⨳celo
Cuando un omega o un alfa son sometidos a emociones fuertes ya sean de enojo, miedo, frustración o tristeza sus hormonas sufrirán alteraciones y pueden iniciar casi de forma inmediata en celo si se encuentran relativamente cerca de su fecha. No es algo voluntario, simplemente sucede y ellos no pueden hacer nada para detener su cuerpo, es entrar en un lapso de casi inconsciencia en el que solo obedecen a la naturaleza.
Tampoco es novedad saber que si un omega entra en celo el alfa más cercano a él o a ella con el que tenga un lazo amoroso entrará también en ese lapso dispuesto a ayudar a su compañero, aun si no está cerca la fecha o no están enlazados, solo será cuestión de que su parte animal entienda que sucede, que el olor de las feromonas los llame y será esa la respuesta de su organismo, lo mismo sucederá en viceversa. Será corto, de máximo día y medio, pero ambos se encontrarán en el punto más fértil.
Minho está aterrado si es honesto, sabe que la ha cagado y en grande, apenas pone un pie dentro de la oficina quiere echarse a llorar aunque no puede. Está asustado porque el trabajo le ha costado demasiado y le aterra pensar el qué dirá Christopher de él, quería morirse del miedo y de la vergüenza.
Los minutos transcurren y él solo puede pasear de un lado a otro en la habitación, se siente muy estresado y hasta en parte, triste, decepcionado de sí mismo. El calor en la oficina está subiendo y pronto se encuentra sudando sin saber realmente si la temperatura subió o qué pasa, pero de pronto la ropa le incomoda, le pica en la piel y él quiere arrancarse todo.
Frío. Frío. Busca algo frío.
¿Qué no se supone que Bang tiene aire acondicionado? Debería estar encendido.
Sin saber que más hacer opta por pegar su frente y manos al gran ventanal de la oficina soltando un suave suspiro cuando el frío cristal lo toca.
"Eres un tonto." se reprochó bajito.
"Lo es, señor Lee." acordó una voz grave detrás de él haciéndolo saltar en su lugar.
"Yo... Lo lamento, realmente lo lamento..." balbuceo girándose para mirar a Christopher. "Le pedí que se alejara, pero..." Trato de explicarse sin sentido alguno.
Se ve guapísimo enojado. Pensó para sí mismo.
El hombre era muy atractivo, parado ahí delante de él con su traje color gris y camisa negra, ojos verdes penetrantes, parecía más alto desde ese punto de vista, sus músculos se veían tensos y sus manos, esas manos podrían someterlo y...
Joder, Minho, concéntrate. Se reprochó molesto consigo mismo y su omega. Ya tenía muchos problemas para estar de distraído.
"¿Acaso cree que puede traer a cualquier persona a mi oficina y follar con ella?" El alfa fue tosco e involuntariamente gimió bajito.
"No, no." negó rápidamente con la cabeza.
"Es una falta de respeto lo que hizo."
"Yo... En serio lo lamento, no se repetirá, se lo juro." casi lloro cuando el alfa no le respondió más.
Sus piernas temblaban y el olor a alfa furioso se encerraba en la habitación, estaba volviéndose loco, no sabía si realmente era de miedo o porque se sentía casi enfermo. Después de un par de segundos en silencio pudo escuchar los pasos del rizado hasta posicionarse enfrente de él, el aroma fuerte de menta y tierra mojada mezclándose con el suyo era una muy buena combinación. Podía oír la respiración pesada del rizado, estaba demasiado cerca, se sentía desfallecer en cualquier momento.
"¿Acaso cree que mi empresa es un hotel? ¿No valora su trabajo?" La voz firme y grave de Christopher tenía a Minho temblando y también húmedo.
Espera, ¿qué?
¿Húmedo? ¿Acaso acababa de lubricar con su jefe hablándole de aquella forma?
Debes estar bien jodido...
"¿Acaso usted cree que puede traer a cualquier alfa? Fuera de aquí haga lo que quiera, no me importa con quién ni con cuántos se mete, pero está es una empresa formal." continúo con su sermón sin darle oportunidad a hablar. "Tiene todo el descaro de casi follar con mí mejor amigo en mi propia cara, en mi propiedad, ¿y todavía tiene de estar a punto de entrar en celo mientras le llamo la atención?"
Minho gimió bajito levantando la mirada hacia el rostro del alfa, tomándose apenas unos segundos para mirarlo. Su mandíbula firme y bien marcada tensa por el coraje, su nariz grande perfilada soltando fuertes respiraciones ante la agitación, su ceño fruncido, los labios rojos ligeramente abiertos, los ojos verdes con pupilas dilatadas mirándolo fijamente; en realidad el omega no analizo su siguiente acto, solo se dejó llevar cuando lo tomo de las mejillas y le plantó un beso en la boca.
Fue algo totalmente inesperado y Christopher tardo en responder el beso un poco desconcertado, sin embargo, el resto se sintió igual de extraño pues pronto las manos de alfa se aferraban a las caderas de Minho mientras se volvía más tosco y húmedo, un poco de saliva por las comisuras y dientes chocando, era una pelea inconsciente por saber quién iba a tomar el poder de la situación.
Ninguno de los dos quería ceder el poder, ninguno deseaba dejar que el otro llevara el ritmo, pero cuando el pequeño cuerpo de Minho se estrelló con el amplio ventanal de la oficina y un gemido escapó de sus labios supo que había pedido la guerra.
Después de ahí todo fue demasiado rápido.
De repente la ropa estorbaba demasiado, el calor aumentaba en la habitación a grandes cantidades y las manos tocaban todo a su paso llevándose las prendas en el proceso.
El primero en volar fue el saco de Christopher, después la corbata y al final la camisa, le siguió rápidamente la bonita camiseta negra de Minho y el cinto de los pantalones de vestir del alfa; besos por dónde quiera o donde fuera, parecía que sus labios no podían estar separados de la piel del otro más de cinco segundos.
De pronto Minho era el agua que Christopher necesitaba beber como un desesperado y Christopher era aquel que calmaba el calor en el fondo de Minho.
Eran un revoltijo de manos por todos lados y besos regados que ni siquiera fueron conscientes de cuando el pantalón de Christopher pasó al suelo, pero todo se detuvo cuando la falda del omega cayó al piso y el rizado se dio cuenta de que no llevaba ropa interior. Todo pareció frenar en ese momento y Minho realmente creyó que había terminado.
Se las llevó Hyunjin. Inmediatamente pensó el castaño. Estoy muerto, me va a matar. Casi lloro de no ser porque ni siquiera tuvo demasiado tiempo para reaccionar cuando Christopher volvió a besarle con más furor que antes.
Hyunjin tocó a nuestro omega.
Decir que Christopher estaba molesto era poco, sin embargo, el darse cuenta de que su omega no llevaba bragas y había estado a punto de follar con otro lo hizo molestar todavía más. Con tan solo pensarlo su cuerpo ardía, sentía la sangre correr por sus venas furiosa y tenía muchas ganas de golpear al descarado alfa que quería lo que era suyo. Lo que le pertenecía.
Cuando nuevamente se separaron más por falta de aire que de otra cosa, Christopher lo tomo de las mejillas con fuerza enterrando sus dedos en la suave y carnosa piel del omega. "Así que te gusta andar sin ropa, ¿eh? Cómo toda una puta" gruño contra los labios delgaditos haciendo que Minho gimiera bajito. "Te gusta andar por ahí exhibiéndote y sin dejar nada a la imaginación, omega, eso no está bien" la mueca del mayor parecía casi terrorífica.
Minho estaba seguro de que si no estuviera tan caliente en ese momento, tal vez estaría asustado.
"P-por favor, alfa..." Balbuceo sin alejar su mirada del más alto "te necesito..."
"Voy a follarte aquí, contra este ventanal dónde cualquiera que voltee hacia arriba pueda verte." Minho no supo por qué, pero eso lo excitó demasiado. "Dónde todos y hasta el estúpido de Hyunjin pueda verte si se atreve a voltear" con eso, lo giró dejándolo frente al ventanal enorme, inmediatamente el omega se apoyó en él con sus brazos.
Podía sentir las manos de Christopher por todos lados, en sus hombros, su cuello, su espalda, su cintura, en sus nalgas amasando la piel con fuerza, asegurándose de dejar marcas enormes.
