
𝗢𝗢𝟳. . 𝗧𝗿𝗮𝘁𝗼𝘀 𝘆 𝘁𝗶𝘁𝘂𝗹𝗼𝘀 𔘓̲
Los días desde que sus padres estaban en el hospital fueron eternos para los mellizos Kim, aunque su madre fue dada de alta dos días después tras recibir la autorización del doctor que los atendía a ambos, más allá de algunos moretones, Kim Sahyun estaba bien. Por otro lado el señor Kim se había roto un brazo y fracturado una costilla, así que estaría al menos una semana en el hospital mientras le daban los cuidados necesarios.
—Deberían irse a casa, yo cuidaré de su padre —Aseguró la mujer mayor mirando a sus hijos cada uno a un lado de ella.
Ambos negaron.
—Tú deberías estar en casa, mami —Replicó Yongbok. Chaewon le dio la razón.
—Ambos vayan a casa, yo me quedaré con él, les avisaré si algo sucede ¿Sí?
—¿Segura?
Yongbok lo dudó, sabía que no era la mejor opción dejar solos a ambos Kim pero no tenía otra opción si lo que buscaban era que su madre descansara. Con una mirada, ambos Kim se pusieron de acuerdo.
—Vamos mamá.
Chaewon dejó un beso en la frente de ambas mujeres antes de que se fueran y tomó asiento nuevamente en el incómodo asiento del hospital.
Kazuha no sabía si era una buena idea o no, pero Eunchae había insistido en ir a ver a Chaewon al hospital desde el día uno en que se despidieron en la cafetería, la razón por la cual no habían ido antes era porque la mismo Chaewon se negaba amablemente a cualquier tipo de ayuda que la mayor quisiera brindarle, alegaba estar bien y en compañía de Yongbok. Pero el chico le había dicho que podía retomar los últimos días como niñero a partir del día siguiente, pues Chaewon se había ofrecido a cuidar a su padre en el hospital y ahora él estaba cuidando de su madre en casa. Eso solo significaba que Chaewon se encontraba sola en el hospital esperando a la recuperación de su padre.
—Buscamos a Kim Chaewon—Le había dicho a la recepcionista del hospital en cuanto entró junto a Eunchae.
—Una disculpa señora, pero no tenemos a ninguna paciente con ese nombre internado aquí —Explicó apenado el chico. Parecía muy tímido desde el segundo uno en qué atendió a las Nakamura.
Kazuha negó.
—No es un paciente, él que está internado es su padre, Kim Jong-il
El recepcionista volvió a buscar esta vez con éxito.
—Piso dos, pasillo B —Explicó.
—Muchas gracias, señor.
—Para servirle —El chico le dió una sonrisa coqueta y Kazuha hizo un sobre esfuerzo para fingir que no había visto eso. ¿No está viendo a la niña en sus brazos?
Cuándo subieron al elevador, dejó a su pequeña en el suelo para poder plancharse la ropa con las manos, Eunchae al observar a su madre decidió que era buena idea copiar el gesto, con sus pequeñas manos sacudió el suéter de colores que llevaba puesto junto a su overol de mezclilla favorito, luego se pasó las manos por la cara en un intento de quitar alguna posible mancha.
Cuando llegaron al piso correcto, Kazuha tomó la mano de su hija para caminar juntas por el pasillo, la mayor se mordió el labio de manera involuntaria en un intento fallido por encontrar a la más alta, pero Eunchae fue más rápida al divisar las botas negras de Chaewon y sin dudarlo corrió a sus brazos. La más alta que aún no las había visto no supo cómo reaccionar a los pequeños brazos que envolvieron sus piernas y solo se paralizó en su lugar, le tomó varios segundos darse cuenta de la pequeña figura enredada en ella y cuando lo reconoció lo cargó en sus brazos sin pensarlo.
—Eun —La voz de la mayor se hizo presente y el corazón de Chaewon latió aún con más fuerza.
Ambas adultas chocaron miradas y fue como si el tiempo se detuviera a su alrededor. Se observaron de pies a cabeza antes de sonreirse mutuamente y desviar las miradas.
Entonces la mente de Chaewon procesó la información, estaban en el hospital, donde se encontraba también su padre y a pesar de que estuviera inconciente, el miedo de que pudiera ver a las Nakamura junto a ella, lo hizo sentir pánico, trató de no tensar sus músculos sabiendo lo receptiva que era Eunchae a ese tipo de cambios en su entorno, en su lugar se acercó lentamente al mayor de los tres para poder hablar.
—Kaz, no es que no me agrade verlas —Intentó sonar lo más tranquila posible. —Pero ¿Qué están haciendo aquí?
—Estabamos preocupadas por ti —Respondió simple la empresaria. —¿Llegamos en mal momento?
Chaewon negó con la cabeza y Eunchae sonrió achicando los ojos en el proceso.
—Iba por un café.
—Oh —Kazuha tomó el bolso que colgaba en su brazo y la abrió para empezar a buscar y sacar dos toppers de comida. —De hecho te trajimos comida. Imaginamos que no habías comido nada hoy.
Y estaban en lo cierto, pero Chaewon no iba a aceptarlo así de fácil y en su lugar solo les dedicó una sonrisa torcida.
—¿Vamos a un lugar más privado? —Pidió Chaewon.
—Pero tu padre.
—Supe de él hace unos minutos y no vamos a tardar, vamos por favor.
Sin mucho que objetar, Kazuha aceptó y siguió a Chaewon que aún llevaba en brazos a su hija hasta el primer piso del hospital, en donde se encontraba una pequeña cafetería casi vacía, con la única excepción de una pareja mayor que estaba tomando un café en tranquilidad. Las tres tomaron asiento en una de las mesas redondas y Kazuha se encargó de sacar todo lo que había empacado con anterioridad en su casa.
—¿Cómo te encuentras, Chaewon? No hemos sabido mucho de ti últimamente.
Chaewon picó con su tenedor un trozo de carne pequeño para llevarlo a su boca y aplazar un poco su respuesta, llevaba muchos días sin escuchar esa pregunta, desde que regresó a casa no ha estado el tiempo suficiente con alguien para tener una conversación normal, Yongbok y Chaewon podían ser hermanos y amarse mucho, pero ambos se conocían lo suficiente para no hacerse ese tipo de preguntas porque ya conocían su respuesta.
—Estoy bien, regresé a casa luego de la última vez que nos vimos —Respondió Chaewon. Kazuha asintió. —¿Ustedes cómo han estado?
—No he estado yendo a trabajar para quedarme con Eunchae en la casa —Explicó Kazuha. —Pero Yong dice que puede regresar a trabajar mañana, así que retomaré mi trabajo.
—Le dije fuera a trabajar, pero no quiso dejarme solo — Chaewon llamó la atención de la infante y esta la miró fijamente. —¿Estás lista para ir a la escuela? —Eunchae negó con la cabeza. —Anda Eun, hay que ser valientes. —Le insistió Chaewon. —Te va a gustar, en el jardín hablan mucho de animales como los que ves en la tele.
Eunchae hizo el intento de pensarlo un poco antes de volver a negar. Pero Chaewon no se iba a dar por vencida, sabía que sería un trabajo muy duro para Eunchae comenzar a socializar con otras personas pero tenía que empezar por algún lado, y no había mejor lugar que el jardín de niños. Cortó un pedazo del flan sobre la mesa y le dió un poco en la boca a la menor como una manera de distraerla.
—Si dices que sí, me comprometo a irte a dejar y recoger al jardín ¿Qué te-
—Sí —Soltó Eunchae aún con la boca llena de dulce.
Kazuha y Chaewon compartieron miradas sorprendidas antes de sonreír.
—¿De verdad, Eun? —la mencionada asintió. —¿Lo prometes? —Otro asentimiento. —Tenemos un trato entonces.
Chaewon le extendió la mano a la menor y entendiendo el mensaje, Eunchae la estrechó como una manera de sellar su trato.
La plática cesó mientras esperaban a qué Chaewon terminara de comer para llevarse los trastos sucios, mientras tanto Kazuha se encargó de darle todas las observaciones que notaba en la más alta.
—Estás más delgada.
—Claro que no.
—Claro que sí, debes empezar a comer a tus horas.
—No me da hambre muy seguido.
—No te comportes como una bebé, Kim Chaewon.
—Entonces no me trates como una, Nakamura Kazuha.
—Es hora de irnos Eun, regresaremos mañana a vigilar que Chaewon llegue viva a su primer día de trabajo — Eunchae fue directamente a los brazos de su madre como la niña obediente que era.
—No es necesario, Zuha. En poco tiempo estaré de vuelta en casa con mi padre y no quiero que estés trayendo a Eun a un lugar como este todos los días.
—Pero Chae-
— Kazuha— Chaewon cortó cualquier distancia entre ella y las Nakamura para tomar a la más baja por la barbilla y forzarla a verle a los ojos. —Por favor, Kazuha. Te lo estoy pidiendo como tú amiga.
Pero una amiga no estaría tan cerca de la otra ¿No? Se dijo Kazuha a sí misma.
Tal vez fue el cálido aliento de Chaewon chocando con su mejilla y parte de su cuello, o su olor a menta y chocolate, o sus profundos ojos cafés, pero se vio en la obligación de asentir sin volver a contradecir a la más alta.
Kazuha dió un paso atrás en busca de salir de ese transe en el que Chaewon la había metido y fue entonces que Kim se dio cuenta de sus precipitadas acciones. Dio unos cuantos pasos hacia atrás mientras dirigía su mirada a algún otro punto de la sala.
—Bien — Nakamura llamó la atención de la castaña. —Solo porque me lo pides como amiga.
Kazuha forzó una risa bromista y Chaewon no hizo expresión alguna, solo pensando en la última palabra que había salido de los labios de la mayor.
Amiga. Debía comportarse como una amiga y en su lugar parecía coquetearle cada que tenía una oportunidad. Chaewon quiso golpearse mentalmente.
—Deberían irse, los llamaré más tarde —Kazuha asintió.
—Adiós Won —Soltó brevemente Eunchae y la nombrado le sonrió enormemente provocando una sonrisa en el más pequeño también.
Luego de aquel extraño encuentro, Chaewon y Kazuha no volvieron a cruzar palabra o mensaje por varios días, y no es que a la otra le faltaran ganas de saber de la otra, sino que ambas se habían ocupado en sus respectivas vidas más de lo usual.
Aunque a Chaewon le hubiera gustado quedarse todo el tiempo en el hospital con su padre, el hombre despertó la misma noche en qué las Nakamura habían estado cerca de ella. Parecía estar cuerdo y recordar todo, así que lo primero que hizo fue darle la orden a Chaewon de cerrar algunos tratos que habían quedado pendientes debido al accidente, le dejo solo los más urgentes y le pidió que se encargara de la empresa mientras él podía retomar el cargo. La Kim menor no estuvo muy de acuerdo, pero tampoco tenía la opción de negarse a sus mandatos y mucho menos si realmente lo necesitaba.
Así que Chaewon llevaba siete días cumpliendo su papel como hija del CEO y próximo heredera de los bienes Kim. No fue difícil gracias a los contactos que mantenía en el lugar, como Bae JinSol, un ex compañera de la universidad que ahora hacía sus pasantías con su padre, ella puso al tanto de todos y cada uno de los trabajadores que ahora estaban a cargo de Chaewon y de sus papeles en la empresa.
—Kim, te buscan en recepción —Informó Jinsol por el parlante de la oreja.
—¿Quién es?
—Nuestra queridísima Lily Morrow, oh bueno, Oh —Pequeñas risas escaparon de Jinsol.
—Dile que pase y sube con ella, por favor.
Ambas chicas no tardaron en llegar a la oficina principal entre risas y empujones. Chaewon sonrió en grande para luego guardar todas las carpetas en una cajonera y liberar su escritorio.
—Creí que jamás en mi vida vería a Kim Chaewon detrás de un escritorio ¿Cómo enmarco esto, Bae? —Habló Lily con las manos en los bolsillos delanteros de su pantalón.
Entre las tres, Lily era la más joven por algunos meses y Chaewon la mayor, dejando a Jinsol como la dolorosa hermana del medio que tenía que soportarlas a ambas en sus tiempos de universidad, que realmente no fueron hace mucho tiempo atrás.
—Y yo creí que jamás te vería con críos y ahora tienes dos sombras —Se quejó JinSol.
Lily sonrió con suficiencia recordando la hermosa familia que hoy tenía. Con sus pequeños ojos de bambi miró entre sus dos mejores amigas con el rostro que ambos mayores conocían.
—Habla —Soltaron al unísono ambas.
—Haewonnie y yo vamos a adoptar a nuestro tercer hijo —Chilló Lily en su propia burbuja de ensueño.
Jinsol abrió la boca con evidente sorpresa y Chaewon reaccionó más rápido.
—Felicidades, Lils—Exclamó la mayor. —¿Cuándo lo tendrán en casa?
—En una semana, Hae está intentando acelerar el proceso para poder integrarlo rápido junto a Kyujin y Jake.
—¿Qué edad tiene?
—Apenas cumplirá un año, es el más pequeño de los tres. Sus hermanos están tan emocionados.
Las Oh son una pareja que muchos podrían llamar soñada, se casaron sin mucho tiempo de conocerse profetizando su gran amor entre ellos, pocos meses después adoptaron a los pequeños Jake y Kyujin, unos hermanos huérfanos que no querían ser separados y para asegurarse de ello, las Oh los adoptaron juntos. El varón de siete años y la niña que está a unos días de cumplir cinco. Ahora estaban a la espera de su tercer aunque no parece ser el último de sus hijos. Sí, la familia tenía sus problemas en casa de vez en cuando pero nada que no pudieran solucionar, porque mientras la comunicación existiera, serían siendo una familia perfecta, que se equivoca e intenta enmendar sus errores.
—Me alegro mucho de que te esté yendo bien, Lily, es lo que siempre habías querido —Por fin habló Jinsol.
Lily ensanchó más su sonrisa.
—Como sea —Trató de regresar de su burbuja de felicidad. —Vengo a invitarlos al cumpleaños de Haewonnie, será el sábado por la noche y no acepto un no por respuesta.
—No lo sé Lils, las fiestas de asilo no me van —Se burló Jinsol.
—Chistosa —Lily le sacó la lengua en defensa. —No me lleva tanto tiempo, solo ocho años.
—Listo para fosilizar.
—¡Ya Jinsol!
꒰ kiki's note : insisto en que Haely mis mamitas
:( ♡♡
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