𝗪𝗲𝘀𝘁𝗲𝗿𝗺𝗮𝗿𝗰𝗸 𝗘𝗳𝗳𝗲𝗰𝘁 - 01
⚠️-Aviso de incesto entre hermanas gemelas biológicas, temas relacionados al suicidio, autolesión, depresión y bullying, tener precaución al leer-⚠️
Pasado
El grito de su madre proveniente de la planta baja la despertó de golpe. El dolor en su nunca solo apaciguó el fuerte pitido que estaba en su oído, la rubia, que apenas si estaba recordando que estaba viva cerró sus ojos cuando la luz de la mañana se metía entre la ventana y la persiana que no había cerrado la noche anterior.
Los gritos agudos de la señora mayor fueron crescendo hasta que estos quedaron frente a su puerta, los golpes y quejidos de su madre le decían que ya era hora de despertar y que ya iba tarde, y la rubia, gimiendo de cansancio por la mala noche que tuvo solo hizo un sonido de afirmación para decirle a su madre que aún seguía viva y que ya estaba despierta, al tener una reacción positiva la señora mayor se fue por el pasillo y siguió con su escándalo.
Al terminar de despertar (no es cierto, ella seguirá dormida por al menos dos horas más) está se sentó en el borde su cama, sus ojos se habían quedado hijos en sus pantuflas, la suave felpa blanca brillaba en el sol, y su reloj de mesa, ajeno a su somnolencia le decía que ya llevaba más tiempo retrasada.
Rosé estiró sus brazos hacia arriba para eliminar lo último de pereza que quedaba en su cuerpo, dió un último bostezo y rascó su espalda baja.
—Bien... Otro día más -esta susurró y poniéndose de pie miró su uniforme perfectamente acomodado en una silla, listo para usarse.
Rosé se siguió lamentando en silencio como todos los días, hacer su rutina diaria era demasiado agotador, y aún así ella seguía ahí.
Tal vez algunos insensibles piensen que ella solo estaba exagerando, que solo era una adolescente sin tener responsabilidades mayores que estudiar, sacar buenas notas y ser "buena chica", claramente las cosas no eran así, la depresión y la ansiedad no tienen como requisito haber sufrido eventos traumáticos para sufrirla, era todo lo contrario, solo se necesitaba un mal comentario, una crítica o algo tan simple como una jodida e "inocente" broma para empezar a vivir permanentemente en ese mundo de perdición.
“¿Por qué simplemente no eres una buena hija?”
Solo fue necesario un comentario para que los problemas empezaran.
¿Acaso ella no era una buena hija?
Estudiaba hasta quedarse cansada y en un coma literal, trataba de ser la mejor de su clase al participar y sacar buenas notas, procuraba ser una hija ejemplar para que sus padres pudieran presumir algo de ella ante las demás personas, y aún así, dando todo de ella nunca era suficiente.
Rosé era la hermana del medio, su hermana mayor Alice era una abogada que se graduó con honores de la universidad, por esa razón Rosé ya debía de ser igual o mucho mejor que ella, ahí el primer problema. Su segundo dolor de cabeza era su hermana menor, T/n, quien simplemente era la hermana consentida, el bebé de la casa. No solo bastaba con tener que ser mejor que Alice, si no que también tenía que ser mucho, muchísimo mejor que su hermana menor. T/n no solo compartía con ella el apellido, también compartía su edad, su cumpleaños y también su día de nacimiento, solo con una diferencia de dos minutos entre ellas. Aparte de eso compartían el mismo rostro. Su constante lucha para sobresalir en ese campo de guerra tan brutal era ser como su hermana mayor y por una mierda no ser superada por su hermana menor.
Simplemente y llano, Rosé estaba jodida por ambos lados.
Salir de la ducha fue un martirio, el agua caliente había sido utilizada en su totalidad, razón por la cual estaba tiritando de frío al tener que bañarse con el agua fría de manantial que había en su hogar. Al ponerse su informe se dió cuenta de que este le quedaba un poco grande, y si mal no recuerda ese uniforme era de Alice, y sus padres al no querer tener un gasto extra decidieron heredar el "nuevo" uniforme a la hermana del medio, en cambio T/n gozaba de tener uno nuevo. Algo infantil su berrinche, pero aún así le molestaba mucho.
—Maldición, ¡Apúrate ya, Park Chaeyoung!
Nuevamente su madre pasó gritando por el pasillo, la rubia se terminó de vestir y salió de su habitación con su mochila ya preparada.
En el living el caos era menor que el del segundo piso, pero aún así Rosé podía escuchar el alboroto que hacía su padre buscando su corbata, a su madre riéndose por tales cosas y a Alice apurandose por qué también llegaba tarde al trabajo. Rosé sonrió levemente y se adentró a la cocina, agarrando un plato de tostadas, cereal y su chocolatada diaria, tomando asiento ella sola en el comedor.
Mientras ella comía su madre llegó a la cocina, Rosé esperó un saludo, o un beso en su frente, pero nada. Igualmente ella tenía mucha hambre y su estómago le pedía a gritos ser alimentado. Luego de su madre llegó su padre y Alice.
—A la próxima compraré un reloj despertador, mamá dejó de hacerlo -Alice explicó risueña, está tomó asiento y su madre le llevo el desayuno, todo bajo la atenta mirada de Rosé- Y tú también deberías comprar uno Rosie, pronto mamá dejará de hacerlo.
La menor asintió sonriente. —Aunque a T/n la siguen despertando con beso... Que por cierto, ¿Dónde está ella?
—Taehyung vino por ella para llevarla a desayunar -respondió su padre.
—Ella se lo merece -respondió su madre simple, fría, tajante- Sigue siendo la primera de su clase y puede que hasta le den un beca.
Merecer... ¿Acaso ella no merecía un beso de buenos días también?
—Rosie también saca buenas notas mamá, incluso es la quinta de su clase ¿Cuál es la preferencia entonces?
Rosé miró a Alice con suplica, pidiéndole con señas y miradas que no alargará la discusión, milagrosamente está entendió las indirectas y guardó silencio.
—T/n es normal.
Normal...
—¿Y tú por qué no eres como T/n, Chaeyoung? -su padre agregó al terminar su taza de café, Rosé detuvo la cuchara de cereal a medio camino, sus dientes se apretaron con fuerza- Creo que es demasiado humillante que tu hermana menor sea mucho mejor que tú en cualquier cosa que hagan.
—Y sin contar que T/n no es una desviada -y su madre, sin importarle la crudeza de sus palabras tomó asiento junto a su esposo- No importa si es buena estudiante, mientras sea una desviada eso rebajará cualquier cosa.
Rosé sintió que su garganta se cerraba con dolor, sus manos incapaces de sostener algo dejaron caer la cuchara en el plato, sus manos temblaban de rabia, gracias al cielo ella no se había maquillado antes, si no su rostro sería una representación demasiado gráfico de su furia y dolor interno.
La voraz hambre que tenía había desaparecido por completo, había perdido el apetito.
—Yo... N-no tengo tanta hambre mamá... L-lo siento -esta dijo, su voz temblando al reprimir las ganas de llorar- M-me iré ya...
Sin esperar más, Rosé se levantó del comedor y salió de la cocina. Sus ojos estaban llorosos, su vista estaba borrosa y su corazón latía con fuerza. Mientras está se ponía los zapatos en la entrada soltó la primera lágrima, sus sollozos ya salían de su garganta sin pedir permiso, fue en ese momento que ella la vió.
Su madre tenía la costumbre de documentar el crecimiento de sus hijas en fotografías, las cuales iba enmarcando y colgando en la entrada, Rosé miró la última fotografía colgada. Aquel día la familia había ido a un paseo familiar al campo, habían decidido almorzar en la casa de la abuela y allí tomaron la fotografía. Ella y T/n estaban abrazadas, sonrientes a la camara, su hermana usaba un hermoso vestido blanco con flores estampadas mientras usaba un sombrero de campo, Rosé por su parte usaba una camisa ancha y shorts, algo varonil en palabras de su madre pero que a la menor no le importó mucho.
La foto había sido tomada dos años atrás, cuando salieron por última vez en familia.
Rosé recordó ese momento, y recordó los nuevos sentimientos que atacaron su corazón, el cual simplemente estaba roto, enfermo por tener ese tipo de... Bueno, esa "enfermedad".
Rosé se sentía una enferma, ¿Cómo ella podría tener esa clase de sentimientos por su hermana?
Su relación con la menor había sido arruinada por eso, ella se sentía una enferma, una abominación por ver a su gemela con otros ojos diferentes al cariño familiar, ¿Cómo podría siquiera estar con ella sintiendo eso?. Ya llorando completamente Rosé terminó de ponerse su calzado, dió una última mirada a la fotografía con su hermana, y con un suave toque con sus dedos tocó el rostro de la menor, negando suavemente.
Ella tenía que salir de allí.
Tenía que olvidar esa mierda que atacaba su corazón y su alma.
Simplemente salió de su martirio.
Tenía que iniciar un nuevo día.
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