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⨳febrero

"Feliz cumpleaños al alfa más guapo y perfecto del mundo..." Tarareo Minho apenas Christopher colgó la llamada que atendía, pronto un pequeño pastel individual apareció en frente de él.

En cuanto lo dejo en el escritorio rodeó el cuello del otro en un abrazo, aprovechando tambien para besarle detrás de su oído.

"Honnie..." Miro alternativamente al pastel y luego al ojimiel. "Muchas gracias, bebé, pero no hacía falta."

"Claro que sí, necesitas distraerte un poco de tanto trabajo, es tu cumpleaños y tienes que relajarte." Rodeó la silla para sentarse en el regazo del alfa.

"Bueno pero si tú eres mi más grande distracción." Le rodeó la cintura atrayendolo más cerca, Minho se rió.

"Te tengo un regalo." El tono coqueto que utilizo aunado a las caricias que le estaba proporcionando en la mejilla lo hizo erizarse.

"¿Ah si? ¿puedo saber qué es?" Se besaron despacio hasta que les ardieron los pulmones por falta de aire.

"Lo verás esta noche." Lamió los labios del alfa antes de morderlos.

"¿No me darás un adelanto?" Su tono de voz fue bajo, dócil.

"No. Tendrás que esperar." Dejó un beso más sobre los labios del alfa antes de levantarse de un brinquito. "Dejaré el pastel aquí por si se te antoja, te veo más tarde." Guiñó y salió corriendo de la gran oficina, Christopher suspiro totalmente perdido en sus pensamientos.

Algún día Minho iba a volverlo loco.

〔🥢〕

"Hola, Minho, ¿cómo está tu día?" La irritante voz de Eunha lo hizo querer gruñir.

"Hola, Eunha." Le sonrió con cinismo mirándola apenas de reojo. "Muy bien, gracias por preguntar."

"Genial, por cierto..." La omega relamio sus labios rojizos. "La vez que fuiste a mi casa, lo siento mucho si fui grosera o si mi familia te faltó al respeto..."

Tal vez si Lee fuera un omega más inocente, le habría creído.

"No te preocupes, Eunha, yo sabía que algo podía salir mal. No siempre es agradable tener al a..." La mirada curiosa que le dirigió la rubia lo hizo callarse y darse cuenta del error que había estado por cometer. "al empleado de tu esposo cerca." Se corrigió.

Eunha mantuvo unos segundos más la mirada en él tratando de averiguar qué iba a decir.

"Espero que no haya rencores entre nosotros, sé que eres importante para Christopher y lo mejor es llevarnos bien."

Después de tirarme a tu marido en tu habitación, claro que no. Pensó Minho, sin embargo respondió algo totalmente diferente: "Claro que no, mujer, si no soy rencoroso."

"Genial, entonces sin rencores." Dió un pequeño aplauso con fingida emoción, Lee cuestiono si no había algo en ella que fuera honesta. "¿Podrías desocupar la agenda de Christopher hoy? No sé si sepas que es su cumpleaños y quiero llevarlo a cenar..."

"Oh, claro, mira tiene muchas cosas que hacer hoy, pero igual puedes pasar a su oficina y ya el te dice también si puede hacer una modificación o no." Señaló la oficina del alfa.

"Por supuesto, muchas gracias." Sin esperar más caminó hacia la otra habitación.

Minho contó un total de quince minutos antes de que la omega saliera del lugar, mientras tanto fingió perder el tiempo en alguna cosa.

La verdad es que no tenían mucho que hacer, precisamente por ser cumpleaños del mayor habían acordado terminar su trabajo temprano para poder marcharse a algún lugar y tener una bonita velada.

"¡Ese hombre se va a quedar solo si sigue con tanto trabajo!" Exclamó con notoria frustración.

"¿Qué ha dicho?" Cuestiono apenas Eunha se detuvo a lado de él.

