⨳familia
La primera vez que Minho vio al señor Bang, tenía tan solo 15 años y apenas se había presentado como omega, aún puede recordarlo como si fuera la primera vez porque el primer crush nunca se olvida.
Estaban en la graduación de su hermana quien se recibía de la universidad en la licenciatura de contaduría. Como era tradición algún miembro de la familia Bang asistía a las graduaciones para premiar a los alumnos; Durante los últimos dos años era el heredero de los Bang quien asistía a dar los premios y diplomas a los mejores alumnos y realizar algunas ofertas laborales en una de todas sus empresas.
Aquel día Minho se había convencido de que el amor a primera vista existía y que se había enamorado completamente de Christopher Bang, el magnate millonario del que todo mundo hablaba, el tercer hombre más rico de toda Inglaterra y el más guapo.
Para entonces, el alfa tenía solo 25 años, graduado apenas dos años antes en la especialidad de economía y heredero de prácticamente toda la fortuna de su familia. Era un hombre atractivo y eso hasta él lo sabía, un alfa de facciones finas y bien marcadas, ojos de color verde claro, cejas pobladas, nariz recta, mandíbula cuadrada, hombros anchos, cuerpo fornido, tenía todo para ser perfecto y Minho... Bueno, esa misma tarde Minho se prometió a sí mismo que Christopher sería de él a cualquier precio.
〔🥢〕
La familia Lee nunca fue muy adinerada, su hija mayor, Sohee, había estudiado en una universidad de prestigio gracias a sus muy buenas calificaciones y bajo muchos favores que habían tenido que pedir, sabían que era muy complicado entrar a una buena escuela, pero el esfuerzo valía la pena.
La familia se conformaba por Taemin y Minho, una preciosa pareja que habían logrado tener tres niños hermosos. Sohee, la mayor de sus dos hijos era una alfa muy atractiva, demasiado necia y aferrada a sus ideas, era amable con todos y trataba de ir siempre un poco más allá, su olor era suavemente a madera y tierra, ligero pero muy atractivo para muchos omegas; por otro lado, estaba Minho, el omega menor de la familia, era un chico precioso, tenía los característicos ojos café claro de los Lee, labios delgados color cereza, de baja estatura y encantadora figura, era caprichoso, necio y muy ambicioso, Minho simplemente no tenía límite, pedía una cosa y al obtenerla ya quería otra y si no lo obtenía hacia berrinches hasta tenerla. Eso muchas veces metía en problemas a la familia Lee pues no sabían decirle que no al pequeño angelito que tenían exigiendo más de lo que podían dar; después de él estaba Lucas, a quien todavía no descubrían si era un alfa o un beta era un niño precioso de cabellos azabaches, ojos claros y piel bronceada, sin duda era más parecido a Minho que sus otros dos hermanos y era tan solo cinco años menor que el omega.
Minho no estaba conforme con la vida que llevaba, era joven, bonito y ambicioso, sabía que podía conseguir lo que quisiera, pero tenía que averiguar cómo lo haría aunque el ya tenía un plan, necesitaba sacar dinero, pagar su carrera en la prestigiosa escuela de los Bang y después casarse con Christopher. Eso le solucionaría prácticamente la vida, se la daría llena de lujos y comodidades, solo tenía que buscar la jodida forma de llegar a Christopher de una vez por todas.
Así que cuando su hermana le ofreció "ayuda" para pagar su universidad, escogió inmediatamente la misma que ella justificando que quería tomar áreas administrativas y que sus calificaciones eran demasiado excelentes, razón por la cual la institución universitaria no le había negado la entrada.
Cada año que pasaba de su carrera, una nueva generación se graduaba y con ella, Minho aprovechaba sus oportunidades de presentarse discretamente ante Christopher en cada uno de los eventos de graduados, paseaba por ahí, le hacía alguno que otro comentario y cada que podía, se encargaba de que sus compañeros y maestros le hablaran al adinerado hombre acerca de él.
Es por eso que cuando cinco años más tarde, justamente cuando su graduación llegó, no le sorprendió que le llegara una oferta laboral en la empresa de los Bang.
Aún guardaba la carta como lo más preciado de su vida y es que, eso significaba que su vida de pobre estaba por terminar.
"Estimado Minho:
Esperamos que se encuentre bien; por este medio se le notifica que está cordialmente invitado a las oficinas de Bangs company para poder ofrecerle un empleo. El Sr. Bang ha sido notificado que se ha graduado con honores y ha obtenido excelentes referencias sobre usted, por lo que nos honraría que aceptaste nuestra invitación y asistiera a la empresa para poder platicar lo antes posible.
