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𝗖𝗵𝗮𝗽𝘁𝗲𝗿 𝗳𝗼𝘂𝗿𝘁𝗲𝗲𝗻 🦌

No soy de hacer notas de autora. Pero esta era necesario.
A partir de este capítulo. Quiero mencionar que la historia entrará en el arco del drama principal.

Es decir. Que la vida de Rose Mary y James, comenzará a dar giro a partir de aquí.
Créanme. Tanto ustedes como yo, odiaremos a muchas personas en esta situación.

No confíen en nadie. Primer aviso.


𝑽𝒐𝒕𝒆𝒏 𝒚 𝒄𝒐𝒎𝒆𝒏𝒕𝒆𝒏. 𝑷𝒐𝒓 𝒇𝒂𝒗𝒐𝒓, 𝒆𝒗𝒊𝒕𝒆𝒎𝒐𝒔 𝒔𝒆𝒓 𝒍𝒆𝒄𝒕𝒐𝒓𝒆𝒔 𝒇𝒂𝒏𝒕𝒂𝒔𝒎𝒂𝒔

⚝──⭒─⭑─⭒──⚝

Semana tras semanas, los estudiantes de Hogwarts se preparaban para los meses venideros. Sobre todo aquellos que ansiaban apenas llegara el primer día de diciembre.

Actualmente estábamos en las últimas semanas de octubre. Las decoraciones de Samhain eran sustituidas por murciélagos de papel, y calabazas con velas en su interior. En un intento de linternas o faroles, que deambulaban por el castillo.

Peeves, de vez en cuando, las hacía explotar. Llenando de jugos, semillas y pulpa a los pobres estudiantes víctimas de sus bromas. Los merodeadores no se quedaban atrás. Peeves decía que se habían vuelto aburridos. Pero era todo lo contrario.

Solo tenían enfoques diferentes. Remus, se concentraba en sus exámenes próximos de los NEWT. Sirius había recibido de parte de su hermano, una convocatoria al funeral de su tío Alphard y bueno. Cabe destacar que el joven no estaba en mejores términos con nadie. Peter. Rara vez se le veía con los demás chicos y James...

James era un caso sinceramente aparte. Lo veías en los pasillos, baños, el comedor, campo de entrenamiento, clases. En cualquier lado. Colo si nada pasara. Actuando de la misma forma de toda su existencia dentro de las paredes de Hogwarts. Pero el chico también tenía sus problemas.

Desde el comienzo de otoño e invierno. Rose Mary lo estaba ignorando. La pelirroja se escabullía al momento que buscaba acercarse a ella. Tomando el brazo de Snape y tirar de él como barrera para alejarse.

James estaba confundido y dolido al mismo tiempo.

Habían tenido dos citas más, las cuales Sirius se había encargado de arruinar siendo Padfoot. Pero por más que me reclamase al ojigris. Este arremetió con un "Ya sabrás porqué lo hago." dejándolo más confundido que enojado.

James quería entender. Pero se le hacía difícil. Escuchaba los rumores esparcidos con respecto a él y sus amigos, sobre una posible separación. Eso no era verdad.

Los cuatro eran amigos de por vida. Se confiaban la existencia los unos a los otros. Solo. Estaban aprendiendo a vivir su tiempo y a respirar parte de su propio aire.

James decía que no siempre podría estar pegado a Sirius.

Sirius odiaba creer que estaba más lejos de Remus.

A Remus no le gustaba dejar de lado a Peter.

Y Peter era quien consolaba a James en sus peores momentos.

Eran los mejores amigos. Los cuatro eran complementos unos de los otros. Toda la población mágica lo sabía.

Sirius actuaba muy raro cada que Rose Mary estaba cerca. James se había dado cuenta.

El de rizos, la miraba fijamente. Sus ojos grises perdían ese brillo de travesura y pasaban a ser unos fríos. Los mismos que negaba haber heredado de su madre -Pero James sabía que lo llevaba con él siempre.- queriendo alejar todo lo que fuera retorcido y muy "Black" de sí mismo.

Pero volviendo al punto.

Black miraba a Yaxley. La estudiaba; buscaba y esperaba a que cometiera el mínimo error. Siempre con su mano cerca de James. Como si tenerlo cerca fuera privilegio para mostrarle lo que sea que buscara.

En este instante estaban en el comedor. Y la escena se repetía. Rose Mary no levantaba la mirada de su plato y Sirius la miraba fijamente. James observaba a su mejor amigo casi hermano con confusión. Al mismo tiempo observaba como la joven se removía incómoda. Sumisa. Como si temiera a Sirius.

—Permiso. No tengo hambre. —Mencionó la pelirroja levantándose. Dando una leve inclinación a su hermano para retirarse del comedor.

James observó cómo así mismo, cuando ella se iba. Sirius se ponía de pie y la seguía. Porque estaba más que claro que el animago de perro, seguía a la pelirroja.

Remus también captó su mirada y negó, guardando silencio. Lo que hizo que apretara los puños levemente.

«¿Qué busca Sirius de Rose Mary?» Pensaba el de lentes. Aplastando con su tenedor, el pudín de vainilla que tenía frente a él.

Los pasillos estaban vacíos, a excepción de los dos estudiantes que parecían discutir cerca de la primera bajada a las mazmorras. El chico le sostenía la muñeca a la joven; no había gritos, pero el disgusto en la mirada de ambos. Era claro. No parecían soportarse el uno al otro.

El joven más que la muchacha.

—Yaxley. No lo repetiré de nuevo.

—¡Entonces sueltame maldita sea, Black! ¡Me estas lastimando!

Ella se buscaba librar de su agarre, pero este la sostenía con fuerza. Sus ojos grises pegados a la chica. Evitando perderla de vista.

Sirius solo temía porque algo le pasara a James. Era su mejor amigo y fue su salvador en muchas ocasiones. No quería que le hicieran daño, y la joven frente a él. Que se removía sin cesar para escapar de su agarre. Era capaz de cumplir su mayor temor.

—¡Black! ¡Ya sueltame!

—¡No! ¡Joder quédate quieta! ¡Te soltaré! ¡Pero deja de sacudirte como babosa! —Ladró el ojigris, gruñendo fuertemente para que ella se calmara.

—¡Entonces deja de acosarme! ¡No sabes lo horrible que se siente que te observen todo el tiempo con ganas de matarte! —Exclamó ella.—¡Yo a ti no te he hecho nada!

—¡Solo dime qué mierda planean tú y el bastardo de tu hermano! —Ella negó. Chillando bajo cuando fue sujetada por sus brazos con fuerza, siendo acercara al rostro del ojigris. —¡Dime! ¡Sé que vas a lastimar a James como la perra que eres! ¡¿por qué lo niegas?!

—¡Yo nunca le haría daño a James! —Logrando soltar uno de sus brazos, le dió una fuerte cachetada al Black, haciendo que retrocediera sorprendido. —¡Aléjate de mí!

Sosteniendo su mejilla herida, Sirius volteó la mirada para observarla. Por un instante se cegó en la rabia y le regresó la cachetada. El golpe había resonado más fuerte que la que ella le había dado. Causando que cayera al suelo y los pasillos vacíos hicieran eco del sonido.

Desde que se había mudado con los Potter. A Sirius jamás le habían levantado una mano durante ese tiempo. Es más, Euphemia y Fleamont lo retaban con severidad más nunca a base de golpes o maldiciones como en su casa anterior. Que la pelirroja se atreviera a ponerle una mano encima lo hizo recordar aquellos turbios instantes donde Walburga Black le pegaba y lo dejaba al borde de la inconsciencia.

No midió su fuerza y le regresó la cachetada a la chica. Siendo la primera vez que golpeaba a una mujer. Miró su mano, la piel picaba ligeramente por el escozor de la cachetada; sus ojos seguían en shock.

Por otro lado, Rose Mary se sostenía igualmente el rostro, mirando al suelo en silencio. Sin moverse, sin derramar una lágrima por el golpe que había recibido. Se apoyó levemente en su otra mano para ponerse de pie, cuando unos brazos la agarraron con fuerza y la ayudaron a ponerse de pie.

Sus ojos azules registraron rápidamente como un borrón rojo tacleaba al Black y lo lanzaba al suelo. Golpeándolo en el rostro.

Peter...

Quién la sostenía era el chico Lupin y al parecer le hablaba. Pero ella solo podía ver como el merodeador más pequeño le jalaba el cabello al Black; haciéndolo chillar.

—¡¿Qué mierda tienes en la cabeza Sirius?! ¡Le pegaste a una mujer maldito bastardo! —Peter estaba furioso, tiraba y buscaba las formas de arremeter contra el chico.

Sirius no se quedaba atrás, buscando librarse del agarre del merodeador más pequeño. Buscando con la mirada, la ayuda de Remus. Quién me colocaba un pañuelo húmedo en la mejilla a la pelirroja. Ignorando la pelea a pocos metros de ellos.

—¡Tú paranoia está llegando muy lejos! —Exclamaba Pettigrew. Su nariz sangraba gracias a unos puñetazos que Sirius le había regresado. —¡Déjala en paz! ¡Ella no es como las demás serpientes!

El Black se puso de pie. Limpiando la sangre que caía de su labio. Su enojo era mayor. Pues se sentía completamente traicionado por sus amigos. Más al ver a la chica en brazos del licántropo. Quién lucia sus ojos brillantes, con enojo y decepción.

«Te ven como lo que eres. Sirius. Un Bastardo enloquecido, de la casa Black.» Lo torturaba su mente. Sus ojos no se despegaron de sus dos amigos socorriendo a la Slytherin.

Si había llegado lejos. Ella seguía siendo una dama.

—Peter. Ya....Estoy bien, solo fue un pequeño golpe. —Escuchó como Yaxley se excusaba, pero el merodeador de ojos marrones negaba firmemente con la cabeza. Su rostro rojo del coraje. —Pettigrew.

—¡No Rose! ¡Se ha pasado! ¡Te ha golpeado!

—¿Quién ha golpeado a quién?

Los cuatro se giraron, viendo a la persona frente a ellos.

⚝──⭒─⭑─⭒──⚝

𝑽𝒐𝒕𝒆𝒏 𝒚 𝒄𝒐𝒎𝒆𝒏𝒕𝒆𝒏. 𝑷𝒐𝒓 𝒇𝒂𝒗𝒐𝒓, 𝒆𝒗𝒊𝒕𝒆𝒎𝒐𝒔 𝒔𝒆𝒓 𝒍𝒆𝒄𝒕𝒐𝒓𝒆𝒔 𝒇𝒂𝒏𝒕𝒂𝒔𝒎𝒂𝒔


¿Me habré pasado poquito?
No lo sé. Necesitaba entrar de golpe al arco principal. Upsi.

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