"Que tienen muchísimo trabajo y no podrá, ni siquiera está seguro de volver temprano a casa. ¡Es su maldito cumpleaños!" Se cruzó de brazos claramente molesta.

"Es una pena, de igual manera trataré de que se desocupe lo antes posible, ¿bien?"

〔🥢〕

Para cuándo la noche cayó Minho y Christopher se encontraban en el nuevo departamento del omega. Se encontraban en el cuarto principal, Bang estaba tirado sobre la cama con las manos atadas a la cabecera sin poderse mover. Las luces se encontraban en un tono tenue y de alguna forma Minho había logrado tener luz morada así que todo se veía mucho más misterioso.

Siendo honesto no sabía por qué había accedido a dejarse atar por el ojimiel, sin embargo, ahí se encontraba, dispuesto a disfrutar cualquier cosa que Minho quisiera darle.

Fue cuestión de segundos antes de que el bonito omega apareciera en la puerta del closet utilizando una bonita tiara sobre su cabeza, ligera y pequeña, se acompañaba una bata de seda con encaje, atado a su cuello llevaba un collar con un gran moño de regalo y por su cuello, torso y brazos lo rodeaban luces de colores.

Lucía malditamente hermoso.

"¿Te gusta?" El tono de voz fue suave y sensual, tan dócil y sumiso.

"Sí, sí." Le costó articular incapaz de alejar la vista del omega. "Me encanta."

"Que bien, alfa..." Se subió a la cama y a gatas se acercó al otro hasta subirse a su regazo. "Porque yo seré tu regalo."

Se besaron apasionadamente, con cosquillas recorriendoles todo el cuerpo.

Esa noche se acariciaron hasta que se les cansaron las manos, se besaron hasta que les ardieron los labios y por primera vez en muchos años esas dos almas gemelas hicieron el amor.

〔🥢〕

"¿Dónde estabas?" Fue lo primero que escucho al cruzar la sala, se limitó a gruñir bajito a la vez que cerraba los ojos con fuerza como si eso fuera a desaparecerlo.

"Trabajando." Se limitó a responder, Eunha soltó una carcajada demasiado fingida.

"No seas ridículo, ¿dónde estabas?" Repitió, Christopher lanzo su abrigo al sofá.

"Ya te dije." Camino hasta su habitación con su esposa pisando sus talones.

"No me mientas, Christopher. Fui a buscarte a la oficina, no estabas ahí." Cerraron la puerta de la habitación para evitar que el ruido llegara hasta el cuarto de Jungwon.

"Ya, salí con Hyunjin. Es mi jodido cumpleaños y ya estoy lo suficientemente grande para saber qué hacer." Gruñó entre dientes, si él no prendió la luz, Eunha sí lo hizo.

"Te estuve esperando, maldición. Todos te esperamos y ni siquiera tuviste la decencia de responder los jodidos mensajes." Reclamo ella.

"Pues no me esperes, no te lo pedí." Se giró para mirarla. Llevaba una bata larga color rosa, su expresión lucía cansada y molesta, por un momento se sintió mal por su esposa.

No parecía la mujer con la que se había casado, aquella con la que había estado de novio, ni siquiera parecía la misma que había tenido a su cachorro. Un piquete se le instaló en el pecho al darse cuenta que se estaban acabando mutuamente, se consumían uno al otro como el fuego consume al cigarro. Rápido, silencioso y dañino.

No había más esa expresión suave, esa sonrisa genuina ni el brillo en sus ojos. No había nada, no quedaba nada de eso. Por su contrario veía un rostro cansado, arrugas comenzaban a marcarse en su frente y en las esquinas de sus ojos, la mirada parecía triste y vacía, enmarcada por algunas ojeras de esperar algunas noches, Christopher no pudo recordar la última vez que vio una sonrisa sincera en el rostro de ella.