Esperamos su pronta respuesta.
Seguimos a sus órdenes."
Recuerda haber corrido de un lado a otro y haber presumido a todo mundo su carta, su gran sueño por fin se estaría cumpliendo y después de tanto tiempo.
Así que tan solo dos días después se había presentado en las oficinas principales de la empresa luciendo la ropa más bonita que había podido conseguir. Al igual que él, había al menos otros nueve chicos de otras escuelas esperando ser entrevistados por el área correspondiente para hablar sobre su posible puesto.
El proceso de admisión fue aburrido y tedioso, lo hicieron dar demasiadas vueltas e hizo demasiadas pruebas, físicas, psicológicas, de inteligencia, trabajo en equipo y un sin fin de cosas. Nunca mostró una molestia, ni siquiera hizo un comentario pues sabía que todo era necesario; se dedicaba a ser amable con todos y sonreía casi con cinismo cuando se le pedía que repitiera una actividad una y otra vez, ni siquiera hacia algún gesto cuando le gritaban en el rostro para buscar fastidiarlo de alguna forma.
Tampoco se arrepintió de haber tachado a su compañero Taeyung de ser grosero con él en algunas ocasiones o cuando reporto a un compañero acosarlo en horas de trabajo (lo cual era cierto pero no al grado que él lo exagero), tampoco sintió remordimiento cuando hizo de todo lo posible a su alcance para hacer quedar mal a uno de los últimos compañeros que quedaban con él en esa competencia por quedarse en el puesto.
En realidad, durante todo el transcurso de ese tiempo, Minho no se arrepintió de nada de lo que hizo y supo que valió la pena en cuanto le dijeron que él sería quien se quedaría con el trabajo.
Mucho menos lo hizo cuando le notificaron que su trabajo era directamente con el señor Bang, quién estaba solicitando un asistente personal y era él el elegido para quedarse con el puesto.
Recuerda que dió un pequeño brinco en su lugar y hasta se atrevió a darle un beso en la mejilla a la beta que le dió la buena noticia; ese mismo día en su casa se había festejado comprando el mejor champagne que consiguieron.
Al principio fue difícil, el hombre apenas le había dirigido una mirada y lo traía vuelta tras vuelta, lo llamaba una y otra vez pero nada fuera de lo laboral, lleva papeles, organiza esto, trae aquello, llama a tal, escribe a aquel, despide a este, trae café, agenda tal cita, cambia este socio, atiende el teléfono.
Minho había aprendido más cosas ahí que en la universidad y de eso estaba seguro, era multitareas contestando tres teléfonos al mismo tiempo, escuchando ofertas y rechazando o aceptando, cancelando o agendado; también había aprendido pequeños detalles del alfa como que comía muy saludable, tenía sus cada día destinado a comer algo diferente, casi nunca repetía alimentos y en horas en específicas.
A las 8:00 AM era hora del café con una cucharada de azúcar y una de crema.
A las 12:00 PM era su almuerzo, normalmente ensaladas de las que Minho no había escuchado hablar jamás hasta que le tocó ordenarlas.
A las 4:00 PM salía a comer cuando era posible y cuando no Minho tenía la obligación de pedir algo de comer.
Para las 6:00 pm tenía que presentarse en la oficina con una taza de té humeante y un resumen del día.
Prácticamente había sido obligado a aprender sus horarios y a investigar que era lo que el alfa cenaba o comía un día antes para no repetirlo por lo menos en los próximos quince días.
Era demasiado puntual, nadie podía entrar a su oficina si no lo llamaban, usaba demasiados anillos, era un hombre profesional y no hablaba de su vida personal casi que para nada, Minho en todo ese tiempo no había logrado ver alguna foto de la familia de los Bang en la amplia oficina, y vaya que había estado por ahí muchas veces, le era imposible prácticamente entablar una conversación sobre el tema porque el mayor siempre desviaba el tema y terminaban hablando otra vez sobre trabajo.
Aún así, no iba a quejarse, su horario era muy práctico y cómodo, cumplía con sus tareas en tiempo para evitar el estrés, su sueldo era demasiado bueno, sin embargo, si a Minho le preguntaran cuál fue el peor día de su estancia ahí, sin duda respondiera que fue casi dos meses más tarde, una omega demasiado bonita se había presentado en las oficinas, no le pasó jamás por la cabeza que fuera la esposa de Christopher Bang, al menos hasta que ella misma se lo dijo y no precisamente de forma amable.
