ¿Sarah Cameron? —le interrumpió Mia, esperando haber oído mal lo que acababa de decir John B—. ¿Mi hermana?
—Sí, ¿por qué Sarah? —se unió Kiara.
Las sonrisas de ambas chicas habían desaparecido por completo y en su rostro tan sólo se podía ver rencor y odio.
—Esto promete —murmuró JJ, que recibió una mirada fulminante por parte de las dos Pogues, que lo habían escuchado.
—Sarah me coló ayer en el archivo de Chapel Hill y así fue cómo conseguí la carta —les explicó John B, pero si esperaba como respuesta que las dos chicas se calmaran, consiguió justo lo contrario.
—¿Fuiste a Chapel Hill con Sarah Cameron? —le cuestionó Kiara incrédulamente.
—Sí, eh... —trató de decir John B, pero fue interrumpido por JJ.
—Se enrollaron —dijo JJ.
—No nos enrollamos —trató de negar John B.
—Claro que lo hiciste —insistió JJ, y a John B no le quedó más remedio que buscar alguna excusa.
—No nos enrollamos, ¿vale? —volvió a negar John B, tenso por las miradas fulminantes de Kiara y Mia—. La utilicé para entrar.
—¿Le contaste lo del tesoro? —le cuestionó Kiara cruzando los brazos.
—Sólo intentaba acceder al archivo —respondió John B mientras soltaba una risita nerviosa ante la presión que había sobre él.
—¿Eso es un sí? —le preguntó Kiara incrédulamente. No podía creer que después de todo, John B la estaba traicionando de esa manera.
—Le oculté los detalles clave —le dijo Jonh B.
—¡Venga ya! —exclamó Kiara mientras llevaba sus manos a su cabeza con frustración—. ¿Le has contado a una Kook nuestro secreto? ¿Qué pasa con "la vida de Pogue"?
—Sólo la utilicé para tener información —le repitió John B, pero su risita nerviosa y las gotas de sudor que caían por su frente tan sólo hizo que Mia y Kiara levantaran una ceja.
—¿Por qué no te creo? —murmuró Mia con sarcasmo en su voz mientras se sentaba de nuevo alrededor de la hoguera.
—Estoy intentando hacernos ricos... Venga, me conocéis. ¿De verdad me veís capaz de enamorarme de Sarah Cameron? —preguntó John B entre risas, tomándoselo como si fuera una broma.
—¿Quieres que contestemos? —le preguntó Pope, pero John B le pidió con la mirada que se mantuviera en silencio.
—John B, no la conoces bien, yo sí —intervino Kiara—. No te puedes fiar de ella.
—Su hermano me zurró en la espalda con un palo de golf —murmuró Pope, sumándose al carro de odio contra Sarah Cameron—. Y cómo olvidarnos del que le metió en la cara a Mia.
—Rafe y Sarah son personas distintas —dijo John B, incapaz de creer que los estuvieran comparando.
—Permíteme dudar eso —le dijo Mia mientras negaba con su cabeza por lo que estaba escuchando.
—¿Qué os ha hecho exactamente? —les preguntó JJ, curioso por saber qué era lo que la princesa Kook les había hecho para que la odiaran tanto.
—Es como una cobra venenosa —la comparó Kiara con furia—. Primero, te atrapa, y luego...
—Es una mala analogía —le dijo Pope.
—¡Escuchadme! —exclamó Kiara, haciendo que todos los chicos se callaran—. Intentará arrebatarnos todo lo que consigamos.
—Kie tiene razón, y deberías hacerle caso, John B —siguió diciendo Mia—. Ni siquiera tiene una buena opinión sobre vosotros y ¿crées que nos va a ayudar sin nada a cambio? Kie y yo sabemos cómo terminará todo esto si metes a Sarah, igual que todas las veces anteriores.
Ante aquellas palabras, todos los Pogues se quedaron sin palabras. ¿Realmente Sarah Cameron era como Kiara y Mia decían que era? Ninguno lo sabía, pero a juzgar por el dolor en las palabras de Mia, JJ sabía que Sarah le había tenido que hacer algo lo bastante grave a Mia que le había marcado.
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Unos minutos más tarde, los Pogues llegaron al lugar del encuentro con Sarah Cameron. El ambiente entre el grupo era tenso, sobretodo para John B, que tenía las miradas frías de Mia y Kiara sobre él.
—¡Al lío, tíos! —exclamó Pope una vez John B detuvo la van.
—Misión de reconocimiento, allá vamos —dijo JJ mientras abría la puerta de la camioneta, preparado para salir.
—Hum... Creo que voy a ir yo solo esta vez —les dijo John B antes de que Pope y JJ salieran de la camioneta. Kiara, al escuchar aquello, no pudo evitar rodar los ojos. Sabía que John B estaba escondiendo algo.
—¿En serio? —le preguntó JJ incrédulamente.
—¿Qué? —replicó John B.
—Nada nada —respondió JJ prefiriendo mantenerse callado. Ya había una pelea entre ellos y no quería empeorarlo con otra.
—No quiero asustar a Sarah con el critiqueo —se excusó John B como motivo de por qué prefería ir él sólo, pero nadie quedó convencido, es más, recibió una mirada molesta de parte de Mia.
—Yo sigo sin entender por qué de pronto la incluimos —comentó Kiara aún sin lograr entender por qué debía unirse una Kook a la búsqueda del tesoro, y John B no pudo evitar mostrar un rostro de cansancio. No quería volver a discutir sobre el tema. Mia simplemente lo miró expectante, esperando una respuesta lo bastante convincente por su parte.
—No la hemos incluido, ¿vale? —le repitió John B harto—. Es como si fuera una reunión de trabajo. Cuando tengamos lo que queremos, pasamos de ella. Necesitamos el mapa.
—Prométeme que no hay nada entre vosotros —le pidió Kiara seriamente.
—No hay nada, Kie —le contestó John B, aunque Mia se dio cuenta de que el Pogue no había prometido nada, por lo que se cuestionó la veracidad de sus palabras.
—¡Hablo en serio! —insistió Kie—. No se trata de ti, ni de nosotros, se trata de ella. Tío, te va a comer la cabeza. Sólo prométeme que no hay nada entre vosotros.
—Te lo prometo —juró John B.
—Ha sido súper creíble —comentó Mia por lo bajo, haciendo una mueca de admiración por la gran actuación de John B.
—Al cien por cien —añadió JJ.
—Bueno, voy a encargarme del tema —dijo John B, queriendo alejarse de la situación incómoda lo más rápido posible.
—Nos quedaremos aquí, en la furgo, bajo los relámpagos —le avisó Pope fingiendo emoción.
Pero durante todo el tiempo en el que estuvieron en la camioneta, ni una pizca de emoción apareció. Kiara seguía enfadada con John B y Mia con su hermana. ¿Por qué tenía la sensación de que siempre que Mia conseguía algo Sarah se lo arrebataba? Y ahora estaba volviendo a hacer lo mismo con lo único que tenía: sus amigos.
—Chicas, tenerle ese rencor a Sarah es como beber veneno —les comentó Pope.
—Sí —corroboró JJ, de acuerdo con Pope.
—Déjalo, Pope —le pidió Mia, no tenía ganas de gastarse la voz para hablar sobre la princesa de los Kooks.
—No creo que sea demasiado bueno odiar tanto a una persona —insistió Pope.
—Pope tiene razón —comentó JJ a su lado—. No os comáis el coco por ella.
—No es tan fácil —murmuró Mia—, y creedme cuando os digo que lo he intentado muchas veces.
—Sarah ha sido una tremenda arpía con nosotras, y una persona así no es bienvenida a nuestro grupo —les dijo Kiara.
—Exacto, y me jode que John B no sea capaz de empatizar con nosotras... —empezó a decir Mia, pero antes de que pudiera acabar lo que estaba diciendo, se escucharon unos gritos—. ¿Habéis oído eso? —les preguntó a los demás.
—¿El qué?
