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❛PROBLEMAS PARERNALES❜
°❀⋆.ೃ࿔*:🥀・ ➣ La canción M.A resonaba en cada parlante de la mansión. Ruby había conectado el Bluetooth de su celular a cada uno de estos manteniendo el volumen a cincuenta.
Mientras tanto, se paseaba por su habitación intentando buscar un atuendo adecuado. Miles de vestidos elegidos por Will y su madre, pero ninguno llegaba a sentirse cómodo para ella.
Al final solo decidió acoplarse a su estilo luego de recibir un mensaje de su hermana "no uses la mierda del ropero".
Camino a sus maletas, la cuales todavía no habían sido desempacadas y rebuscó en esta hasta conseguir lo que quería.
Una falda ajustada que llegará hasta la terminación en un color negro de cuero, haciendo juego con una chaqueta corta. De parte de arriba llevaría un crop top blanco, el cual solo cubría sus senos. Cerrando su outfit con unas converse y un maquillaje delicado pero con un gran delineado. Este era su estilo y esconderse en vestidos adinerados no la haría verse cómoda.
Al terminar soltó su cabello, onduló dos de los bucles delanteros de su fingido flequillo y estaba lista. Cambio la canción "la bebe" y no tardo en comenzar a bajar las escaleras. Se encontró con su hermana en el camino la cual no dudó en guiñarle el ojo como una forma de aprobación.
Mientras la suela de sus zapatillas rozaban el azulejo de la escalera estas hacían un tranquilo resueno, provocando que Nicholas se girase a aquella dirección y ahí fue cuando todo se detuvo. Fueron innumerables las veces que este recorrió su cuerpo con la mirada, desanudándola en su imaginación cuántas veces quiera, guardando este momento para poder recordarlo otra vez sin problemas.
-¡Están guapísimas chicas!
Cuando todos salieron de la casa Ruby no tardo en desconectar la música para seguir a su hermana.
Mientras caminaba no podía dejar de sentir la penetrante mirada de Nicholas sobre su trasero, el cual al tener una falda tan corta dejaba ver parte del recorrido de mariposas que tenía tatuado. Desde el abdomen bajo hasta el comienzo de la pierna, cada una en cada herida que su padre le había generado.
-¿Quieres una foto?- Preguntó está con sarcasmo obteniendo como respuesta una risa ronca que la hizo estremecer. -¿O un desfile nudista tal vez?
Ya finalmente en el auto Ruby mantenía la cabeza apoyada en el hombro de su hermana, esta rebuscaba entre sus contactos a Dan. Se había cansado de mirar su foto de perfil y de llenarlo de mensajes, no sabía si rendirse con el era la mejor opción o simplemente seguir a su lado. Pero eran lindos juntos.
-¿Está es la música que ellas escuchan?- Preguntó Will. -¿Debería pasarla?
-Créeme, lo que ellas escuchan te podría hacer sangrar los oídos.
La rubia menor puso sus ojos en blanco, acomodándose en alguna otra posición para mirar por la ventanilla, en la cual se encontraba una vista grandiosa hasta que el auto de Nicholas apareció con su rostro tan arrogante como de costumbre.
Este le guiño un ojo y la rubia no tardo en sonreír falsamente en el instante que Nick lanzó un cigarro por la ventanilla. La expresión de Noah se mantenía de disgusto total, pero Ruby solo estaba irritada. Quería volver a casa, vaciar una botella de Smirnoff, ponerse sus auriculares y bailarle al espejo.
En cuento la familia llegó al restaurante fueron Will y las mellizas quienes entraron primero, encontrándose a Nicholas pasando su número telefónico a cada chica que le diera un mínimo de atención.
-Sus tarjetas llegarán la próxima semana, pero mientras tanto pueden usar mi apellido. Leister no se vería mal detrás de su nombre.
-¿Eso no generará ningún disturbio?- Preguntó Ruby.
-No, claro que no. ¿Por qué?
El gerente del restaurante llegó con total simpatía a darle la bienvenida al señor Leister. El cuál respondió con un simple asentimiento de cabeza mientras Noah ampliaba la mejor sonrisa que su rostro podría expresar.
-¡Hola! Soy la señora Leister.- La castaño claro tomo el brazo del hombre sin quitarle los ojos de encima a su melliza. - Soy Noah Leister.
-Felicidades, algo había oído.
-Oh no, no soy de ese tipo. Ella es la señora Leister.- Will señaló a su esposa. -Ellas dos son sus hijas. Noah y Ruby.
-Lo siento, es bochornoso.
-No es su culpa.
Noah se adelanto primero a la mesa elegida seguida de ambos adultos mientras que la rubia menor elogiaba la carta de tragos que no tenía capacitado pedir.
-Adelanté.- Murmuró Nicholas, haciéndola sentir el calor de su boca casi al contacto de su cuello.
-Después de ti.
Este negó, comenzó a caminar pero la rubia lo detuvo sonriente. Provocando que la sonrisa de lado de aquel peli-negro se ampliara cada vez más.
En la mesa le tocó junto a sus "hermanos" enfrentada de los adultos que le terminarían revolviendo el estómago.
-Pues mira que el verano nunca fue mi época, pero es que este mar, los atardeceres, tú.- Rafaela tomo la mano de su esposo. -Está ciudad me fascina.
La camarera terminó de servir la cena y con poco disimulo acaricio por completo el brazo de Nick, llevándose una patada leve sobre el tobillo por parte de Ruby.
Esta volteó, sacando cualquier necesidad que había tenido para ser sensual en esos pocos segundos.
-Lo siento, creí que era la silla.
El chico de traje solo logró bajar la cabeza con una sonrisa llevando una bocanada de comida a su boca, la camarera de coleta no rechistó y se alejó. Con mala cara por con frente en alto dejo a la rubia riendo sola.
-National Geographic la ínclito en la lista de lugares con más encanto.- Comentó Nicholas aliviando la tensión y por supuesto, prosiguiendo con la charla de Rafaela había comenzado. Pero la vista se dirigió a Ruby en cuanto interrumpió a este.
-Es bonita, pero nada del otro mundo.- La adolescente bebió algo de agua y continuó. -Sobrevaloran mucho su encanto, creo qué hay lugares que faltan descubrir. Aunque yo supongo que todavía existen mejores ciudades.
-Ella es mas de la lluvia y el frío.- Acató Rafaela justificando la respuesta de su hija.
-¿Hay muchos incendios forestales en esta época?
-Desafortunadamente si. En lo que llevamos de verano ya han sucedido dos, espero que no vayamos a por el tercero.
-No logro entender la gente que tira colillas por la ventanilla. Es llevarse al muere uno mismo.
-Mm.. hablando de eso, ¿A ti alguna vez te han quitado pintos del carnet, Nick?
-¿Por eso? Imposible.
-Nick no fuma. Es un gran deportista.- Expresó Rafaela con orgullo. -Campeón de surf.
-¿Surf?- Noah rio.
-A mi me gusta, el surf no está mal, creo que es más para los que quieren excitar a las chicas en un traje ajustado vistiéndose en medio de la playa.- La rubia dirigió la mirada a Nicholas, el cual estaba bastante tensionado. -En lo personal me gustan más los deportes en equipo, los que requieren la inteligencia y no la simpatía.
-Si me disculpan, me tengo que ir a trabajar.- El peli-negro no tardo en ponerse de pie, tomar su servilleta de tela y limpiarse las manos con delicadeza. Enfocando la atención de todos en su rostro, pero la de Ruby en sus dedos.
-¿A casa de Mikel?- Nick asistió.
-¿Están con su primer caso?
-Ojalá, pero su papá solo nos ha dejado a cargo de su papeleo.
Rafaela miro a sus hijas con una gran sonrisa. -Ay, es que estudia derecho y con muy buenas notas.
-Pero solo es fuerza mental, nada de inteligencia.
-En realidad si requiere de inteligencia.- Ruby alzo una ceja. -Sino todos te pasarían por encima.
-No te preocupes, si te despiden del bufete del papá de Mikel, todavía tienes el de tu propio papá. Nunca te faltará una empresa de Leister Enterprises de donde chupar. ¿Verdad?
-¡Noah! Por favor.- Exclamó Rafaela.
-No se preocupen, la noche sería aburrida de cualquier forma. Pero ahora tenemos para echarnos unas risas.-Nicholas dejo caer su servilleta, se agachó a recogerla mientras se permitió encaminar dos de sus dedos por la pierna de la chica. La cual no logró disimular de ninguna forma aquel toque. -Tranquila, aquí te quedas hermanita.
-Me voy.- Ruby se levantó mientras que su hermana sólo logró dirigir su mirada a ella suplicándole quedarse. Pero esta se negó.
-Te quedas.
-Espera, Nick. Puedes dejarla en casa.- Preguntó Will. -La casa de Mikel queda de paso.
-No creo, tengo que dar un buen rodeo.
-Prefiero caminar.
-¿Por la calle y así vestida? Claro que no.- Will miro a su hijo. -Nicholas no te estoy preguntando, te estoy diciendo que la dejes en casa.
-Es mejor que se lleven bien.- Dijo Rafaela. -Váyanse juntos, Noah se quedara con nosotros.
En el instante que su madre mencionó un "es un conductor prudente" Ruby una vez dentro del auto creyó hasta ver las estrellas.
Manejaba casi tan rápido como su padre lo hacía, o casi tanto como lo hacía ella.
-Baja la velocidad, no estamos en una pista de carreras.
-¿Tienes miedo?
-No. Pero no quiero morir en medio de la carretera por culpa de un idiota que no sabe conducir.
-Ya, ¿crees que lo harías mejor?
Ruby carcajeo. -Nadie es mejor que yo. Si un día tocará este auto nunca querrías que me bajase, te daría la peor humillación.
-Estas en mi casa, en mi ciudad y en mi coche. Cállate.
La rubia lo miró. -No creas que te responderé "cállame" o alguna de esas estupideces. Por tener cosas te crees el dios del mundo. Te recuerdo, el auto es tuyo, la casa de tú padre y la ciudad anda a saber de quien. -Nichols alzó ambas cejas con modestia. -Tú te encuentras todo el tiempo en mi espacio personal, intentas ponerme nerviosa que para tú información jamás lo lograrás y eres mi campo de visión a cada rato. ¿Quieres que siga? ¡Podría como una hora!
-No entiendo como tú madre te soporta.
-Que mierda vas a saber tú que es lo que una madre te soporte.
El auto se detuvo de golpe, provocando que la adolescente casi chocase con la parte delantera. Nicholas detuvo eso con una mano en su abdomen y bajo del vehículo.
-¿Que haces?- Gritó la chica.
-Nunca más vuelvas a nombrar a mi madre.- Soltó esté bajando a la rubia del auto, chocándola contra la puerta y congelando su cuerpo. -Tal vez yo no sientas el amor de una madre, pero ¿que te ha dado tu padre además de la obligación de tatuarte?
Dicho eso el se fue, dejándola sola y derramando lágrimas de medio de la carretera. Ruby sabía que se había pasado, pero lo hecho hecho estaba. Se merecía lo dicho por Nick más que nada.
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