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❪ iv ❫⠀━━━━ tormentos y malos recuerdos




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⩨ :: VOTEN Y COMENTEN,
POR FAVOR ; NO A LOS
LECTORES FANTASMAS.

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FOX MIRÓ A MAL, mientras su cabeza da varias vueltas.

Tiene que aprovechar la oportunidad ahora que la tiene, tan cerca que casi puede rozarla con sus dedos. Gira su brazo hacia ella, acariciándola brevemente. Ella le sonríe.

—Mi padre no está aquí... ¿Puedo ir a buscarlo? Tengo una ligera idea de donde puede estar, si te parece bien, Mal. —Ella asiente, totalmente concentrada en la poderosa figura de su madre y sin más, se dirige a las escaleras de antes en busca del ala de los príncipes y princesas.

No puede creer que le haya ido tan bien, ya que a pesar de que ambos se lleven demasiado bien, es cierto que pocas veces están de acuerdo en las cosas o, lo deja estar a sus anchas.

Fox corre por esos vastos pasillos, deteniéndose unos segundos en una señalización a su izquierda. Tiene decorados azules y enormes letras que indican cada posición y lugar del museo; mientras recorre con sus dedos lo que cree buscar, sale pitando hacia allá.

No le importan sus amigos en esos momentos, ni siquiera Carlitos; ahora mismo, sabe que debe encontrarlo para familiarizarse con la figura de su padre: encontrarse a sí mismo.

Y sí de algo está seguro, es que la estatuilla de su propio padre debe de estar con aquellos que lo "derrotaron", para darse flores, para allanarse el camino entre otras realezas, no lo sabe, pero debe verlo. 

Tras dar un par de vueltas, pronto encuentra la propia galería de los príncipes y princesas e ignorando por un momento la enorme posibilidad de que lo pillen por alguna razón, busca a esa odiosa Tiana y su esposo Naveen; o mejor dicho, a sus estatuas reales.

Atravesando un montón de figuras asquerosas y de resplandecientes sonrisas, finalmente los encuentro justo al lado de las figuras de Ariel y Eric; no le sorprende. Fox frunce se entrecejo al discernirlos todavía más cerca de lo que había querido en un primer momento.

Allí delante, están ambos luciendo estrafalarios y pomposos trajes de gala, de tonalidades verdosas y demasiado brillantes. Fox escupe en ellas, silenciosamente, y sin dejar marca. Más como un susurro en el aire, ya que por su culpa su padre era un completo desalmado.

Aferra su mano sobre su corazón, simple y llanamente recordando todo el dolor y la ansiedad que sintió cuándo pasó a esta bruja a su corazón, y sacudiendo su cabeza, rebusca con la mirada. No ve la figura de su padre cerca, por lo que se aproxima más de cerca hacia las figuras de Tiana y su esposo, y vaya es su sorpresa, al encontrarla detrás de ellas, proyectando su elegante y brillante sombra.

No es tan grande ni aparenta ser más poderosa que la de los propios villanos de sus amigos, lo cual lo decepciona enormemente. También aumenta la inquietud de su pecho. Sus ojos dispares se desorbitan al ver la forma tan degradante en la que han querido posterizarlo para toda la eternidad.

Atrapado en una lápida, con expresión aterrorizada y extendiendo sus manos hacia el exterior, como pidiendo ayuda; algo que claramente nunca haría su padre. Pero si no se equivoca, y cree no hacerlo, ese es el final que se supone que tuvo antes de que los del más allá le dieran otra oportunidad, devolviéndolo a la vida, para que posteriormente fuese encerrado en la isla.

Sin embargo, la sola idea de que todos estos prodigios y bellezas observasen a su padre de esta manera, todos los días, sin descanso, seguramente entre risas, hace que una oscura sensación se apodere del fuego de su interior. Siente sus manos hormiguear con algo que nunca había sentido, y sin poder controlar sus acciones, extiende su mano derecha hacia aquella muestra humillante de su progenitor, apoyándola sobre ese rostro congelado y horrorizado.

 Se queda helado entonces cuándo sale de ella una bruma negra, destrozando esa estatua de su padre. La hace pedazos y no queda nada del mal recuerdo de antes. Sus manos se sienten pesadas, todo su cuerpo, y extrañado, Fox muerde su lengua hasta saborear el sabor metálico entre sus dientes. Una brisa fría se apodera de su nuca cuando comprende su error.

Esto, por supuesto, cuando lo descubran, no tardarán en culparlos a ellos, los hijos de los infames villanos para devolverlos a la Isla sin mirar atrás. Su mente corre a toda velocidad y trata de unir todas esas piezas grises en su lugar, aterrado de haberlo dañado todo,  cuando lo deja perplejo la alarma que suena por todos lados. Es estruendosa y sabe que en cuestión de segundos, vendrán a arrestarlos. Deja los escombros, duda en hacerlo, pero su instinto le dice que debe escapar a como dé lugar.

