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𝗼𝗻𝗹𝘆 𝗰𝗵𝗮𝗽𝘁𝗲𝗿

𑑒ㅤ🕷️

La gente siempre decía que las apariencias engañan y lo supe cuando conocí a Seo Changbin, mi actual novio.

Nos vimos por primera vez en un bar al que mi mejor amigo, Jeongin, había querido visitar. Fue un viernes, el semestre había terminado y nosotros decidimos salir a divertirnos. No dudé cuando mi amigo me sugirió que saliéramos.

Cuando fuimos, tomamos asiento en la barra y charlamos un poco mientras tomábamos un par de cervezas. En un momento, mi amigo tuvo que ir al baño, por lo que mientras lo esperaba, me dediqué a mirar la pista de baile donde se encontraban personas de quizás mi edad, algunos menores y otros mayores que yo.

Entre esos grupos logré verlo, un chico, estaba frente a él bailando al ritmo de la música mientras reía.

Tenía una sonrisa muy linda y además era caliente, su estatura estaba en el promedio, su cabello era negro y tenía el cabello liso, estaba vestido completamente de negro; portaba vaqueros rasgados, zapatillas, una chaqueta de cuero y una camisa con un estampado simple en el centro. Logré divisar que llevaba un piercing en su oreja.

Estaba sorprendido, ese tipo de chicos no eran mi estilo, salía con chicos que lucían frágiles, que no parecieran demasiado masculinos. Quizás alguien como Jeongin, mi amigo, pero aquel chico que había logrado captar mi atención, era todo lo contrario. De cualquier forma, tampoco era ciego.

Sin importar con los que salía, ese chico era guapo y no podía simplemente mentir.

—¿Qué tanto ves? —había preguntado mi amigo, sorprendiéndome un poco, me giré a verlo y estaba sonriendo burlón. Negué con la cabeza, restándole importancia y bebiendo un poco antes de dirigirnos a la pista de baile.

Sin darme cuenta, unos brazos rodearon mi cintura, acercándome a la otra persona. Era hombre, sus manos eran ligeramente grandes y su perfume denotaba masculinidad.

Al girar la cabeza un poco, noté que era aquel chico que había estado mirando hace unos minutos. Fue entonces cuando me di cuenta que también tenía un piercing en el labio, otros dos en la oreja contraria y uno en el puente de la nariz.

Sin dudarlo mucho, pegué mi culo a su entrepierna, mientras bailaba al ritmo de la música, sintiendo sus manos aferradas a mi cuerpo. Llevé una mano a su cuello para acariciar sus cabellos, echando mi cabeza sobre su hombro.

Joder, me estaba poniendo caliente. La cercanía que teníamos era demasiada... podía sentir su notable erección contra mi culo.

—Vámonos de aquí —le dije al oído, lo suficientemente fuerte para que pudiese escucharme sobre la música.

Él no rechistó y asintió, tomando mi mano y sacándome del bar entre la multitud. Mientras bailaba con el chico, perdí de vista a mi amigo pero en realidad no le tomé mucha importancia cuando me fui.

Quizás porque estaba muy borracho y caliente.

—Conozco un motel que está cerca —habló cuando salimos del bar, tenía una voz muy bonita. No era ni demasiado gruesa ni demasiado aguda.

Sólo me limité a asentir y a seguirlo en silencio pues ninguno decía nada, aunque por mi parte yo no tenía ganas de charlar. Cuando dormía con alguien, no me gustaba saber cosas personales de las otras personas.

Al llegar a la habitación, lo besé con fervor y él en seguida me correspondió, comenzando a dar pasos hacia atrás, provocando que cayera sobre la cama de la pieza. Me separé de su boca y le quité la chaqueta e hice lo mismo con la camisa, dejándolas en algún lado y noté que su torso estaba tatuado con algunas frases y dibujos. Incluso sus pezones, que eran de un color café, tenían piercings.

—¿Vas a seguir mirando o me vas a follar?

Fruncí el ceño notablemente y lo miré en medio de la penumbra. ¿Había escuchado bien? Seguro que estaba demasiado borracho.

—¿Qué? —no pude evitar preguntar, estaba atónito.

¿El chico que estaba tatuado, lleno de piercings y vestido de negro acababa de pedirme que lo folle?

—Si no vas a hacerlo mejor vete —fue lo que dijo, echando la cabeza hacia atrás mientras soltaba un suspiro.

—Oh, claro que lo haré, bebé —le dije, antes de acercar mi boca peligrosamente a sus pezones y morderlos con algo de fuerza, sacándole un gemido. Sonreí con burla, desde que los había visto quise jugar tanto con ellos.

