𝗪𝗲𝘀𝘁𝗲𝗿𝗺𝗮𝗿𝗰𝗸 𝗘𝗳𝗳𝗲𝗰𝘁 - 11
⚠️-Aviso de incesto entre hermanas gemelas biológicas, temas relacionados al suicidio, autolesión, depresión y bullying, tener precaución al leer-⚠️
Presente
—Las primeras 24 horas son las más críticas, hasta el momento, la señorita Park Chaeyoung ha respondido bien -el doctor que había atendido a Rosé estaba haciendo el chequeo diario, T/n asintió- Aunque ella aún sigue sin despertar, hemos descartado que ella entre en coma o si quiera en un estado vegetal. Por ese lado, está fuera de peligro.
T/n suspiró profundamente, por fin, después de casi dos días llenos de angustia podía estar tranquila.
—Sin embargo, no descarto otros problemas -este dijo, T/n enarcó una ceja- La señorita Park llevaba treinta minutos inconsciente, gracias a qué sus muñecas estaban elevadas no se desangró al instante, aún así, ella perdió mucha sangre, casi al punto de que su cerebro estuvo sin oxígeno algunos segundos en lo que los paramédicos la reanimaban, se puede decir que su esposa... -este leyó la planilla, la azabache asintió- Estuvo muerta por un breve momento.
—Dios... -susurró T/n- ¿Cuáles son las secuelas que puede tener?
El doctor retiró sus lentes de su rostro y dejó la planilla en los pies de la camilla.
—Algo que casi siempre en estos casos es que la señorita Park pierda la movilidad total de sus extremidades inferiores, esto puede ser momentáneo o definitivo, todo depende de lo que pase cuando ella despierte -este alzó un dedo- Otra cosa, puede que termine sufriendo algún síndrome, su cerebro estuvo sin oxígeno durante unos segundos, y aunque la cantidad de tiempo no fue mucha, igual es grave, la vamos a tener en observación unos días más para descartar eso -luego, alzó un segundo dedo, para finalmente, alzar un tercer y último- La última opción es que debido al traumatismo del asunto, su cerebro entre en un estado de shock y retroceso y pueda perder la memoria, parcial o totalmente. Sea cual sea la evolución de su estado -este fue sincero, de nada valía ocultar lo que posiblemente pudiera suceder- O puede que tenga suerte y no ocurra nada de lo anterior, si ese es el caso, sería un milagro.
—Muchas gracias doctor, yo... -su voz se quebró, el hombre mayor solo asintió y reverenció a la mujer- Gracias...
—No hay de que -dijo- Le pasaré el contacto de una psicóloga que es bastante buena en el campo. Esto fue un evento demasiado traumático, mi recomendación es que vea a una terapeuta, tengo entendido que la escena era algo... cruda -T/n asintió- También la señorita Chaeyoung necesitará ir a terapia.
Luego de que el doctor le diera un par de indicación más, este finalmente dejó la habitación para continuar con sus demás obligaciones.
T/n caminó por toda la habitación hasta llegar al sofá individual que estaba allí para sentarse, soltando un largo y profundo suspiró.
¿Por qué las cosas tenían que suceder así?
La azabache vió el demacrado cuerpo de Rosé en la camilla, totalmente inmóvil, conectada a varios aparatos que medían sus signos vitales. La mirada de esta repasó, una vez más, a Rosé.
Antes, por todo lo que había pasado no la había podido reparar bien, ahora que podía hacerlo está se dió cuenta de lo mal que se veía.
¿Cuando habrían desaparecido las hermosas mejillas de Rosé?
Su estado era deplorable, demasiado.
La mayor se encontraba en un estado de desnutrición grave, sus costillas se podían notar aún bajo la blanca tela de la bata de hospital, sus mejillas habían desaparecido, casi al punto de que se le podía ver cómo la mandíbula se le remarcaba por su rostro.
Aquellas ojeras demostraban noches enteras de sufrimiento y dolor. Básicamente... Era como estar observando un cadáver.
T/n cerró los ojos ante la imagen, está prefería recordar cómo era Rosé años atrás, antes de que toda esa mierda hubiera pasado en su vida.
Nuevamente aquella duda surgió en su mente, ¿Por qué las cosas tenían que suceder así?
Son las consecuencias del pecado que cometieron.
Pero, ¿Realmente era por eso?
Está no tuvo más tiempo para pensar cuando la puerta de la habitación fue abierta. T/n iba a protestar por la interrupción, pero está se calmó cuando notó que la persona en cuestión era Alice. T/n no tuvo las fuerzas para levantarse del sofá.
—Vine tan rápido como pude -esta dijo, saludando a la menor con un abrazo, cuando la mayor se separó de T/n miró directamente a la camilla, su mirada triste cambió rápidamente a una de horror- Dios mío... -esta susurró, sus ojos se cristalizaron de inmediato- Rossie... Que... -esta trago duro, sintiendo el nudo en su garganta- ¿Q-que fue lo que sucedió?
T/n suspiró profundamente, otra vez, cerrando sus ojos con fuerza.
—No lo sé exactamente, Alice -esta respondió, Alice tomó con suavidad la mano de Rosé, está estaba un poco fría- Tardé dos meses en siquiera dar con su paradero, fue casi imposible saber dónde estaba... Hace una semana me encontré con una antigua compañera de clases en Seúl, Kim Jisoo -dijo la azabache, Alice continuó tomando la mano de Rosé, soltando algunos sollozos- Ella me dijo que Rosseane llevaba meses sin hablar con ella o alguien más, me dijo que la última vez que supo algo de ella fue que estaba viviendo en Busan, pero no dónde exactamente -dijo- Fue la policía la que me ayudó a encontrarla, estaba hospedada en un hotel, el recepcionista dijo que la había visto entrar hace dos días, pero nunca la vió salir. Luego... Bueno... La encontré en la bañera.
Los dedos de Alice rozaron las muñecas de Rosé, viendo el vendaje con un poco de sangre en estos.
—¿Acaso ella...?
T/n asintió ante la pregunta inconclusa de Alice.
—Llevaba treinta minutos en la bañera, cuando la vimos estaba sumergida en un lago rojo, su sangre, la bañera... -T/n sollozó- Los paramédicos le hicieron maniobras de reanimación ahí mismo, y en la ambulancia... Casi muere -agregó, aún estaba sentada en el sofá, cabizbaja- Ella casi muerte Alice, y todo es por mi culpa... Mi maldita culpa...
Alice negó casi de inmediato, está dejó la mano de Rosé para enfocarse en la azabache, abrazandola con un poco de fuerza.
—Si yo no hubiera sido una cobarde ella tal vez... Ella no... -esta lloró fuertemente- Por un momento creí que la iba a perder otra vez...
Luego de unos minutos el abrazo fue terminado. Ambas veían a Rosé respirar tranquila, siendo ayudada por aquella máquina.
—Ella estará bien, te lo prometo -dijo Alice, está tenía una sonrisa triste, decaída- Ella pronto despertará, haremos todo lo posible para recuperar a nuestra Rossie. Tenlo por seguro...
T/n asintió, luego de unos segundos está logró calmar su respiración agitada.
—Pondre una denuncia -esta confesó después de unos segundos, Alice la miró dudosa- Todo esto está ocurriendo por culpa de papá Alice, ¿Si lo sabes, no? -esta preguntó, y antes de que está respondiera continuó- Papá la echó de casa, la amenazó de muerte, ¡Hizo de su vida un maldito infierno por ocho putos años! -esta enfureció, su rostro estaba rojo de la rabia- ¡Si ella está así es por su culpa!
Alice intento calmarla, pero le fue casi imposible, T/n comenzó a agarrar, estirar y demás con la liga de cabello que tenía en su mano derecha, Alice inmediatamente supo -al ver a T/n hacer eso- que estaba a punto de tener un ataque de ansiedad, la liga de cabello era justamente para evitar eso. Luego de unos cuantos segundos la azabache suspiró con fuerza, por fortuna está había logrado calmar sus nervios.
—No permitiré que ese hombre se acerque a ella, no otra vez -esta murmuró, Alice guardó silencio- Antes no podía protegerla, pero ahora sí puedo -dijo- Interpondré una denuncia, una orden de alejamiento, si él se vuelve a acercar lo fundiré en prisión.
Alice no pudo en duda las palabras de su hermana. T/n era capaz de hacer eso, y tal vez mucho más. Además... Su padre, en cierto modo merecía todo eso, sin dudarlo.
—Estaré contigo en cada momento T/n, lo juro -esta dijo, nuevamente yendo de regreso a la camilla, está vez acarició las mejillas de Rosé- Aún me cuesta un poco entender esto, de hecho... Aún lo proceso -esta dijo con una suave risa- Jamás esperé que tú y ella... Bueno... Honestamente, ¿Quién esperaría algo así? Eso es una noticia algo difícil de digerir.
T/n rió, está desvío su mirada sonrojada.
—La cosa pierde la gracia cuando se sobre piensa Alice, ni siquiera yo he podido pensarlo bien en nueve años -musitó la azabache- Gracias por estar aquí, de verdad, me alegra mucho saber que al menos puedo contar contigo.
Y la mayor solo atinó a sonreír.
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