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𓄼 🍧. «capítulo uno: gata y ratón.


𓄼 🍧. LET GO ! 🍬 catra&dafne.
by ©xelsylight. 2025.

🍬▐ gata y ratón.
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—Tuvimos suerte de casi salir vivos de ahí —comentó una compañera de la Horda, aparentemente flipada con una nueva princesa que había derrotado a nuestros grupos de ataque.

Observé todo desde una esquina, saboreando la victoria.

Adora se había ido; quizás para siempre, y mientras veía a Catra iniciar una pequeña pelea con los otros compañeros, pensé en la suerte que tenía. En que finalmente, la gata había dejado de perseguir a ese estúpido ratón dorado.

—¿Temer a una princesa? —Vi que Catra se lanzaba contra la chica morena, que a duras penas sabía su nombre, y sentí que un horroroso calor se repartía en mi vientre bajo—. Puedo vencerla, conozco su secreto, ¿sabes?

—¿Ah, sí? —Ella le dio un empujón—. ¿Y cuál es?

De pronto, estaba rodeada y me acerqué, enfadada. Ahora la estaban tomando con ella, y aprovechaban que esa Adora no estaba cerca. Sin embargo, la gatita mantuvo silencio y la morena sonrío victoriosa.

—Catra, ahora no está Adora para protegerte —le dice y finalmente alcancé a Catra, que ya estaba por salir de los vestuarios.

—Ella no necesita a nadie que la proteja, y no está sola. —Ambas cruzamos miradas.

Los demás se callaron, se echaron hacia atrás y hablaron en privado.

Los ignoré, mientras Catra se detenía enfrente de mí. La conocía desde pequeña; habíamos estado entrenando juntas, básicamente toda la vida... pero a duras penas intercambiábamos palabras, aunque estaba segura de que conocía mi nombre.

Quiero decir; yo siempre había querido hablar con ella, hacerme su amiga, pero Adora siempre estaba en medio, acaparándola y ahora que no estaba, cruzándome de brazos, me apoyé en la salida. Toda la vida había estado bajo la sombra de Adora, la alumna más perfecta de la Horda, que ahora había desaparecido en combate. Esta era mi oportunidad de sobresalir.

Si bien mi hermano pequeño, Damian y su mejor amigo, Jayce, siempre habían revoloteado alrededor de Adora y Catra —sabiendo a la perfección que se llevaban bien—, había mandado a la mierda cada intento que mi hermano había propuesto para juntarme con Adora. Incluso ella había intentado llevarse bien conmigo, pero dejó de hacerlo cuando intenté electrocutarla.

Por suerte mis guanteletes de cuero servían para controlarme.

Por eso, durante años, la ignoré. Miraba desde la distancia como ella y Catra hablaban con mi hermano, con su amigo y... Solo esperaba para que volviesen conmigo. Nunca he sido muy comunicativa y mucho menos amigable, pero ahora, ahora tenía la oportunidad de hacerme amiga de Catra y me tragué mi orgullo.

—¿Quieres dar... no lo sé, una vuelta? ¿Hablar sobre esa Adora y eso? Sé que... bueno, todos aquí sabemos que os llevabais mejor que nadie. ¿Estás bien? —Hablé con prisa, pero ella me escuchó a la perfección.

Agachó las orejas, enrolló su cola en su cintura, pero... negó.

—No necesito compasión de nadie, Dafne, y mucho menos de alguien que siempre se ha considerado mejor que yo sólo por caerle bien a la vieja —dijo, y parpadeé, confusa.

Nunca en mi vida hubiera llegado a pensar que ella, que yo... Me viera superior sólo por la bruja que parecía tener afición por mi hermano y por mí —además de Adora, pero ella ya no contaba—, e intenté detenerla al verla desaparecer hacia las habitaciones.

Pero dejé caer mi mano, arrepentida.

Esta no era la mejor forma de hablar con ella; ahora mismo tenía una coraza sobre sí misma por el abandono de Adora, la entendía. Lo sabía mejor que nadie, lo que se sentía; cuando mis padres nos abandonaron, a Damian y a mí, y nos quedamos bajo la tutela de mi abuela.

Una gran mujer, pero de débil corazón; cuando murió, encontramos refugio por suerte en "La Horda". Shadow Weaver nos recibió con los brazos abiertos, nunca nos dejó sentirnos menos, pero... yo siempre sentí que estaba sola en este mundo. Mi hermano no era como yo; lo supe desde que fui capaz de mostrar mi don al mundo. Controlaba rayos eléctricos capaces de matar a alguien con una doble carga o subida de voltios. Mi hermano, en cambio, era... un normal.

Razón por la que se llevaba tan bien con Adora y razón por la que yo la odiaba, porque era más similar a la única persona que me quedaba y odiaba que me lo quitase. Odiaba cuándo se lo llevaba con Catra y Jayce, y cuando me dejaban sola.

