Felix estuvo todo el día en casa de Minho, disfrutando de la tarde con su mejor amigo. Tenían tiempo sin convivir, desde que Felix se mudó al gran departamento de Bang, toda su atención quedaba en el australiano mayor.

Ellos estaban muy enamorados.

Los piecitos de Felix dolían de lo tanto que estuvo de pie mientras hacia karaoke con Min. también le hizo bailar un poco, pero luego le dio pereza y lo dejó solo.

Ahora, él caminaba de regreso, como estaba muy oscuro y era peligroso, Minho le acompañó a la entrada de su casa, ya que, cuando intentó llamar a Chris, cayó la contestadora.

Las luces estaban justo como las había dejado en la mañana, porque por supuesto, Christopher aún no había llegado.

Al mirar el reloj se dio cuenta de que era realmente tarde, y que probablemente, gracias a las promesas de Chan de llegar temprano, falte poco para que la llegada de su amor se haga presente.

Pero tampoco debía hacerse ilusiones.

Sonrió ampliamente, ¿Cuándo Felix no sonreía al pensar en Chris? casi nunca.

Corrió al armario, eligiendo otra de sus dulces pijamas de algodón tintado en colores pastel. La ganadora de esta noche, era una rosa claro con conejitos blancos, era de cuerpo entero, similar al de los bebés. Le encantaba por eso, era muy adorable en sí mismo.

Después de una ducha, y de purificar su piel, se colocó la pijama, y peinó sus hebras desordenadas hasta que quedase satisfecho.

Estaba muy lindo, lindo para su novio Chan.

El perfume de bebé que se había colocado inundaba la habitación, caracterizando el lugar a Felix.

Estaba un poco aburrido después de esperar un tiempo, por lo que se puso a ver videos de animales en la laptop de Chan. Cuando estaba por el séptimo, la llave introduciéndose en la cerradura principal hizo el sonido que puso en marcha la emoción de Felix.

9:48 p.m. ¡Después de todo si había cumplido su promesa!

Con una hiperactividad extraña en él, corrió hacia la puerta principal, encontrándose con Chris y... ¿Y dos mujeres desconocidas?

— Ho-Hola Channie —suavemente, su voz salió en un susurro. Estaba tímido por la presencia de personas que no conocía, y aparte de eso, eran preciosas. Se encogió en su sitio, e hizo una reverencia— Buenas noches.

Chris sonrió adorabilizado, si es que la palabra existe. Pero así se sentía por Felix.

Ambas acompañantes notaron el cambio en la postura de Bang Chan; de estar cansado y ofuscado, a enamorado y feliz en un instante.

Como el ying y el yang; una sonrió por tan encantadora escena, y la otra tan solo se encargó de enarcar la ceja izquierda, mirando de arriba abajo a Felix.

Christopher se acercó a su pareja, y dedicó un beso suave en su frente, ocasionando que su rostro se tornara rojo brillante.

La castaña más alta rió, su mano posada dónde está situado el corazón, al parecer, Felix era muy adorable para su salud.

Sin poder evitarlo, Felix se escondió tras de Chris, demasiado tímido para ser visto.

Chan también rió— Príncipe, ellas son Sana y Minyu. Son compañeras de trabajo, vinieron a ayudarme a terminar unas cosas de la empresa. Espero y no te molestes que no te haya avisado, amor, solo que pensaba llegar temprano a casa, como te prometí.

Un "no pasa nada" fue ahogado en la ancha espalda de Chris, y las manos de Felix seguían aferradas a su chaqueta negra.

Sana dio un paso adelante, mientras sonreía radiante. Minyu la miró con desagrado, como si la idea de acercarse a Lee se le hiciera tediosa.

— ¡Hola Felix! me llamo Minatozaki Sana, puedes llamarme como gustes. Bang Chan habla sobre ti todo el tiempo, es un gusto conocerte en persona, ¡eres una ternurita! —la voz aguda y animada de Minato-Mina... de Sana, llegó a sus oídos, trayéndole un poco de confianza. Así que decidió asomarse y mirar a Minyu.

Tal vez Felix esperaba una presentación similar a la de Sana, pero tan solo fue recibido con una mala mueca... que solamente él miró.

Intimidado, apartó la mirada a otro sitio del salón. Especificando, hacia la chica que antes se había presentado.

— U-Un gusto, noona —nuevamente, realizó una reverencia -a ambas- y procedió a dejarlos en la sala.

Christopher, a punto de seguirlo, fue interrumpido por Son Minyu

— Trabajemos juntos, Chrisie.

Sana observó, y frunció el entrecejo tras ver como Chan hacia caso al tono acaramelado de la menor.

— Bang Chan, estoy segura de que Felix te estuvo esperando todo el día, ¿o acaso no notaste que llegó corriendo a recibirte? —cuestiona con autoritarismo. No le interesaba imponer su lugar de noona, con tal de que Minyu tuviera un quieto— Ve a descansar un rato, nosotras adelantamos un poco más.

Con una sonrisa amplia, Christopher aceptó la oferta, y tal como un niño pequeño, salió disparado a su habitación compartida.

Un gruñido captó la atención de Minatozaki, que con una sonrisa amenazante y ojos enojados dijo:

— Compórtate, maldita zorra.

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