"Tienes un culo precioso." tarareo sin sentido el alfa pasando su pulgar por toda la ranura del omega haciendo que una nueva ola de lubricante escapara de aquella zona. Minho no sabía por qué, pero su cuerpo sobre reaccionaba a las caricias de Christopher "Van a ver todos cuando yo te folle y sabrán lo bien que te hago sentir."
"Mmm... sí, alfa, que todos vean." gimió Minho sin sentido, realmente no estaba analizando demasiado las palabras que decía solo repetía lo que Christopher le decía, lo cual parecía mantener contento al mayor. Solo era un omega tratando de mantener a su alfa contento, dos animales a punto de entrar en celo buscando su propio placer.
"Inclínate un poco más, Honnie." con una de sus manos, el rizado empujó la espalda del ojimiel hacia abajo y Minho de inmediato obedeció inclinándose. "Eso es, déjame ver ese bonito agujero." nuevamente paso su dedo por la sensible zona jugando con el lubricante del omega. "¿Necesitas preparación?"
"Sí" Minho se retorció buscando más contacto con la mano de Christopher.
"¿Mereces que te prepare, omega?" La voz grave del rizado hizo que un nuevo escalofrío escalara el cuerpo del nombrado.
"No. He sido malo" admitió bajito y el ceño del alfa se frunció nuevamente. "He coqueteado con otro, no la merezco" otra vez el cuerpo de Minho se empujó para atrás, Christopher no dudo en azotar con fuerza una de las nalgas del chico haciéndolo gemir más fuerte. "Por favor, mételo..." Lloriqueo cuando la mano se alejó de su entrada.
"Te gusta que te traten como una sucia puta, pues así te voy a tratar." Otra vez dejo caer su palma con fuerza sobre la nalga izquierda del omega.
"¡Christopher!" Gimió gustoso empujando nuevamente su cuerpo hacia atrás en busca de más contacto, sin embargo, el alfa se alejó para quitar la última prenda antes de frotarse ligeramente contra la estrecha entrada palpitante. "Venga, solo hazlo."
"Si duele me dirás, ¿de acuerdo?" Aun cuando se encontraban en una situación no muy favorecedora, Christopher se aseguró de que el omega estuviera bien.
"Sí, sí, sí, solo mételo ya." Exasperado Minho empujó su cuerpo hacia atrás provocando que el glande rosado pasara su anillo haciéndolo gemir todavía más alto que antes. "Mmm... Se siente bien" murmuró para sí mismo, aun así, el mayor alcanzo a escucharlo por lo que decidió empujar otra vez hasta que la mitad de su miembro estuvo dentro del castaño, fue entonces cuando pudo sentir el cuerpo contrario tensarse un poco poniendo resistencia, sus movimientos eran dificultosos, sus respiraciones lentas, profundas y pesadas, sin embargo, continúo empujando hasta encontrarse completamente dentro dejando a un Minho con la boca abierta en una gran O, con los ojos cerrados y sin saber si respiraba correctamente.
Por un momento el mundo parecía detenido para los dos. Christopher sentía su polla palpitante siendo rodeada por suave, caliente y húmeda piel, apretada de manera tan exquisita que estaba muy seguro de que podría correrse sin siquiera moverse, solo dejando que el omega lo absorbiera hasta dejarlo completamente vacío.
Minho por su lado se sentía demasiado lleno, el ligero ardor en sus entrañas que le encantaba, lo hacía sentir que se estaba ahogando con su propio aliento, que no podía respirar. Le ardía desde su entrada hasta tomar aire y en lugar de asustarle, le gustaba.
Le encantaba sentir que se asfixiaba, sentir que Christopher lo tocaba por todas partes, sentir que no podía articular nada aun cuando lo intentaba, su cuerpo se encontraba estático mientras disfrutaba como ola tras ola de placer lo recorría hasta hacerlo poner los ojos en blanco y sentir que no tenía control sobre él mismo, amaba sentirse más estirado, más abierto.
"¿Estás bien?" La voz grave y baja del alfa lo atrajo nuevamente a la realidad, le costó un par de segundos poder hablar.
