
━WHO TO BLAME?
"¿A QUIÉN CULPAR?"
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—TRANQUILO, MI FAMILIA NO es para nada del otro mundo.
Jamie rió—No estoy nervioso — la castaña a su lado soltó una risa—. Hey, somos adultos; en serio estoy tranquilo.
—Así se habla — volvió a tomar su mano mientras él conducía—. Sólo somos unos italianos enérgicos.
Hizo una mueca—Practiqué un par de palabras, espero sean suficientes.
Volvió a reír—No es necesario que lo hagas J, hablo en serio. Relájate.
—Lo hago — la miró—, contigo a mi lado estoy más tranquilo.
Una sonrisa de oreja a oreja se formó en los labios de la italiana y rápidamente le besó en la mejilla, para no distraerlo en su trayecto.
Jamie la hacía feliz, como si todo lo malo que antes vivió nunca sucedió.
—Aquí es — indicó la mujer señalando una mansión color blanco—. No hay problemas para estacionar dentro.
Una vez que llegaron a la residencia Westwood en Hudson Square; Manhattan, ambos bajaron del auto y tomados de la mano caminaron hacia la entrada. Vivan sacó la llave de su bolsillo y abrió para darle ingreso a ambos.
—¿Hay alguien en esta casa? — habló cerrando la puerta tras de sí—. Vamos ¿Nadie viene a recibir a su hija perdida?
Luego unos pasos bajando las escaleras se escucharon, y la primera en llegar hacia la chica fue Gia.
—Hola — saludó la menor envolviendo sus brazos alrededor de ella. Su hermana le correspondió.
—Hola ragazzina — la mayor besó la cabeza de Gia agregando el pequeña en su frase.
Luego la menor se separó y observó al hombre en frente de ella.
—Hola Jamie —saludó con una sonrisa de lado.
—Es un gusto volver a verte Gia — respondió él.
La menor de los Westwood había sido la única que ya había tenido el placer de conocerlo, ya que ella junto a su prima Claire fueron a buscar a Vivian al aeropuerto. Por eso también no hubo tanta efusividad en su saludo, ya que de habían visto con anterioridad.
Posteriormente otros pasos se escucharon y Julia Westwood ingresó a la sala a recibir a su hija con los brazos abiertos.
—Figlia, che piacere averti a casa — Hija, qué gusto tenerte en casa; comentó ella abrazando efusivamente a Vivian—. Se me hizo una eternidad.
—A mí también —se separaron—, pero es bueno volver.
Cuando la mayor se separó su mirada cayó en el británico, y con su mejor sonrisa se acercó a saludarle con dos besos en la mejilla, como ella acostumbraba a hacerlo.
—Es un gusto conocerte Jamie —dijo con voz suave.
En ese momento Alex Westwood se unió a ellos y abrazó con fuerza a su hermana.
—É un piacere conoscerla, signora Westwood — todos se vieron sorprendidos cuando Dornan dijo: Un gusto conocerla señora Westwood. No era el mejor acento o prunciación pero había logrado sorprenderlos.
—Wow —sonrió Julia—, vino preparado—todos rieron.
Luego de un par de palabras más y de que Alex le lanzara todas las advertencias posibles sobre si le hacía algo malo a su hermana, se dispusieron a ir a comer.
—Lamento que Richard no haya podido llegar, hoy se votaba una nueva ley en el Senado y tuvo que volar rápidamente a Washington —comentó la mayor.
—Oh sí, Vivian me comentó que su padre es senador —dijo Jamie.
—Tenemos suerte de que es representante de este Estado, así que su oficina siempre ha estado aquí... — agregó Vivian—. Sin embargo, siempre está viajando a Capitol Hill o a algún otro país —su novio asintió.
—Entiendo.
—Pero... —Julia tomó su bolso—. Eso no nos detendrá de tener un almuerzo juntos.
Dornan frunció el ceño—¿No será aquí?
—Por supuesto que no —dijo la mayor—. Almorzaremos en uno de mis restaurantes, quiero que los conozcas.
Vivian sonrió—La comida de mi madre es la más deliciosa que tú puedas probar.
—Muero de ganas, Vivian no paró de alardear sobre la comida en sus restaurantes.
Julia Westwood era una conocida chef en Italia, y luego al llegar a Estados Unidos lanzó una cadena de restaurantes a lo largo del país, incluso algunos en su país natal.
—Entonces vámonos antes de que se haga tarde —caminó a la entrada—. Oh y ¿Por qué no le dices a Juliet que nos acompañe? También la eché de menos—salió.
—A veces siento que mi mamá quiere más a mi mejor amiga que a mí — comentó a su novio y rieron.
Todos salieron de la casa para poder dirigirse a uno de los restaurantes de Julia en Nueva York. Ella y Gia se fueron en un auto conducido por Alex y Vivian y Jamie se fueron en el otro para pasar a buscar a Ashford.
Una vez en el conocido Sapori todos bajaron de sus respectivos vehículos para hacer ingreso. Obviamente algún reportero también estuvo ahí para capturar la escena.
Julia le mostró el lugar al británico y este quedó asombrado por todo lo que allí había. Pero mucho más asombrado quedó cuando probó la comida.
—Wow —dijo masticando—, esto está delicioso.
—El Carpaccio era uno de mis platos favoritos cuando viví en Italia, tenía que replicarlo —comentó la mayor.
—Espera a que pruebes los postres —habló Jules a un lado de su amiga y con la boca llena.
—Si sigo así saldré rodando de aquí — agregó el británico y todos rieron.
—Y bien... —Julia limpió su boca—, cuéntanos un poco de ti, Jamie.
Vivian sólo quería salir de ahí. Odiaba esta parte de la presentación con los padres, y no era la primera vez.
—Bueno... —comenzó—. Nací en Irlanda del Norte y crecí allí. Estudié en la Universidad Teeside pero luego decidí que quería dedicarme a la actuación y me mudé a Londres.
—Genial...¿Y tus padres?
Vivian cerró sus ojos al oír la pregunta de su mamá.
—Mi padre es médico y...Mi madre...Murió cuando yo tenía quince años.
Julia soltó un quejido—Lo siento tanto.
—No tiene de qué preocuparse, ya no es algo que me afecte.
Ella entendió a la perfección y continuaron su animada charla.
Y a cada pregunta que su madre hacía cada vez más Vivian quería irse de ahí y tener tranquilidad.
Pero en fin, era eso o que sus padres se enteraran por los medios que ya tenía otro novio.
—...Me parece estupendo —Julia se puso de pie—. Ahora iré a asegurarme que el postre llegue, no me tardo.
—Adelante, yo aprovecharé de ir al baño —siguió Jamie mirando a su novia y ella asintió.
Cuando ambos se fueron un silencio de formó entre los cuatro restantes en la mesa. Hasta que Vivian soltó un suspiro y dejó caer su cuerpo sobre la mesa, mientras el resto reía suavemente.
—Eso hermanita, ya tienes al novio dentro de la familia —se burló Alex.
—Como odio esta parte —murmuró la aludida.
—Yo digo que ambos lo hicieron bien...Aunque ya hemos visto este espectáculo cientos de veces —rió Gia haciendo que su hermana se reincorporara para mirarla mal.
—¿En serio? Qué lindos son con su hermana mayor —ellos rieron—. Pazzi...—tontos, agregó en un susurro.
—Bien, bien, yo iré con mamá a ver los postres —Alex se puso de pie—. Compórtense mientras vuelvo.
—Te acompaño —dijo la menor—. Me encanta ver como los cocinan.
Cuando los menores de los Westwood desaparecieron Juliet se dio el gusto de soltar una risa hacia su mejor amiga.
—Alex tiene razón —hizo una seña con las manos como si estuviera bateando una pelota de béisbol—, el novio ya está en la zona.
—¿Tú también? —murmuró mirándola con su mirada cansada.
—Es un chiste, es un chiste —apoyó su codo en la mesa—. Puede que ellos hagan bromas y se burlen...Pero en el fondo...Les cayó bien —sonrió.
—Lo sé —pasó sus manos por su cara—, por eso estoy contenta y tranquila.
A pesar de decir eso Ahsford podía notar que algo le sucedía a la chica; que algo le estaba preocupando. Entonces notó como con su mano derecha cubría su teléfono que estaba sobre la mesa, este estaba encendido y con alguna ventana abierta.
—¿Qué tienes ahí? —le preguntó la pelirroja suavemente.
Ella apretó sus labios—Nada, nada. Sólo... —le entregó el aparato para que lo viera—. Estaba leyendo un artículo que salió esta mañana.
Juliet tomó el celular con curiosidad y comenzó a leer lo que aquel reporte decía. Sus ojos corrían de lado a lado leyendo aquella pantalla y no podía creer lo que allí decían.
Se quedó sin habla por los primeros segundos y miró a su mejor amiga con un poco de preocupación.
—Ahí dice que yo rompí la amistad Chrisvian o lo que sea —dijo la castaña apoyando su cabeza en su mano sobre la mesa—. Me están culpando porque dicen que yo cambié a Chris —hizo comillas en la palabra cambié—. ¿Puedes creerlo?
—Eso no es cierto —se quejó la pelirroja—. Evans fue el que empezó a salir con alguien en primer lugar, el puso a alguien en el camino.
—Jules... —trató de detenerla ya que a ella no le gustaba ese comentario.
No había ningún camino entre ellos para poner a alguien.
—¿Por qué no dices la verdad? —la italiana abrió los ojos—. Hay que exponerlo y contar como realmente sucedió todo.
—¿Estás loca? No quiero...Complicar las cosas — suspiró—, ni para Chris ni para nadie.
Ashford también suspiró y miró a su mejor amiga por unos instantes sin decir nada, sabiendo perfectamente que a pesar de todo Vivian nunca traicionaría a alguien que es—o quizás en este caso, fue—Su amigo. Pero al final soltó:
—Dios, ¿Por qué tienes un corazón tan puro? —rieron.
—Es lo correcto, esto es sólo una manipulación de los medios que aman decir cosas sacadas de contexto —jugó con una cuchara—. Chris sigue siendo mi amigo...Creo —frunció el ceño—, y yo ya no siento nada por él.
Juliet la observó con ganas de decir otra cosa o de tratar de describir por el patrón de su mirada si eso era cierto o no, pero no alcanzó ya que Jamie llegó hacia ellas en compañía de el resto de los Westwood.
—De acuerdo familia —habló Julia con camareros detrás de ella—, llegó la hora del postre.
Todos sonrieron y se dispusieron a gozar de los postres italianos del Sapori.
Las cosas estaban saliendo de maravilla. Jamie se llevó bien con los Westwood y ellos con él. Disfrutaron, rieron y comieron delicias italianas. Parecía todo absolutamente perfecto.
Sin embargo, había algo que no lo estaba del todo, y aquello tenía relación con cierto bostoniano que rondaba en la cabeza de Vivian a pensar de que su cuerpo estuviera en otra parte.
No porque pensara en él relacionado a algún sentimiento; no, no era eso. El artículo salido en la mañana la había
dejado bastante preocupada, con un retorcijón en el estómago.
¿Ella había arruinado las cosas realmente? Aquella pregunta no la dejaba tranquila.
La italiana tenía la costumbre de cuestionarse todo y a veces eso terminaba consumiéndola en una burbuja individual de infinita imaginación. Sabía que en su teléfono habían varios mensajes de Evans, los cuales aún no había contestado por falta de tiempo...Y por miedo.
En su corazón ella quería arreglar las cosas, que todo fuera como antes, pero sabía también que eso era difícil. Ella se había ido de la nada sin decirle a Chris cosa alguna, y no sabía cómo se encontraba él ¿Normal? ¿La extrañaba? ¿Le daba igual? No lo sabía, pero los cuestionamientos seguían.
Era consciente de que en algún momento debía enfrentarlo—la fiesta venidera, por ejemplo—, y quería estar preparada para arreglar todo e intentar volver a lo que eran antes.
Lo único que deseaba era que él no la odiara. Evans le rompió el corazón sin saberlo; sí, pero lo conocía desde hace muchos años, y una amistad así es demasiado importante.
Y también sabía que cuando llegara el momento...Debía verle cara a cara otra vez.
MIREN QUIEN VINO A ACTUALIZAR ESTA HISTORIA DESPUÉS DE MUCHO TIEMPO.
ajá yo.
espero que les haya gustado. no es mucho pero es trabajo honesto 😭 ya que aún estamos en esta "preparación" antes de que Chris y Vivian se encuentren aaaaa
qué les pareció? espero les haya gustado uwu
40 votos para actualización <3
les amo mucho bebés, tengan un lindo diaaaaaa<3
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