Ya no le importa haber heredado los poderes de su padre, ya no le importa ser una decepción completa..., solo quiere escapar de ese asqueroso museo.

Así que, sacando todo de su cabeza, mueve sus piernas hacia el lugar en el que estaban sus amigos, temiendo lo peor. Atraviesa columnas blancas y perladas de perfección, hasta alcanzar unas escaleras. Imbuido en todo el caso que comienza a surgir allí dentro, con la presión arterial subida hasta las nubes, las comienza a escalar. No obstante, no llega ni siquiera a subir todos los peldaños cuándo se los encuentra al pie de la escalera. Se observan entre ellos, impactados de cómo se ha destruido su exploración secreta en cuestión de segundos.

Fox trastabilla entre estas, sin saber si ha sido culpa de él, o en cambio, de sus amigos.

—¿Qué demonios ha pasado? —No puede evitar preguntar, uniéndose con ellos en la carrera, volviendo a bajar, apresurado como ellos.

Mal bufa con clara molestia, señalando a Nicolle y Jay.

—¡A estos dos estúpidos se les ha ocurrido tocar sin prever que algo así pasaría, malditos! —Jay pide disculpes mientras Nicolle sigue corriendo, ignorando lo que acaba de hacer.

Carlos se reúne con el, tratando de no tropezar con sus botas de cuero. Fox lo recibe con una sacudida de cabeza.

—¡¿En dónde diantres estabas?! ¡Me tenías preocupado! —Él se dedica sólo a hundir sus hombros, sin saber realmente que decir.

Sí algo sabe, es que mantendrá en secreto lo que ha hecho, hasta que la seguridad real venga a buscarlos en cuánto lo descubran.

Entre tumbos y empujones, pronto llegan al vestíbulo y todos se dan prisa en salir del museo; aun así, el hijo de Facilier se detiene cuando Carlos regresa a coger un teléfono que no deja de sonar. Vuelve a su lado, moviendo sus manos de un lado a otro, sin saber qué le pasa por la maldita cabeza.

Este lo calma, sin embargo, contestando la llamada.

—¿Diga? Deme un segundo, por favor. —Carlos le da una señal para que mueva el cuaderno que tiene en frente, sobre la mesa, y rápidamente teclea unos números ante la petición del cachorro.

Cuando deja de sonar la alarma, Fox se permite suspirar aliviado. Carlos siempre les salva el trasero.

—Si, no... Falsa alarma. —Observa como aclara el chico con la mayor calma del mundo y, sin darse cuenta, Fox lo admira en esos momentos—. Era un fallo en el chip LM 714 del circuito de la placa de prueba. Sí, vale... Saludos a su señora —termina con una sonrisa y ante su sorpresa, cuelga el teléfono con mucha tranquilidad.

Ambos se observan con descanso, y los labios de Fox se mueven solos, para abrazar al pequeño entre sus brazos. Lo estrecha con fuerza, notando cómo su cuerpo pequeño busca de inmediato su calor.

—Gracias, cachorro. Eres un genio. —Este se deja mimar un rato, hasta que sus amigos gritan sus nombres y salen despedidos y entre risas del vestíbulo.

Se aseguran de cerrar la puerta antes de perseguir a los demás.

—¡Gracias, idiotas, ahora mañana tendremos que ir a clase! —se queja Mal, claramente refiriéndose a Nicolle y a Jay, mientras continúan corriendo hacia las habitaciones residenciales.

El frío de la noche cala los huesos de Fox y mientras se alejan del vasto y enorme museo principal, el chico teme que los busquen a la madrugada o en la mañana, por su estúpida idea de encontrarse a sí mismo. Mientras corre con poco aliento, se pregunta qué es lo que realmente quería.

Ahora de alguna manera, sabe qué tiene poderes, qué puede utilizarlos, pero no tiene idea de cómo y eso, por supuesto, va a atraerle más problemas que soluciones a su maldita misión especial.

🎩💜. ELSYYY AL HABLA (!)
muchas gracias por vuestro apoyo, por guardaros la historia y por leer.

... recuerden que los comentarios son siempre bien recibidos y me hacen sentir muy bien.

bueno, finalmente después de un tiempo, he podido subir la continuación; me propongo a mantener todas mis historias actualizadas semanalmente, así que no se sorprendan si ven la continuación de fox y priya más pronto que tarde.

nos vemos pronto,
mis caracolas, wondergirl los ama.

🎩💜

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