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── 📜 ⋆ ࣪ O2 ֶָ֢֪

Minho se plantea si debería hacerlo o no.

Acceder a hablar con Christopher podría dejar una serie de huellas en su pecho que no seria capaz de soportar.

Termina dejando todo de lado y se sienta junto a Christopher en el sofá de cuero negro, hay una distancia mínima entre ellos, no más que quince centímetros, pero Minho lo siente como todo un abismo donde caen sus palabras y se pierden dentro de la fosa.

Está jodido y lo sabe. No planea nada para remediarlo, porque ha esperado mucho para esto.

"¿Cómo estás?"

No está bien, lo quiere decir.

"Bien."

"¿De verdad?"

No se miran, quizás porque el miedo se apodera de ambos cuerpos y el otro no lo sabe.

"¿Por qué mentiría?"

"No lo sé. Pero puedo ver tus manos transpirar y como has estado mordiendo tu labio, puedo pensar que quieres decir algo y que me estás mintiendo."

Casi al instante Minho limpia la palma de sus manos en la tela de su pantalón.

Piensa que no puede seguir postergando lo inevitable.

"Estoy bien. Sin embargo, tuve una conversación con tu madre que me ha dejado la mente un poco revuelta."

Hace una mueca que Minho no ve porque lo ha estado evitando y porque, en el fondo, es un cobarde.

"¿Qué te ha dicho? Sabes que es un poco... Exagerada."

Minho se despoja de sus zapatos, desata las trenzas y se libera, tan solo deja sus medias. Y es lo primero que soltará esa noche.

"Dijo que la has, la has abandonado un poco. ¿Es verdad?"

Christopher sabe que no tiene remedio, entonces decide que es buena idea desatar sus botas y estirar los dedos de sus pies.

"Algo así."

"¿Me explicas? Por favor."

Christopher cree que es buen momento para ver a Minho, pero él no le regresa la mirada, sigue absorto en sus dedos y el movimiento de estos.

Minho es curioso, un poco intrépido y sabe el camino por el que están conduciendo, sabe que el sendero no es firme y que, en cualquier momento, pueden caer.

"Estoy evitando cosas."

"¿La evitas a ella?"

Christopher ríe por la nariz.

"No, no a ella."

"¿Entonces? ¿Qué estás evitando?"

Da un paso cerca del acantilado y respira el aroma que de allí sale. O eso es lo que cree que hace, pero en realidad sólo ha visto a Christopher a los ojos.

Eso es suficiente para conducir a Minho a otro mundo.

"Cualquier cosa que me haga extrañarte."

Había pasado meses construyendo un muro a su alrededor, afirmandolo con algún tipo de cemento y se decía a él mismo que nadie podía derribar las paredes que tanto tiempo le costó levantar.

Y Christopher con una oración arrasó con la más fina construcción, como un gigante que ha pisado una pequeña flor, o un huracán que se lleva consigo ciudades enteras dejando sólo escombros y un par de lamentos.

"¿Lo haces?"

"Eso intento."

Minho necesita una bocanada de aire, un poco de oxígeno. Ha dejado de respirar sin darse cuenta y tiene que hacer algo con eso.

Christopher suspira y peina su cabello hacia atrás con su mano.

"Es difícil no extrañarte cuando todos los días toco a tu puerta."

"Chris-"

Minho sabe que sus palabras son un desperdicio, porque en este momento no puede formular nada entendible.

"No digas que lo sientes, no es necesario."

Y está bien. Respira un poco antes de agachar su mirada.

Minho calcula que han pasado tres minutos, quizás un poco más, y su mente sólo puede navegar en la última discusión que tuvo con Christopher, en cómo actuó como adolescente y se dejó llevar por una historia que su mente creó para jugarle una mala broma. Piensa en el trato que le dio a Christopher, y no lo merecía.

Christopher se merece todo lo bueno del mundo.

"Me alegra ver que ahora se te es más facil comunicarte" Es todo lo que puede decir y no intenta hacer nada.

Christopher suelta una risa corta impregnada de sarcasmo.

"¿Eso crees?"

"Por supuesto."

Christopher niega y Minho lo ve por el rabillo.

"De ser así te lo hubiera dicho antes, ¿no crees?"

Y sí, tiene razón. Y Minho se siente como un tonto por decir tal cosa sin realmente pensarlo, solo para rellenar el silencio que lo empezaba a incomodar.

Minho asiente. Su garganta pica un poco. Demasiado.

Sus manos comienzan a humedecerse muy rápidamente. Su piel ahora está fría y un nudo se ha atascado en su garganta impidiéndole hablar.

Minho respira un poco pesado. Necesita un café y quizás algunas galletas.

"El aguacero ha bajado un poco."

Se traga el nudo que lastima su pequeña alma.

"Lo ha hecho, sí."

"Debería irme ya."

Minho alza la mirada.

"Te ofrecí que te quedaras."

"Minho, debo irme a casa."

Lo nota, el atisbo de frialdad en su voz. Lo grave que se ha vuelto los últimos minutos porque Minho sabe que Christopher está luchando con las lágrimas.

"Esta es tu casa."

Ambos saben que Minho no habla de una propiedad y el nombre de Christopher como propietario, ya no es una construcción de bloques y unos muebles que llenan el lugar. Christopher sabe, entiende las líneas entre sus palabras. Puede percibir en el aire las súplicas del muchacho.

Pero...

"Este es tu hogar."

"Meses atrás dijiste que ya no era un hogar" Replica Christopher.

Minho muerde su labio porque ha empezado a temblar. Las lágrimas en sus ojos luchan por salir y sembrar un camino lascivo y perpetuo en la piel del muchacho, marcando un territorio casi prohibido, casi sagrado.

"Yo siento mucho lo que dije antes. Siento haberte pedido que te fueras, siento haberte dicho tantas cosas estúpidas, siento haber sido un egoísta y, sobre todas las cosas, siento no haberte dicho todo esto antes."

Es honesto. Ha llevado esas palabras consigo desde hace meses, quizás desde el día en que Christopher cruzó la puerta con las cejas fruncidas y el corazón palpitando tan rápido y fuerte. Había pensado tantas veces en pedir perdón, esta vez de verdad, y decirle a Christopher que lo necesita con él, que es su fuente de vida y no es capaz de soportar los días si él no está para besarlo, porque sus besos curan cualquier herida o mal sentimiento que esté alojado en su corazón.

"Lamento no haber sido capaz de entenderlo antes" Añade.

"¿Entender qué?"

"Que el frío de esta casa es por tu ausencia."

Minho es fuerte.

Ve a Christopher derrumbarse. Ve como cae en el precipicio que hay entre ellos. Lo ve llegar al fondo y también lo ve escalar, porque Christopher lo ama y Minho lo sabe, así como sabe que un amor nunca se debe dejar ir.

Lo ve, ve sus ojos y sus lágrimas, ve el rostro pálido de un hombre que se ha alejado del camino correcto, ve todas las palabras que algún día quiso decir.

Ve la paz.

Ve un hogar.

Y lo perdona, y también pide perdón en el camino.

"Siento haber sido un tonto, haber actuado tan egoísta y-"

Christopher toma la mano del muchacho y la lleva hasta sus labios. Planta un beso y Minho deja caer una primera lágrima.

"No me pidas perdón, Minho, no tengo nada que perdonar."

"Si tienes."

"Ya lo he perdonado todo."

Minho sencillamente no puede contener una lágrima más. La ha dejado deslizarse por su piel, la ha dejado abrir camino y cavar en lo profundo de su alma. La ha dejado ser parte de él y fundirse en sus entrañas.

"¿Me has perdonado tú?" Añade, porque es necesario y no es consiente de cuánto suplica escuchar esas palabras que lo han perseguido hasta en sus más tranquilos sueños.

¿Lo ha hecho? ¿Minho lo perdonó?

Pero, ¡claro que lo hizo! Lo perdonó un mes después de su partida, cuando se dio cuenta que Christopher nunca le mintió y fue demasiado tonto creer que sí.

"Lo hice."

¿Qué debía perdonar a Christopher? Él sólo pasó demasiado tiempo absorto en sus pensamientos, incapaz de expresar su molestia, fue incomunicativo y Minho no lo entendió, sólo se dedicó a perseguir y creer una escena que sólo se había creado en su mente.

Pero ahora lo hace, le cree.

"Te extraño. Te extraño a ti, y también extraño lo bien que se siente tener un hogar."

"También te extraño, Minho. A veces necesito alguien que me regañe por no dejar la ropa en el cesto."

Minho inclina su rostro con una sonrisa y una risita traviesa que se ve interrumpida por un sollozo curioso porque no ha dejado de llorar.

"Siempre lo necesitarás."

Sí.

"Tienes razón."

Christopher deja que la mano de Minho caiga con cuidado de regreso a su regazo, pero no aparta la suya, sigue tomándola con fuerza y apremio.

"Eres..."

"Déjame volver, déjame volver y hacer de esta casa un hogar."

Minho suspira, cierra sus ojos y asiente.

"Estuve tanto tiempo esperando que dijeras eso."

Es cuando Christopher no puede aguantar un sólo segundo más, se acerca y junta apenas la carne de sus labios en un roce que simula ser un beso.

Minho reposa su frente en la del hombre frente a él y abre sus labios.

"Estoy aquí."

"Sí, ahora lo estás de verdad."

Y Christopher une sus labios en un beso real, genuino.

Lo besa porque lo extraña y lo necesita, lo besa porque el mundo se viene encima y un beso de Minho lo salva todo, lo besa porque es un enfermo y el muchacho de ojos pardos tiene la cura a su enfermedad. Y durante el beso piensa en que no quiere probar otros labios, y si pudiera escoger, está seguro que pediría besar a Minho antes de morir, porque sería la única manera en la que pueda irse siendo feliz.

Amando.

Minho abre un poco sus labios y siente como la humedad de la lengua de Christopher se abre paso en su cavidad. Lo permite. Christopher reposa una mano en la mejilla del castaño, y la otra la lleva hasta su cintura. Se apodera de la curva y presiona sus dedos allí porque ese es su lugar, le pertenece, nació para tenerlo y adueñarse de esa zona.

Minho lo permite porque sabe que con Christopher está seguro, siempre lo estará.

En algún momento Christopher lo termina acercando a él, Minho tiene sólo la punta de sus pies sobre el suelo mientras su cuerpo busca un poco más a Christopher, está tentado a acercarse pero teme por la reacción del hombre.

Toma entre sus dientes un poco de los labios de Christopher, succiona y luego muerde suave, tan solo un poco fuerte, y Christopher no puede evitar gemir sobre los labios de Minho porque esa es su debilidad y lo sabe.

"No hagas eso, bobo."

El menor sonríe aún con el labio ajeno entre los propios, jadea y rodea el cuello de Christopher con sus brazos porque lo necesita, se acerca más. Cuando Christopher tira de su jean, Minho entiende el mensaje. No le cuesta ni un poco removerse, de alguna manera ahora está sobre su regazo, con las rodillas a cada lado de Christopher y en ningún momento sus labios se han separado.

"Chris."

Parece ser demasiado cuando lleva sus manos hasta los hombros ajenos, toca allí, hunde sus dedos queriendo tener el poder de traspasar la tela y quemarse con la piel de su amado. Christopher parece muy decidido a devolver la pequeña mordida y lo hace, presiona la carne apetitosa de Minho y no lo deja hasta que escucha un siseo genuino mezclado con un jadeo complacido.

"Chris."

"Tramposo, debería doler, no gustar" Dice abriendo sus ojos y detallando el café en los ojos del muchacho.

"Hazlo de nuevo" Pide antes de que su lengua salga de su cavidad y comience a delinear los labios del otro. Christopher se apresura a tomar la lengua de Minho, prueba la saliva de allí y piensa que ahora es de ambos, la comparten.

"Quisquilloso."

Y lo es, no es algo que está dispuesto a ocultar.

Christopher vuelve a morder un poco el labio de Minho, este jadea bajito, un poco avergonzado de lo que Christopher hace con él, quizás porque no ha estado con nadie después de su separación y no sabía cuán necesitado estaba de esto.

Quizás la lluvia se ha ido, pero ni Minho, ni Christopher lo saben porque están perdidos en otra dimensión entre los brazos del otro y unos besos que saben demasiado bien como para dejarlos en el olvido, y no pueden evitar enamorarse del otro una vez más.

Como la primera vez.

Minho piensa que Christopher va demasiado lento, entonces se separa de sus labios, toma el borde de su propia camisa y la lleva hasta arriba, retirandola y dejando a la vista toda la parte superior de su cuerpo.

Christopher saborea sus labios viendo la piel del muchacho, y de repente se da cuenta de cuánto extrañaba verlo de esa manera.

"Minho, no-"

"Shh, calla, lo necesito" Dice acercándose un poco a los labios de Christopher.

"Pero- Felix está en la hab-"

"Entonces nos encerramos en la habitación de huéspedes y no nos verá, ni nos escuchará."

El castaño deja un beso en los labios ajenos sólo para convencer un poco a Christopher, tentandolo a caer en la propuesta que le ha hecho.

Minho ve el brillo en los ojos ajenos y sabe que lo ha logrado.

Hace un puchero y lleva sus manos al cuello del mayor.

"Por favor, Chris."

Allí lo tiene.

Christopher suspira, besa los labios de Minho, húmedo y suave, lleva una mano hasta la cintura y lo toma fuerte en la piel descubierta.

Minho tiene la piel caliente.

"No tengo condones, Honnie."

Imposible.

"No importa" Insiste juntando sus narices, sus ojos cerrados mientras respira y confirma que extrañaba el olor tan peculiar de Christopher.

"Minho..."

"No he estado con nadie, lo juro. No después de ti" Un pequeño temor se alojó en su pecho.

Él está siendo honesto, pero teme que Christopher no crea en sus palabras.

Teme que su amor crea que está sucio.

Christopher cierra los ojos, mueve un poco su cabeza y logra rozar su nariz con la de Minho, dándole un besito esquimal.

"Eso no importa, Honnie, ni siquiera pienses en eso" Deja un piquito, chiquito y suavecito en sus labios.

El pucherito de Minho se pronuncia más.

"Quiero esto. Por favor."

Minho casi puede escuchar la sonrisa de Christopher formarse. Siente el aire que sale de sus fosas en la risa corta que deja salir, y lo besa una vez más.

"Extrañé tus labios" Suspira en un respiro que encuentra. "Mucho, mucho."

Minho asiente porque es todo lo que logra cuando tiene a Christopher tomando su cadera tan fuerte, marcandolo.

Christopher decide bajar sus manos al glúteo del muchacho y lo aprieta, no tan fuerte, pero Minho jadea y presiona más sus labios juntos. El rubio se pone de pie y Minho envuelve el cuerpo de Christopher con sus piernas sin pensarlo dos veces, se siente flotando en el aire cuando Christopher atraviesa la sala de estar y los conduce a ambos hasta la habitación de huéspedes, teniendo una habitación en medio que los separe del niño que duerme en su cuna.

Christopher tantea el pomo de la puerta y gira la manilla cuando la encuentra, Minho se dedica a controlar el beso y ya tiene la barbilla un poco húmeda con la saliva de Christopher.

"Apaga la luz" Se queja Minho cuando siente el brillo a través de sus ojos cerrados.

Christopher ríe y el ceño fruncido de Minho desaparece cuando la luz se ha apagado y todo queda a oscuras una vez más. El mayor camina hasta la cama matrimonial que está en el centro de la habitación, está cerca cuando sus pies se enredan en lo que parece ser un suéter de lana y casi cae con Minho sobre él.

"Eres un bobo."

"Lo sé."

Y Minho deja besos cortos y llenos de humedad en la mejilla de Christopher hasta que siente la colcha hundirse bajo su cuerpo por su peso. Christopher está sobre él con la rodilla en el medio de sus piernas y se separa, lo mira, la poca luz que entra en la habitación lo ilumina, la lluvia cada vez se escucha menos, y Christopher se siente perdido una vez más.

Sonríe.

Minho se siente demasiado perezoso como para desvestirse, es por eso que permite que Christopher descienda sobre su cuerpo dejando besos en cada esquina mientras intenta desabotonar el pantalón del muchacho. Sonríe cuando lo logra y toma un pedazo de piel del estómago de Minho y lo muerde, lo hace porque sabe cuánto Minho disfruta ser mordido en cualquier parte del cuerpo. Sin embargo, no es brusco en su acción y muerde apenas para que Minho jadee en voz alta y presione la tela debajo de él con la mano libre, mientras la otra está demasiado ocupada tomando los mechones del cabello del rubio.

Y Minho está seguro de que se ve hermoso en la acción y que Christopher lo ha gozado.

Minho ve a Christopher mientras le baja el jean y lo retira lejos de sus talones. Christopher pasa una mano por su barbilla cuando ve el cuerpo de Minho cubierto con nada más que ropa interior y medias en sus pies.

Minho suspira porque disfruta de ser admirado por Christopher, por nadie más.

"Siempre tan bonito" Dice Christopher a la par que besa los labios del castaño y se retira, se deshace de su camisa y su pantalón, lo retira y lo deja caer en algún lugar que no le importa porque quiere tomar a Minho.

Minho muerde sus labios desde su posición cuando Christopher retira su ropa interior y la saca por sus tobillos, ve la erección del mayor y jadea al pensar en ello, porque su cuerpo extraña estar lleno de él. Ve como Christopher toma su erección la masajea y frunce las cejas al hacerlo.

"Chris, no me hagas eso."

Se ríe apenas, sin dejar de tocarse.

Vuelve hasta Minho y se acomoda en medio de él, el castaño ha llevado sus curiosos dedos hasta sus pezones y ha comenzado a masajear allí, apretando sus botones entre sus índice y pulgar mientras deja salir un gemidito que Christopher conserva para siempre.

Suspira pesado cuando Christopher le aparta las manos y cubre el botón con sus labios, humedeciendo y girandolo con su lengua. Minho cierra los ojos y alza su pecho cuando se arquea, jadea y tira del cabello de Christopher.

El rizado se separa cuando cree que ha estimulado lo suficiente ambos pezones, deja un corto beso en los labios del castaño y luego lleva dos de sus dedos a la boca del menor.

"Nhm."

Minho cierra los ojos una vez más y toma la muñeca de Christopher, inmovilizado su mano, y ensaliva los dedos tanto como puede aún con sus mejillas ahuecadas y lengua tan caliente que Christopher no puede evitar soltar un gemido grave.

"Casi olvido lo mucho que te gustan mis dedos en tu boca."

El castaño sonríe aún con los dedos en la boca, antes de cerrar sus ojos le da una mirada cargada de demasiado deseo y saca la lengua lo suficiente para que Christopher lo vea. Lo tortura.

Los dedos salen con velocidad de su boca y chilla cuando Christopher lo ha movido bruscamente, tomando una pierna del chico y apoyándola en su cintura, de modo que Christopher quede atrapado en las piernas de Minho.

"Sé cuidadoso."

Christopher ladea una sonrisa y besa el vientre de Minho, a éste se le escapa un jadeo cuando cosquillas le atraviesan el cuerpo.

"Siempre lo soy, mi amor."

Minho asiente y muerde sus labios cuando Christopher tantea en su entrada, burlándose un poco de él y su notable necesidad.

Christopher acumula saliva en su boca y la deja caer en el agujero del castaño, Minho jadea y se remueve un poco buscando más contacto. Parece satisfecho cuando Christopher entra un dedo, lento y cuidadoso, sumergiéndose en Minho.

Jadea, lo hace más cuando Christopher vuelve a dejar caer la saliva y lo lubrica más, el dígito desaparece para penetrar su piel y muerde sus labios con un gemido atascado.

Christopher crea un ritmo que Minho no puede reconocer, jadea cuando Christopher flexiona el dígito y comienza a introducir otro más, lento, sin dejar de lubricarlo con su propia saliva. A Minho se le cierran los párpados porque parece demasiado para él, sintiendo su interior expandirse para Christopher.

"Chris."

Un gemidito fugaz, acompaña el erotismo con las uñas de Minho clavadas en el hombro desnudo de Christopher, y en algún momento se quedan allí marcadas, porque le pertenece, se aman y no se irán lejos del otro, no otra vez.

"Más, más, por favor."

Christopher sonríe cuando besa el cuello expuesto de Minho, lame apenas y en algún momento se aparta para lubricarlo más, y va un tercer dígito dentro de Minho, que lo tiene tomando las sábanas debajo de él, con el pecho expuesto y ojos cerrados mientras jadea con una gota de sudor formándose en su frente.

"Voy, voy a acabar."

El rubio retira los dígitos deleitándose con el rostro contraído de Minho en un gesto de placer, besa sus labios y se toca porque sencillamente no soporta un segundo más sin recibir estimulación, Minho humedece sus labios al verlo, aprecia el tono que adorna la punta y realmente no puede esperar tenerlo dentro una vez más.

"Date la vuelta."

El rostro de Minho se ilumina al instante, acata la orden de inmediato, hunde el rostro en las sábanas y su pecho también, eleva la cadera y está seguro de que Christopher tiene esta perfecta vista de su entrada mientras goza de lo hermoso que se ve y cuán bueno en ello.

Le gusta.

"No voy a durar" Minho lo escucha asegurar mientras siente más saliva de Christopher resbalando de su entrada, asiente con un gemidito y mueve sus caderas incitandolo, provocandolo tan bien como él sabe hacerlo.

El castaño suelta una risita.

"Yo tampoco."

Christopher sonríe y besa el hombro de Minho, toma su intimidad y apenas deja dos o tres toques antes de llevarla hasta la entrada del otro, deja caer más saliva y Minho se contrae, siente como Christopher tantea y va entrando, tan lento como puede, y Minho lo recibe con un gemido alto ante el grosor de Christopher.

Es sólo una porción, la punta, y Minho ya tiene una pequeña cantidad de lágrimas amenazando con salir.

"¿Me detengo?"

"No, no."

"¿Seguro?"

Jadea.

"Diablos, entra de una vez, Christopher."

Así es Minho y Christopher no puede creer que en serio llegó a extrañar esa parte de él.

Es tranquilo, Minho lo siente, se adentra lentamente con una mano en la espalda baja del muchacho, siente como recorre su piel que comienza a humedecerse y en algún momento Christopher ha entrado por completo en él, y es demasiado.

"Oh."

Cielos.

Es demasiado para Minho . Arquea su espalda y se sostiene en sus codos con los ojos cerrados y los labios abiertos, mueve su cabeza e intenta ver sobre su hombro, pero por alguna razón no puede abrir sus párpados.

Christopher jadea de sólo verlo de esa manera.

"Mierda" Humedece sus labios porque ve a Minho morder sus labios mientras suspira, lo ve parpadear lento para luego cerrar sus ojos otra vez, lo ve, y es demasiado para él.

"Mue-vete, por favor."

¿Quién es Christopher para negarle algo a Minho?

Lo hace porque lo necesita y lo siente. Minho vuelve a jadear cuando Christopher sale por completo de su interior y entra una vez más, no tan lento como la primera vez, pero no es brusco en un solo momento, disfruta de Minho y está bien.

Minho siente a Christopher en cada espacio de su cuerpo. Siente sus labios, sus manos y su intimidad. Siente sus palabras que no salen de su boca. Siente la mirada que deja en él. Siente que lo ama, lo sabe y lo admite, no ha dejado de amarlo y no se arrepiente.

Lo siente golpear su punto. Jadea. Muerde sus labios y siente como los dientes de Christopher se clavan en su hombro. Le gusta.

Christopher crea un ritmo, apenas y se separa, de su cuerpo, el sudor de ambos se mezcla, y está muy lejos de resultar asqueroso.

Los gemidos de Minho aceleran, tanto como las estocadas de Christopher, besa su espalda tanto como puede, deja besos húmedos, besos suaves, da igual como sean, porque Minho los disfruta tanto, cada toque o presión la agradece.

Christopher golpea fuerte, sin embargo, no es rudo o tosco cuando lo hace, es cuidadoso y está dejando constantes caricias en Minho cuando siente que es demasiado rudo y cuando cree que Minho necesita saber que lo ama, aún cuando no lo dice.

"Chris."

Minho abre sus párpados y deja ver sus ojos pardos llenos de lágrimas, Christopher lo distingue en la oscuridad y sonríe mordiendo sus labios. El castaño aún lo mira desde su hombro y Christopher no puede evitar pensar en la próxima vez que lo vuelva a tener en aquella posición.

Sus estocadas son cada vez más rápidas y cortas, apenas retira su glande, cuando lo está introduciendo una vez más. Toma la cadera de Minho y presiona, lo hace muy fuerte, Minho gime alto porque ha tocado allí, en su punto, su próstata, y golpea tantas veces que a Minho le parece increíble todo lo que ha aguantado.

"Oh, oh. Voy- Chris, voy a llegar."

Christopher humedece sus labios que parecen perder el aliento cada pocos segundos, toma el pecho de Minho y lo atrae hacia él. Lo tiene. Su pecho entra en contacto con la espalda sudada de Minho, no deja de mover su propia cadera para tocar más profundo a Minho. Y el castaño parece estar demasiado concentrado en el punto que Christopher ha tocado, porque no hace más que pellizcar el muslo de Christopher mientras deja salir un montón de "oh, cielos".

Minho deja que bese su cuello, va un poco más fuerte ahora, succiona un poco la piel y es suficiente para que Minho lleve sus ojos hacia atrás y sus párpados se cierren.

Christopher lleva su palma hasta el vientre bajo de Minho, hunde sus dedos y lo encuentra. Puede sentir la punta de su pene a través de la piel de Minho. Da una estocada mas fuerte y lo vuelve a sentir con mayor intensidad.

"Honnie, aquí" Dice cuando toma la mano del castaño y la lleva a su viente. Golpea fuerte y está seguro de que Minho lo pudo sentir.

"Oh-"

Eso es todo, Minho se corre sobre su estómago sin siquiera tocarse, se corre sintiendo el glande de Christopher en su vientre, con sus ojos cerrados y una nube que lo está rodeando inevitablemente y su cerebro en estos momentos se encuentra en otro lugar.

"Joder."

Christopher se dispone a apartarse de Minho, pero lo detiene tomando su mano y empujandose hacia abajo cada vez más, tocando la base del pene de Christopher.

"Adentro, por favor, acaba dentro de mí."

A Christopher se le nubla la visión y es suficiente con eso. Toma el cuello de Minho sin llegar a apretar realmente, golpea dos veces y se descarga.

Minho vuelve a gemir cuando siente el líquido caliente llenarlo. Lo llena por completo, y sabe que es una descarga grande porque Christopher tiene que sacar un poco de él para que no se derrame.

"Chris."

Christopher ve sobre el hombro de Minho el vientre de Minho, ahora hinchado por la descarga que ha dejado en su agujero.

"Tu pancita está llena" Susurra en su oreja.

Minho baja su mirada y sí, Christopher tiene razón.

"Oh, cielos, lo está."

Minho siente su entrada ser molestada, Christopher sale por completo de él.

"Vamos a dormir."

Asiente.

"Por favor."

Y es cuando están recostados, Minho sobre el pecho de Christopher y una mano ajena tomando su cadera, que recuerda su ciclo de ovulación, y que está en sus días fértiles.

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