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𝟎𝟑.


Desvío la mirada rápidamente sintiendo como su corazón se movía rápidamente, no porque el tipo le gustara, no claro que no, si no que se movía por los nervios.

Estuvo a nada de tener sexo con un ángel negro anoche, santo ángel, ahora sí agradecía que su padre haya llamado a su hermano a interrumpir su fiestita, si alguien se enteraba...

No, no quería ni pensar en eso, nadie debía saber que él estuvo muy pero muy cerca y cómodo con alguien de otra raza y menos con un ángel negro.

A su hermano se le permitía, a todos se les permitía pecar de manera carnal, porque eran seres que aún así tenían necesidades, pero él no, él no podía, él era el heredero tenía que comportarse como tal y no estar atendiendo necesidades estúpidas como el sexo.

—Por favor preséntate.—le pegó un codazo leve a su hermano quien dejó de mirar sus uñas y se levantó sentándose en la mesa, Jungwon solo se puso la mano en sus ojos negando, su hermano era muy... Extrovertido y coqueto.

—Mi nombre es Yang Oberon, pero me dicen Sunoo y soy el suplente al trono—se encogió de hombros sonriendo hermosamente.

—Basta Sunoo, bajate de la mesa—Jungwon le pegó una palmada en la espalda y lo hizo sentarse.

—Aburrido.—este bufo cruzándose de brazos.

—Como sea, por favor, sanguinario preséntate.—Le indicó al vampiro.

—Mi nombre es Alucard.—Dijo sin dar demasiados detalles.

—Él siguiente—Dijo de nuevo Jungwon sintiéndose acalorado y más nervioso por la mirada para nada indirecta del ángel negro en su nuca.

—Yo soy Luke y el es Eleuter mi hermano.—Los lincatropos se presentaron igualmente sin dar detalles y el siguiente fue el mago.

—Mi nombre es Damián.—Dijo haciendo una rosa con sus manos para dársela a su hermano quien estaba a su lado sonriendole coquetamente al chico.

—Ey, Mantén tus límites.—Le dijo y este solo se encogió de hombros y sin más volteo encontrándose con la mirada del angel negro, quien tenía entre sus dedos las gafas.—Ahora tu para comenzar ya, muchas presentaciones.—Rodo los ojos.

—Soy Uriel heredero del trono de los angeles negros—Dijo alardeando y Jungwon solo negó regañandose mentalmente.

No era cualquier ángel negro con el que se iba a meter, ¡era el mismísimo príncipe carajo!

Aclaro su garganta que comenzaba a secarse.

—Ya que nos presentamos y familiarizamos—antes de que Jungwon pudiera decir de nuevo una palabra, uno de los lincatropos río.

—"¿Familiarizados?", Aquí huele a muerto.

Oh, oh.

—Si no te callas el hocico tendré que ponerte un bozal, pulgoso.—Amenazó el sanguinario, mientras mostraba sus colmillos.

—¿Como me dijiste?—pregunto ahora a la defensiva, dejando ver el color azul en sus ojos.

"Pensé que esto iba a ser más fácil, parecen críos de dos años todos, o bueno, no todos"

Pensó lo último al ver al ángel negro quieto en su lugar tomando del vaso de agua que se le fue asignado al principio de la junta para todos, o bueno, no para todos hablando figurativamente para el vampiro.

—Basta.

Lo ignoraron.

Ahora no solo tenía un problema, cuando miro a su otro costado de la pelea estaba su hermano sentado en la mesa frente al mago.

—Basta, Sunoo bájate de la mesa ahora—Su voz no salía lo suficientemente fuerte como para dar órdenes que claramente su hermano ignoro.

—Pulgoso, los seelies deberían tener un tipo de detector de pulgas, vayas y llenes todo de plagas.—Se burlo de nuevo con su sonrisa sobrada en la cara.

—Eres un hijo de—y antes de decir algo más.

¡Basta!-La bruma de Jungwon era dorada con negra, hizo a todos sentarse inmediatamente prestándole atención.

Que. había. pasado.

Jungwon siempre se había mostrado el más positivo, el más carismático, el más responsable y el que menos se enojaba rápido, pero esto, era nuevo que hasta su hermano se encogió en su asiento, la bruma fuerte fue disminuyendo mientras que los ojos de Jungwon dorados con negro volvían a ser los mismos cafés lucero de siempre.

Jungwon llevaba 20 años viviendo mundanamente, y llevaba 118 años viviendo como seelie, y sus padres le habían dicho que el nunca iba a heredar ningún poder porque al ser puesto en el trono su único poder iba a ser el mandato que se le otorgaba por el ángel.

Pero.

¿Porque acaba de pasar todo esto? Tenía que averiguarlo.

Así que continuando con la junta se sento de nuevo, peinando su cabello medio largo detrás de sus hermosas orejas puntiagudas con variedad de argollas y perforaciones.

—Callense por favor—Sonrió de una manera que todos se quedaron quietos y sin protestar.—Gracias.

Miro los papeles un momento y luego los miro a todos, quien lo miraban como si hubiera Sido el mismo padre de Uriel quién se apareció.

—Como sabemos, somos una nueva generación, Yo, heredaré el trono de los seelies y pronto ustedes los correspondientes, somos una generación con unos acuerdos establecidos hace millones de años, hace millones de generaciones, esto con el fin de proteger cada raza sub mundial, y mantener a salvó el mundo mortal y esto—tomo una pausa para señalar a los lincatropos alfas y al vampiro.

>>>Me parece una gran idiotez, ustedes son una nueva generación donde la enemistad de las dos razas debe de terminar, no me importa que sus antepasados se hayan matado para saber cuál es la mejor o la raza superior, seamos un poquito más maduros.—Sonrió sarcásticamente haciendo que un lobo gruña entre dientes.

—No puedes hacer eso.—El ángel negro hablo por primera vez en la tarde.

—¿Ah no?—preguntó a la defensiva.

—No, no puedes cambiar una enemistad de millones de generaciones atrás de la noche a la mañana.—Dijo con su pecho ahora hacia adelante, en la misma posición retadora de Jungwon.

—No, obviamente no la voy a cambiar de la noche a la mañana, pero estoy aquí yo para llevar a cabo el cambio igualmente, y ustedes junto con sus padres, firmaron cordialmente la invitación del ángel, la cuál, si leyeron decían que debían de ser comprensivos con todo lo que se les ordenara.

—Tks, ridículo.—Dijo el vampiro y Jungwon lo ignoró.

—Y lastimosamente para tí, ahora yo soy el que lleva a cargo esta nueva generación, lo siento mucho si no te parece, órdenes son órdenes.—Le sonrió y volvió de nuevo a su postura normal.

—¿Como piensas hacer eso?—pregunto ahora el mago.

—Facil, tenemos que pasar tiempo juntos entre todos.—Rodo los ojos disimuladamente.

No le gustaba esa idea, y menos cuando el era él que tenía que supervisar todo.

—Me niego—Dijieron todos al unísono excepto el ángel negro.

—Lo siento si no les gusta.—repitió—pero las órdenes son órdenes, ¿alguna queja? Con el ángel directamente, gracias, nos vemos en dos días, aquí se termina la junta.

—A si que Jungwon ¿eh?—Una voz lo desconcertó y lo hizo sobre saltarse, había salido de la junta rápido porque parecía que todos eran niños pequeños peleando por babosadas y además el ángel negro no dejaba de mirarlo, salió del mundo seelie a su hogar, bueno casi llegando.

—Pareces un acosador—Le devolvió intentando no parecer nervioso al mirarlo.

—Já.

—Que quieres, uriel.—le dijo sarcásticamente intentando hacerle saber por medio de esas palabras que lo de anoche no debía repetirse, nunca.

—Me dijiste que nos volveríamos a encontrar, no pensé que fuera de esta forma tan, abrupta para los dos, y más para tí, que eres el hijo perfecto.—Le dijo aún con un toque de quemazón, que hizo a Jungwon mirarlo con los ojos entrecerrados.

—Mira, lo de anoche fue extremadamente extraño, estaba casi borracho y si no fuera por mi hermano yo hubiera cometido el peor error en mis 118 años, así que no, no nos volveremos a encontrar para otras cosas que no sean temas necesarios como lo que hable hoy en la junta.

—Ni tu te lo crees.—Dijo demasiado ofendido.

—No tengo cara de mentir y tampoco puedo hacerlo, si quieres que te sea más directo, No podemos hacer nada más que hablar, que dirigirnos palabras profesionales, soy un heredero al trono elegido por el ángel Ituriel, y tú, eres un ángel negro, un príncipe que pronto será heredero también, ni que intentaramos ser amigos no se podría, no podemos.

—Ellos no tienen porque enterase de lo que pasa con nosotros Jungwon—le dijo un poco más cerca, aún así sabiendo que el seelie tenía razón.

Jungwon negó, no debía caer, él era el hijo perfecto, él no era su hermano.

—Basta—Dijo separandolo—claro que ellos no tienen por qué enterarse, pero yo soy fiel a lo que pronto me corresponderá, y tú deberías irte, hemos hablado suficiente de temas que no son profesionales.—Le dió la espalda dispuesto a irse, pero antes escucho lo que le dijo el ángel.

—Lo que tú tienes es miedo Jungwon, lo sé, te entiendo porque yo tengo las mismas responsabilidades en un nivel un poco menor que el tuyo ya que tú fuiste elegido por el propio angel para hacer eso y tienes miedo de fracasar, de fallarle, de mentirle, y yo no soy nada más que un hijo de puta que desea de ti, Jungwon, llámame cuando te sientas solo, yo estaré ahí.—le susurró cerca a su oreja.

Jungwon tragó saliva, volteando a ver, vió que el ángel negro ya no se encontraba ahí.

Suspiro entrando a su hogar mientras subía las escaleras rápidamente y se tiraba a su cama, ahogando los sollozos en ella.

Tenía 118 años, era joven, un joven que estaba siendo enseñado a ser uno de los herederos más grandes del sub mundo desde pequeño, alguien elegido sin razón que el sepa hasta ahora, un joven que no salía, no disfrutaba, no tenía amigos ni pareja y cuando justo algo en él se removió con una sola persona, este era alguien...

Imposible.

¿No era muy joven para eso?

Aquí se presentaron todos con sus nombres de raza, ahora les toca a ustedes saber quién es quien de los chicos excepto Jungwon y sunoo, aunque bueno, el ángel negro de seguro ya saben quién es 😼.

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