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★ : douce ¡!

Chris nunca dejó de pensar en el mensaje de Minyu. Porque realmente no tenía ni idea de qué hablaba ella.

Pero lo único que tenía claro era que... odió completamente la manera en que se refirió a Felix.

Joder, puede que estén atravesando su primera discusión, pero, él no le permitiría a nadie, léanme bien, a nadie referirse de forma, despectiva, mala, e hiriente sobre Lee Felix.

Porque él es todo menos malo.

Con pasos pesados entró al departamento. Luego de informarle a su jefe de la posición del vuelo, y si podían hacer algo al respecto, recibió como respuesta que fuera a descansar y la próxima semana reanudara el viaje.

Una semana de vacaciones, sin Felix.

Mierda, iba a ser una tortura macabra.

Se echó sobre el sofá de la sala, desde que Felix se había ido a quién sabe dónde, su hogar ya no se sentía como tal. Cada que permanecía en casa, Bang Chan sentía el vacío de estar solo.

Lo extrañaba tanto, no obstante, las palabras de Hyunjin retumbaron en su mente. Minho está intentándolo con Jisung.

Y conocía el tipo de hombre que era Lee, no se atrevería a hacerle daño a nadie. Por lo que engañar a Jisung con Felix, no concordaba con su personalidad.

A pesar de que Minho haya estado enamorado toda su vida de Felix, él no le haría eso a Han.

La vibración de su celular lo sacó de sus pensamientos, siendo un mensaje de Sana el que ocupaba su bandeja de entrada.

Bufó, lo más seguro era para pedirle ayuda.

Christopher estuvo a punto de enviarle que no estaba disponible para ayudarla, pero, le llamó la atención de que era un vídeo lo que había sido recibido.

La curiosidad puede ser peligrosa Bang Chan, recordaba su cerebro. Pero, como estaba acostumbrado a hacer, lo ignoró.

Con un solo clic en reproducir su oficina dio a relucirse. ¿Por qué Sana le enviaba un vídeo de su oficina?

Segundos después, la imagen de Minyu entrando a puntillas se hizo protagonista. Desconcertado, Bang Chan frunció el ceño. El vídeo siguió corriendo, golpeando a Christopher con la realidad que era verdadera.

Con mucha razón Sana le había dado el apoyo a Felix.

Él estaba tan equivocado sobre Minyu.

Y ahí iba, otra vez esa manera de decirle a Felix. Le irritaba.

Con mucho enojo, arrojó el celular lejos, aterrizando en los otros sillones. Chan soltó un sonido, donde toda su exasperación era liberada. Sus manos cubrían su rostro, presionando sus ojos para mitigar un poco la luz, que le causaba dolor de cabeza.

—Fui un hijo de perra.

Y Minyu era tan falsa.

Estaba muy arrepentido de todo, sus ganas de arreglar las cosas con Felix se multiplicaron por cantidades exorbitantes, olvidando por completo su orgullo.

Le escribió a Sana, preguntando el paradero de Felix. Pero no le llegaban los mensajes.

Maldita sea.

Decidió calmarse un poco, tampoco podía ser tan impulsivo... pero, era mucho tiempo sin Felix. No lo podría soportar más.

Con los ánimos bajos, Bang caminó hasta el interruptor de la entrada principal y lo bajó, dando rienda suelta a la oscuridad, que de alguna manera, mitigaba su dolor de cabeza y le volvía apacible.

Le dio mucho sueño.

Sus pasos pesados lo guiaron al sofá, y con sus preocupaciones en la mente, los brazos de Morfeo lo halaron sin darle otra opción a elegir.

Felix se hallaba frente al que supone ser su apartamento. Se debatía entre sí debía entrar, o no hacerlo.

Pero es que- uuughht, sabía que le destrozaría algo a Christopher si entraba. Porque simplemente sentía que debía golpear algo.

Y tal como Sana no le permitió darle aunque sea un pellizco a la tonta... debía pegarle a Chan, o algo de su propiedad.

Sus mofletes se llenaron de aire, mientras su ceño comenzaba a fruncirse. A mala gana, tomó sus llaves del fondo de su mochila y abrió el portón principal, para con pasos perezosos caminar a la entrada de su piso.

Sería bueno estrellar la televisión contra un martillo.

La oscuridad le dio la bienvenida a lo que era uno de los lugares en que tenía bonitos recuerdos. Solo que al verla le vino a la mente la vez que Minyu llegó a mitad de la noche, porque "aprovechaba el paso".