"Sí... Joder, estoy bien" su voz fue aguda y jadeante, casi la desconoció. "Venga, muévete."
Eventualmente Christopher comenzó a moverse, primero fue lento en pequeños círculos que hicieron que Minho soltara todo el aire retenido, sin embargo, lo mejor llegó cuando el rizado comenzó a moverse de atrás hacia adelante y cortó cualquier pensamiento coherente que existiera aún en Minho, quien se mordía los labios con fuerza y tenía la cabeza echada hacia adelante justo entre sus brazos observando el paisaje donde 16 pisos más abajo la gente caminaba normal por la calle, parecían hormigas y la altura le causó vértigo.
Rápidamente los dos se llenaron de sudor aun cuando solo eran movimientos lentos y sin mucho esfuerzo, incluso si recién acababan de empezar y el aire acondicionado aún estaba prendido.
Fue así como sin darse cuenta y sin planearlo el celo del alfa y del omega inició al mismo tiempo.
Se volvieron dos animales salvajes en un intento de buscar su propio placer y obtener un orgasmo que los llevaría a perder la consciencia.
De pronto esos movimientos suaves y lentos se volvieron en duras y fuertes embestidas que impulsaban a Minho contra el cristal rudamente, las manos de Christopher se aferraban a las filosas caderas contrarias mientras se empalaba en él una y otra vez, cada vez más fuerte, más rápido, más profundo.
El cuerpo pequeño del omega se impulsaba hacia adelante cada vez con más rudeza, sus talones resbalaban y cuando se encontraban muy cerca del vidrio Christopher tiraba de sus caderas hacia atrás para volverlo a inclinar y enterrarse en el con más ímpetu; estaba seguro de que las manos en sus caderas quedarían durante días y que su trasero le dolería demasiado, pero no importó.
Cuando el límite empezó a picar en sus vientres bajos Minho arañó el cristal en busca de aferrarse a algo casi con tantas ansias como Christopher se aferró a él rasguñando en el proceso su cintura, ninguno le dio importancia.
No cuando los dos llegaron a la preciada cúspide del ansiado orgasmo, ninguno de los dos se reconocía, la lucidez no era parte de ellos; Minho estaba sonrojado, sudoroso, despeinado, sus mejillas estaban húmedas por las lágrimas placenteras, su voz rasgada por los obscenos sonidos que de ella habían salido y todo el cuerpo le temblaba, estaba seguro de que si el rizado no lo tuviera prácticamente contra el cristal ya se encontraría en el suelo.
Christopher por su lado también tenía el rostro rojizo, sudoroso y el moño en su cabeza estaba casi desecho, sus brazos y cuello marcados con venas salteadas, su nudo se encontraba todavía dentro del menudo cuerpo curvilíneo de Minho manteniéndolos así unidos durante un par de minutos más.
Parecía que su lado animal simplemente se encargaba de ellos, reconociéndose mutuamente como la pareja con la que acaban de iniciar su celo y con la que probablemente lo terminarían.
Cuando los dos se tranquilizaron las hormonas se controlaron y el nudo bajo, los muslos de Minho todavía temblaban violentamente aunque no lo dijo en voz alta, se sentía como gelatina cuando empezó a vestirse en silencio al igual que el alfa, ninguno dijo nada ni se miraron a la cara al menos hasta que ambos estuvieron listos.
"Te llevaré a casa, no está a discusión." murmuró Christopher cuando vio al omega cerca de la puerta.
"No hace falta..." Apenas la voz aguda y rasposa se escuchó el rizado negó con la cabeza.
"Me voy solo a asegurar de que llegues bien." se acomodó la corbata nuevamente en su lugar. "Estás o estarás pronto en celo y será peligroso..." Sin darle más oportunidad a quejarse llegó hasta su lado y se aseguró de dejar todo en orden antes de que ambos salieran por el largo pasillo hasta el elevador en un silencio bastante incómodo.
"En serio, no tienes que hacerlo." Minho insistió apenas entraron al elevador.
"Pero quiero así que no discutas, Minho." Su tono firme le dejó claro al menor que no iba a seguir debatiendo el tema.