Pero no hizo falta esperar mucho tiempo ya que otro grito de ayuda se escuchó. Era Sarah.
—Mierda, vamos.
Rápidamente, los Pogues salieron de la van y corrieron lo más veloz que pudieron hacia el punto de encuentro, hasta que llegaron frente a Sarah. El corazón de Mia latía rápidamente, pero cuando cruzó miradas con Sarah, se dio cuenta que estaba llorando, y a su lado, John B estaba tendido en el suelo, inconsciente.
—¿Sarah, qué ha pasado? —le preguntó JJ alterado mientras se agachaba al lado de su amigo.
—John B se ha caído —le respondió Sarah con la voz entrecortada mientras las lágrimas caían de sus ojos—. Topper lo ha empujado.
—¿Dónde está Topper? —le preguntó JJ mientras se levantaba, buscándolo con su mirada, y parecía estar preparándose para otro asalto.
Primero, Topper estuvo a punto de ahogar a John B, luego él y Rafe les dieron una paliza a Pope y a Mia y ahora acababa de tirar a John B por un precipicio de más de diez metros. Antes de que JJ pudiera hacer cualquier estupidez, Mia le agarró de la mano para calmarlo, y él la apretó con fuerzas para tranquilizarse.
—Buscad ayuda —les pidió Sarah desesperadamente mientras sollozaba sobre el cuerpo de John B—. Llamad a alguien, a quien sea.
Pope, sin pensárselo dos veces, corrió tan rápido como le permitieron sus piernas en busca de un teléfono, un auto o cualquier cosa que le pudiera servir para ayudar a John B.
—¡Date prisa, por favor! —le gritó Mia, viendo cómo la figura de Pope desaparecía entre los árboles.
—¡Rápido, Pope! —le pidió Kie con la voz temblorosa.
—John B, estoy aquí —le dijo Sarah mientras le acariciaba la mejilla, y entonces, hizo algo que nadie esperó que hiciera: besó a John B—. No me dejes, por favor.
En aquel momento, el corazón de Mia se detuvo por completo. Sarah lo había vuelto a hacer. Cruzó miradas con Kie, la cual miraba a la pareja con rencor, pero John B estaba inconsciente, y tenían que centrarse en él.
—¡Pope, a qué esperas! —le gritó JJ ansioso, pero al instante, el sonido de la sirena de una ambulancia empezó a sonar.
Unos segundos después, John B ya estaba siendo llevado por una camilla al interior de la ambulancia que lo transportaría al hospital. El conductor les indicó que sólo una persona podría acompañar a John B al hospital. El grupo se quedó en silencio por un momento, mirándose entre ellos sin saber qué decir. Pero cuando Sarah finalmente levantó su brazo como voluntaria, Kiara se giró hacia ella sin poder contener más su frustración.
—Oh no, tú no vas a ir con John B —le dijo Kiara con frialdad—. Desde que te has entrometido en esto no has hecho nada más que traernos problemas.
Sarah, con lágrimas en los ojos, la miró sin entender cómo las cosas entre ellas habían llegado a ese punto.
—Sólo quiero ayudar, Kie... —trató de decir en un susurro que fue interrumpido.
—¿Ayudar, en serio? —se rió Kiara—. No te engañes, Sarah, te encanta ser el centro de todo.
Mia, a pesar de compartir el mismo rencor que Kiara, sabía que discutir no ayudaría en nada a John B.
—Déjala, Kie —le dijo suavemente—. Ahora no es el momento. Centrémonos en John B.
Finalmente, todos accedieron a que fuera Sarah la que acompañara a John B al hospital. Mia lanzó una última mirada a Sarah antes de que cerrara la puerta de la ambulancia tras subir. Podía ver que Sarah realmente parecía estar afectada por el accidente de John B, sin embargo, una parte dentro de ella trataba de convencerla de que tan sólo quería arrebatarle sus amigos, como hacía siempre.
Pero eso no importaba ahora porque John B iba a estar a salvo.
ᯓ★ 𝗺𝗮𝗱𝗱𝘀𝗰𝗹𝗶𝗻𝗲
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