Nuevamente, el bichito del enojo picó su piel. Tal vez su laptop volando por la ventana sería bonito.

Dejó el abrigo enorme que Sana le había regalado en la percha, y su bolsito cayó junto a la puerta. Se sacó los zapatitos, y movió los dedos en la alfombra.

Dios mío, como extrañé ésta suavidad.

Sus mejillas se calentaron cuando su mente traidora, trajo el recuerdo de la vez en que Bang "estrenó" la alfombra, follándolo a perrito tumbado.

Tonta imaginación, ¿por qué tan gráfica?

—Aah no, no, se supone que estoy enojado.

Formuló un puchero mientras corría por un vaso de agua fría. Sin reparar en el gran cuerpo de Christopher, que aún estaba descansando de todo su día.

La cocina no estaba a tanta distancia de la sala principal, pero, Lee tomó un tiempo de autocontrol para no tomar la leche condensada que descansaba en lo más alto del refrigerador. Por lo que cuando acabó de servir el agua, regresó a la sala.

Ésta vez, se encontró los grandes pies de Bang Chan colgando del largo sofá. Y se dio cuenta, de que no estaba solo en la casa.

Las emociones de Felix se convirtieron en un remolino, colapsando al final en un desastre de agua.

Desastre de agua sobre el rostro de Christopher.

El pequeño cuerpo de Felix estaba poseído por todo su sentir, que había sido limitado anteriormente. Acumulándose en su corazoncito, transformando su rostro en una mueca enojada. Estaba soltando todo lo que se guardaba para sí mismo.

La idea principal era apagar sus emociones contra algún objeto perteneciente al mayor, pero, no. Al jodido Christopher Bang Chan le dio la gana de aparecer, cuando se suponía que no estaba en casa.

Más aún así, le alegraba que Chris estuviese ahí. Porque aunque él no lo admita, lo extrañó mucho, muchísimo.

Su cuerpo consternadamente caliente era una gran señal.

Su rostro permanecía tintado del color más intenso de rojo, mientras que su ceño permanecía fruncido. La calentura que sintió por sus anteriores recuerdos no se logró disipar porque... bueno, es muy obvio el final que tuvo el vaso de agua fría.

Las facciones pasivas de Chan se tensaron en cuestión de milisegundos, acto seguido sus ojos se abrieron con sobresalto.

Tal vez no se estaba ahogando en una piscina, pero de que se mojó, se mojó.

—¡¿Qué jodidos-?!

Su camisa, ahora mojada, se adhería en su perfecto torso y Felix se llenó de más sentimientos enojados.

Enojado con sus hormonas, por no saber contenerse en salir.

Se sentía muy frustrado de su excitación tonta. Y estaba seguro de que Chan también estaba frustrado, pero por razones distintas. No obstante, le importaba poco.

Bang Chan estaba seguro de que molería a golpes al idiota que se atrevió a hacerle eso. Pensando que se trataba de Changbin, o Hyunjin -los únicos, a parte de Felix, que sabían de la llave escondida en las plantas del vecino-.

Sus ojos se suavizaron al notar a Felix, enfrentándolo con un vaso vacío en sus manitas.

—Lixie...

—Silencio —tomó la palabra, arrebatándole la oportunidad al mayor de dar sus disculpas.

La respiración de Felix se transforma en una errática. Quería hacer tantas cosas; llorar, reírse de Bang Chan, besarlo, quitarle la ropa, y atentar contra su vida.

Estaba abrumado, sus rostro se encontraba súper mega tintado de rojo. No sabía si por el enojo, o la excitación.

—Pero, Lix, bebé-

—Cierra la boca, Christopher. No me llames bebé.

Joder, joder, joder. Chan sintió una opresión en el pecho, tras las duras palabras de Felix.

Eso, se le llama karma Christopher Bang.

Más, sin embargo, no se rendiría. Él debía pedirle perdón.

—Lix, yo lo sie... —el enunciado quedó en espera, ya que no contaba que Le saltara sobre él, tomando sus rizos entre sus dedos.

—Ni te atrevas a seguir —el comienzo de cada palabra temblaba, amenazando con desmoronarse nuevamente frente a Chris.

Pero él no permitiría eso.

—Solo voy a usar tu estúpido cuerpo; te quedarás quieto. Nada de tocarme, ni siquiera me dirigirás la palabra, ya que soy un mal material para novio, como me diste a entender, tan solo vamos a follar sin compromiso.

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