"¡Señorita!" Minho corrió detrás de la omega de cabello claro que prácticamente lo había pasado de largo aún cuando su espacio se encontraba justo frente al elevador "Disculpe, usted no puede pasar" se interpuso entre ella y la puerta de su jefe tratando de ser amable, la mujer era preciosa joder, tenía ojos miel brillantes, largas pestañas, labios gruesos y una pequeña nariz bien definida, su cabello rubio llegaba hasta la mitad de la espalda.
"¿Si?" Pregunto con diversión y cinismo mientras una de sus bonitas y definidas cejas se elevaba, Minho inmediatamente frunció el ceño "Si te quitas de la puerta, por supuesto que podré pasar." Desafió.
"El señor Bang me dió indicaciones de que nadie podía pasar y usted no tiene cita." Trató de explicar a la mujer, él realmente no quería perder su empleo por una estúpida que no sabía respetar las reglas.
"Oh, querido" se río como si le acabasen de contar el mejor chiste del mundo "yo no necesito ninguna cita, niño, por si no lo sabías yo soy la esposa de Christopher" mostró el bonito anillo de oro justo debajo de otro anillo plateado con un pequeño diamante, prácticamente restregandole ambos anillos en la cara al castaño. "Así que quítate y déjame pasar" prácticamente empujó al chico para meterse a la oficina y cerrar la puerta detrás de ella, dejando a un Minho con la boca abierta sin saber que hacer.
En su cabeza todo parecía haberse detenido, su lindo y perfecto mundo se había venido para abajo y es que jamás pensó que Christopher estaría casado, por dios, habría que ser ingenuo para no pensar en eso. Bang era demasiado guapo y con demasiado dinero en los bolsillos, era obvio que tenía que haber ya alguien en su vida, ¿qué esperaba? El hombre ya era todo un alfa digno, una persona con vida ya hecha, era claro que iba a ser así, ningún alfa de ese estilo habría llegado a los 33 sin familia.
Conforme el tiempo siguió pasando, Minho comprendió el porque Christopher nunca había hablado de su esposa y mucho menos tenía alguna foto de ella. La mujer casi nunca pasaba por ahí, en realidad en los ocho meses que Minho llevaba trabajando ahí solo la había visto en tres ocasiones en las cuales había salido de la oficina echando humo.
Su jefe, Christopher, poco a poco fue abriéndose un poco más con él, le confesó que su matrimonio era algo descuidado, se habían casado apenas saliendo de la universidad con la tonta idea de ser felices juntos y después todo se había ido por la borda.
Para el año Minho había ya restructurado su plan para tener a Bang en su vida nuevamente, y es que Christopher se le había puesto en bandeja de plata prácticamente con la esposa empujándolo. Llevaba su tiempo, claro, pero no era tan difícil como lo esperaba, con lo eficiente que había sido cada vez llamaba más la atención del alfa y terminaba abriéndose un poco más y más, hasta el grado en el que parecía que Minho conocía la vida de Christopher casi como si fuera suya.
Las horas en la oficina se hicieron más largas y conforme la confianza creció, la forma de tratarse cambio.
La sexta vez que Minho vio a la esposa de Christopher fue prácticamente cuando la mujer se presentó en la oficina haciendo un caos, había llegado gritando y armando un escándalo llamando al alfa irresponsable, insensible, egoísta y desgraciado.
Había roto algunas cosas de la oficina y también del escritorio de Minho como si él tuviera la culpa, en ese momento el omega no había sabido responder, mucho menos cuando el alfa había utilizado la voz para controlarla y le había gruñido prácticamente para echarla, Lee jamás lo había oído gruñir ni siquiera por accidente, sin embargo, esa misma tarde confirmó que su plan no sería tan complicado si sabía llevarlo a cabo.
Aquel día después del desorden la omega se había marchado con ojos rojos por el llanto, asustada y también muy enojada, Minho se había quedado en las oficinas con Christopher hasta muy tarde mientras recogía el desorden que la omega había hecho.
"Lamento mucho que hayas tenido que ver eso, en serio." se disculpo el alfa cuando Minho entro a la oficina con una taza de té para su jefe. "Eunha es un poco... ¿desastrosa?" Tarareo antes de darle un sorbo al té, el omega comenzó a recoger algunas cosas que la mujer había tirado anteriormente.
"No te preocupes, Christopher." le sonrió amigable "se veía muy molesta, demasiado diría yo."
"Está encaprichada porque quiere salir de viaje a una pasarela que tiene y yo no puedo quedarme en casa a cubrirla" explico el alfa rodando los ojos. "Ya le dije que puede contratar a alguien pero no quiere, no cree que sea saludable, pura basura, a veces es demasiado insoportable, ¡Discute por todo!" su ceño se encuentra fruncido dejando el té de lado.