No tenía problema con recibir pero prefería ser quien daba, sin embargo, había estado bastante asombrado por aquello.

Esa noche quizás había sido la mejor de mi vida, había tenido sexo con un chico increíblemente caliente. Grata fue mi sorpresa cuando me enteré que asistíamos a la misma Universidad, porque quizás querría una segunda vez.

Volvimos a follar en el motel de la primera vez y siguió siendo tan bueno como entonces. Fue en aquella noche donde le pedí que saliera conmigo, él aceptó, siempre y cuando fuéramos lento. No nos conocíamos, más que los nombres, por lo que entendí a lo que Changbin se refería y yo no me opuse.

Un año después, nos encontrábamos celebrando nuestro aniversario. No quisimos hacer demasiado, sólo algo casual.

𑑒ㅤ🕷️

—¿Adónde quieres ir? —cuestionó Changbin, mirándome por encima de su hombro pues yo me encontraba detrás de él en su moto tomándolo de la cintura con fuerza para no caerme.

No era la primera vez que me subía a aquella preciosura, era una Kurazai Road Runner 150 negra. Si debía ser honesto, nunca me habían llamado la atención las motocicletas, sin embargo, desde que conocí a Changbin me ha encantado montarla.

—Vayamos a comer primero, me muero de hambre —repliqué y él se limitó a asentir, bajándose la pantalla del casco antes de encender la moto y hacerla rugir. Una vez que lo hizo, emprendimos nuestro camino hasta una plaza que nos quedaba cerca.

Algunos minutos después, llegamos y Changbin aparcó la moto en el estacionamiento y nos adentramos a la plaza. Después de caminar un poco, dimos con un restaurante de hamburguesas así que sin pensarlo demasiado nos metimos y nos dirigimos hasta la caja donde atendía un chico que nos sonreía sin mostrar los dientes. Hicimos nuestra orden y después de pagar, nos fuimos a sentar a una mesa que se encontraba vacía.

No había mucha gente así que no estaba demasiado lleno, los niños se escuchaban jugar y reír en el pequeño patio donde había juegos, la gente hablaba animadamente.

Cuando nuestra orden llegó, me levanté hasta la caja y recogí la bandeja con la comida, agradeciendo al chico antes de volver con mi novio. Empezamos a comer, charlando sobre temas banales. Al terminar, salimos del restaurante y caminamos un rato por la plaza sin ningún destino en particular.

—Necesito ir al baño —dije, girándome para ver a Changbin, quien asintió sin decir nada y le di un rápido beso en la frente antes de caminar hasta el sanitario.

Sólo había un hombre y un chico que parecía adolescente aún, me bajé el cierre del pantalón con prisa cuando llegué al urinario, sacando mi pene, suspirando aliviado. Al cabo de un rato terminé, subiéndome el cierre nuevamente y me dirigí a los lavabos, lavando mis manos y me las sequé cuando terminé.

Salí y fruncí el ceño al no encontrar a mi novio, hasta que me giré y lo encontré apoyando su espalda en la pared, tirando del piercing de su labio con uno de sus dientes.

—¿Me fui unos minutos y compraste algo? —le pregunté con un ligero tono burlón al ver a Changbin, quien en seguida me miró. Llevaba una bolsa de color marrón en una de sus manos—. ¿Qué compraste, cariño? —inquirí, pues la curiosidad comenzaba a consumirme.

—Lo sabrás cuando lleguemos a tu apartamento —me dijo y me guiñó el ojo antes de empezar a caminar, sonreí ampliamente siguiéndolo.

Cuando finalmente entramos al apartamento, no me hice esperar más y uní nuestros labios en un apasionado beso que enseguida correspondió, cerrando la puerta detrás de nosotros. Se separó poco después y tomó mi muñeca para dirigirnos hasta la habitación principal, me dejé hacer sin rechistar.

Comenzaba a ponerme caliente y ansioso por saber qué iba a suceder.

Una vez que llegamos, me tiró en la cama sin ser muy brusco y me apoyé en mis codos para mirarlo.

—Ahí quédate, ahora vuelvo —me dijo y ni siquiera me dio tiempo de responder, pues ya se había dado la media vuelta sobre sus talones y salido de la pieza.

Solté un suspiro y me senté en el borde de la cama, esperando a que Changbin apareciera nuevamente para seguir con lo que recién habíamos empezado.

No supe cuántos minutos estuve esperando, mirando alrededor en un intento de no impacientarme.

—Cierra los ojos —habló finalmente Changbin, pero no me dejó verlo, aunque se escuchaba cerca por lo que supuse que se encontraba afuera de la recámara.

