𝟬𝟭𝟭 ✧┆ girls just want to have fun
٭ chapter eleven ٭
✩*⢄⢁ ❝Las chicas solo quieren divertirse❞ ⡈⡠*✩
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No sabía qué pensar. Su mundo había dado un giro más que sorpresivo este último mes, y la fecha límite que se estaba acercando, poco a poco comenzó a susurrarle detrás de la oreja.
Sintió un repentino aire frío recorrer su espalda y abrazó más sus piernas que estaban arriba de la cama, mientras que su mirada se mantuvo otra vez fija en el anillo sobre la almohada.
No lo había notado, pero este tenía pequeñas estrellas y lunas plateadas que estaban gravadas. Toda la vida creyó que era de un plateado homogéneo, pero después de aquella charla, se dio cuenta de que el color de las lunas y estrellas se había desgastado, quedando solo pequeñas marcas grises. Observó con detenimiento la inscripción en el interior del anillo. «K.Jones». ¿Por qué nunca se detuvo a tan solo leerlo? Así se habría ahorrado toda una hora de disculpas y largas confesiones.
Liam se lo había enseñado. Él poseía el mismo anillo a juego, pero con la inscripción de «L.Jones». Eran un sello de hermandad que tenían con su padre, antes de que este último terminara encerrado en la Isla a causa de una larga lista de malas decisiones.
Killian miró su mesita de noche y sacó primero la bolsa con sus chicles, para después sacar una cadena plateada que Jay le regaló y que obvio había tomado prestada del cuello de algún príncipe.
Comió uno de los chicles, masticandolo con tranquilidad, pues logró descubrir que aquel dulce podía relajar su estrés. Luego cruzó la cadena por el anillo y lo enganchó alrededor de su cuello.
Todavía le costaba asimilar la noticia y los anillos de Killian contaban una historia, así que por el momento, ese anillo lo guardaría un poco más cerca de ella, antes de volver a adornar uno de sus dedos.
Cerró los ojos un largo momento, permitiéndose derramar un par de lágrimas que había contenido en presencia del Capitán Liam o como ahora podría empezar a llamarlo; tío.
Los leves sollozos se escucharon a través del pasillo, por lo que algunas princesas que pasaron por ahí, apuraron el paso sin siquiera acotar palabra alguna. Talvez porque le habían tomado cariño no solo a Killian, sino también a los demás villanos y sabían que de vez en cuando, necesitaban tener su momento de soledad y espacio tranquilo para pensar y asimilar los extraños sentimientos que sus corazones estaban comenzando a albergar.
Unos largos treinta minutos después, Peter se posicionó al frente de la puerta de la habitación de Killian. Había escuchado el murmullo de algunas princesas en el patio que comentaron sobre el estado de la pirata, y no dudó ni un segundo en ir a verla. Sabía que tenía que ver con las recientes novedades que involucraban un claro parentesco entre ella y el Capitán mercante de Auradon.
Tocó suavemente la madera oscura con sus nudillos. Esperó unos largos segundos, pero no recibió respuesta alguna del otro lado. Volvió a insistir, pero nada. Peter pensó en dar media vuelta y volver por donde vino, pero algo en su cabeza lo dejó estancado otra vez frente a la puerta. Tomó una larga inhalación que llenó de aire sus pulmones y después solo lo dejó escapar poco a poco.
No le importó recibir queja o amenazas de la pirata así que entró a la habitación, pero con cuidado. A diferencia de otras, la de las villanas había cambiado un poco. Dejó de lado los colores pasteles para ser adornado con tonos rojos, morados, verdes y azules. Los característicos de las tres.
Peter pasó su mirada por toda la habitación, permitiéndose observar un poco más que la última vez que estuvo ahí. Donde por no haber dormido en toda la noche, apenas y se dio cuenta de la mascota de Killian que aún no había roto el cascarón.
Observó una cama con sábanas azules y pensó que esa sería la de Evie. Luego miró la del otro extremo, notando los colores y pertenencias de la hija de Maléfica. Por último, en medio de ambas, la figura de Killian acostada se hizo visible frente al hijo de Peter Pan.
A diferencia del día a día, aquella tarde Killian pareció más inocente y tranquila que otros días. Talvez porque estaba sintiendo su corazón tan pequeño, que con suerte llegaba a latir.
El hijo de Peter Pan dio suaves pasos hasta llegar a su lado y con voz calmada, la llamó.
—Killian... Soy yo... Peter.
—Lárgate.
Una diminuta sonrisa astivó a salir de los labios del rubio, pero se contuvo.
—Vamos, solo quiero saber cómo te encuentras.
Killian se reincorporó en la cama y miró a Peter con una clara sonrisa fingida.
—De maravilla. ¿Qué no se nota?
Peter no apartó la mirada de ella. Notó las pesadas manchas negras alrededor de sus ojos a causa del delineador corrido, talvez por estar llorando. También su labio inferior tenía cortadas, como si se hubiera estado mordiendo la piel de los mismos. Lo único que notó medianamente igual, era aquel brillo en sus oscuros ojos y que nunca jamás se cansaba de admirar.
—No, no se nota. Por eso pregunté. ¿Quieres hablarlo?
Killian negó con la cabeza y abrazó nuevamente sus piernas.
—Aún para mí es difícil aceptarlo y sé que cuando lo diga en voz alta, se hará real.
—No lo digas entonces... —Ella lo miró, confundida —. Tómate tu tiempo. Y cuando creas que es el momento adecuando, dilo. Gritalo, cantalo... Expresalo como más te sientas conforme.
—Lo lamento...
—¿Qué lamentas?
—La forma en la que te hablé. Tú solo venías a... No lo sé, ¿Ayudarme? Y yo hago lo que siempre sé hacer. —Apoyó su mentón en las rodillas que aún tenía dobladas —Alejarlos. Construyó barreras a mi alrededor y no permito que nadie las cruce.
—Pues... No te librarás de mí. Escalaré esa barrera para seguir atormentando tu existencia. Soy irritable, ¿Lo recuerdas? —Peter sonrió, lo que ocasionó que Lia también lo haga —Y lo irritable no es algo que se aleje fácil.
—Esto es horrible... —Frotó su rostro con ambas manos —No puede ser que me hayas visto así... Que horror. —Peter frunció el ceño confundido —Sí, así. Ya sabes... Toda llorosa y con mi delineador corrido. Sabía que tendría que haber usado el de Evie.
—Killian, no me importa —Aclaró —. Todos tenemos días malos. No minimices los tuyos.
Killian levantó la mirada otra vez hacia Peter y al encontrar sus ojos con los de ella, sintió una extraña calidez dentro de su pecho. Algo que nisiquiera había logrado experimentar con Tiago.
—En la Isla... —Comenzó a contar y Peter se sintió bien al saber que Killian se abría con él —No puedo demostrar mis emociones. Tienes que estar alerta, porque no sabes qué peligros te aguardan a la vuelta de la esquina. Y cuando lo hacía, era en mi camarote. Ese espacio privado reservado solo para mí.
—¿Y cuándo eras niña? ¿Tampoco te permitías llorar?
Sus recuerdos viajaron al pasado. Donde las calles se volvían oscuras y la delincuencia estaba presente en cada callejón. Una pequeña niña de ocho años y de cabello oscuro como la noche se refugió detrás de un basurero. Estaba sola. Un morado adornó su ojo derecho, mientras que una fina línea carmesí cayó de su nariz. En ese momento, se prometió jamás llorar frente a los demás. Ese día, Killian comprendió por primera vez cuanta crueldad había en la Isla. Una crueldad tan fría, que ni siquiera tenía piedad con los más pequeños.
—No. —Soltó tan seco que sorprendió al rubio.
El ambiente dentro del cuarto se volvió pesado. Los recuerdos abordaron la mente de Killian, volvió a encogerse y a abrazar sus piernas. El silencio duró casi dos minutos completos, según el reloj en la pared.
—Ven, acompañame. —Peter se acercó a Killian y le extendió su mano.
—¿Disculpa?
—Sé que crees que lo mejor sea encerrarte aquí hasta asimilar tu nuevo familiar, pero no. —Killian miró la mano de Peter aún extendida hacia ella —. Acompañame aunque sea una hora. Distraes tu cabeza y luego puedes seguir tu día normal. Y bueno, si no funciona, te traeré otra vez a tu cueva.
—Creo que... —Miró la mano del chico y extendió la suya también, aceptando —. Esa es una buena idea.
Con una sonrisa, Peter entrelazó su mano con la de Killian, y caminaron hasta la puerta de salida. La incomodidad jamás se presentó entre ambos. De apoco sus diferencias parecían desaparecer, para abrirse a un nuevo mundo de posibilidades y donde la hija del Capitán Garfio y el hijo de Peter Pan, encontraban la manera de coexistir en perfecta armonía.
Cuando cruzaron las puertas del exterior, Killian soltó la mano de Peter por simple inercia. Aún así, al rubio no le molestó. Incluso comprendió que talvez para ella era complicado hacer demostraciones en público. Por más amistosas que estas fueran.
—Aún nos queda mucha luz solar. ¿Qué hora es?
—Ah, antes de salir el reloj marcó las tres en punto. ¿Por qué?
—Porque donde quiero ir hay como media hora caminando. ¿No te molesta? —Ella negó con la cabeza —Estupendo.
Peter tomó la delantera y se dirigió hacia el sendero del bosque. El camino permaneció en silencio, donde ambos disfrutaron la compañia del otro. Al llegar a una bifurcación, Killian pudo leer un cartel que señaló dos direcciones. «Bosque de Sherwood» era el camino de la izquierda, y «Neverland» iba por el camino de la derecha.
—Se supone que esta es la entrada oficial —Peter señaló el cartel —, pero como pasó en nuestro primer encuentro amistoso... Hay otras entradas escondidas que rodean la frontera.
—Y es curioso que esté al lado de un arbusto en forma de estrella... —Inquirió observando la vegetación del alrededor.
—Es lo que dice nuestra historia, ¿No? —Sonrió —Sigue la segunda estrella a la derecha y todo recto hasta el amanecer. Aquí el amanecer sería... Un puente.
Señaló un poco más allá, donde se observó un puente de madera a la lejanía. Con una sonrisa genuina, Killian cruzó la entrada y caminó hacia el puente.
Un escalofrío recorrió la espalda baja de Peter. Una sensación que heredó de su padre, y que solía activarse cuando alguien entraba o salía de su reino. Por fortuna para Peter, esta sensación solo hacia acto de presencia cuando estaba en la frontera de Nunca Jamás o ya dentro del país. Pues, no sería agradable sentir un escalofrío cada dos por tres mientras estaba en sus clases en la preparatoria Auradon.
Killian observó con fascinación el puente. Este mismo era sostenido por dos grandes troncos de madera ubicado a cada lado, y dos largas cuerdas se abrían camino a varias tablas en el suelo, que les permitía cruzar.
—Como podrás ver, esto es lo que mantiene a la Isla sujeta a Auradon —Palmeó el tronco del puente —. El río que cruza por abajo es la desembocadura del río de los cocodrilos. Pero tranquila, no es una atracción que te mostraré. Algunas partes de la Isla chocan tierra con tierra con Auradon...
—Por eso no había puente ni nada aquella noche —Recordó ella —. Sé que crucé arbustos y eso, pero nada más.
—Ajá. Nunca Jamás se moldeó a la circunferencia de Auradon. Por ende, hay cruces que no necesitan de un gran puente como este. —Peter se hizo a un lado y dejó pasar a Killian primero —Anda, cruza. No tengas miedo.
—¿Quién tiene miedo, niño perdido? —Ahí Peter reconoció nuevamente a la Killian de siempre. —Tú y los demás niños perdidos deberían tenerme miedo.
—Killian, solo... Cruza el puente, por favor. —Sonrió divertido.
—Bien, sí... —Soltó un largo suspiro y pisó la primera tabla —Muy bien, con cuidado.
Peter abrió los ojos sorprendido y captó enseguida el titubear de Lia.
—No puede ser... Sí tienes miedo.
—¡Tonterías! Yo no... Ay, por... ¡Santos cocodrilos! —Sujetó con fuerza la cuerda que servía de barandal cuando una leve brisa agitó el puente.
La estrepitosa risa de Peter se escuchó en cada rincón de Nunca Jamás. Killian lo miró con el ceño fruncido, sin separarse del barandal.
—¡No te rías! Te odio...
—Ven, sujeta mi mano. Cruzaremos juntos.
Por segunda vez en el día, Killian tomó la mano de Peter y cruzó el puente con él a su lado. El camino era estrecho, por lo que tenían que ir a una distancia muy cercana para que ninguno quedara atrás. Al final del puente, Killian pudo respirar otra vez. Peter soltó su mano, y continuó con el recorrido.
—Si mi memoria no me falla y mi sentido de ubicación no me juega en contra... Estamos yendo hacia-
—El Árbol del Ahorcado. Exacto. —Aclaró, interrumpiendola. Killian no se molestó. —Ahí es mi guarida personal.
—Típico de Peter Pan.
—¿Dijiste algo, pirata? —Enarcó una ceja, divertido.
—No, nada... —Sonrió con inocencia.
—Su tronco es tan hueco que entran varios niños perdidos. Y hasta el momento, no hemos tenido aviso de derrumbe, así que...
—Un minuto, ¿En serio hay niños perdidos aquí? ¿Ahora?
—¿Creíste que mentía?
—No. Es decir, creí que al estar unida con Auradon, solo quedaban criaturas aquí. Ya sabes, las sirenas y ese tipo de cosas.
—No son niños perdidos en sí. Sino los hijos de ellos —Peter especificó —. Nunca Jamás ha estado pasando por grandes reformas. Hay varias cabañas por todo el bosque y los niños solo disfrutan de este árbol como un parque de diversiones.
—Interesante...
Varios pasos y vocecitas se escucharon en el interior del árbol, lo que le provocó a Killian un leve entrecejo fruncido. Al cabo de un segundo más de espera, varios niños salieron del interior. Estos vestían curiosos disfraces de animales, y tenían espadas, arcos y flechas de madera.
—Killian, la nueva generación de niños perdidos —Presentó —. Niños, ella es Killian. Una pirata de verdad.
—Wow.
—Asombroso.
—¿En serio eres real?
Fueron algunos de los comentarios que soltaron los niños en presencia de la pirata. La sonrisa de Killian volvió a presentarse en su rostro, y Peter sacó una hermosa imagen mental que atesoraría por siempre.
—Oye, ¿Eres la pirata de la que Peter siempre habla? —El más pequeño de los niños le preguntó.
Killian lo observó curiosa, y su disfraz de una mofeta le pareció muy tierno.
Peter se acercó a él y cubrió su boca con la mano. El niño se removió entre sus brazos, desesperado.
—Así que... ¿Ya sabían quién soy? —Miró al chico enarcando una ceja.
—Sí, bueno... Algunas tradiciones siguen intactas y alguien tiene que contarles cuentos a los niños.
—¿Inclusive de mí?
—No había visto jamás un pirata en mi vida. Eras la sensación del momento, Killian.
—Peter, sueltalo —Señaló al niño que todavía tenía prisionero entre sus brazos. Peter le hizo caso. —¿Estás bien?
El niño asintió y corrió contento otra vez dentro del árbol. El resto de niños perdidos lo siguieron, soltando risas y extraños grititos indios.
—Sí, no... Esto es todo muy irreal. —Killian observó una vez más alrededor y luego miró al chico —Gracias.
—¿Mhm?
—Gracias por mostrarme todo esto. En verdad necesitaba concentrar mi mente en otra cosa que no fuera... Él.
—Siempre. Para lo que necesites.
—Y yo... Lamento todo —Se cruzó de brazos —. Lamento nuestro primer encuentro, los insultos hacia ti. Esa pelea en la cafetería después de lo de Tiago... Estaba tratando de hacerle creer a mi mente que tenía que odiarte.
—No te disculpes, Killian. Después de todo, era nuestra naturaleza.
—Un Hook odia a un Pan —Soltó una risa nasal —. Recuerdame jamás contarle a papá que hemos creado un aura de paz. Porque estoy segura que encuentra la manera de abandonar la Isla y hacer cumplir al pie de la letra la historia.
—Lo haré.
Ambos rieron en sincronía, sin saber que varios pares de ojos los observaban desde el interior de un gran árbol hueco. Los niños no eran tontos. Se podía detectar a kilómetros a la redonda lo que pasaba entre Peter y la pirata. Y ellos ayudarían a su rey a conquistarla de una buena vez. Y así, por fin tendrían a una madre que les contaría cuentos.
—Creo que... Tengo que irme. Hoy no asistí a clases y mis amigas deben estar preocupadas.
—Claro, sí. No hagamos preocupar a dulces villanas.
—Que Mal no se entere que le dijiste dulce o te convierte en una lagartija —Advirtió —. Evie sí. Ella ama todo tipo de apodo tierno.
—Es bueno saberlo. Oye, y... Talvez algún otro día podemos retomar donde lo dejamos. ¿Qué te parece?
—Eso me gustaría, sí... —Sonrió.
Killian volvió por sobre sus pasos y caminó hacia la salida de Nunca Jamás. Una tonta pregunta atravesó la mente de Peter. Una palabra, de hecho, que si no salía como él quería, todo rastro de confianza se derrumbaría.
—Oye... —Balbuceó, pero ella no lo escuchó. —Oye, Lia.
Ese apodo había salido de varias bocas amistosas y otras no tanto. Pero que su apodo saliera de los labios de Peter provocó algo en ella que la mantuvo quieta un largo segundo. Era diferente. Una voz tan calmada y cálida, que calentó su corazón.
Se volteó a mirarlo y sonrió —¿Sí?
—Ah, nada... Solo quería ver si funcionaba. ¿Funcionó? ¿Todo en orden?
—Funcionó. Todo en orden. —Aseguró ella con una calmada sonrisa.
Luego de eso, Peter acompañó a Lia otra vez hasta el puente "Amanecer" y la ayudó a cruzarlo. Ella le agradeció con una sonrisa y salió de Nunca Jamás. Una vez el escalofrío recorrió la espalda del rubio, se permitió alejarse de ahí.
Por su lado, Killian caminó por el sendero del bosque hasta divisar a lo lejos la preparatoria Auradon. Buscó la bolsita con los chicles que guardó en su chaqueta y masticó uno, mientras un largo suspiro salió de sus labios.
El día estaba por acabar y todo había sido un cúmulo de información en tan poco tiempo, que solo quiso llegar otra vez a su habitación y descansar. Ya habría tiempo para aceptar las buenas nuevas y los futuros parentescos.
—¡Oye, Lia! —La voz de Tiago se escuchó y la pirata detuvo su caminar.
Miró al frente, encontrándose con el hijo de Tiana. Frunció el entrecejo al verlo junto con Chad, cuando este se acercó a ella.
—Tiago... ¿Qué haces con Chad? —Señaló al príncipe unos metros detrás de él.
—Ah, nada... Me preguntó algo del menú, solo eso —Restó importancia —. De hecho, eso quería preguntarte a ti. ¿Vienes del sendero?
Lia se cruzó de brazos —¿Por qué la pregunta?
—Hay dos caminos solamente en ese sendero. Y al menos que te guste ir a visitar el campamento de ladrones de Robin Hood...
—Tiago, no me gusta el rumbo de esta conversación. —Aclaró. Todo rastro de buen humor había desaparecido.
—Vienés de Nunca Jamás. —Dijo más en afirmación que en forma de pregunta.
—Sí —Confirmó —. ¿Sabes qué? No tengo por qué darte explicaciones.
Killian avanzó un paso, pero la mano de Tiago agarrando su brazo, la detuvo. Ella pasó la mirada de su brazo a Tiago y viceversa. Un segundo después, el moreno la soltó.
—Lo lamento. Solo que... No me gusta que andes con Pan por ahí.
Lia rodó los ojos —No me vengas con ese clásico cuento de celos. Porque si esto va a ser así, prefiero que lo dejemos.
Killian fue directa. Había crecido en un ambiente rodeado de hombres y sus conductas machistas. Y algunos marineros solían tener reacciones tóxicas con sus esposas o novias. Y Killian jamás toleró aquello. Ahora en Auradon no sería la excepción.
—No, yo... Disculpame. Prometo no ser... Esa clase de novio.
—De acuerdo. —Aceptó, pero algo dentro de ella le decía que esta no sería la última vez —. Te veo luego. Tengo cosas que hacer.
Killian se despidió de Tiago con un simple movimiento de mano y pasó cerca de Chad. Este la miró de una forma despectiva y Lia notó una gran venda adornando su nariz.
—Linda venda, Chad —Se burló —. Combina con tu cabello.
Soltó una risa baja y continuó con su camino. Por su lado, el príncipe amagó a ir hacia ella, pero Tiago le colocó una mano en el hombro, evitandolo.
—No los soporto —Murmuró —. Ni a ella, ni al resto de sus amigos.
—Creo que el sentimiento es mutuo, amigo.
Rodó los ojos —Venía del bosque de Pan, ¿Verdad?
—Ajá... —Tensó la mandíbula.
—Faltan pocos días para la coronación, viejo. Yo que tú, alejaría a ese niño. Al menos... —Se tomó un largo segundo para proseguir —Al menos que quieras perder.
—Chad, entre tú y yo, sabes que soy el único que sigue en pie.
—Por eso mismo. El tiempo se acaba, Tiago. ¿O acaso ya has cambiado de idea?
Chad lo miró enarcando una ceja. Tiago no respondió. El rubio soltó una risa nasal y negó con la cabeza.
—Ese no fue el acuerdo. Y lo sabes, amigo. —Tiago dirigió la mirada a Chad y este tenía cierto brillo diabólico en sus ojos. —No me hagas decir algo que sabes que a ninguno nos gustaría.
Sin recibir respuesta alguna, Chad se alejó de él. Mientras que Tiago sintió que todo se iría al demonio en cualquier segundo.
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Las miradas intensas de Evie y Mal no se alejaron de Killian en un largo minuto. Ambas estaban cruzadas de brazos frente a la pelinegra que se había dignado a aparecer después de toda una tarde. La pirata rodó los ojos y cruzó entre medio de las dos.
—¿Dónde estabas? ¿Por qué faltaste a clases? —Evie preguntó —. ¿Y de dónde vienes?
—Evie, no.
—Lia, nos tenías preocupadas —Mal continuó —. Faltaste a clases toda la mañana y cuando nos enteramos de eso, vinimos a buscarte al cuarto. Y tampoco estabas.
Killian soltó un largo suspiro —Tuve una mañana complicada. No tenía ánimos para estudiar. Luego solo me distraje caminando.
—¿Quieres hablarlo? —Evie le colocó una mano sobre el hombro.
—Aún no.
—De acuerdo... —La peliazul le dedicó una sonrisa de labios.
—¿¡La encontraron!? ¿¡Está aquí!?
Una agitada Raizel se coló a la habitación. Su pecho subió y bajó con rapidez. Una leve gota de sudor cayó por su frente, que la limpió con el dorso de su mano.
Killian agitó su mano en forma de saludo. Raizel se abalanzó sobre ella y la envolvió en un abrazo.
—¿Dónde estabas? —Preguntó tomándola por los hombros —¿Por qué desapareciste?
—Rai, estoy bien. Tranquila.
—Te buscamos por todas partes. Jane y Lonnie también lo hicieron.
—Pues... Aquí estoy. —Caminó hasta su cama y se sentó con las piernas cruzadas sobre la misma.
—¿Saben qué necesitamos tener? —Raizel preguntó, sentándose en la silla del tocador. —Una pijamada...
—¡Sí! —Exclamó la peliazul, súper emocionada.
—No, no, no... —Killian negó a la idea —Mal, ¿Estás conmigo?
—Bueno, no creo que sea tan malo...
Con clara emoción, Evie y Raizel chillaron con un agudo gritito. Killian rodó los ojos y se tiró para atrás, cayendo sobre las almohadas.
Cuando la noche cayó, la habitación de las villanas parecía una clara guarida especial para chicas. Habían invitado a Lonnie y Jane, pues con el poco tiempo, habían logrado ser amigas de las villanas. Y no solo por el simple hecho de que Mal les había mejorado el aspecto físico.
Raizel había traído algunas galletitas, frituras y pasteles que robó de la cocina, y también revistas sobre las últimas tendencias de Auradon. Lonnie fue la encargada de llevar juegos de mesa, y Jane se encargó de las bebidas.
Al pie de cada cama de las villanas, reposaron las bolsas de dormir de las princesas. La de Raizel una rosa pastel, Lonnie tenía una con estampado de flores imperiales y la de Jane de su característico tono celeste claro.
—Esta será la mejor noche de todas... Lo presiento.
—Bien, pero bajemos la voz. La mayoría de los estudiantes ya estarán dormidos. —Jane advirtió, con miedo a ser castigada.
—Nadie nos escuchará, Jane —Raizel tranquilizó —. Además, puedo usar mi autoridad para safar de los castigos.
—Me gusta como piensas, princesa —Killian apoyó —. Esta es una noche para nosotras.
—Creí que estabas negada a una pijamada como esta, Lia —Evie agregó mientras trenzó el cabello de Lonnie.
—Al principio sí, pero ahora... Ahora creo que las chicas solo quieren divertirse.
—Las adoro —La rubia las miró a todas, con una sonrisa tierna —. He estado muy estresada con mis clases... Que olvidé lo que se sentía estar rodeada de amigas de verdad.
Los ojos de la rubia se habían cristalizado. Se había sentido sola los últimos días y ahora el estar rodeada de sus amigas, la hacía sentir una adolescente normal después de mucho tiempo.
—Ay, no llores... Porque si lloras, yo lloro. Y mi maquillaje está lindo hoy —Evie se acercó a ella y la abrazó.
Al cabo de un par de minutos, la habitación se llenó de murmullos. Una suave melodía salió del tocadiscos que Raizel llevó, y Evie soltó suspiros mirando una revista, justo en la sección de los guapos príncipes de la semana.
Killian jugueteó con el anillo en su dedo anular. Hace tiempo que no se sentía de esa manera, y no había recurrido a él. Luego solo dirigió su mano al otro anillo que ahora colgó de su cuello en forma de collar. Pasó la mirada por las princesas y sus amigas villanas, las cuales reían y chismeaban entre ellas, contentas.
Se detuvo a pensar un segundo. ¿Qué significaba entonces ahora ella? Era una villana por herencia de su padre, pero... ¿También era mitad Auradon por su tío? ¿Acaso funcionaban así las relaciones familiares?
No sabía con exactitud, pero ahora la situación era completamente diferente. ¿Qué pasaría cuando gobernaran Auradon tras robar la varita? ¿Su padre perdonaría la vida de su hermano? Tampoco lo sabía.
Las palabras de Peter llegaron a su cabeza de inmediato. Cuando estuviera lista, que solo lo dijera en voz alta. Y así, aunque todo se volviera real, ella estaría tranquila consigo misma.
—Liam es mi tío. —Soltó de la nada, llamando la completa atención de las princesas y villanas. Levantó la mirada del anillo, enfrentandolas. —Por eso me distancié. Necesitaba procesar la información.
—¿Cómo lo supiste? —Evie se acercó a ella, sentándose a su lado.
—Peter me mostró unos archivos esta mañana. Y ahí detallaba la relación que mi padre tiene con el Capitán. Son hermanos.
—Por eso insistieron en pedir la llave de los archivos... —Raizel agregó, cruzándose de brazos —. Ayer por la tarde Finn me llamó pidiéndome la llave de la Oficina de Archivos Reales. Sabía que era para ayudarte, pero no creí que fuera algo tan... Personal.
—¿Y cómo te sientes al respecto? —Lonnie fue la siguiente en preguntar.
—Confundida —Aclaró, mirando el anillo otra vez —. Siempre supe que papá ocultaba más de su historia de la que decidía contarnos. Solo que nunca se me cruzó por la cabeza la idea de que tuviera un hermano, mucho menos en Auradon.
—¿Qué es eso? —Jane señaló el anillo.
Killian se abstuvo de contestar con sarcasmo. Desabrochó la cadena de su cuello, mostrándoles el anillo más a detalle.
—Un anillo de hermandad. Este es el de papá, porque tiene una K. El Capitán me mostró el suyo, tiene una L en el interior. Pero después las estrellas y lunas, son iguales.
—Los hermanos Jones. —Murmuró la rubia.
—Y creo que ahora ya mi duda se resolvió. Ahora sé por qué tanto favoritismo conmigo. Él siempre lo supo.
—¿Has hablado con él?
—Partió a hacer las entregas esta tarde. No vuelve hasta dentro de una semana. —Guardó el anillo —. Mejor así. Porque me da tiempo para aclarar toda esta situación.
—Bueno, sabes que siempre estaremos contigo decidas lo que decidas. —Evie la abrazó de lado, con una sonrisa.
Al abrazo se unieron las demás, creando un hermoso momento que llenó el corazón de Lia de tranquilidad. Sintió un peso menos dentro de ella, al soltarlo.
—Ahm... Tengo algo más que confesar. —Las miradas volvieron a intensificarse en ella. —Creo que... ¿Estoy saliendo con Tiago?
—Oh, wow... —Evie exclamó, media confundida —¿Tiago? ¿El hijo de Tiana?
Lia asintió. —Sí.
—Y... ¿Cómo te sientes al respecto? —Lonnie formuló la misma pregunta que antes.
—Extraña.
—Creí que tú y Peter estaban en algo —Mal fue la siguiente en hablar —. Lo esperé de él el primer paso. No del cocinero.
—Con Peter estamos... Tratando de ser amigos. Nada más.
—No creo que él quiera ser solo tu amigo, Lia —Raizel continuó, sentándose por fin sobre su bolsa de dormir.
—¿Por qué lo dices?
—Ahm, ¿Por todo lo que hace por ti? —Inquirió —Eso no lo hace solo un «amigo».
—Ni siquiera los más fieles —Acotó Mal. Lia la fulminó con la mirada.
—Y yo que creí que Evie sería la primera en conseguir novio aquí... —Killian murmuró y una almohada aterrizó sobre su rostro.
Con una mirada juguetona, Lia comenzó a golpear a la peliazul con el almohadon que aterrizó en su rostro. Y al poco tiempo, el resto se les unió, creando una pelea de almohadas.
—Oh, Evie... Que lindo vestido —Halagó Jane observando el armario de la peliazul.
—Gracias, Jane, pero no es mío —Corrigió —. Bueno, sí es mío, pero no mío.
—Me perdí.
—Evie lo diseñó para Mal para que ella lo use para Ben. —Lia aclaró mientras se dejó peinar el cabello por Raizel —Esos fueron muchos «para».
—Es increíble... —Murmuró Lonnie.
—¡Claro! —Exclamó la princesa detrás de Killian —Puedes usar ese vestido para Ben, porque es morado. Y así, cada vez que él vea algo morado, se acordará de ti.
—¡Sí, eres muy inteligente, Rai! —Evie sonrió —Eso no lo había pensado.
—¿Por qué escoger un vestido por un chico? —Killian agregó —Solo úsalo si te gusta. Es lo que yo hago con mi ropa.
—Simple. Las chicas miran lo que usas... —Lonnie continuó con la explicación —Los chicos admiran como te queda lo que usas.
—Sí, ¿Y qué hay de malo que un chico tenga el control de las cosas?
Killian miró a Jane, asombrada. ¿De verdad pensaban así?
—Es tu vida. Tú tienes que decidir qué hacer. Es lo que hice con Tiago esta tarde. No lo iba a dejar que controlara mi vida. —Hizo énfasis en aquello.
—Ahm, yo decido... Que el chico decida. —Evie se unió a las princesas.
—Que él nos invite a salir. —Jane sentenció.
—¿Por qué no invitarlos nosotras? —Mal habló por primera vez en esa disputa.
Las princesas la miraron, totalmente asombradas. Y ahí Killian se dio cuenta de que todo seguía la misma monotonía que en los cuentos. Esperar al rescate del príncipe azul. Lo cual era controversial en la hija de Mulán, pero ¿Quién era ella para juzgar?
—¿Acaso eso es lo que hacen en la Isla? —Raizel preguntó.
—Aquí... Aquí nosotras no invitamos a nadie a salir.
—Miren, chicas... No importa si estamos en Auradon o en la Isla —Killian se inclinó, colocando sus codos sobre las rodillas —. Ustedes pueden hacer cualquier cosa que haga un chico. ¿No es lo que tu mamá hizo, Lonnie?
—Sí...
—Entonces, ¿Por qué ahora hacer lo contrario?
—Creo que porque siempre hemos crecido con las historias de nuestros padres. Donde ellas los invitaban a ellos... Indirectamente, claro —Raizel explicó —. Ya sabes, usando la mirada.
Con una sonrisa, Raizel batió sus largas pestañas y el brilloso color azul de su mirada impactó con la grisácea de Killian. La pirata negó, divertida.
Lejos del bullicio en el cuarto de las villanas, y en el otro pabellón de habitaciones, los villanos también parecieron tener una reunión privada. Finn apareció en el cuarto de los chicos con toda clase de chucherías y una consola de vídeo.
—Mi hermana tiene una pijamada real con sus amigas, y yo creí que podríamos tener una reunión de chicos. Solo que sin maquillaje y esmaltes de uñas. ¿Qué dicen?
—Adelante, amigo —Jay se hizo a un lado, permitiéndole la entrada.
—¿Trajiste chocolates? —Carlos revolvió la bolsa de caramelos que Finn le entregó. —¡Uy sí!
La puerta sonó con un par de golpes.
—¿Invitaste a alguien más? —Preguntó el hijo de Jafar, acercándose a la puerta.
Al abrirla, Ben apareció frente a él, quien tenía a Peter también a su lado.
—Solo a mis amigos —Sonrió.
La habitación de los villanos se llenó de gritos, pues Jay estaba ya en el último nivel del videojuego, tratando de derrotar al jefe final.
—¡Dale con la silla! —Gritó Carlos.
—¡Cuidado! Viene por detrás... —Peter señaló la pantalla.
—¡Silencio! —Acalló el villano. Maniobrando el mando, logró derribar al jefe —¡Sí, wow! ¡Así se hace!
—Necesitabas distraer tu cabeza de leyes y reglamentos, ¿Verdad, Ben? —Peter preguntó, comiendo un chocolate.
—No sabes cuánto. Gracias, chicos.
—Siempre, amigo.
Ben recordó algo que escuchó entre los alumnos, así que miró al rubio.
—¿Sabías que Lia sale con Tiago?
Peter detuvo el avance de otro chocolate a su boca y miró al futuro rey.
—¿Disculpa?
—Lo escuché de Chad que lo comentó con un grupo de chicos. Decía que Lia había comenzado a salir con Tiago.
—¿Lia y un príncipe? —Jay se unió a la conversación —Pff, lo dudo. No caería tan bajo.
—¿Por qué lo dices? —Peter lo miró.
—La conozco —Se cruzó de brazos —. Y si eso llega a ser verdad, es porque Lia le vio algo.
—¿Algo cómo qué? —Finn continuó, mientras abrió una bolsa de frituras.
—No lo sé.
—No ayudas, Jay —Carlos golpeó su hombro -. Si Lia se interesó en Tiago, es porque se sintió comprendida. Lo cual es irónico, porque pensé que si saldría con alguien, ese alguien serías tú. —Señaló a Peter.
—¿Yo?
—Concuerdo con el chico dálmata —Finn agregó y Carlos lo miró indignado, pero divertido —. Tú te has interesado en ella mucho más que cualquiera.
—Pero Peter es su enemigo —Jay informó —. Talvez y por eso no se interesó en ti.
Peter dejó de mirar a sus amigos para enfocar la mirada en el tazón de palomitas que Ben llevó para compartir. Su cabeza se sintió confundida. ¿Eso quiere decir que los esfuerzos que hizo desde que conoció a Killian no habían servido para nada?
—Aquí entre nos... —Jay susurró al chico —Sigue intentando. Dicen que las historias cambian, ¿No? Talvez solo Lia necesita tiempo para darse cuenta de quién le conviene en realidad.
Una sonrisa discreta salió de los labios del rubio. Jamás creyó tener la aprobación de un villano. Mucho menos del villano mejor amigo de Killian, quien siempre cuidó de ella desde que lo conoció.
—¿Así que lo único que pueden hacer aquí para escapar de sus responsabilidades es jugar videojuegos y comer comida chatarra? —Carlos preguntó, mientras se sentó en la cama para acariciar a Chico que descansaba sobre unas almohadas.
—¿Hay algo mejor?
—Suena... Perfecto. —Respondió a la pregunta de Finn.
—También me gusta ver a las chicas. Aquí son muy lindas... —Una sonrisa pícara salió de los labios de Jay. —Aunque las prefiero rubias.
Carlos enarcó una ceja. Nunca había escuchado a Jay decir aquello. En la Isla con suerte lograba hablarle a una. Y la única que llegó a hacerle caso, se había vuelto su mejor amiga.
—¿Como Raizel, talvez? —Ben preguntó, divertido.
Finn volvió su mirada al pelilargo con rapidez. Jay se tensó de pies a cabeza.
—¿La princesa? —Carlos inquirió —Jay jamás saldría con una princesa.
—¿Por qué dices eso? —Miró a su amigo —Claro que podría salir con una princesa.
—La primer princesa que conociste se alejó de ti como si fueras un perro rabioso. —Carlos acarició las orejas de Chico. —Aunque Audrey solo tenía ojos para Ben en ese entonces.
—Oigan, ¿Si saben que Raizel es mi hermana, no? Y también estuvo cuando conoció a Jay.
—Y también lo alejó como si fuera un perro rabioso.
—Exacto. —Ben apoyó las palabras del hijo de Cruella.
—Vamos, Jay, no les hagas caso —Peter se acercó a él y palmeó su hombro —. Puedes elegir a la chica que quieras. No importa si es princesa, villana o bibliotecaria.
—Y a ti, Carlos... ¿Qué te gusta? —Finn preguntó.
—No lo sé. Nunca se me cruzó por la cabeza enamorarme de alguien. —Señaló a Finn —¿Y a ti?
—Ahm, las chicas que tienen algo... Especial. ¿Sabes? —Sonrió al pensar en una.
━When you meet... ━Peter y Carlos comenzaron a cantar ━A girl you like... You should take my advice.
━Girls like boys... Like me ━Jay continuó.
━Take the lead. She likes it when you're in control. ━Ben explicó, asintiendo con la cabeza.
━Let her breath. Chill out and go with the flow ━Finn hizo una rara maniobras de manos, simulando unas olas.
━Make all the plans ━Jay aconsejó ━. Don't be impolite.
━I know what girls, know what girls... Yeah, i know what girls like ━Peter se unió.
El ritmo llegó hasta el cuarto de las chicas, quienes también parecieron improvisar su momento de charla de chicos.
━A quick glance. ━Raizel miró rápido hacia otro lado ━Bat your eyes and look away.
━Take a chance ━Evie continuó ━. Why not ask him on a date? ━Miró a Killian, quien estaría contenta con su forma de pensar.
━Pick up the check ━Aconsejó la pelinegra de mechas rojas.
━No! Bake him a pie ━Mal ideó, tras pensar en su hechizo con la galletita.
━I know what boys, know what boys... Yeah, i know what boys like. ━Killian cantó con obviedad.
━I know what girls like, you know what i mean... ━Murmuraron los muchachos.
━I know what boys like, boys like girls like me...
Las chicas se pasearon por toda la habitación, cantando y riendo. Abrieron el armario de Evie, quien comenzó a lanzar su ropa por el aire, para que sus amigas se la probaran. Killian rodó los ojos, divertida.
━I know what girls like, girls like boys like me...
Los chicos intentaron imitar los pasos de Finn, a quien curiosamente se le daba muy bien el baile.
━I know what boys like, boys like girls like me...
━Like me! ━Jay señaló.
━Like me! ━Raizel sonrió.
━Like me! ━Finn acomodó su rubio cabello hacia un lado.
━Like me! ━Evie sonrió hacia el espejo.
━Like me! ━Peter se cruzó de brazos.
━Like me! ━Killian cruzó sus piernas, una sobre la otra.
Los chicos se reunieron alrededor de Jay, quien meneó su larga cabellera frente al espejo.
━Hang with the guys... Don't let her know much you care.
━Look in her eyes ━Peter aclaró, colocándose frente a Jay ━. And tell her even if you're scared.
━You got it wrong...
━No, i got it right. ━Comenzó una lucha de manos con el villano.
━I know what girls, know what girls... Yeah, i know what girls like. ━Comentaron los chicos entre sí.
━Stretch pants, cute sweater and sweet perfume ━Evie aconsejó, hechandole un poco de perfume a Killian.
━Don't dress for him. It's better when you dress for you. ━Lia agregó.
━I keep it loose ━Mal apoyó.
━My outfit is tight ━Evie colocó las manos en sus cintura bien marcada.
━I know what boys, know what boys... Yeah, i know what boys like... ━Murmuraron divertidas las cuatro.
━I know what girls like, you know what i mean...
━I know what boys like, boys like girls like me...
━I know what girls like, girls like boys like me...
━I know what boys like, boys like girls like me...
━Like me! ━Ben se quitó las gafas de sol que Jay le colocó.
━Like me! ━Lonnie chocó espaldas con Killian.
━Like me! ━Carlos alzó a Chico por el aire y este ladró divertido.
━Like me! ━Mal rodó los ojos ante el actuar de las chicas.
━Like me! ━Finn chocó puños con Peter.
━Like me! ━Jane murmuró un poco avergonzada.
Raizel encendió el secador de cabello de Evie y se echó el aire. Lo que provocó que su cabello rubio ondeara a causa del viento.
━All the boys, they try to woo me.
Killian evitó el aire que golpeó también su rostro ━The more they chase me, the more i resist.
Sobre una de las mesas de la habitación, Jay y Finn simularon estar sobre tablas de surf.
━All the girls, they think i'm groovy.
━There's only one girl that's on my list. ━Comentó Finn, mientras una sonrisa salió de sus labios al pensar en aquella chica de cabello azul.
Los chicos se colocaron en fila y simularon usar los mandos del videojuego como micrófonos improvisados.
━I know what girls like, girls like boys like me.
Las chicas habían cambiado sus pijamas por coloridas telas que encontraron en los retazos de Evie.
━I know what boys like, boys like girls like me.
━I know what girls like, girls like boys like me.
━Ouh... Uoh, uoh... ━Lonnie y Jane improvisaron un pegajoso coro.
━I know what boys like, boys like girls like me...
━I know what girls like, girls like boys like me...
━I know what boys like, boys like girls like me...
━I know what girls like, girls like boys like me...
━Like me! ━Exclamó Jay con una sonrisa.
━Like me! ━Raizel agregó sonriendo.
━Like me! ━Finn se señaló.
━Like me! ━Evie movió su cabello hacia atrás.
━Like me! ━Peter guiñó un ojo hacia su amigo.
━Like me! ━Killian chasqueó los dedos.
El ambiente se volvió más llevadero los próximos minutos. El grupo de amigos y amigas habían más que conectado esa noche. Porque al final del día, solo eran simples adolescentes con ganas de divertirse y dejar las responsabilidades de lado.
Raizel miró con el ceño fruncido el teléfono que sonó a medianoche sobre una de las mesitas de noche. Sus amigas la miraron, esperando una respuesta de la chica.
—Tranquilas, es mi papá. —Atendió la llamada —Hola, pá. Sí, lo sé. ¿Quién te dijo?
Killian frunció el ceño y Raizel murmuró un «Audrey» por lo bajo. La pirata rodó los ojos.
—Oh, vamos, papá. Sabes que siempre serás el número uno, pero ahora... Las chicas solo quieren divertirse. —Señaló a sus amigas que soltaron un gritito hacia el teléfono de la rubia. Escucharon la risa del mayor del otro lado. —Sí, nos veremos pronto. Adiós.
—¿Por qué llamó? —Preguntó Evie.
—Audrey —Dijo su nombre con desprecio —. Le dijo que nunca llegué a mi habitación. Ella tiene la habitación enfrentada a la mía, y creyó que sacar venganza de eso, sería bueno.
—Que odiosa.
—No le des importancia. No estamos para hablar de Audrey... —Hizo un ademán con su mano. —¿Dónde estábamos? ¡Oh, sí! Que a los chicos les gustan las chicas... ¡Como yo!
Las carcajadas volvieron a escucharse mucho más allá de la habitación, sin siquiera importarles el despertar de alguna que otra princesa.
Era su pijamada real. Una que pasaría a la historia, y que ninguna de las seis olvidaría jamás.
━𝗪𝗔𝗥𝗜𝗜'𝗦 𝗦𝗣𝗔𝗖𝗘 🧚🏻♀️
Hola, muchachxs!! ¿Cómo están?
Bueno, actualicé porque esta historia me tiene muy emocionada, y además porque se acercan capítulos culminantes. Ahre, ¿Qué era? ¿Una telenovela? Jajajaj
Cuentenme, ¿Qué les pareció?
No sé, pero yo digo que ese Tiago anda en algo sospechoso. No confío. *se va corriendo*
Eso es todo por hoy. Nos encontraremos en otro capítulo... Que seguro van a amar, porque se viene una interacción muy bonita entre Killian y Peter 🤭
palabras; 7176
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