En silencio el omega se giró hacia su reflejo en una de las paredes asegurándose de que todo luciera en orden con él, su falda lisa, su camiseta bien puesta y su cabello ordenado. Sus mejillas aún estaban calientes y rojizas, pero ya no eran tan notorias, sus labios hinchados y su cabello despeinado no lucía mal, de reojo miró a Christopher para asegurarse de que lucía igual de guapo que siempre, no como si acabase de tener sexo demasiado rudo en su oficina.
"Estás desalineado." se giró rápidamente hacia él para acomodar el cuello de la camisa de forma correcta tomándose más tiempo de lo que realmente necesitaba, solamente quedándose ahí, de pie mirando como la mandíbula del rizado se ponía tensa al tener su atención más de lo debido. "Listo." su voz fue baja y suave, como si tuviera miedo de espantarlo.
"Gracias." le respondió el otro mirándolo fijamente.
Les tomó exactamente dos segundos darse cuenta que una vez más necesitaban besarse, que deseaban probar la miel del otro, así que lo hicieron. Se besaron con fervor y emoción, con las grandes manos de Christopher acoplándose a la cintura de Minho y las manos del omega en las solapas del saco del alfa, la adrenalina recorriéndolos por hacer algo que estaba mal; separase fue un infierno porque ninguno quería estar lejos del otro, sin embargo, cuando las puertas del elevador se abrieron en el piso tres y más gente entro al pequeño espacio se separaron e hicieron como si estuvieran hablando de trabajo.
〔🥢〕
La siguiente ola les llegó más rápido de lo que esperaban, tan solo habían pasado 20 minutos y se encontraban a un par de cuadras del edificio donde Minho vivía cuando la necesidad los golpeó.
Lo siguiente fue un borrón demasiado rápido, de repente se encontraban en el estacionamiento de un edificio que Minho no podría reconocer como el de su vivienda y de pronto se encontraba con el asiento completamente hacia atrás debajo de Christopher con las piernas sobre los hombros del alfa.
"Deberíamos ir al departamento." Minho negó con la cabeza desabrochando el pantalón del alfa. En un espacio tan reducido y con poca posibilidad de movimiento era demasiado difícil desvestir a alguien.
"No, aquí, te necesito dentro ahora." El tono desesperado en la voz aguda lo hizo ceder. Al menos se intentó convencer de que no era tan débil.
Después de dos intentos desesperados por fin logro deshacerse del pantalón del mayor mientras que Christopher se limitó a levantar la falda lo suficiente para dejar a la vista la rosada e irritada entrada de Minho .
"Ya estás lubricado, ¿Uh?" Se burló el rizado tomándose apenas un par de segundos para bajarse también la ropa interior antes de comenzar a fregar ambos cuerpos causando jadeos entre los dos.
"Quiero sentirte otra vez..." gimió gustoso casi ansioso cuando el pene del alfa rozó su entrada y casi entro en él.
Cuando Christopher por fin lo penetró en una sola estocada los dedos de Minho se enroscaron alrededor de la cadera del alfa haciendo dos puños con la camisa.
"¿Esto es lo que querías, Minho?" murmuró entre dientes como si realmente le costase estar dentro del menor.
"Dios, sí, sí, sí." Lloro bajito removiéndose debajo del grande cuerpo.
El inicio fue lento, como si tuvieran todo el tiempo del mundo, como si no fueran un par de amantes escondidos de los ojos del mundo, pero todo cambió de pronto volviéndose embestidas duras, salvajes, saliendo por completo y entrando en solo movimiento haciendo que Minho se retorciera en el pequeño espacio.
Los movimientos eran rápidos, profundos y certeros, taladraban la estimulada próstata del omega e impulsaban su cuerpo hacia arriba de forma casi violenta; la boca de Minho se abría en una perfecta O de la que no salían más que gemidos y jadeos incontrolables, Christopher estaba siendo demasiado rudo con su cuerpo y le fascinaba.
Le gustaba el no poder moverse, el no poder respirar correctamente, sentir a Christopher en su interior una y otra vez, sus manos presionando sus muslos con fuerza, arañandolos y maltratándolos más de lo que ya estaban, le gustaba esa versión agresiva del rizado, cuando se volvía una persona sin escrúpulos y lo utilizaba para su placer sin dejarlo ser capaz de hilar una sola palabra o alguna frase.