Entendía a Catra, quizás mejor que nadie; Shadow Weaver nunca la ha querido. Siempre ha sido la más castigada de todos y aunque muchas veces he intentado convencer a la bruja de que se pasaba de la raya, sólo me daba una caricia en la mejilla y me ignoraba.

Ahora yo pensaba cambiar las cosas aquí; porque fuera Adora, había un vacío en la jerarquía de poder entre los más jóvenes y por supuesto, ese puesto se lo merecía Catra. No yo, ni mi hermano. Ella, porque era la más fiel, la más inteligente y capaz, y pensaba dejárselo en claro a la bruja.

Dejé atrás los vestuarios, para buscar a la vieja bruja, mientras pensaba en cómo acercarme a Catra. Tenía que hacerle ver que le era fiel, que demonios, haría cualquier coas por ella porque me gustaba, pero no tenía idea de cómo.

—¡Dafne, espera! —Me detuve en seco al escuchar a mi hermano.

Venía corriendo, seguido de Jayce, su mejor amigo.

Jayce era mitad-lobo, y se podía distinguir con sus orejas peludas, su cola esponjosa, las garras y los colmillos. Además, tenía dos marcas rojas en las mejillas que siempre se pintaba como su "marca de guerra". Corría detrás de mi hermano, sujetándose los vaqueros raídos; al parecer le quedaban grandes. Y sí, a pesar de que perseguían ambos a Adora como polillas, no odiaba a ninguno.

Al primero jamás sería capaz de hacerlo, era mi hermano y en cuanto a Jayce..., bueno, me gustaba verlo cerca de mi hermano.

—¿Es cierto? ¿Adora no va a volver? —preguntó al alcanzarme, dejando sonar respiraciones entrecortadas.

Su cabello estaba más largo, con mechones oscuros y dispares. Sus ojos oliva, iguales a los míos, brillaban ofuscados y vestido con su usual traje negro, con líneas moradas, crují mis manos tras mi espalda. Odiaba hablar de ella, odiaba qué ella fuera la comitiva y estuviese en las conversaciones de todo el mundo, pero... Amaba a mi hermano y respetaba su tristeza.

Además, todo había sido por Catra, quien nos había dicho que no volvería; aunque sin ninguna más otra explicación. Ni mi hermano, ni yo habíamos ido a pelear por órdenes de Shadow Weaver.

Sujeté su hombro, cálidamente, aunque con mi mano revestida del guante.

—Lo siento mucho, Dami. Pero... es cierto, hay que hacerse a la idea de que es una traidora ahora. Tenemos que apoyarnos mutuamente y llenar este vacío que ha dejado. Ayudar a Catra, ¿entiendes? —Mi hermano pareció por un momento que iba a llorar, incluso Jayce mantuvo silencio, quizás asimilando la idea.

Pero... pronto asintió, serio, y yo sonreí, porque mi hermano me hacia sentir la hermana mayor más orgullosa de todas. Como lo amaba; mi mano subió hasta su mejilla y me sentí revolotear cuando la dejó caer, dándose cariño. Luego di un paso atrás al escucharle preguntar:

—¿Y dónde está ella? —Supe que se refería a la gatita y señalando las habitaciones, pronto huyó con Jayce, quien agitaba su cola preocupado.

Yo los miré desaparecer a la vuelta de la esquina, y sentí que con ellos me nacía una nueva oportunidad. Ambos se llevaban bien con Catra, la adoraban y ella a ellos, así que... Usarlos como camino para llegar a mi gatita sonaba demasiado apetecible sin ese ratón dorado husmeando por todos lados.

De todas maneras y retomando mi idea original, busqué a la bruja.

Por supuesto, la encontré en sus aposentos privados; revoloteando sobre un caldero humeante y apunto de estallar en ira. Toqué la puerta abierta con dos suaves golpes con mis guantes, aunque ella ya sabía que estaba ahí dentro. Ni siquiera me miró cuando me dejó pasar con un movimiento de dedos.

Yo entré, con las manos tras mi espalda y el semblante severo. Mi cabello largo hondeaba tras mi espalda, oscuro como el ébano, y deteniéndome a tres pasos de distancia, esperé a que me hablase primero. A la orden de permiso.

Ella permaneció en silencio durante tensos segundos, pero finalmente, se apartó de aquel caldero y se dirigió hacia mí. Sus manos alcanzaron mis mejillas, las acarició con el mismo cariño que hacía con Adora y finalmente, me sentí aliviada de ser su única chica favorita, teniendo en cuenta que la otra había desaparecido.

Me sentí feliz de ser la única ante sus ojos capaz de manipularla; y resultaba algo irónico, la verdad, porque había aprendido de ella esto mismo.

—¿Qué ocurre, mi querida Dafne? —preguntó, y bajando los ojos, puse todo mi empeño en mostrar un semblante apenado y caído.

—Adora no ha regresado, Shadow Weaver, y se rumorea que no piensa hacerlo. ¿Qué va a pasar entonces? Alguien tiene que tomar el hueco que ella ha dejado, el hueco de comandante. —Y ella tarareó, en silencio mientras soltaba mi rostro para entrelazar sus brazos.

—Eso, querida, es fácil. —Dio un par de vueltas a mi alrededor, y casi bailando con cada palabra, su elección era obvia—. Ya que tú eres la que ha estado en mi mente desde que supe que había abandonado las instalaciones, mi pobre Adora. Pero tú eres inteligente, más que la propia Adora lo fue. Eres ágil, tienes mucha destreza y ni se diga de tus capacidades, querida. Eres mi mejor opción —y me agarró de la mandíbula.

Yo me tensé, débilmente; si bien nunca me había puesto una mano encima, no como a Catra o a los que castigaba, nunca era bueno tenerla tan cerca. Sin embargo, sonreí, negando.

Ella parpadeó confusa, y se alejó.

—¿No te gusta la idea, mi niña?

—Si bien es algo para lo que me he estado preparando, nunca ha sido de mi gusto dirigir tumultos de soldados a la guerra. No quiero que caigan bajo mi mano, y llevar esa responsabilidad encima, mi señora. Espero y lo entiendas. —Y aunque pareció tardar en procesarlo, asintió.

Pareció algo decepcionada y mientras regresaba al caldero, me aclaré la garganta. Entonces ella se giró y logró comprender por mi sonrisa que tenía la intención de sugerir algo.

—Tengo a alguien en mente, Shadow Weaver, que puede ocupar ese lugar a la perfección —dijo, y tarareando de nuevo, me quitó las palabras de la boca.

Pero, entendiéndolo todo mal.

—¡Oh, claro, tu hermano! —Pareció sopesarlo y aunque me desestabilicé un segundo y traté de hacerle entender que andaba equivocada, no me dejó intervenir—. Mi querido niño es perfecto para el papel, pero... aún demasiado joven, demasiado voluble. Demasiado... rebelde, si debe tomar ese papel, tendré que ser más dura con él. ¿Estás de acuerdo con eso?

Y mi lengua se atascó, pero sacudiendo la cabeza, negué.

Ella ladeó la cabeza, creando sombras a nuestro alrededor, claramente desconcertada.

—¿Qué es lo qué quieres decir, querida?

—No es mi hermano a quien me refiero para ese papel. Si no a Catra, ella es perfecta por mucho que te hagas creer que no. —Y claramente, tocando esa fibra sensible que conocía, saltó.

Las sombras se agitaron a nuestro alrededor, se extendieron por toda la habitación y cubriendo mi rostro de un asolador viento que parecía surgir de ella, por un momento pensé que me atravesaría o me golpearía. Pero sólo se detuvo delante de mí, furiosa, para alzar una de sus uñas y levantarme la barbilla aún así, con cuidado.

Me di cuenta de que estaba temblando, ligeramente.

—Oh, me has decepcionado, mi niña.

Y después, un fuerte golpe me hizo salir de la habitación de un empujón. No me golpeé con nada pero al asentar mis pies en el suelo, con esas sombras soltándome y regresando al interior de ahora la habitación cerrada, suspiré agotada. Me apoyé en mis rodillas, tratando de contener el aliento.

Bien, no había salido como había esperado; pero ahí estaba la oferta, y a sabiendas de que no se arriesgaría con mi hermano por su rebeldía, sabía bien que tendría en cuenta a mi gata. Sacudiendo mi cabello, corrí hacia las habitaciones en busca de mi hermano, de Jayce, y de Catra.

Las cosas empezaban a ponerse divertidas ahora.

🍧. elsyy al habla (!)
muchas gracias por su apoyo.

omggg, de verdad que mil gracias a los que leen con emoción por este fic. yo es que no dejo de pensar en todos las vueltas que va a dar y súper emocionada. ¿primer pov de dafne? uy, sí; amé lo oscuro que quedó este comienzo. quiero que entiendan que ella no es mala, pero... al igual que catra, quiere poder.

shadow weaver ama a los hermanos y jamás sería capaz de hacerles daño, eso sí, damian si se siente súper incómodo con ella.

uffff, como ven arriba, hay una edición.

aparecerán ambas cuando vaya a narrar desde el pov de catra o de dafne, y lo cambiaré por otro de jayce y damian, cuando sea desde un pov de alguno de ellos para que no haya confusiones. de verdad, super emocionada. a ver qué opinan.

nos veremos pronto, gatitas.

🍧🍬.

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