Suspiré pesado e hice lo que me pidió—. Ya están cerrados —le avisé, comenzando a escuchar pisadas acercándose a mí.

Cuando lo tuve frente a mí, volvió a hablar—. Puedes abrirlos —y en seguida lo hice, mirándolo de pies a cabeza.

Carajo, lucía tan precioso y caliente al mismo tiempo.

Estaba usando lencería.

Era negro con tela transparente, estaba compuesto de dos piezas; una tanga que tenía una pequeña flor negra en la parte de en medio, dejando ver su pene ya erecto que sobresalía de esta y golpeaba su abdomen bien trabajado; además de un pequeño sujetador y flores negras que cubrían ligeramente sus pezones.

Era muy claro que Changbin hacía ejercicio, se notaba en su abdomen, sus pectorales y sus bíceps, y de alguna forma me gustaba verlo en lencería. Ver aquella diferencia entre lo lindo que lo hacía ver aquel conjunto y el increíble cuerpo que tenía.

—Qué bien te queda esa lencería —dije con la voz ya ronca debido a la excitación, pasando una mano por su cuerpo, provocando que Changbin se estremeciera bajo mi tacto, suspirando.

—Fóllame, Chan —me rogó en voz baja, mirándome suplicante.

Sonreí ladino—. Es lo que voy a hacer, precioso. Haré que todos escuchen cómo gimes mi nombre —repliqué antes de levantarme y dejarlo a él esta vez sobre la cama, acostándolo sobre esta. Me agaché y noté que Changbin se acomodaba para mirarme

—No, amor. Acuéstate, sólo disfruta —le pedí y Changbin no objetó, soltando un pequeño suspiro esperando a lo que fuera a hacer.

Con ambas manos, separé sus piernas y me acerqué a sus muslos, acariciando uno de estos con una mano, rozando su entrepierna un poco. Luego hice un pequeño camino con uno de mis dedos por su torso, admirando cada parte de él.

Deposité un tierno beso en su abdomen antes de lamerlo rápidamente, escuchando un jadeo abandonar los labios de Changbin. Sonreí ladino y me acerqué a su pene, haciendo círculos con mi lengua alrededor del glande y Changbin no tardó en empezar a gemir levemente. Pronto sentí un sabor salado, notando que de su miembro comenzaba a gotear un poco de pre-semen así que me detuve.

Me comencé a desvestir bajo la mirada inyectada de lujuria de mi novio, quien se mordía el labio. Mi cuerpo definitivamente no se comparaba al suyo, sin embargo, sí tenía algo de músculos en los brazos y el abdomen trabajado. Una vez que estuve completamente desnudo, acomodé a Changbin mejor sobre la cama y me coloqué encima de él pero sin dejar caer todo mi peso, comenzando a frotar nuestros miembros con lentitud por sobre la tela de la lencería y ambos gemimos.

—Mmh, Chan —gimió Changbin, arqueando ligeramente su espalda mientras cerraba los ojos.

Me detuve por un momento para bajar un poco la tanga, empalmando nuestras erecciones con una mano para masturbarlas levemente.

Gruñí, se sentía tan bien que podría correrme pronto.

Cuando sentí que mi orgasmo se acercaba, me detuve, llevando mis manos hasta el sujetador el cuál le bajé los tirantes para poder jugar con sus pezones. Tomé cada uno de ellos con dos de mis dedos, empezando a jalarlos y hacer círculos con ellos, escuchando los gemidos y jadeos de Changbin.

Me agaché un poco para llevar mi boca hasta uno de ellos, lamiendo su piercing antes de tirar de él con algo de fuerza.

—¡Mierda! —exclamó Changbin, echando la cabeza hacia atrás.

Sonreí de lado, no era la primera vez que lo hacía y sabía que le encantaba que jugara con ellos a mi antojo, aquello lo ponía muy caliente. Me dirigí hasta el otro para hacer lo mismo, arrancándole un nuevo grito a mi novio.

Poco después hablé—. Date la vuelta, amor —y me bajé de encima suyo para que pudiera hacer lo que le había pedido.

Sin rechistar lo hizo, dejando a la vista su trasero y su espalda ancha. Tomé su cintura con fuerza y lo atraje a mí, golpeando su culo contra mi pene provocándole un jadeo.

Bajé la tanga lo suficiente para acercar mi rostro hasta su culo, lamiendo este mientras escuchaba sus gemidos, notando que tomaba las sábanas con sus manos hechas puños. No me detuve por un buen rato y comenzó a mover sus caderas para buscar más contacto con mi lengua.