Eran alfa y omega entregados a sus necesidades y lo que su cuerpo les demandaba.
"Estoy cerca." Anunció Minho enterrando sus uñas en los brazos del rizado cuando este comenzó a moverse con más violencia "Joder, sí, justo ahí."
Con un par de movimientos el omega alcanzó su preciado orgasmo al mismo tiempo que el alfa salió de él.
Le tomó algunos segundos volver a la consciencia después del clímax tan abrazador que lo recorrió, sin embargo, fue un Christopher enterrándose otra vez en él lo que lo hizo reaccionar.
"Oh por dios, oh dios..." gimió removiéndose, todavía no acababa de asimilar su éxtasis cuando el alfa lo estaba demoliendo otra vez, de hecho, todavía salían algunas tiras de semen de su miembro cuando el nuevo asalto llegó, era definitivo, iba morir ahí mismo y lo haría demasiado feliz.
"Quieto, omega." ordenó el otro acomodándolo nuevamente en el asiento, presionando su mano en la cadera del nombrado mientras su otra mano se dirigió a su cuello aplicando una ligera presión ahí.
"Más, más..." pidió desesperado e incoherente a la vez que Christopher se inclinó sobre él para besarle rudo y salvaje, con sus instintos rodeandolos y creando una cortina entre ellos y el exterior. "Maldita sea..."
Cuando por accidente el miembro del rizado cayó fuera eso pareció molestarlo bastante pues en el momento que lo había vuelto a meter de lleno lo hizo con mayor fuerza e ímpetu, con embestidas más duras que antes mientras que la mano en el cuello del menor empezó a hacer más presión haciéndolo gemir cada vez más alto hasta que se quedo sin aire; cualquier persona que pasase cerca podría saber que estaba pasando, pero no les importo.
"Te voy a reventar." Christopher prometió con los ojos fijos en los de Minho frunciendo ligeramente el ceño. "Te voy a llenar tanto que escurrirás." por la seriedad en su voz el menor dedujo que no era una broma pero tampoco le disgusto la idea.
"Sí, sí, por favor, alfa" Siendo honestos a estas alturas Minho ya no sabía que estaba pidiendo, pero poco le importó.
"Solo yo puedo tocarte." los ojos verdes parecían furiosos, llenos de vicio.
"Solo tú." Minho murmuró bajito poniendo los ojos en blanco cuando Christopher nuevamente dio en su próstata.
Con las uñas enterrándose en los bíceps del mayor, los muslos temblando y los pulmones ardiendo por no poder respirar correctamente, una especie de tirón se desato dentro del omega haciendo que todo pasara a segundo plano, su cuerpo estaba sobre estimulado por lo que ni siquiera fue consiente de cuando las lagrimas comenzaron a correr por su rostro o cuando la falta de oxigeno fue casi demasiada.
"Mírame, Minho..." la voz grave lo hizo abrir los ojos aunque rápidamente los cerro de nuevo, era sumamente difícil mantenerse centrado en algo, hasta en la simple acción de abrir los ojos. "Te estoy diciendo que me mires." ordenó y Minho obedeció "mira al único que puede follarte de esta manera... en dónde, cómo y cuándo yo quiera..." El tono lento y pastoso lo tenía al límite.
Cuando sintió el nudo hincharse dentro de él creyó que todo había terminado, pero no. Christopher continuo embistiéndolo hasta que quedó totalmente atrapado y nuevas tiras de semen escapaban de su sensible miembro.
〔🥢〕
Minho no sabe qué hora es ni cuantos días han pasado cuando por fin abre los ojos gracias a un pitido molesto. La luz es demasiado fuerte y lo hace parpadear en varias ocasiones tratando de entender donde esta, aunque eso lo descubre rápidamente.
Es su habitación. Es lo primero que tiene claro. Está en su cuarto y lo reconoce por las paredes blancas y azules, de reojo puede ver su tocador y por más que quiere moverse no puede, todo su cuerpo se encuentra adolorido y agarrotado, así que le toma un par de segundos más entender qué esta pasando, pero es cuando el pitido vuelve a sonar que se hace más consciente; se encuentra en su habitación con las sabanas cubriendo hasta su cadera y un cuerpo debajo de él respirando pacíficamente.
