—¿Estás cumpliendo cómo se debe? No quiero enterarme de que estás haciendo algo fuera de lo que se supones que debes estar haciendo y espero que no estés saliendo con nadie, no tienes derecho a hacerlo —Tremendo trabalenguas que se había tirado el abuelo, pensó Jungwon, estaba arrodillado frente al ángel ituriel el supremo de supremos.

—No se preocupe mi señor, estoy cumpliendo con todo lo que se me requirió—y el mismo se sorprendió por la manera de mentir si según su raza no podía hacer tal cosa.

—Te puedes retirar, espero que esté dando resultados el entrenamiento—Le dijo sin más y Jungwon se retiró con el corazón latiendo a mil.

Esperaba que no se enterara de su pequeño secreto, porque si no, estaba jodido, él y toda su integridad como ser del sub mundo.



—Como te fue, andas como muy.. distante—Dijo Heeseung, con la sábana en su cintura, acariciando la espalda del seelie que estaba dandole la espalda mientras estaba sentado mirando su iPad.

—¿Yo? No.—Dijo sin más, mientras seguía bajando en su tablet, recostandose un momento sobre el escritorio, dejando descubierto su trasero a la Merced de Heeseung quién casi se le cae la baba por aquello, y él seelie volvió a su puesto, ahora sacando de un estuche dos cosas, sus gafas y un amuleto que no sabía que significaba, pero lo tenía desde pequeño.

—Bebé, ¿Quieres decirme que te pasa?.—Le dijo abrazandolo ahora por la cintura, ahora que estaba sentado igual que él, solo que atrás mientras lo rodeaba con sus piernas, podía ver lo que Jungwon estaba revisando en su tablet.

—Lo haré cariño, lo haré— volteo un poco su cabeza hacia atrás, dejando que la nariz de Heeseung acariciara su cien mientras su mano acariciaba la mejilla del ángel negro— pero ahorita soy un manojo de cosas revueltas, no me entiendo ni a ni mismo.—Cerro los ojos mientras sentía caricias en su cien, en su cintura y muslos.

—Dime en qué te ayudo, y te ayudo en lo que quieras, no quiero que pienses que no te apoyo.—Le dió un beso en diferentes partes de ese perfil de la cara hasta darle uno en la comisura de los labios y Jungwon sonrió enamorado aunque él quisiera engañarse de que esto que sea que tenía con Heeseung era un simple juego peligroso, un pecado muy prohibido.

Te amo, quiso decir, pero no quería sentir aquello en este momento, no cuando sabía que podia dañar a las personas en su estado de estrés tan niveloso que tenía en sus hombros.

—Bien, ayúdame a buscar aquí en la laptop sobre la leyenda antigua, del ángel que se enamoro de un ángel negro.—Le dijo con duda a ser rechazado de buscar aquello que les tenía prohibido averiguar.

—Okey, ¿pero tú crees enserio que vas a encontrar una leyenda demasiado antigua en un apartado de Google del siglo XXI? bebé te creía más astuto.—Se burlo mientras comenzaba a buscar.

—No seas imbécil Heeseung, no la vamos a buscar en Google, solo te van a aparecer algunas referencias de humanos que no saben la verdadera historia, quiero saber los humanos que piensan de aquella historia, tomaré una copia y listo, no es que me la vaya a creer, pero me servirá para comparar y buscar algo de verdad en la copia que iré a buscar de la biblioteca antigua.—Dijo rodando los ojos.

—¿Iras a la biblioteca antigua?, Jungwon sabes que ir es arriesgado, y ir a buscar algo que no deberíamos es el doble de arriesgado, casi mortal, y lo sabes.—Le dijo acariciándole la cintura, mirándolo con duda.

—¿Deberiamos? No quiero que te involucres en algo que no deberías Heeseung, no vale la pena.—le dijo con sinceridad, y con algo de tristeza.

El angel negro quitó la laptop de sus piernas y la iPad de las piernas del seelie, para luego alzarlo y ponerlo en sus muslos, pegando sus frentes.

—Te voy a ayudar y no es una pregunta en la que debes decidir porque ya está más que decidido que iré contigo, no te voy a dejar, ¿quieres saber sobre lo que sea que quieras saber? Bien te voy a ayudar, no importa si no me dices de que trata todo esto porque no quiero confundirte, no quiero que te sientas más presionado.—le dió un beso cariñoso, detenido, jadeando entre sus bocas de inevitable amor.

—El ángel me dijo que estaría sobre mi, que quería que terminara los ejercicios rápido y que quería ver avances, me dijo que no quería enterarse de que estaba haciendo cosas que no se me tenían permitidas.—dijo Jungwon desahogandose de aquello que lo tenía en una cuerda sobre su garganta desde esta mañana luego de esa reunión.

—Te voy a proteger, él no se va a enterar de lo nuestro, él no te hará daño, ni a ti ni a mi, cumpliremos con nuestros mandos como corresponde y vendré cada noche a recordarte lo mucho que me importas, lo mucho que deseo estar contigo, mi seliee.—Mecieron sus narices juntas.

—Eso no funciona así Heeseung—Se retiro del ángel negro, abrazándose a la sábana que tenía cubriendo su cuerpo, dándole la espalda mientras miraba el gran ventana de su apartamento, era de noche y tenían solo la lamparita de la mesita de noche encendida.

—Que quieres decir.—Dijo el ángel negro, queriendole dar espacio, por ende se quedó donde estaba.

—Esto no funciona así, no vale que te preocupes por mi, no vale que me protejas, no vale nada ni nuestra relación de folla amigos o de lo que sea que somos, no podemos, a mi tarde o temprano me van a casar con un seelie, me van hacer darle hijos, un hogar, una familia, mi generación, y tú mientras estarás encargado de llevar la vida de una persona a su fin porque ese es su destino al final de todo.—Se le oprimió el pecho de solo decir aquello, sintió a Heeseung abrazándolo, recostandolo contra su pecho.

—Espero que ese destino que nos espera no llegue tan rápido, porque quiero que sepas que quiero tener el tiempo de estar contigo, quiero luchar por ti, quiero morir por ti—Le dijo meciendolo en sus brazos.

—No puedes Heeseung, no vale la pena eso por nada.

—No digas que eres nada, nunca más.

—No me refiero a mi, me refiero a lo nuestro, no es nada, es solo un pasatiempo ¿Verdad? No soy el único con el que has follado en la semana, o en el día, no soy ni el primero ni el único al que abrazas mientras le dices cosas tan amorosas, tan ilusas en cada una de sus palabras.

—Jung—Intento decir pero Jungwon lo callo de un beso.

—No digas nada ¿si? Al final del reloj siempre tendremos nuestro número, esperemos a que llegue el nuestro, porque cuando ese ya esté ahí, te diré que te amo—Le dijo, retirándose se sus brazos para ir hacia la cocina.

Jungwon literalmente con eso acaba de decirle que cuando llegara el destino que tenía para cada uno, el le diría que le amaba, para luego desaparecer en un destino el cuál para nada le gustaba pero no tenía opciones.

No hasta que el angel negro lo rescatará de aquel sueño mal hecho en el que estaba.

Capitulo dedicado a _Jungwonnie_ toma gemita, espero que no llores.

Capitulo reflectivo, ya se está desarrollando la historia quiero que le presten atención a cada detalle y recuerden esa pequeña frase que dijo nuestro protagonista, les servirá mucho en su diario, luego la explicaré🫂.

Por cierto, frase que yo me acabo de inventar AJAJAJAJAJ.