Llevé una mano a su culo, dándole una fuerte nalgada que resonó en la habitación. Me separé de él un poco—. No te pongas arrogante —le dije y volví a mi tarea, escuchando un lloriqueo de su parte, proporcionándole otra nalgada igual de fuerte.

Si quiso quejarse nuevamente, se aguantó las ganas pues no volvió a emitir ningún sonido y sólo se limitó a dejar que yo siguiera en lo mío.

Se correría en algún momento cercano ya que lo había dejado lo suficientemente estimulado. No lo culpaba, también estaba duro y no podía esperar para tener mi orgasmo, pero prefería hacerlo cuando lo estuviera follando.

Masturbé rápidamente mi miembro antes de empezar a introducirlo en su entrada poco a poco. Changbin soltó un gruñido y me detuve pero sin sacar mi pene, esperando a que se acostumbrara al tamaño.

Obtuve un ligero asentimiento segundos después, dándome luz verde para poder seguir con lo que había estado haciendo. Al estar finalmente adentro, no me moví y esperé a que mi novio me permitiera hacerlo.

—Muévete —me dijo poco después y así hice, yendo lento primero.

—Joder —hablé en medio de un gruñido de puro placer—, me encanta cómo aprietas mi polla.

Bin soltó un gemido y no tardó en comenzar a mover sus caderas para que acelerara las embestidas. Sonreí de lado y le di una nalgada.

Quizás su culo quedaría rojo después.

Tomé sus caderas con fuerza mientras comenzaba a embestirlo más rápido, ambos gimiendo y jadeando.

—Me follas tan bien —dijo entre gemidos, agachando la cabeza.

—¿Te gusta? —pregunté, sin dejar de moverme. Noté que había asentido con la cabeza y levanté una mano antes de dejarla caer con fuerza sobre su mejilla—. Respóndeme —demandé, escuchándolo lloriquear y con la misma mano tomé un par de sus mechones, jalándolos.

—¡Ah, sí! ¡Mucho! —respondió pero no solté sus cabellos, empezando a arremeter cada vez más rápido—. ¡Mierda! ¡Sí! ¡Ahí! —gimió como pudo.

Le había dado en su punto así que no me detuve y llevé mi mano hasta su pene para empezar a masturbar este al ritmo de mis arremetidas. La habitación estaba llena de sonidos obscenos, desde nuestras pieles chocar y los gemidos hasta la cama rechinar bajo nuestros cuerpos.

—Voy a correrme —me avisó Changbin algunos minutos después, con la voz ligeramente ahogada.

En seguida, lo acomodé para que estuviera boca arriba y lo embestí lo más rápido que pude, sabiendo que me iba a correr pronto también. Llevé una mano a uno de sus pezones, tirando de este con fuerza.

Bin, como pudo me atrajo hasta él y me beso con fervor, le correspondí el beso de la misma manera, ahogando sus gemidos en medio de este. Mordí su piercing un poco, provocando que jadeara y no mucho después se corrió, manchando su abdomen, soltando un gemido alto mientras echaba la cabeza hacia atrás, arqueando su espalda.

Seguí moviéndome un par de minutos más dentro de él, hasta que finalmente llegué a mi orgasmo, llenando sus muslos y desplomándome a su lado mientras intentábamos regularizar nuestras respiraciones.

—Mierda, eso estuvo increíble —me dijo Changbin en un murmuro, con la respiración un poco más calmada.

Sonreí ampliamente y me acerqué a él, dándole un beso en la comisura de sus labios—. Estoy de acuerdo.

La habitación se quedó en silencio y realmente no me molestó hasta que noté que Changbin se había quedado dormido. Me levanté rápidamente de la cama para dirigirme al baño y tomar un pañuelo, volví con mi novio y lo limpié primero a él, para luego hacer lo mismo conmigo. Le quité la lencería y la dejé en algún lado de la recámara antes de acostarme cerca de él, pasando un brazo sobre su torso.

Nunca había llegado a pensar que terminaría saliendo con alguien como Changbin y, realmente, no podía estar más contento. Sin embargo, aún me parecía increíble su manera de ser y la apariencia que intentaba dar.

Quizás con la facha de chico malo
que Changbin intentaba aparentar, uno
no pensaría que en realidad era lo
contrario y que con ello, le gustaba que
lo embistiera e hiciera gemir a la hora de
tener sexo.

𑑒ㅤ🕷️

espero que les haya
gustado este one-shot :)

todos los créditos de la
historia pertenecen a
SKZPH0BiA

bueno, espero verlos en
otro fiic. baiii

big hug
060224

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