𝟬𝟲 |VIDA MUNDANA
Es hoy, esta noche veré a Adhara, mejor dicho a Galaxia esta noche en la pequeña feria del pueblo, estoy en verdad algo impaciente, quiero mostrarle lo más mundano de un humano, después de todo, tengo que regresar al santuario para rendir mi informe sobre ella, por un lado me encuentro un poco preocupado por cómo debo explicarle al gran patriarca sobre ella y su venir de "otro mundo" realmente le costaría darles tantas explicaciones, pero, por ahora quiero centrarme en mi almuerzo.
- ¿Estás diciendo que tendrás una cita con ella? -preguntó la casera incrédula.
Si, quizás debí no contarle, pero me encariñe con mi casera. ¿Cómo no contarle un poco de Galaxia? Claro, nunca le dije su verdadero nombre.
-fue inesperado, ¿verdad? -Sonreí con nervios -, supongo que, con este enorme giro de acontecimientos, no es muy creíble lo que paso con esa platica.
-quizás tienes razón.
La señora tomo un sorbo de té para ayudarle calmarse y pensar mejor.
-Se supone que vienes de Grecia, demoraste cinco días para poder llegar al norte del país -recapitula la señora -, para luego unos días estando aquí, no demoraste mucho en hallarla y que al final vieras que no es la gran amenaza que se suponía.
-por la manera que lo dices -comí un bocado del almuerzo -, suena que fue sencillo, tal vez lo fue, quizás... puedo verlo como algo positivo.
-es decir, ¿que no haya habido destrucción en los alrededores?
-¡ujum!
-Tienes la razón, no perturbaste la tranquilidad de este pequeño pueblo -soltó una risita.
-correcto, y eso es bueno.
-aún sigo sin creer que sea una guerrera de otro planeta, suena raro decirlo de esa manera.
-Como humanos, nos cuesta asemejar este tipo de información -añadí un poco más a la conversación -, si apenas podíamos aceptar que el planeta tierra es redonda o la existencia de otros planetas además el de nosotros.
El caballero hizo una breve pausa.
-como ahora se puede asemejar esta nueva información al respecto.
-es un buen punto.
-lo es, por eso medite un poco si contarte o no.
-gracias por la consideración, supongo.
-Verás... -mis mejillas levemente se sonrojaron por la vergüenza -, aunque haya sido por unos días, he agarrado un poco de cariño en usted, además de su hospitalidad.
Estas palabras conmovieron a la casera de la posada.
-oh mi... tus sinceras palabras me conmueven caballero. No es nada, ha sido placer tenerlo en mi lecho.
Sonreí con cierta satisfacción, al mismo tiempo, me trae cierto aire de calma, mientras observo con la mirada a la casera por un breve instante.
-me gustaría pedirte un pequeño favor.
Esto hizo que la dueña arqueara una ceja ante la propuesta.
-soy todo oídos.
Solté un largo suspiro, tomando una breve pausa.
-probablemente regrese muy tarde esta noche -comió el ultimo bocado del almuerzo -, me gustaría que pudieras cuidar de la caja pandora de mi cloth.
- ¿hablas de cuidar la armadura?
Asentí con la cabeza dándole mi confirmación.
-tengo la confianza que podrá cuidar bien de mi armadura -añadí un poco más de especificación a la petición -, hasta que yo regrese de la feria.
-cuidaré bien de ella.
-se lo agradezco de verdad.
-no me lo tienes que agradecer.
La señora me sonrió con ternura, un cariño sumamente maternal. La mujer deposita sus labios en la taza, tomando del rico té de hierbas que ha servido para el almuerzo.
- ¿puedo preguntarle algo? -expresé con cierta vergüenza hasta en mis mejillas.
- ¿quieres un consejo?
Me estremecí al oírla, de sus labios brota una sonrisa pícara por parte de la casera, mis mejillas arden como lava, ya no sé si es vergüenza o algo más, esto me ha tomado por desprevenido.
-Cariño -endulzó la dueña -, no me negarás que tienes un interés creciente por aquel zafiro.
- ¿de qué zafiro hablas? -balbucee avergonzado.
La mujer soltó una ligera risita. Luego ella lo miró con cierta picardía en mi dirección, lo que me terminó empeorando más mi vergüenza en frente de ella.
