"V" de "Velas"

ー ¿Compraste lo que, amablemente, te pedí que compraras? ーpreguntó Marceline, mirando a Mentita.

ー Si crees que "amablemente" significa casi golpearme y echarme de la casa con sólo dos monedas de un centavo a comprar algo que sale mucho más caro... Sí, lo conseguí ーmurmuró, subiendo las escaleras a su lado.

ー Genial, ya preparé el baño.

ー ¿La señorita sabe algo de ésto?

ー Claro que no, no seas tonto ーrodó los ojosー Se supone que es una sorpresa, ¿por qué sabría?

ー Bueno, la has echo ir hasta el baño de la primera planta en vez de que ella fuera a su baño privado en su habitación, ¿sabes? ーle miró, con ojos acusadoresー Creo que ya lo sabe.

ー Gracias por las palabras de aliento ーhizo una mueca, para luego tomar la bolsa entre sus manosー Te agradecere si todo sale bien.

ー Sí, si; cómo digas ーrodó los ojos, y luego de un corto suspiro se marchó.

Marceline entró al baño volando suavemente sobre el suelo, para no hacer nada de ruido. Se metió en el baño y dejó pétalos de rosas sobre la bañera y un poco de jabón líquido para la espuma. Preparó el agua caliente, y mientras ésta llenaba la tina, la vampiresa se ocupó de las velas aromáticas.

Hace mucho que su esposa no tenía un tiempo a solas, desde que Simon nació hasta los problemas que la dulce gente tuvo alrededor de dos años. Acabó completamente exhausta, pero obviamente no diría nada para no preocupar a nadie.

Pero, cuando iban a la cama, Marceline notaba que algo andaba mal con ella. A veces se levantaba sin razón y se encerraba en el baño a llorar de impotencia y frustración, con el tiempo se volvió habitual hasta que la vampiresa cambió la cerradura y llaves del baño privado y la pelirrosa no tuvo otra que quedarse sentada en la cama y sufrir en los brazos de su amante.

Quería regalarle algo especial; una noche en agua caliente, con espuma y rosas, una copa con vino y sus velas aromáticas favoritas, las de fresa y chocolate.

Marceline prefería la vainilla o el limón.

ー Cariño, ¿no has visto mis...?, oh... ーmusitó, cuando abrió la puerta del baño y le vió arreglando la bata de baño sobre el retrete.

ー Bienvenida ーle sonrió, caminando hacia ella para tomarle de la cintura y cerrar la puertaー Llegas justo a tiempo, el agua está caliente.

ー ¿Qué es todo ésto...?, ¿ésas son velas? ーsus ojos se iluminaron al contacto del olor con su narizー Se sienten deliciosas...

ー El agua está deliciosa también ーdijo, haciéndole reír leveー Vamos, hice ésto para ti. Quiero que te relajes, que te sientes en ésa tina llena de agua y bebas una copa de vino ーdijo, y ayudaba a sacarle la bata de laboratorio.

ー ¿Y tú, cielo?

ー Estaré afuera, leyendo una historieta o algo ーsonrió, tomando su ropa para meterla en la canasta de lavanderíaー ¿Quieres que ponga música?

ー ¿Puedes poner algo de Elvis o Sinatra? ーpreguntó, con una sonrisa, las mejillas sonrojadas y brillo en los ojos.

ー Éso mismo estaba pensando ーle sonrió, besó su frente y salió del baño.

Cuando volvió, con su celular y un reproductor pequeño, vió que estaba metiendo los pies en la tina. Puso su playlist especial y se volteó para irse.

ー ¿Por qué no entras conmigo?

ー No hace falta que me insistas ーMarceline sonrió y cerró la puerta.

Extrañaba tener un momento a solas con su esposa.