Extra uno. 𑄝
Eunchae aferró su manito a la bolsa de regalo que su mami le habia dado, mientras que su otra mano era sostenida por la mano de su mamá, le dirigió una mirada rápida y la alfa le sonrió ante su rostro algo inquieto dándole un leve apretón a su mano, avanzaron a través del pasillo y finalmente pasaron por la puerta abierta que daba acceso al patio de aquella casa, donde música infantil resonaba a un volumen bastante moderado y las decoraciones que indicaban que se trataba de una fiesta infantil estaban muy presentes.
Al instante Haerin notó su presencia, sonriendo tan lindo como ella solía hacerlo, acercándose para recibirlos como era debido, la omega se miraba bastante bien arreglada y alegre para la ocasión.
—Que bueno que llegan, pensé que ya no vendrian—saludó la chica en primer lugar.
—Ya sabes como es Kazuha, cuando necesitamos salir rápido más se tarda en bañarse—confesó Chaewon, mirando directamente a su esposa que se hizo la desentendida, sonriendole como si le estuviera contando un chiste.
Eunchae por su parte se dispuso a observar el panorama, algunos niños corriendo y jugando por el lugar, otros entretenidos el castillo inflable que se encontraba alli instalado, los adultos vigilaban desde sus sillas y conversan con los otros, no parecia ser muy divertido desde su posición.
Sólo podía escuchar la conversación aburrida que mantenian sus padres con la mamá de Garam, pero no entendia lo que decian ya que no prestaba demasiada atención.
—Oh Eunchae, Ramie está jugando con algunos amiguitos, si quieres puedes darme el regalo a mi—comentó Haerin, agachandose un poco para estar a su altura.
Ella se encogió de hombros, le deba igual después de todo asi que se le pasó la bolsa con diseño de Kumamon, ella la habia elegido y estaba bastente orgullosa de ello, pero no dijo nada al respecto.
—Mm, veo que Minji vino—señaló Chaewon hacia la mujer que se encontraba allí conversando con un alfa que reconoció como Taesan y algunos otros invitados desconocidos.
—Si, el año pasado Garam estuvo muy triste porque no había estado, este año pidió permiso en el trabajo, es lo menos que puede hacer por su hija ¿no? casi no se ven. — la omega se cruzó de brazos al hablar de su ex pareja, era un tema un tanto controversial para el, tenían una buena relación pero siempre estaba aquella espinita
Kazuha soltó la mano de su hija y su omega ya sabía bien a dónde iba, porque no todos los dias era libre para tomar algo de soju en compañía de otros alfas, asi que al ver ese par de botellas verdes en las manos de los otros sus ojos brillaron.
—Minji, mi vieja amiga—decía con una sonrisa y brazos extendidos, caminando hacia el grupo de alfas alli reunidos, Chaewon rodó sus ojos, ya la habia perdido por ese día.
Haerin rió por ello y avisó que iría a dejar el regalo adentro, la omega asintió y se dispuso a caminar hasta el lugar donde Sakura estaba sentada vigilando a su hijo y al pequeño hijo de Haerin quienes juagaban juntos, Eunchae apretó su dedos al rededor de la tela del pantalón de su mamá, como se habia acostumbrado a hacer, sonrió cortamente al estar cerca de aquel omega, rápidamente su mamá tomó asiento en la silla de al lado, y él en sus piemas.
—Hey Sun, Eunchae—saludó la mayor, recibiendo una sonrisa de parte de la pequeña.
—Saluda hija. — le dijo su mami.
—Hola—respondió algo tímida.
—¿Hola quién? —insistió Chaewon
—Hola tía Kkura—dijo la niña.
Sakura sonrió ante su ternura, extendiendo sus brazos invitalo a abrazarla, y Eunchae estaba lista para hacerlo, sino fuera por el fastidioso de Harua quién apenas miró las intenciones de su mamá se levantó del suelo donde se encontraba jugando, corriendo para ser él quién abrazara a la omega
Esta negó por el acto de su hijo, pero aún asi la recibió dejando algunos besos sobre su cabecita; Eunchae no evító pensar en lo caprichosos que eran los niños pequeños, definitivamente no le caian para nada bien.
—¿No quieres ir a jugar al castillo inflable? —le preguntó Chaewon a su hija, quién volvió a acomodarse en sus piernas, pero esta negó.
Demasiados niños saltando en un solo lugar no le parecia atractivo.
—¿Y qué tal si juegas con Sunoo? —señaló al niño que se habia quedado sin su compañero de juegos luego de que Harua corriera a brazos de su madre y se quedara alli, colgandose de su cuello.
Eunchae lo pensó, ¡ya no era una bebé cómo para jugar con Sunoo! Tenia como dos años y apenas sabia hablar algunas cosas.
Poquisimos segundos después Garam pasó comiendo junto a dos niños que Eunchae conocía del preescolar: Woonhak y Hyein, pasó asi como así, ¿cómo si él no existiera! Enfurruñado se levantó de las piernas de su mami, caminando los pocos pasos que lo separaban de Sunoo, quién jugaba en el suelo.
El pequeño tenía un autito de juguete entre sus manos y era con el cual jugaba, habia otro a su lado totalmente abandonado, Eunchae se acercó para tomarlo pero el pequeño se puso alerta.
—¡No!—gritó soltando el que tenia entre sus manitas, tomando el otro autito antes de que Eunchae lo hiciera.
La niña frunció su adorable ceño, acercándose entonces a tomar el que habia dejado de lado.
—¡No! —volvió a gritar el bebé.
¡Por eso no le gustaba jugar con bebés!
—Hey Sunoo, prestale uno a Eunchae ¿si bebé? —ni siquiera se habia dado cuenta de que Haerin ya estaba ahí, sentanda junto a las otras dos omegas.
—¡No! ¡Mío!
No había pasado ni una hora desde que habían llegado y la pequeña Eunchae ya estaba estresada, ¿es qué era muy dificil compartir? Um, bueno, ella tampoco compartiría a sus mamás, ¡pero sus juguetes si! Quizás, dependiendo de la persona.
Pero no se daría por vencida, asi que queriendo ser terco tomó uno de los autitos de Sunoo, sin esperarse lo que se venia, el bebé empezó a chillar con rabia, y en un movimiento rápido tomo su brazo, encajando sus dientecitos en este, sin ni una pisca de arrepentimiento.
Eunchae soltó con rápidez el juguete, alejándose del pequeño salvaje, empezando a llorar ella también, volteandose en busca de su mami, y de paso llamando la atención de las personas en aquella tonta fiesta.
—¡Sunoo! —regañó la omega ante la travesura de su hijo, levantándose del lugar para tomarla en brazos, para seguir regañadolo. — eso no se hace niño malo.
Eunchae corrió para abrazarse a las piernas de su mami, quién acarició su cabello consolandola diciéndole que tenía que calmarse un poco, pero sintió como alguien lo tomaba en sus brazos, percibiendo rápidamente el aroma de su mamá Kazuha, estando a esa altura vió a varios niños chismosos acercarse, y a Garam correr en dirección hacia su casa, enterro su carita en el cuello de su mamá
—Lo siento mucho, Sunoo todavía no entiende muchas cosas Eunchae, ya lo regañé, también lo siente mucho—se disculpó la omega con la bebé en brazos pero la pequeña Nakamura ni siquiera quiso verla.
Esa fiesta no estaba gustandole para nada, queria irse a su casa con sus mamás.
Un ratito después Kazuha sintió alguien tirando levemente de su pantalón, entonces miró hacía abajo.
—Tia! —una vocecita que reconocía muy bien habló desde abajo. — Baja a Eunchae por favor.
La pequeña se separó del cuello de su madre, curiosa de ver que sucedía y pronto ya estaba en suelo, frente a la sonriente cumpleañera, que parecia bastente confiada en lo que hacia.
—Déjame ver tu brazo, Eunie—pidió esta, al parecer entusiasmada, Eunchae la miró seria, molesta de que su situación la alegrara, pero aún asi hizo caso, levantando su brazo herido, enseñadoselo.
Podia verse perfectamente la forma de los pequeños dientes del salvaje Sunoo, su pálida piel se miraba rosada luego de la mordida, y solo verlo hizo que tuviera ganas de llorar de nuevo, ¿qué podia hacer? Era una niña.
Garam hizo una mueca al verlo y dejó ver algo que traia en su mano, tomando el brazo del mayor con su otra mano comenzó a colocar lo que traía con sumo cuidado sobre la piel lastimada, dejando ver que se trataba de una curita con diseño de gatitos bebés.
—Ya está, ¡mamá Minji me las trajo de Busan! ¿no te gusta? —comentó orgullosa.
Las adultas miraban la escena enternecidos, aún si sabian que aquella curita no tendría efecto alguno sobre aquella mordida.
—¿No es preciosa mi bebé? —susurró Haerin, con intención de que solo Chaewon lo escuchara, quién asintió con una sonrisa, sabía bien lo especiales que serian esas dos la una para la otra.
La mayor asintió ante la pregunta de la risueña Ramie, que aplaudió contenta.
—A Sunoo no le daremos pastel—determinó la niña, mirando a sus madres quiénes le dieron un asentimiento entre pequeñas risas.
Eunchae no pudo decir algo más porqué Garam ya estaba tirando de su mano para que fueran corriendo a jugar junto a los otros niños.
Bueno jugar con ellos sería mejor que jugar con Sunoo ¿no?
Lo que restó de la fiesta Garam protegió a Eunchae de los malvados dientes de Sunoo.
꒰ kiki's note : ¡sunoo dientes salvajes!
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