"¿Quién eres tú y qué le has hecho a mi esposo?" Jadeo sorprendida, Bang se encogió de hombros quitándose el reloj y algunos anillos, dejo también la cartera y el celular sobre su buró.

"Soy yo, Eunha, no seas ridícula." Rodó los ojos mientras se quitaba los zapatos.

"Mi Chris jamás me hablaría así." Se relamio los labios mirando alrededor de la habitación, como si eso fuera a ayudarle para encontrar una justificación.

"En primera, no soy tu Chris y en segunda, soy el mismo de siempre." Le restó importancia preparándose para desabrochar la camisa.

"Tú no eres mi esposo, el hombre con el que me casé jamás haría esto. Nos casamos enamorados, jamás me harías algo como esto, ¿Qué te está pasando?" Cuestionó en voz baja, casi como si quisiera mantenerlo en secreto.

"Estoy cansado de esta conversación, hablemos mañana." Se giró para darle la espalda y poder quitarse la camisa, no deseando que Eunha notara una que otra marca que Minho acababa de hacerle olvidando completamente otro detalle.

"¡Vienes de estar con tu amante!" Sollozó ella apenas noto los finos pero muy notorios arañazos que adornaban la espalda del alfa a un rojo muy vivo. "¡Eres un cínico!" Rápidamente lo tomo del brazo para verlo de frente, sin embargo, lo que vio en definitiva no era lo que esperaba.

〔🥢〕

Los siguientes días fueron un martirio para todos.

Se había armado la guerra, era definitivo.

Eunha lloraba por todo y peleaba cada que tenía oportunidad, había llegado incluso el punto de lanzarle algunas cosas durante las peleas, Christopher sabía que se lo tenía bien merecido puesto que se había vuelto todavía más sin vergüenza.

Si su esposa ya sabía, ¿qué caso tenía ocultarlo? La primera vez que la omega rubia había explotado de manera extravagante fue toda una sorpresa.

Usualmente lloraba, lo insultaba, peleaban y por la noche llegaba a dormir en compañía de ella, algunas veces iba con él a la oficina y se quedaba ahí todo el día como si esperara que alguien apareciera ahí.

Fue casi dos semanas después cuando las cosas se pusieron más pesadas.

"Buenos días." Saludó apenas entró al comedor, Jungwon le sonrió mientras comía de sus panques.

"¡Buenos días, papi!" Respondió con energía, Christopher le sonrió.

"Ve por tus cosas para llevarte al colegio, anda." Despeinó los rizos del niño y espero a que este saliera de la cocina para poder hablar. "Hoy no voy a llegar, no me esperes." Soltó repentinamente, Eunha inmediatamente lo miro.

"¿Por qué?" Incluso si ya sabía la respuesta, se atrevió a preguntar.

"Ya sabes por qué, Eunha, no te hagas la tonta." Le restó importancia.

"De seguro te vas a encontrar con tu puta." Gruñó ella con el ceño fruncido.

"Si ya sabes la respuesta, ¿Para qué preguntas?" Contesto sarcástico.

"¡Eres un perro infiel! ¡Descarado!" En un arranque de coraje lanzo el florero que estaba sobre la mesa hacia el alfa, afortunadamente fue mucho más rápido para esquivarlo.

"Solo te estoy avisando para que estés enterada y no te asustes, como según dices." Justo cuando un vaso voló hacia su cabeza salió del cuarto encontrándose con el rostro confundido de su hijo. "¿Estás listo?"

"Sí, papá." De repente la energía del niño parecía haberse esfumado, su rostro alegre de minutos atrás había desaparecido totalmente. "¿Mami está bien?"

"Está un poco enojada, ya se le pasará." Le sonrió con calma en un intento de transmitirle tranquilidad.

Decir que esa escena no se repitió en al menos otras cinco ocasiones más, sería un engaño.

〔🥢〕

"No deberían discutir frente al niño, cada vez está más asustado." Minho acarició la mejilla del alfa con demasiada delicadeza, ¿cómo diablos lograba mantenerlo apaciguado con solo un par de caricias?