-Por favor... -sonrió, sin dejar aquella mirada picara -, Después de todo, eres un adulto joven, ¿tienes entre dieciocho y veinte años? Supongo que sí, al final, eres un joven atractivo para cualquiera mujer. Y toda mujer muestra interés por un hombre guapo. Los hombres hacen también lo mismo cuando se interesan por una mujer que se le atractiva.
La miré apenado, pero, empecé a comprender el punto que me quiere decir o al punto que está a punto de llegar.
-Creo que te diste cuenta a lo que quiero llegar -expresó con satisfacción la doña -, puedo ser una mujer de mediana edad, pero, también fui joven y sé cómo se siente uno ante la atracción.
Quede mudo, pero mis tímpanos oyen cada palabra que surge de los labios de la casera mientras al mismo tiempo ella juguetea con la taza de té.
-Ahora trata de ser sincero contigo -ella me miró con serenidad -, ¿te sientes atraído? Te gusta referirte a la mujer como un mineral precioso.
Esto último señalo con un tono notoriamente pícaro.
-No estoy seguro -me sincérese con ella -, solamente quiero que, por esta noche, enseñarle algo tan mundano, después de todo. En unos días regresaré a Grecia para rendir cuentas.
Suspiré mirando hacia el tejado, como si en ella buscara algo especial, pero mi mente se encuentra en blanco y vació. Solo no podía pensar con claridad. Apenas galaxia es una desconocida y como buen guía, quería que ella viera algo relevante en la feria, algo para recordar con cariño en un dulce recuerdo.
-Entonces, solo diviértete con ella -aconsejó la voz de la casera -, después de todo, quizás nunca se volverán a encontrar nuevamente.
-gracias por todo.
-no hay nada que me debas agradecer, lo hago de corazón.
La tarde cayo, con ello el sol fue bajando poco a poco, atrayendo la puesta del sol, así concluyendo con el atardecer de otro día, y levantando el manto nocturno, las pequeñas linternas del festival se hacen presentes en el pequeño pueblo. El caballero dorado salió de la posada, recorriendo el camino hacia donde está el apogeo entre los pueblerinos. Pero, eso no era del interés del ya mencionado caballero, ante la entrada del pueblo, buscaba con la mirada a la mujer que esta noche invitó. A primera vista no la encuentra, suponiendo que aún no ha llegado al pueblo (o mejor dicho, alguien olvido darle más especificación en el encuentro)
-Parece que llegue justo a tiempo -musitó una reconocible voz -, buenas noches Dokho, perdón por mi ligera tardanza.
El mencionado volteó a verla, y no pudo evitar sonrojarse, en esta ocasión ella lucía un cabello trenzado en una sola trenza, el cual, está llegaba casi al suelo a rastra. Hoy portaba un largo vestido beige, el cual legaba a sus pies del cual hace destacar la cintura como sus curvas, y llevaba unas sandalias de un tono más oscuro que el vestido. Tampoco se puede olvidar a su inseparable capucha que siempre va con ella.
Por todos los dioses, Dicho pudo bendecir a los dioses por la tremenda mujer bella que tiene al frente.
- ¿me oyes Dokho? -La voz de galaxia lo hace sacar de sus pensamientos -, me estas preocupando ¿Qué tanto piensas?
Ella meneo su cabeza hacia un lado, al mismo tiempo colocaba sus manos sobre su cadera, una ceja de su rostro se arqueo, aun mirándolo con mucha extrañez y confusión.
-Eh... yo -balbuceo torpemente -, hoy estas muy hermosa ¿sabes? -elogio el caballero hacia la guerrera.
- ¿de verdad lo crees?
El caballero asintió en señal de afirmación. Esto hace que la guardiana se relaje un poco, dejando que sus manos se relajen y luego de un corto suspiro. Dedico una sincera sonrisa para Dokho.
-Muchas gracias -sonrió además de agradecer el elogio -, no soy muy buena vistiéndome -expresó sinceridad.
-Eso es lo de menos -el caballero se aparta un poco -, vamos Galaxia, tenemos que recorrer todo, quiero que te diviertas esta noche.
Galaxia pudo sentir como el chino, por fruto de darle una agradable noche, no dudo en dar su mano, entrelazando con la mano de la guerrera. Así ambos caminan, adentrándose a la feria de aquel pueblo, para la guerrera fue algo que la desconcertó pero no le tome mucha importancia, después de todo, le causaba curiosidad a aquel santo dorado, el cual transmitía una agradable aura.
Ambos adultos jóvenes se aventuraron dentro de la feria, había muchos mercaderes y sus puestos por cualquier lado, ya sea de plantas, ropa, orfebrería y puestos de comida, este último fue lo primero que hicieron ellos dos, por parte del caballero de libra, tiene la intención de enseñarle algo de la gastronomía de su tierra natal.
-te aseguro que la comida es riquísima.
- ¿hay tanta variedad?
-Sí y muchísima -afirmó el castaño -, cada pueblo tiene su toque único y especial en la comida local.
-se oye interesante.
Esto hizo reír al caballero, le encantaba eso de ella.
-vamos, ya sé que puesto podemos empezar -como todo caballero, Dokho y ella caminaron hacia un puesto donde vendían lo que parece ser unos dumplings, pero estos estaban algo abiertos y a vapor, se podía oler la carne de cerno desde lejos.
El caballero pidió una docena de ese platillo al vendedor que estaba en este puesto, en total eran seis para cada uno. Ya que esto fue entregado en una vaporera de bambú, esto hizo llamar el interés de la extranjera.
-huele delicioso.
-Y cuando lo vayas a probar, quizás puede gustarte -el caballero le entrego unos palillos a la guerrera -, por cierto, se llama siu mai este primer platillo, está hecho de masa con relleno de la carne de cerdo.
Galaxia asiente, su mirada se fija en la vaporera que tiene en sus piernas, al abrirlo el vapor sale de ella, y seis de aquellas bolitas se ven riquísima, sin dudarlo, ella los usa para agarrar uno, aunque fue torpe, lo pudo lograr, justo antes de comerlo oyó a Dokho hablarle.
-Ten un poco de cuidado -sugirió el chino -, el siu mai suele ser una comida algo caliente, puedes soplar un poco antes de comerlo.
La guerrera asiente y agradece la sugerencia que le dio el caballero. Cumpliendo la sugerencia, por fin puede disfrutar del primer bocado, y vaya que si le gusto este primer platillo, sin embargo, algo sentía faltarle para que fuese más de su agrado.
-Está muy rico, no te lo voy a negar -se sinceró -, pero, siento que le falta algo para que sea más exquisito para mi paladar.
-hmm, quizás un poco de salsa sea bueno, pero, no lo pedí.
-ya veo, está bien, quizás eso le hace falta.
Ambos disfrutaron del siu mai, y estuvieron satisfechos, después de un descanso, prosiguieron a seguir en los siguientes puestos de comida, para el paladar de galaxia fue un desfile de sabores y texturas nuevas que ha experimentado y probado.
Esto parece maravillar a la mujer humanoide ante esta pequeña parte de la gastronomía china, esto llena de orgullo por parte del caballero, con ver ese iris rojo de la guerrera impactada ante los nuevos sabores, como ni podría sentirte realmente orgulloso de su país. Al mismo tiempo, Dokho se alegró mucho que ella este disfrutando de la feria. Ya que luego irían a observar a los comerciantes y la venta de aquellos objetos preciosos que están vendiendo, quizás pueda él regalarle algo como recuerdo.
Luego de finalizar lo que el quinto platillo por probar, la guerrera se sentía ya satisfecha de la comida que ha consumido. Tampoco fue la única que ya tenía el estómago lleno.
- ¿ahora que tienes en mente? -preguntó la guerrera, meneando su cabeza hacia un lado, mirando a Dokho.
-tengo en mente mostraste algunas artesanías propias de China -anunció el caballero, dando un agarre a la mujer humanoide -, si la comida fue exquisita, las artesanías son todas hechas a mano, y pueden ser realmente piezas únicas.
Ambos caminan en dirección a los comerciantes o artesanos que están respectivamente en sus puestos en busca de clientela. Entre estos puestos, destacaba muchas piezas hermosas de la cerámica y porcelana china, juegos de té, jarrones y vajillas con diseños flores, peces koi u otro diseño y destacando sus colores hermosos.
No solamente era la cerámica, no podía faltar el tallado de madera tradicional, desde el más sencillo grabado, hasta la escultura de un dragón esto último dejo incredulidad a la extranjera, era impresionante como los humanos convertían la materia prima en obras extraordinarias y únicas.
-me sorprende como algo tan simple, puede ser... simplemente bello.
-Oh señorita, suena tan halagador -expresó emoción el artesano -, regularmente soy de trabajar por comisiones o pedidos, con esto me ayuda a mejorar mi negocio además de sustentar la comida.
-eres muy dedicado a tallar.
-Tradición milenaria de la familia -el artesano dio un guiño -, ¿te interesa alguno?
Sailor Galaxia niega con la cabeza.
-por el momento no, sin embargo, le deseo lo mejor en su emprendimiento.
Como ella y Dokho se alejaron de aquel puesto, ambos terminan en uno que venden orfebrería, desde un simple brazalete de Jade, hasta aretes de piedras preciosas.
- ¿alguna joya que desee su acompañante? -El comerciante sonrió, y miró a la joven pareja -, podrás encontrar el mejor accesorio ideal para aquella mujer que hoy te acompaña.
Esto estremeció los nervios del chino, y nuevamente sus mejillas se tiñeron en carmesí, aunque un momento pensativo, hizo caso a la sugerencia del mercader, sus ojos se fijan en aquellos accesorios preciosos que se encuentran en los mostradores, a su vez no le quedaba algo de dinero, el cual le permite comprarle un buen detalle para Galaxia.
- ¿indeciso joven? -Musitó el mercader -, puedo sugerirle unos aretes del color de sus ojos.
- ¿sería buena idea?
-viéndola mejor -su fija mirada en la mujer del cliente -, le quedaría muy bien unos aretes del color de sus ojos. Unos aretes como la sangre escarlata, unas gotas de lluvia rojizas, quizás unos aretes pequeños, pero, con forma de una lagrima pequeño teñida de carmesí.
El caballero fue en busca de esos aretes, que después de pensarlo, no sería un mal obsequio para ella. Después de buscar en los mostradores, por fin dio en esos aretes.
-ya se cual escogeré -el caballero señala a los aretes que vio -, ¿cuánto sería?
El mercader guarda bien los aretes en una pequeña pero presentable cajita con precioso estampado floral, al discutir por un brevemente el precio, el caballero de la séptima casa paga por los artes y se acerca donde la pelirrubia de mechas rojas.
-Parece que por fin decidiste -alzó la ceja con tono medio burlón -, por cierto ¿y esa pequeña y linda cajita?
-Esa linda y pequeña cajita -expresó juguetón -, es un obsequio de mi parte, para ti.
Dokho abre la mano de Galaxia, entregándole el pequeño regalo para ella.
- ¿es para mí?
-ujum.
- ¿puedo abrirlo ahora mismo? -alzó su mirada hacia él.
-por supuesto, si lo deseas.
Sailor Galaxia parece pensarlo un poco, no estaba del todo convencida, pero, luego de oír las palabras de Dokho, y luego de reflexionar, decide con sus manos abrir la pequeña cajita, abriendo la tapa de la cajita, pudo ver en sus zafiros rojos, unos pequeños pero lindos aretes pequeños y en ella una forma de gota, con el mismo color de sus ojos. Esta pequeña acción ganó un sonrojo carmesí en sus mejillas. Era el primer hombre en darle un obsequio.
-Dokho, no sé qué decirte... -Balbuceo mirándolo con ojos bien abiertos -, eres el primero en darme algo así.
Este comentario sonrojo al caballero. Mientras la guerrera se colocaba aquellos pendientes en sus orejas, aquel gesto la dejo por primera vez, un sentimiento a una sincera felicidad.
-¿qué tal me veo?
Volteo la mujer en dirección al caballero. En sus orejas se puede apreciar con detalle aquellos aretes rojizos que lleva ahora mismo puestos.
Por parte del chino, no pudo evitar atisbarse en la belleza de ella, apreció la vista que tiene al frente, después de apreciar con detalle los aretes, sonrió con sinceridad.
-Combinan muy bien con tus ojos -dijo con sinceridad -, estás bien bella.
-Gracias Dokho.
La mujer se sonrojo ante el nuevo elogio por parte del caballero de Libra.
-Bueno, será mejor ir yendo a disfrutar lo que quede de la feria, aún nos queda unos puestos más por visitar -ofreció caballerosamente su mano a la guerrera -, ¿continuamos Galaxia?
La mujer aceptó su mano, y ella sonrió con complicidad ante sus palabras.
-por supuesto.
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