"¿Siempre fue así su relación?" Soltó Minho despacito, sin saber qué tan personal podría ser esa pregunta, no quería incomodar o ser demasiado metiche, bueno, en realidad sí quería lo segundo pero esperaba ser discreto.
"Al principio no, cuando éramos novios todo era miel sobre hojuelas, nos llevábamos bien, todavía al inicio de nuestro matrimonio, joder." Christopher nego con la cabeza "Era una omega dedicada al hogar, siempre me recibía con amor, me preguntaba cómo estaba, se encargaba de mantener todo limpio y ordenado, éramos la pareja perfecta, ella y yo contra el mundo." suspiro presionando suavemente su nariz.
"¿Y luego qué pasó?" Escuchar aquello era un poco doloroso para Minho porque el juraría que amaba a Christopher más de lo que podía admitir y escucharlo decir que amaba a alguien más era doloroso.
"Luego una de sus estúpidas amigas le metió la idea de ser modelo en la cabeza, no creas que no me gustó que trabajara, al contrario, la apoye en todo, le compré los trajes que pidió, la lleve a las mejores agencias de modelaje, le ayude en lo que pude, le enseñé lo que sabía y la lleve con los mejores fotógrafos que conocía; el problema vino después, cuando Jungwon llegó a nuestras vidas yo estaba demasiado feliz y ella destrozada, no lo quería." Christopher tragó saliva como si le molestara o le causara tristeza hablar sobre ese tema, hasta su expresión se había vuelto más seria; Minho por su parte frunció el ceño ante el nombre desconocido. "Oh, por cierto, Jungwon es mi hijo, tiene apenas cuatro años pero es muy inteligente." el alfa sonrió y el omega también, más forzado que de ganas; cuando terminó de recoger y acomodar todo el desastre, caminó alrededor de la oficina asegurándose de que no faltaba nada por ordenar o limpiar.
¿Un bebé? Él jamás había pensado en un mocosito o algo por el estilo, eso cambiaba mucho sus planes, ¿o no?
"¿Ella no quería al bebé?" Pregunto nuevamente el omega tratando de no presionar mucho.
"No, decía que arruinaría su carrera, se tuvo que retirar del modelaje durante un año y medio, se concentro tanto en ella misma que nos dejó atrás. A mí y a Jungwon, joder, ni siquiera quiso amamantarlo porque le daba asco, ¿Qué tipo de madre es esa? Ni siquiera sé entonces porque no lo abortó, eso hubiera sido más sencillo para ella y para mí. Amo a mi hijo con todo mi ser, pero no me gusta verlo sufrir." Gruño bajito, Minho aprovecho para posar sus manos en los hombros del alfa como apoyo. "Lo inscribió en cuanto pudo al maternal y trato de volver al modelaje lo antes posible, sin embargo, no la aceptaron. La agencia estipulaba muy claro en las clausulas que no querían a omegas que fueran madres así que ha estado buscando durante mucho tiempo y ahora esta agencia quiere tomarla y llevársela durante casi siete meses a Nueva York, maldita sea, ¡Ella ni siquiera conoce ahí!" Se quejo cruzándose de brazos, Lee comenzó a hacer un suave masaje en los hombros del alfa al sentirlo demasiado tenso. "Lo más lejos que ha ido es Italia, maldita sea." Rodo los ojos por milésima vez en la tarde mientras el omega continuaba masajeando sus hombros deshaciendo cada nudo de nervios que encontraba en su camino. "Maldición, Min, tienes manos mágicas" halago al chico haciendo que riera entre dientes. "Ahora ha descuidado la casa, me descuidó a mi, mierda, ni siquiera me deja tocarla como mi mujer porque siempre tiene excusas tontas, a veces ni siquiera dormimos en el mismo cuarto y quién más sufre con esto es Jungwon, ¿Y así quiere que me lo tomé bien? Si estando aquí no puede cuidar del niño y del hogar, ¿Qué hará del otro lado del mundo? ¡Trato de ayudar pero ella no entiende!"
"Tranquilo, Christopher, no te alteres demasiado." Tarareo suavemente Minho, sin saber algo más que decir, no había mucho que decir en realidad hasta que un pequeño foquito se prendió en su cabeza, si quería ganar a Christopher, tenía que ganarse también a la miniatura. "Si gustas... Si te parece bien y no sabes con quien dejar al nene puedes traerlo y yo me haré cargo, soy bueno con los niños." Ofreció.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro