𝗪𝗲𝘀𝘁𝗲𝗿𝗺𝗮𝗿𝗰𝗸 𝗘𝗳𝗳𝗲𝗰𝘁 - 12
⚠️— Aviso de incesto entre hermanas gemelas biológicas, temas relacionados al suicidio, autolesión, depresión y bullying, tener precaución al leer —⚠️
Pasado
—Esperame en la salida después de clases -T/n dijo seriamente mientras sostenía con fuerza las correas de su mochila, Rosé asintió detenidamente- Hay algo que quiero comprar y quiero que tú me acompañes, ¿Ok? -Rosé asintió otra vez- Mamá sabe que llegaremos tarde, así que no te preocupes por eso, no hagas otros planes con tus amigas. ¿Entendido?
La gemela mayor asintió otra vez, ambas chicas se encontraban en la entrada del instituto, T/n vió hacia ambos lados en busca de alguien, al notar que prácticamente estaban solas la menor le dió un pequeño y corto beso en los labios a Rosé, dejándola un poco atontada.
—Te veo después...
Y T/n salió corriendo hacia sus clases, dejando a la mayor de pie mientras tocaba sus labios, está sonrió, sintiendo todo eso muy irreal. Rosé llevo las yemas de sus dedos a sus labios, tocandolos detenidamente sintiendo como estos soltaban chispas al recordar el toque de los labios de T/n.
No mucho después, con el sonido del timbre que iniciaba las clases la mayor salió de su ensoñación y comenzó a caminar hacia su salón, en todo momento teniendo una sonrisa en el rostro.
Pasillo tras pasillo y esquivando estudiantes que se detenían a charlar, está llegó hasta su salón de clases, luego de buscar un asiento disponible casi al final del aula está se sentó, tratando de calmar el latir de su corazón.
Necesitaba calma.
—Vi lo que sucedió en la entrada.
O tal vez no.
Rosé saltó en su silla cuando escuchó la voz de Jennie en su oído, la morena tenía una sonrisa algo pícara al ver cómo su amiga tenía una mano en su pecho ante el susto, está tomo asiento junto a la rubia y dejó su mochila en la mesa, viendo en todo momento a Rosé.
La rubia desvió la mirada. —No sé de que estás hablando.
Jennie viró los ojos.
—No te hagas, iba llegando tarde y las ví en la entrada -esta dijo, codeando a la menor- Entonces ustedes dos... -Rosé la miró- ¿Son pareja?
Casi de inmediato, el rostro blanco de Rosé fue adquiriendo un tono carmesí en sus mejillas y en sus orejas, aquello le daba a Jennie una idea de lo que podría estar sucediendo entre el par de hermanas.
—No... ¿Cómo crees? -respondió nerviosa, negando- Ella y yo solo... Solo somos hermanas...
—Por favor. Si no supiera el trasfondo de tu situación con ella, solo lo hubiera visto como algo que sucedería normalmente entre dos hermanas, pero lastimosamente pensaste en voz alta frente a mi y te obligué a contarme todo -Jennie recordó aquella vez cuando Rosé, creyendo que estaba sola, comenzó a discutir de sus problemas consigo misma- Así qué... Quiero que me digas todo.
Rosé, al saber que no tenía escapatoria de su mejor amiga solo atinó a suspirar profundamente, tal vez Jennie podría ayudarla con el oceano de sentimientos que tenía martirizando a su mente.
—Dejame estar tranquila un momento, ¿Si? -esta pidió como último recurso, Jennie asintió- Te contaré todo durante el receso, ahora mismo necesito estar tranquila.
—Si, pero no quiero que te escapes. Tienes que contarme absolutamente todo.
Y con la llegada del maestro al aula, la conversación terminó por el momento.
Cuatro horas después...
—Entonces tú y ella ya... -Jennie dijo, su rostro de confusión era complementado con raras señas de manos que indicaban posiciones sexuales muy sugerentes scissors, o tijeras, Rosé, quién miraba todo incómoda y con el rostro rojo solo pudo asentir, dejando que la vergüenza tomara por completo su cuerpo- Ya... ¿Cómo es que sucedió?
Rosé bebió de su jugo en caja, humedeciendo su garganta.
—Ella había salido de fiesta con sus amigos, no lo sé, llegó muy ebria y destrozó varios marcos de fotos en la entrada, cuando bajé ella estaba tendida en un charco de alcohol y apenas si podía levantarse y me preocupé mucho, antes de todo es mi hermana, ¿Sabes? -respondió la rubia, Jennie asintió- Cuando la estaba bañando para bajarle la ebriedad fue cuando me acorraló y pues... Solo... Pasó.
Jennie soltó un pequeño chillido de emoción, Rosé vio a todas partes nerviosa en busca de algún entrometido, pero al notar que los estudiantes más cercanos estaban lejos de ellas se relajó y dejó que se le contagiara la felicidad se su mejor amiga. Está sonrió levemente.
—Ya no eres una jodida virgen Rossie -Jennie rió fuertemente, dejando la botella de té helado en la mesa- Bueno... Me alegro por ti, ¿Que tal fue todo? ¿Te gustó?
La menor asintió varias veces. —Al principio me contuve mucho, estaba estática, pero cuando ella me dijo que no estaba ebria... Simplemente dejé que las cosas pasaran, fue increíble, yo... -esta se sonrojó otra vez- Me corrí tantas veces que no pude contarlas.
Jennie otra vez hizo las señas de tijeras con sus dedos, haciendo que la menor soltará un pequeño chillido.
—¡Yah! Deja de hacer eso -esta sonrió- Creí que las cosas iban a terminar ahí, pero en la mañana... Ella solo me sonrió y me guiñó el ojo, sabe lo que hicimos, y no parece arrepentida. Y pues, además esta lo que viste en la entrada.
—De verdad me siento feliz por ti Rossie -Jennie dijo, la sinceridad en su voz hizo sonreír a la menor- Hace mucho tiempo que no te escuchaba reír, ni sonreír tanto... Me alegra verte así -Rosé asintió- Pero aún así... Te pediré que tengas mucho cuidado, ¿Si? Así como yo pude verlas Alguien más puede hacerlo, y aunque yo estoy de acuerdo con esto, y tienes mi apoyo incondicional, nadie más lo hará, o tal vez si, no lo sé realmente, pero ten mucho cuidado.
—Lo tendré unnie, no te preocupes -musitó la rubia- Me gustaría que esto quedará entre nosotras, no quiero que Lisa o Jisoo unnie sepan de esto y pues... Me juzguen... Quiero ser feliz por un tiempo.
Jennie asintió, luego dejó su mano sobre la de Rosé.
—Eres mi mejor amiga Rossie, mi hermana prácticamente, siempre buscaré tu felicidad, así que no tienes que decirme o pedirme algo que sé que tengo que hacer -dijo, luego desenvolvió el sándwich que tenía y le dió un mordisco- Tenemos que salir, hace mucho tiempo no nos divertimos y debemos de aprovechar estos pequeños momentos de extroversión tuya.
Y Rosé solo pudo reír, asintiendo tontamente a las palabras de su mejor amiga. Luego, a lo lejos, está vio como su gemela pasó, y desde la distancia, le dió una sonrisa.
Una sonrisa llena de complicidad.
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