Esperen, ¿qué?
En ese momento todo le cae como un balde de agua, esta en su departamento, en su habitación y dormido sobre Christopher , lo reconoce por los tatuajes del brazo que alcanza a ver; se siente un poco abrumado, ¿Cómo llegaron hasta ahí? Están en una posición un poco extraña, el rizado esta boca abajo con su brazo izquierdo estirado al igual que su pierna mientras que Minho esta recostado sobre la espalda del mayor abrazándolo a la vez que sus piernas están entrelazadas con las del otro cubiertos solamente hasta la cadera por la fina tela de la sábana blanca de seda.
"Joder..." su voz es baja pero cuando siente el cuerpo debajo de él removerse se arrepiente inmediatamente de hablar, despacio lleva su mano a su rostro para tallar sus ojos suavemente y desperezarse un poco, ¿Cómo es posible que le duela tanto el cuerpo? se siente como si hubiera hecho demasiado ejercicio.
El pitido vuelve a sonar, Minho comprende que es el sonido de un celular, pero no es el suyo, de hecho, ni siquiera sabe donde esta el suyo.
"Christopher..." tararea bajito con voz suave y aguda, desgastada. Le arde la garganta al hablar y no sabe si es por la falta de hidratación o por haber gemido tanto. "Christopher, venga..." lo remueve despacio en un intento de despertarlo aunque el alfa ni siquiera se mueve, parece un peso muerto debajo de él. "Alfa, tu celular está sonando" sabe que no obtendrá respuesta pues el mayor ni siquiera le responde así que lentamente y como le es posible se levanta de la cama para comenzar a buscar entre la ropa el estúpido aparato que no para de sonar.
Cuando por fin lo encuentra ya no suena por lo que se toma unos segundos para mirar la hora.
5:00 p.m. Domingo 14 de junio.
80 llamadas perdidas.
Aun en un pacifico silencio Minho analiza un poco, su celo ha durado día y un par de horas y desde entonces Christopher no se ha separado de él, lo cual hace ronronear a su omega interno gustoso. Quiere sentirse mal por el otro, pero no lo hace, ni un poquito. Ni siquiera cuando el teléfono en sus manos vuelve a sonar y el nombre aparece en la pantalla.
Eunha.
Quiere contestar, se muere por hacerlo. Quiere tomar la llamada y decirle a la estúpida omega todo lo que ha hecho con el alfa, que lo tomó en su oficina, en el coche y en prácticamente todo su departamento, pero no lo hace; por el contrario se dirige hacia la cama y trepa a la espalda del mayor para comenzar a darle suaves y dulces besos en el cuello y la extensión del hombro murmurando algunas palabras un poco amorosas.
"Despierta, alfa..." fue su ultimo murmullo antes de que el hombre comenzara a removerse un poco hasta ser consciente.
"¿Qué pasa? ¿Dónde estamos?" Él luce tan aflijido como Minho al inicio lo cual lo hace reír.
"En mi departamento." Despacio comienza a masajear un poco la espalda tensa del mayor haciéndolo gemir gustoso, no había alfa alguno que se negara a un par de mimos después de un celo.
"¿Qué hora es?" Mira de reojo a Minho todavía medio adormilado.
"Las cinco, es domingo." Eso parece alertar al rizado quién inmediatamente busca su celular, el cual justamente en ese momento vuelve a sonar.
"Maldita sea" gruñe bajito tomando el celular que Minho le tiende, inmediatamente toma la llamada.
"¡Chan Christopher Bang, hasta que te dignas a responder!" Esa es la voz de Eunha a través del teléfono, Christopher puede escuchar la preocupación, la furia y la alteración en su tono de voz. "¡¿Dónde demonios te has metido, alfa insensato?!" La omega realmente se escucha demasiado molesta, pero el ojiverde no está prestando atención. No cuando tiene a un omega sobre él dando suaves besos y caricias en toda su espalda.
"Yo... Eh..." Trata de excusarse pero en realidad es muy difícil pensar algo coherente.
"Te estuve esperando, Christopher. Jungwon y yo te hemos esperado casi toda la noche, ¡Estaba muy asustada! He tenido que llamar a toda tu familia y casi a la policía porque no me respondías. ¡¿ACASO CREES QUE ES JUSTO?!"
"Lo siento, Eunha..." Suspira bajito tratando realmente de sentirse mal, pero no hay nada. No hay nada en su pecho indicándole alguna pesadez. "Es solo que acabe muy tarde en el trabajo y decidí quedarme en un hotel, no es bueno manejar cansado." Se excuso pobremente.
"¡Solo son quince minutos de camino, Bang! ¡Dos minutos te quitaba llamarme y avisar! ¡Eres un insensible! Creí que te había pasado lo peor, alfa estúpido." Ella realmente se escuchaba molesta, Minho también podía percibirlo. "Yo me preocupo por ti y tú como si nada, ¡Gracias por ser tan considerado!" Es sarcástica, Bang la conoce tan bien que casi apuesta que está rodando los ojos.
"Lo sé, lo sé, lo siento mucho, ¿vale? En este momento me alistaré e iré para allá, ¿Bien? Hablaremos esto y no se repetirá."
"Mmm... está bien, no te tardes porque hablaremos, Christopher, hablaremos muy seriamente." Repentinamente parecía más tranquila, aunque lo entendió cuando escucho la dulce voz de su hijo preguntando por comida. "Vuelve pronto o te mataré, te amo."
"También te amo." murmuró en respuesta para después colgar.
Minho quiere decir que lo último no le dolió, quiere decir que no se sintió como una puñalada en su interior, pero no puede, sus ojos rápidamente se llenan de lágrimas y por más que trata de evitarlas le es casi imposible así que hizo lo que mejor sabía hacer cuando de sus sentimientos se trata, huir.
"Puedes ducharte, en el baño hay toallas" susurro demasiado bajito antes de salir corriendo a la cocina envuelto solamente en su sábana.
〔🥢〕
Un cuarto de hora más tarde Minho se encuentra sentado en un banquito en la barra de cocina tomando de un café caliente y muy cargado cuando Christopher apareció nuevamente en su campo de visión. Bañado, vestido y bien peinado, Minho pensó que se veía hermoso así.
"¿Te vas?" Se sentía ridículo preguntándolo cuando era obvio, pero algo era mejor que nada.
"Sí. Eunha me espera en casa y yo..." Se detuvo a mirarlo, despacio e inconsciente camino hacia él.
¿Por qué sentía la pesadez por dejarlo pero no por mentirle a su esposa? ¿No estaba eso mal?
Minho lo miraba desde su banquito con ojos de gatito, perdido o asustado, él no podía descifrarlo y tampoco estaba seguro de querer hacerlo.
"Está bien, debes ir con tu esposa y tu hijo." El omega le sonrió amable, pero no fue convincente. Christopher se acomodó entre sus piernas muy lentamente.
"Yo... No sé qué pasó, Minho. Esto no debería ser así, lo sabes." posó una de sus grandes manos en una de las mejillas del menor quien inmediatamente se inclino hacia ella para dejar un beso en el torso.
"No pasa nada, Christopher." Tragó saliva antes de poder continuar. "Solo... Fuimos dos seres correspondiendo a su lado animal, ¿bien?"
¿Alguna vez han sentido ese nudo en la garganta que no los deja hablar? Bueno, pues así se sentía Minho en ese momento.
"Omega..." La voz de Christopher fue suave, pero el castaño negó con la cabeza. El teléfono del alfa volvió a pitar.
Eunha. Se leyó en la pantalla.
"Éramos dos seres irracionales y esto no significó nada, fue solo un celo así que puedes irte tranquilo, yo no diré nada, esto fue... Un error." Se convenció a sí mismo.
Si creyó que diciendo eso se iba a sentir mejor, no fue así.
En realidad, ninguno de los dos se sintió bien dejándolo estar pero no había nada más que decir.
Así que Christopher se marchó ese día sin ganas realmente se irse y Minho por primera vez en muchos años se atrevió a llorar por amor.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro