Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

🐝 ( O8 ) our tittle !

La camioneta se detuvo frente al cementerio justo cuando el reloj marcaba las cinco de la tarde. El cielo, teñido de un público grisáceo, daba una sensación de calma sombría que Jaehyun conocía demasiado bien. Había pasado años evitando traer a nadie más a este lugar, guardándolo como un refugio privado de su memoria y su dolor. Pero esa tarde era diferente.

Woonhak apagó el motor y volteó hacia él. -¿Seguro que quieres hacer esto? No quiero que te sientas obligado.

Jaehyun negó con la cabeza, dejando escapar una pequeña sonrisa. -Te lo dije, Woonhak. Si estoy contigo, estoy al cien por ciento. Y eso incluye traerte aquí.

Woonhak lo miró por un momento más antes de asentir, una mezcla de admiración y respeto en sus ojos. Bajaron del auto en silencio, y el aire frío del cementerio los envolvió al instante.

Jaehyun tomó la delantera, guiando a Woonhak por el camino adoquinado que conocía de memoria. Mientras caminaban, el único sonido que acompañaba sus pasos era el crujir de las hojas secas bajo sus pies. Finalmente, se detuvieron frente a una tumba sencilla, adornada con un pequeño ramo de flores frescas que su padre debió haber dejado unos días atrás.

-Ella amaba los lirios -murmuró Jaehyun, arrodillándose frente a la lápida-. Siempre decía que eran flores que parecían sonreír incluso en los días más oscuros.

Woonhak se agachó junto a él, sus ojos recorriendo las inscripciones grabadas en la piedra. El nombre de la madre de Jaehyun, junto con las fechas de su nacimiento y su partida, le hablaban de una vida que había dejado huella en aquellos que la conocieron.

-Debe haber sido una mujer increíble -dijo Woonhak con sinceridad-. Lo sé porque crió a alguien como tú.

Jaehyun dejó escapar una risa suave, más un suspiro que un sonido real. -Ella era todo para nosotros. Siempre decía que el amor era lo único que realmente importaba en la vida. Y, bueno... creo que estar aquí contigo es una forma de honrar eso.
Woonhak se quedó en silencio, respetando el momento. Luego, sin decir nada, sacó un pequeño paquete de incienso que había traído. -No sé si es apropiado, pero en Japón suelen encender incienso para honrar a los ancestros. Pensé que tal vez podría...

Jaehyun asintió, emocionado. -Claro, creo que a ella le encantaría.

Encendieron el incienso juntos, y mientras el humo ascendía, Jaehyun sintió una paz que no había experimentado en mucho tiempo. Miró a Woonhak, quien se había inclinado en un gesto de respeto frente a la tumba. Había algo profundamente conmovedor en la forma en que Woonhak compartía ese momento con él, como si estuviera dispuesto a cargar una parte de su dolor.

-Gracias -dijo Jaehyun en voz baja, su mirada fija en Woonhak-. Por estar aquí conmigo. Por querer conocer esta parte de mi vida.

Woonhak levantó la vista, su sonrisa llena de calidez. -Gracias a ti por confiar en mí. Prometo cuidar siempre de estas partes tuyas, incluso las más difíciles.

El viento sopló suavemente, y por un momento, Jaehyun casi pudo sentir la presencia de su madre, como una brisa cálida que le aseguraba que todo estaría bien.

De repente, Jaehyun se movió hacia Woonhak, rodeándolo con sus brazos por la espalda en un abrazo firme pero silencioso. Woonhak se tensó por un instante, sorprendido, pero pronto correspondió al gesto, dejando que sus manos descansaran en las de Jaehyun. Ninguno de los dos necesitó palabras en ese momento; el abrazo lo decía todo.

Después de un rato, Woonhak rompió el silencio con voz queda. -Me gustaría poder hacer algo así con la tumba de mi padre. Pero... hace años que no vamos a Japón, y él está allá.

Jaehyun se separó un poco, lo justo para mirarlo a los ojos. Había empatía y comprensión en su mirada. -Cuando llegue el momento, Woonhak, yo estaré contigo. Sea donde sea.

Woonhak sonrió con gratitud, sus ojos brillando ligeramente. -Gracias, Jaehyun. De verdad.

Woonhak y Jaehyun se quedaron en silencio frente a la tumba, el viento jugando suavemente con sus cabellos. Había algo solemne en la manera en que ambos se inclinaban ligeramente hacia adelante, como si un peso invisible los obligara a hacerlo. La mármol blanca brillaba bajo el sol y las flores frescas colocadas con esmero parecían contar historias que solo ellos podían entender.

-Nunca he sido bueno para despedirme -confesó Jaehyun, rompiendo finalmente el silencio. Su voz sonaba baja, casi temerosa de perturbar la paz del lugar.

Woonhak asintió, sus manos hundidas en los bolsillos de su chaqueta.

-No es fácil -murmuró-, pero creo que ellos lo entienden. Siempre lo entienden.

Jaehyun giró la cabeza para mirarlo. Sus ojos eran como ventanas abiertas, dejando ver el torbellino de emociones dentro de él.

-¿Volverías aquí conmigo? Algún día, quiero decir.

-Claro que sí -respondía Woonhak sin dudarlo. Una promesa implícita se tejió entre ellos, una promesa que ninguno de los dos necesitaba poner en palabras.

Después de unos momentos más, ambos se apartaron de la tumba y comenzaron a caminar hacia la salida del cementerio. El sonido de sus pasos era un acompañamiento suave y constante, mezclándose con el crujido de las hojas secas bajo sus pies.

-Tengo hambre -dijo Woonhak de repente, su tono buscando aligerar la atmósfera.
Jaehyun soltó una pequeña risa.

-Pensé que nunca lo dirías. ¿Qué te parece si vamos a la cafetería donde tuvimos nuestra primera cita?

Woonhak lo miró, sorprendido por la sugerencia.

-¿De verdad? ¿Quieres ir allí?

-¿Por qué no? -respondía Jaehyun, encogiéndose de hombros. -Es un lugar especial, ¿o no?

Woonhak sonrió. -Definitivamente lo es.

El viaje hacia la cafetería fue tranquilo, con la brisa de la tarde acariciándolos y el aroma de las flores invadiendo el aire. Al llegar, Woonhak se detuvo frente a la entrada, observando el letrero desgastado pero acogedor que había sido testigo de tantos momentos importantes para ellos.

-Parece que nada ha cambiado -dijo Jaehyun con una sonrisa nostálgica.

-Pero nosotros sí -replicó Woonhak, abriendo la puerta para dejarlo pasar primero.

Dentro, el aroma del café recién hecho y los pastelitos horneados llenaba el lugar. Escogieron la misma mesa donde habían estado la primera vez, cerca de la ventana que ofrecía una vista perfecta del parque.

-Recuerdo que pediste un batido de plátano y avena y yo uno de fresa y chocolate-dijo Jaehyun, apoyando la barbilla en su mano mientras lo miraba.

Ambos rieron juntos, la tensión que había colgado sobre ellos disipándose lentamente. Era como si el tiempo se hubiera detenido por un momento, permitiéndoles revivir la magia de su primer encuentro.

-Gracias por venir conmigo hoy -dijo Jaehyun de repente, su voz suave pero llena de sinceridad.

Woonhak sonrió, sosteniendo la taza caliente entre sus manos.

-Siempre estaré aquí para ti, Jaehyun. Siempre.

Desde que habían hecho oficial su relación dos meses atrás, Woonhak y Jaehyun habían logrado construir un vínculo tan único como profundo. A pesar de las diferencias en sus personalidades, habían aprendido a comprenderse de una manera que parecía casi intuitiva. Woonhak descubrió que Jaehyun tenía una manera especial de expresar sus emociones, no siempre con palabras, sino con pequeños gestos que hablaban más que cualquier discurso. Como cuando le dejaba notas en su cuaderno con frases motivadoras o cuando siempre sabía qué decir para calmar sus nervios antes de un partido.

Por su parte, Jaehyun se dio cuenta de que Woonhak era mucho más que el chico confiado y bromista que todos conocían. Había un lado sensible en él, uno que solo emergía en momentos de intimidad, como cuando le compartía sus sueños y miedos mientras caminaban juntos después de clases. También aprendió que Woonhak tenía una memoria sorprendente para los detalles importantes, recordando fechas, canciones, e incluso los pequeños caprichos de Jaehyun, como su gusto por los dulces con sabor a menta.

Ambos habían aprendido a apoyarse mutuamente en los momentos difíciles. Jaehyun se volvía el ancla de Woonhak cuando éste se sentía abrumado por las expectativas de su equipo de baloncesto, mientras que Woonhak sabía exactamente cómo sacar a Jaehyun de su cabeza cuando éste se preocupaba demasiado por sus notas o los exámenes.

Y en medio de todas esas lecciones, también habían descubierto la importancia de disfrutar los pequeños momentos juntos. Como las tardes en las que se retaban en videojuegos, las caminatas improvisadas bajo la lluvia o simplemente sentarse en silencio compartiendo un postre en su lugar favorito. Cada instante era una oportunidad para fortalecer ese lazo que había comenzado como una chispa y ahora era una llama constante, iluminando sus vidas de maneras que nunca habrían imaginado.

Ninguno sabía que era lo que les deparaba del futuro, pero esperaban que sea lo que sea, pudieran afrontarlo juntos.

ola, actu<33
según mi brotha,
dos capítulos más
y ya no más bkb

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro