➤ G 。
"G" de "Gatos"
ㅡ ¿Sabes?; me encantaría tener un animalito en casa... ㅡmurmuró Bonnibell, mientras se escondían debajo del techo de una pequeña tienda, escapando de la lluvia que había azotado la ciudad.
ㅡ ¿Ah, sí? ㅡMarceline le miró, sonriente, acomodando el gorro en la cabeza de su parejaㅡ Entonces, encontraremos uno.
Su cita en el parque que Kim Kil Whan, el hijo mayor de Jake, había restaurado después de un ataque entre dos reinos ajenos al Dulce Reino y a OOO que había tenido lugar en aquel lugar lleno de flores y rosas de muchos colores, y plantas tan altas cómo árboles.
El día fue completamente bueno desde las cinco de la madrugada, dónde se sentía una tenue lluvia que hizo a las dos muchachas despertar con tiernas caricias y un par de chistes tomando café, hasta las once, dónde pudieron verse cómo ㅡpor treinta y dos minutos exactos y contados por relojㅡ algunas nubes tapaban el sol.
A las once con treinta y tres minutos las nubes se marcharon, dejando el color celeste del cielo y el sol en lo más alto, con pequeñas nubecitas blancas que formaban animales, lugares, cosas y personas. Marceline había preparado una especie de picnic en lo alto de la torre del Dulce Reino, junto encima de todo el castillo, dónde ella misma había plantado una huerta y un par de flores para tener un lugar dónde ella y Bonnibell pudieran descansar juntas, lejos de los deberes de princesa y reina que solían presentarse repetidas veces a lo largo de un sólo día o un par de horas.
Pero, la de cabellos rosados tenía otro plan. Pues si bien sabía que su novia iba a llevarla a un picnic, dió la idea a viva voz de que podían ir a la apertura del nuevo parque, a lo que asistieron a él. El pequeño concierto que estaba por comenzar se vió detenido por unas ráfagas de viento inexplicables que hacían que todo se moviera y esfumara en dos segundos.
La gente se comenzaba a ir, y Kim Kil Whan se dió cuenta de que no podía seguir con el show y la apertura si el clima seguía cómo estaba; por lo que, antes de que todos se marcharan, anunció por los grandes parlantes y altavoces que el show de apertura y una nueva apertura se haría dentro de unos días, si el clima estaba bueno; pero que podían quedarse los que querían.
ㅡ Toma, traje algo para ti ㅡdijo Marceline, poniendo el gran saco rosado pastel sobre los hombros de su pareja, quién tiritaba de fríoㅡ No sé si lloverá, pero ésto protegerá tus ropas... ㅡdijo, sacando un par de botas de plástico de la caja de su bajo.
ㅡ Pensé que habías traído tu bajo ㅡdijo la pelirosada, poniéndose las cosas que ella le dió, dándole las demás cosas que se había quitadoㅡ Tú, ¿no tienes nada que ponerte?
ㅡ Sí, dame un segundo... ㅡdijo, sacándose los guantes, el sombrero y la chaqueta de cuero fresco que llevaba puesto, cambiándolos por un gran saco rojo algo descolorido, con puntos hechos adrede con sus dientes y diferentes manchas grisáceas entre el gran rojo carmesí del sacón, y unas botas de color negro para la lluviaㅡ ¿Contenta? ㅡbesó su frenteㅡ Tranquila, princesa; no me pasará nada mientras que tú estés bien.
ㅡ ¿Cuando iremos a casa?
Antes de que Marceline pudiera responder "en unos minutos, tal vez", la lluvia espantosa había comenzado. Había gritos y risas por todo el lugar, completamente inexplicables y ajenos a lo que sucedía a su alrededor. Marceline se quedó por unos minutos cerca de su pareja, quién se protegía debajo de una pequeña carpa de madera a guardar todo dentro de la funda del bajo de la azabache.
ㅡ ¿Nos vamos? ㅡtuvo que gritar un poco, pues entre los árboles, el viento, los gritos y las risas, no podía escuchar o hablar con normalidad; los truenos y relámpagos tampoco ayudaban mucho.
ㅡ ¡Síp! ㅡdijo la pelirosada, ayudando a su pareja a ponerse la funda de bajo en su espalda, tomó su mano y comenzó a correr.
Entonces, llegamos hasta dónde la historia empezó.
ㅡ ¿Qué clase de animal te gustaría? ㅡpreguntó la de cabellos azabache.
ㅡ Mh... ¡Un gatito! ㅡgritó, impresionada.
ㅡ Oh, bueno... Tal vez pueda encontrar uno para ti y un perrito para m--...
ㅡ No, ¡mira! ㅡdijo, señalándole detrás de ellaㅡ ¿Éso es una caja y un gatito en ella?
La azabache volteó, encontrándose con el pequeño minino atrapado en uno de los bordes de la caja, intentando protegerse de la lluvia, estaba aterrado y gritaba con todas sus fuerzas, hasta casi quedarse sin voz. Se inclinó sobre la caja que decía "animalitos gratis" y tomó entre sus brazos al animal.
El pequeño gatito, completamente blanco y de cabellos esponjosos miraba a los ojos carmesís de la azabache, quién se quedó perdida en los azulados ojos del pequeño animal. La de cabellos rosados posó suavemente sus manos sobre el gatito, acariciándolo.
ㅡ Toma, llevémoslo a casa ㅡdijo la vampiresa, tendiéndole el gatito a la princesa, quién lo tomó entre sus manos y lo aplastó a su pecho.
Había bajado el cierre de su saco, dejando al descubierto del frío y de la humedad su pecho, el cual estaba decorado con una collas de perlas en su cuello, atrajo al gatito tembloroso hacia ella, apretándolo suavemente con sus manos para que pueda recibir algo de calor, y levantó los ojos para ver a la de cabellos negros.
ㅡ ¿De verdad me lo puedo llevar? ㅡpreguntó, una leve sonrisa formándose en sus temblorosos labios.
ㅡ Claro que sí, cariño; es todo tuyo... ㅡle sonrió.
ㅡ G-Gracias... ㅡdijo, al borde de las lágrimas.
Agradecía por que no sólo le había dejado quedarse con el gatito y darle un hogar, un lugar en el reino, sino porque se lo había regalado, técnicamente lo había hecho.
ㅡ ¿Qué diablos? ㅡla azabache volteó luego de un molesto tirón de sus ropas hacia el suelo y bajó su vista a él.
Un pequeño animal, un perrito, pequeño pero rudo; su pelaje era marrón con negro y estaba preparado para atacar.
ㅡ Oh, creo que viene a buscar a su amiguita... ㅡdijo la pelirosada, mirando al perrito, agachándose para que éste pudiera ver que su compañera de caja estaba bien.
ㅡ Bonnie, me temo que está abandonado.
ㅡ Ya no más... ㅡsusurró, tendiéndole el perrito a los brazos de su parejaㅡ Sostenlo mientras llamo a Mentita para que venga a buscarnos.
ㅡ ¿Y qué haremos con el perrito? ㅡpreguntó, con la curiosidad reflejada en sus ojos.
ㅡ Nos lo vamos a quedar ㅡsus ojitos se prendieron en alegría, con un brillo hermosoㅡ La gatita y él son amigos, tal vez hermanos; no podemos separarlos sólo así, ¡y me niego a dejarlo aquí con ésta lluvia!
La de cabellos negros sonrió ampliamente, haciendo lo mismo que su novia con el gatito; dejarlo sobre su caliente pecho y cerrar al saco hasta el cuello del cachorro.
Mentita llegó a los dos minutos, contados por reloj, les hizo señas para subir y cuando lo hicieron, les tendió un par de toallas. Marceline tomó la suya y envolvió al pequeño cachorro sobre ella, quién se había quedado medio dormido entre sus brazos, tapándolo lo suficiente para que no tenga frío y no se moje a salir del auto; Bonnibell hizo lo mismo con el gatito, y volvió a encerrarlo en su pecho.
Así fue cómo ésa cita no terminó tan mal como parecía. Mentita ama al cachorrito y aunque a veces discute con el gatito, sabe cómo llevarse bien con ambos. El reino entero los ama e incluso los amigos de la pareja ya se han hecho muy amigos de los animales que rondan dentro del reino.
M0CKINGJAY; —
¡hola, hola!; espero que estén teniendo
un bonito día / tarde / noche uwu hm,
bueno no encontré fotografías exactas,
pero he aquí algo parecido a los pequeños
animalitos que se mostraron en éste "cap"
Espero que les haya gustado :3
Bye, bye, bye~~
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro