-𝑐𝑎𝑝𝑖𝑡𝑢𝑙𝑜 𝑡𝑟𝑒𝑠
Tzuyu sintió un peso en su estómago.
-Tzu, Tzu, Tzu, Tzu, -Sentía como tocaban su mejilla repetidamente.
Abrió los ojos y se escontró a Ryujin encima de ella.
-Oh, buenos días Ryu-Le sonrió y se incorporó.
-Buenos días, ¡Vamos a desayunar! -Se quitó de encima y fue a la mesa.
Tzuyu se levantó y se estiró, su espalda
sonó con cada movimiento que dio, al parecer
el sofá no era tan cómodo como creía.
-¿Dormiste bien? -Preguntó Jihyo llevando unas tostadas a la mesa.
-Sip-Se dirigió al comedor.
-¿Segura? Desde la cocina escuché como te tronaba la espalda.
-Me preguntaste si dormí bien, no si desperté bien -Sonrió levantando las cejas.
Jihyo suspiró.
-Tienes razón.
Terminaron de comer y arreglaron sus cosas.
-Bueno, gracias por todo hyo, tengo que irme.
-Está bien, ve con cuidado.
-Adiós Tzu -Dijo con tristeza Ryujin mientras la abrazaba, apenas conocía a Tzuyu y ya se había encariñado mucho.
-No te desanimes Ryu, otro día podríamos salir a jugar -Sonrió correspondiendo.
-¿De verdad? -Sus ojos brillaron.
-Claro -Rió un poco y tomó su mochila -Adiós.
Tzuyu se despidió con su mano y se fue
Pasaron unos minutos y llegó Jeongyeon a buscarlas
Cuando estuvieron solas en la peluquería Jeongyeon aprovechó y comenzó su interrogatorio.
-¿Cómo la pasaste con Tzuyu? -Preguntó sin despegar la vista de su cliente, estaba recortándole las puntas.
-Bien, vimos películas -Sonrió alegremente, pasar tiempo con la castaña la hacía feliz.
-Oh, que divertido -Rió un poco -Por lo que veo Ryujin y ella ya se encariñaron bastante
-Si, se llevan de maravilla, hace mucho no veía a Ryu reír tanto en un día.
-Me alegro que hayas conocido a Tzuyu, parece ser una muy buena chica.
-Créeme, lo es -Una sonrisa boba adornó su rostro, Jeongyeon se dio cuenta, asi que cuando terminaran de trabajar sus preguntas serían de otro tema.
Tuvieron bastantes clientes, pero ya era costumbre, era una de las pocas peluquerías del barrio y una de las mejores.
Ya habían cerrado, estaban agotadas, se sentaron en uno de los sofás y dieron un largo suspiro.
Era la hora de hacer sus preguntas.
-¿En que trabaja Tzuyu? -Empezaría sutil
-Oh, en una cafetería no muy lejos de aquí ¿Por qué?
-Nada, es solo que si Tzuyu no trabajara podría cuidar a Ryujin, ella se aburre bastante aquí.
-Si, pero tampoco quiero molestarla, Ryujin es más difícil de cuidar de lo que parece, tienes que mantenerla vigilada porque si te descuidas un momento desaparece de tu vista -Rió un poco.
-Ella ya es como un padre para Ryujin ¿No crees? -La miró con una sonrisa.
-E-Emmh, no lo sé... -Aquel comentario hizo que sus mejillas se tornaran de un tono carmesí -Aunque... La idea es muy linda -Una pequeña sonrisa boba se dibujo en su rostro.
-No sería mal partido -Se encogió de hombros
-¡¿E-Eh?! -Okey, si antes estaba sonrojada, ahora estaba como tomate
-Es atenta, amable y linda. Cualquier persona
se enamoraría de alguien así -S-Si, pero... -Fijó su mirada al piso, no sabía.
que responder, estaba muriendo de vergüenza
-Jihyo, no hay nada de malo con que te guste.
-Puso su mano en el hombro de la mayor.
Jeongyeon tenía razón. pero la situación se volvía
rara cuando se conocían apenas una semana.
Cuando se imaginaba a Tzuyu viviendo con ellas como una familia feliz no podía evitar sonreír.
Empezó a sentir mariposas en el estómago y su corazón empezó a latir rápidamente.
Esto no puede estar pasando, tal vez ni siquiera gustaba de Tzuyu y solo estaba confundiendo su amabilidad con amor.
-¡jihyo! -La mano de su amiga se movía de arriba hacia abajo frente a ella.
-Ah, ¿Qué pasó?.
-Te fuiste en un viaje astral -Rió -¿En que pensabas tanto?
-Nada... -Cubrió su cara con sus manos y dio un largo suspiro
¿Qué voy a hacer?
Ni siquiera le gusto.
No te ilusiones.
Jihyo eres tontísima.
No puede gustarme Tzuyu.
-Jihyo, ¿Si sabes que estás diciendo todo eso en voz alta? - Jeongyeon aguantó su risa.
-¡¿Qué?! -Tenía razón, era tontísima.
-Solo acepta tus sentimientos mujer, no puedes obligar a tu corazón a negar un sentimiento.
-Tienes razón... -Suspiró nuevamente -Es solo que... Tzuyu es mucho, y yo soy nada -Trató de explicarse.
-¿Qué dices? Tzuyu te admira, por lo que me contaste puedo darme cuenta de la admiración que te tiene, valora tu esfuerzo en criar una hija tu sola, y quiere ayudarte en eso -Esbozó una gran sonrisa, su plan había sido un éxito.
"No quería dejar a una madre sin su hija"
"Te traje unos pasteles"
"Eres una madre ejemplar"
"Desde ahora cualquier cosa que necesites puedes contar conmigo"
"Gracias a ti"
Todas esas palabras de Tzuyu resonaron en su cabeza
Jeongyeon tenía razón, tenía que aceptar sus sentimientos, y, aunque tal vez no fueran correspondidos, quedarían como un lindo recuerdo en su vida.
Porque Tzuyu es una de las mejores cosas que le pasó en su vida
-Muchas gracias Jeongyeon -Sonrió levantándose.
-¿Eh? ¿Por qué?
-Por ayudarme a aceptar lo que siente mi corazón.
Varios meses habían pasado, Jihyo ya se había aceptado completamente a sí misma y eso la hacía muy feliz.
Decidió tomarse unas vacaciones, necesitaba descansar del arduo trabajo que hacía.
Miró el reloj.
En cualquier momento llegaría Ryujin.
Tendría que esperarla, tenía que ir de compras al supermercado con ella.
Hasta que recordó lo que Jeongyeon le dijo unos
meses atrás.
"Si Tzuyu no trabajara podría cuidar a Ryujin"
Tal vez Tzuyu trabajaba, pero estaba segura que no tendría problema en cuidar a Ryujin.
Prefería que se divirtiera conversando con Tzuyu que se aburriera haciendo compras.
Tomó su teléfono y apretó en el contacto de Tzuyu.
-¿Hola?-Se escuchó del otro lado.
Lo que le encantaba de haber aceptado su atracción hacia la menor, era que todo lo que ella hiciera y dijera le pareciera hermoso
-Hola Tzuyu-Sonrió bobamente
-Oh, ¡Hola Hyo! ¿Cómo estás?
-Muy bien, gracias, ¿Y tú?
-Bien, no hay muchos clientes asi que pude contestar rápido, ¿Qué necesitas?
-Ah, tengo que ir de compras y quería pedirte si por favor podrías cuidar a Ryujin por un rato...
-¡Claro! Me encantaría, la hecho de menos.
-Genial, la llevaré.
-Aquí te espero.
-Esta bien, adiós.
-Adiós~.
Colgó y rió un poco, aquella mujer estaba volviéndola loca.
Algo que le encantaba.
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