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—Mejor ya vamos a dormir —Dijo acariciando la espalda de Felix.
Felix asintió y se separó del castaño.
El castaño tomó el control remoto y apagó la televisión.
Volvió su vista a Felix, se acercó más para poder cargarlo, apagó la luz de la sala causando que Felix se aferrara más al castaño por el miedo.
Cuando llegaron al cuarto, el castaño dudo en sí soltar a Felix.
Pues él estaba disfrutando que Felix lo abrazase con tanta fuerza.
Enterrando su cabeza en su cuello.
Y Felix también disfrutaba estar así.
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