"Yo trato de evitarlo, pero ella... Ella solamente se está volviendo loca." Gruñó bajito haciendo reír al omega, parecía un pequeño haciendo rabietas.

"Entonces ya déjala." Lee se encogió de hombros como si fuera lo más sencillo. "Si no eres feliz debes dejarla ya, Chris, yo puedo darte todo lo que ella no..." Esparció besos por todo el rostro del mayor.

"Lo sé, pero..." Se interrumpió cuando el ojimiel lo beso en los labios. "pero ahora no puedo."

"¿Entonces cuando, mmm?" Aunque el tono de voz era suave, fue filoso. "Porque no te esperaré toda la vida."

"Honnie..." Tarareo cuando el omega se escapó de entre sus brazos.

"Minho nada, Christopher. Te mereces a un omega que te quiera, alguien que de verdad te sepa valorar, no una loca." Se encerró en el baño dispuesto a darse una ducha para sobrepasar el mal rato.

〔🥢〕

"Disculpe la molestia pero estoy buscando un chico bonito que trabaja por aquí... No sé si lo ha visto, ojos mieles, cabello castaño, muy pequeñito..." La ahora familiar voz de Felix, el alfa que había conocido en París, lo hizo sonreír.

"Eres un tonto." Se rió bajito. "¿Qué haces aquí?"

"Bueno, he decidido que no puedo esperar a que sea domingo y he venido a verte. No fue muy difícil entrar, deberían cambiar de guardia." Dejó una bonita flor sobre el escritorio del omega. "Te he traído un regalo."

"Ay, muchas gracias." Hizo un pequeño puchero mientras tomaba la rosa y la llevaba hasta su nariz para olerla. "Se te está haciendo costumbre verme seguido, ¿Uh?"

Felix se rió. "Pero es que si es inevitable, ¡eres encantador! Mira que solo tengo un mes aquí y siento que no comparto tiempo suficiente contigo." Lee se sonrojó.

"No sabes lo que dices, tonto." Le saco la lengua en un gesto infantil.

"Por supuesto que sé lo que digo, omega. Sé que me encanta pasar tiempo contigo y sé que me gustas también."

〔🥢〕

"Por favor, Christopher..." Sollozó Eunha tomándolo de la mano, el alfa apenas y la miró.

"¿Por favor qué, Eunha?" Rodó los ojos ligeramente exasperado de tener la misma conversación.

"Tenemos que ir a terapia, por favor, recuperemos nuestro matrimonio..." Se limpio una vez más las mejillas.

"No, Eunha. Yo no quiero recuperar nada, ¿no te das cuenta?" Se levantó del sofá para alejarse de la omega.

"¡Pero yo sí! Te amo, Christopher, ¿no te das cuenta tú?" Y nuevamente, ahí estaba el sermón de cada tarde. "La puta esa que traes, ¡Ni siquiera te ama!" Se levantó del sofá para ir detrás de él. "Está contigo con interés, ¿no lo ves? De seguro es una niña tonta, ¡Mira lo que tenemos! ¿Vas a dejar todo por algo pasajero?"

"¡Tú no sabes nada!" Gruñó el ojiclaro apretando sus manos en dos puños cuando ella se carcajeo. No iba a permitir que su esposa lo hiciera dudar del amor que Minho le profesaba.

"No seas imbécil, Bang. Quién sea con quién estés metiéndote te va a cambiar por alguien mucho más joven cuando dejes de ser importante." Si el llanto no le había funcionado, entonces buscaría algún otro método, Eunha no iba a darse por vencida tan rápido. "Esa no te ama ni te amara después."

"Es que debes entenderlo, soy yo quien ya no te ama, Eunha."



recuerdan la cita minlix en japón? eso.

ya se está pudriendo todo, opinen de eso aquí.

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