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𝗖𝗵𝗮𝗽𝘁𝗲𝗿 𝗧𝘄𝗲𝗻𝘁𝘆-𝗡𝗶𝗻𝗲


𝑽𝒐𝒕𝒆𝒏 𝒚 𝒄𝒐𝒎𝒆𝒏𝒕𝒆𝒏. 𝑷𝒐𝒓 𝒇𝒂𝒗𝒐𝒓, 𝒆𝒗𝒊𝒕𝒆𝒎𝒐𝒔 𝒔𝒆𝒓 𝒍𝒆𝒄𝒕𝒐𝒓𝒆𝒔 𝒇𝒂𝒏𝒕𝒂𝒔𝒎𝒂𝒔

𝐌𝐚𝐫𝐚𝐭𝐨𝐧 3/5

⚝──⭒─⭑─⭒──⚝


Cuando febrero llegó marcando en rosa la fecha del catorce; muchas parejas de Hogwarts esperaban poder ir a pasear a Hogsmeade y así disfrutar el tiempo en conjunto. Algunos entre amigos y los más grandes, en búsqueda de compensar su agotamiento por los exámenes que se acercaban más pronto que nunca.  

Para consternación de muchos estudiantes; Dumbledore en el desayuno del catorce; había anunciado que se deberían retomar las practicas de quidditch; pues el partido se reanudaría especialmente el 20 del mismo mes.

Todos los miembros de los cuatro equipos rápidamente lanzaron gritos estupefactos hacía el director, que con tan poco tiempo de anuncio les pedía retomar sus entrenamientos matutinos. 

James estaba eufórico, la sobrecarga de trabajo escolar que llevaba encima, más sus responsabilidades y ahora los entrenamientos que debía retomar; le quitaban más tiempo del que quería, y para la guinda del pastel. Rose Mary y él no habían podido hablar. 

Varias veces había intentado conversar con ella en los pasillos o en las mismas clases que compartían de nivel E.X.T.A.S.I.S. Pero aún así, era poco lo que se decían.

Se habían encontrado yya varías veces en los pasillos del séptimo piso por la noche. Pero por desgracia estaban tan cansados que solo preferían ir a la torre de astronomía y guardar silencio entre ellos.

A James no le gustaba el silencio.

Menos si no había un roce de manos o un abrazo de por medio.

Ni siquiera un beso...

Rose Mary estaba distante con él y lo relacionaba al enojo y decepción que la muchacha sentía por su familia; sintiendose insegura aunque no lo demostrase. Temerosa de volver a casa.

Quería antenderla, más sus ganas de abrazarla eran más fuertes.

Poco tiempo fue donde su relación con la Slytherin parecía ir de mil maravillas; y ahora una nube de tormenta helada los atrapaba sin saber como liberarse de esa situación.

Esa misma noche después del anuncio del director, James se apresuró a subir a la torre de astronomía, minutos después de que l chica se marchara del comedor alegando que quería estar sola.

El de lentes había podido observar como Nott, Snape y el hermano de Sirius se negaban y se apresuraban a seguirla. Pero ella ya había salido del lugar dando un fuerte portazo que llamó la atención de todo el alumnado. 

Los tres Slytherins cedieron a regañadientes para mayor fortuna del Potter; quien se deslizó por la puerta sin llamar la atención de más nadie. Simplemente corriendo hacía donde sabía se encontraría su rosa.

Subir las escaleras de caracol era cansador, pero si ibas poco a poco, retomando el aire perdido de una carrera tres pisos anteriores, era incluso más fácil disimular que no te faltaba el aire y la presión sanguínea te mataba en los oídos. 

Rose Mary se encontraba allí, sentada en el barandal que dividía una muerte segura y la vida dentro de Hogwarts. Acercándose sigilosamente a ella, convocó de su varita casi con un murmullo un ramo de dalias blancas. 

Las extendió a la muchacha cuando esta giro su rostro al presentir su presencia; él le sonrió con dulzura en silencio y ella tomó las flores con cuidado, bajando de su peligroso asiento y situándose frente a él.

─Rosie...Yo-

─James, tenemos tanto de que hablar.─ Mencionó la joven, aferrada al ramo de flores con una sonrisa dulce en sus labios.─Pero el poco tiempo, nos ha alejado bastante.

Él asintió, rascando su nuca con leve vergüenza.

 ─¿Sabes? Creo que voy a odiar los meses venideros. ─Ella lo observó con curiosidad.─ Hoy ni siquiera he podido invitarte a una cita, una de las citas de estaciones que te prometí. Las flores son más que una simple compensación por eso.

─Pero igual son hermosas, James; y aprecio mucho el gesto que tuviste al traerlas, no debiste.

─Claro que sí, eres mi novia, y aunque no hemos hablado más de lo necesario con todo lo que ha pasado, ¿crees que me siento bien al no poder pasar tiempo contigo?

Ella suspiró, dejando el ramo en una superficie plana para luego acercarse al chico que revolvía su cabello con notable frustración.

─James...

─Estoy enojado Rosie, tu hermano es un bastardo que te ha hecho tanto daño; Nott se jacta de casarse contigo en las vacaciones de pascua; estás rodeada de tus amigos como si fueran guardianes temiendo por tu seguridad. ─Comenzó él caminando alrededor de toda la torre.─ ¡Y los entiendo! Si por mi fuera, si no fuera Gryffindor, igual estaría pegado a ti tratando que nada malo te suceda; ¡Pero incluso los rumores que dicen de tía! ¡Me enojan demasiado!

Ella se cruzó de brazos.

─Cierto, no debiste golpear a Goldstein por eso.

─¡Eres mi novia Rose Mary Yaxley! ─Ella movió su cabeza soltando un suspiro y él se acercó a ella.─ Por favor hermosa, si tengo que golpear a todos aquellos que hablen mal de ti a tus espaldas, lo ha're. Porque al final del día te vas a enterar de esas cocas y te sentirás mal.

─James, no soy una maldita damisela en apuros.

Él negó apresurado.

─Claro que no, yo lo sé. solo insisto, que no me importa que suceda; podría ir y golpear a Sirius si quieres; aunque aún estoy enojado por enterarme que él, te levantó la mano.

Ella rió por lo bajo y acarició el cabello del castaño.

─¿Peter?─ Cuestionó divertida.

─Si, no puedo creer que literalmente se cayeron a golpes y el mejor parado fue wormtail. ─Mencionó el muchacho entre risas.

─Tienen un grupo muy diverso eh. ─Mencionó la pelirroja abrazándose con cuidado al pecho del muchacho, pasando sus brazos por su toro hasta su espalda y dejando que él se apoyara en su coronilla, sintiendo el agarre en su cintura. ─¿Habías esperado algo así cuando iniciaste Hogwarts?

El muchacho negó, con los ojos cerrados y una sonrisa plasmada en su rostro mientras afirmaba el abrazo que ambos compartían.

─Mi madre había dicho que me divirtiera, y mi padre que estaba orgulloso de mí sobre todas las cosas; ambos querían que tuviera el mejor año y así fue. Conocí a los chicos en el tren, Sirius alegando que no quería ir a Slytherin pero que su familia lo colgaría de los calzones de desobedecer; Remus era bastante callado y Peter se escondía detrás e él. ─James suspiró.─ No me imagino mi vida sin ellos.

─¿Cómo imaginas tu vida después de esto?

─¿Sinceramente? Sé que en algún punto, tomaré las riendas de mi apellido; espero haberme casado para ese entonces, para no hacer las cosas solo. Casado, quizás dos hijos, o más... No lo sé, mis padres solo me tuvieron a mí, casi por suerte y mis tíos nunca tuvieron hijos antes de fallecer. ─Murmuró recordando a su amado tío, hermano de su padre.─ Solo quiero una vida feliz. ─Ella asintió entendiendo, levantando su rostro para observarlo; él ahora miraba la luna llena que se alzaba frente a ellos.─ Rose...Debo irme.

Se soltaron con cuidado, ella con confusión y él comenzando a caminar a las escaleras.

─¿Sucede algo?

─Ya es tarde y es mejor que regreses a tu sala común...Tengo algo que hacer─ Mencionó regresando hacía ella y tomando su rostro con suma delicadeza. ─Te prometo, que no importa que fuerza mayor trate de alejarte de mí; siempre seras mi rosa.

Con eso dicho, besó sus labios de forma dulce, siendo correspondido por la pelirroja antes de marcharse. 

Dejando que se fuera, la pelirroja volvió su vista hacía el barandal de la torre; acercándose al bordillo después de haber recogido sus flores. Las observó con cuidado y acarició cada uno de sus pétalos con dulzura, sonriendo ligeramente. Al bajar la vista a los terrenos del castillo, observó como cuatro sombras corrían apresuradas al sauce boxeador, llamando su atención por completo.

El árbol se detuvo por un instante y las sombras se desplazaron hasta perderse a través del gran tronco. Rose movió su cabeza confundida, un fuerte nudo en su estomago la hizo levantarse y caminar al principio de las escaleras; bajando por las mismas para ir en dirección a la salida del castillo.

Su curiosidad era más grande de lo que parecía.

Con las dalias en mano, brillando a la luz de la luna, la chica caminó hacía el sauce boxeador, mirando a todos lados en busca de alguna pista de como detenerlo al igual que las misteriosas sombras habían hecho.

En cambio, se encontró en el suelo, un par de gafas de armazón dorado. Sabiendo a quien le pertenecían. 

─¿Qué estas haciendo ahora James?─ Murmuró alejándose lo más rápido que podía de una de las ramas del árbol que ahora buscaba golpearla.

Buscaría respuestas luego.

Al marcharse, un escalofrío recorrió su columna, pues un fuerte aullido a la lejanía se dejó oír. Rápidamente apresuró el paso, no notando como una sombra con unas especies de astas en la cabeza la observaba casi correr a la seguridad del castillo.

A la mañana siguiente, con las gafas envueltas en un pañuelo delicado; Rose Mary se dirigía a la sala común de Gryffindor; había pensado que lo mejor era dejar pasar la loca idea de buscar respuestas de su novio; pues sabía que por los momentos no las encontraría.

No era de gran estima para los leones, ella lo sabía de sobra. Es más eran de los primeros de murmurar estupideces al verla situada frente al retrato de la sala común. Ella pudo haberse dirigido hacía la torre de premios anuales, pero había preferido esperar a que Peter saliera de la casa y así encargarle las gafas de James; que de nuevo había perdido. 

Habían sido dos veces en las que Rose Mary ayudaba al Potter a recuperar sus gafas, la primera siendo la vez que lo llevaron a la enfermería gracias a su estrepitosa caía, la segunda; ahora mismo. Nuevamente Peter sería su pequeña ayuda, por ser el amigo del muchacho, y a su vez, el Gryffindor que mejor le caía.

Estaba enamorada de su novio, más no siempre le caía bien el mismo James.

Aquello le causaba gracia.

Escuchó de una chica una vez mientras caminaba, que la mejor forma de que una relación no fuera aburrida era que ambos se tuvieran la confianza suficiente para bromear entre ellos.

Rose Mary se consideraba a sí misma bastante sarcástica cuando quería; pero salía con un merodeador. debía aprender más para l menos superar el estándar bromista de su novio.

Mientras esperaba, el retrato de la dama gorda se abrió y de allí salió la rubia Mckinnon junto a la premio anual. ¿Evans se llamaba? Ni idea, no la topaba realmente.

Ambas estudiantes de la casa de los leones observaran a la Slytherin con sorpresa genuina antes de que pasara a ser rabia y desconfianza.

La pelirroja de cabellos lacios se acercó cruzada de brazos y fue la primera en hablar.

─¿Qué busca una serpiente babosa, en este lado del castillo?

Rose Mary enarcó perfectamente una ceja y sonrió irónica.

─¿Por qué debería darte explicaciones?─ Preguntó. ─Espera, ni siquiera sé quien eres. Si me disculpas, espero a alguien.

─James no está aquí, ya debió haber bajado al comedor. ─mintió Lily cruzándose de brazos.

En realidad los merodeadores si estaban en la sala común, terminando un trabajo para la profesora Sprout.

─No busco a James, pero gracias por decirme. Tan linda niña que gran ayuda eres. ─Respondió Rose dándose la vuelta para marcharse.

─¡Yaxley espera! ¡Yo quiero saber algo! ─Quien habló ahora fu la rubia.─ ¿Es cierto que te metiste con Potter y abortaste a su bastardo? ─Muchos de los leones que iban saliendo escucharon la pregunta de su compañera y observaron a la pelirroja de túnica verde. ─Que tan malnacida tienes que ser como para matar a un niño mágico.

Lily entrecerró los ojos y sonrió levemente, más que una sonrisa era una mueca; presionaban ligeramente a la serpiente y cuando atacara, la victima serían otras. Rose Mary suspiro con gesto cansado, volviendo a darse la vuelta.

─Repito, no sé quienes son, y no tengo porque darle explicaciones. ─Las dos chicas arrugaron el rostro.─ Tu lo dijiste rubia; rumores son rumores.

Marlene se giró a su amiga y suspiró de forma fingida.

─Pero, Lily...¿No fuiste tú quien vio a Snape darle la noticia a James?

La pelirroja asintió.

─Si, se veía tan destrozado, recuero sus palabras..."Lo ha perdido...Rosie perdió a nuestro hijo" ─Rose Mary alzó las cejas con incredulidad los murmullos de los miembros de la casa escarlata se hacían cada vez más altos a su alrededor.─ ¿Sabes? Incluso planeaba hablar con Severus para arreglar nuestras diferencias; porque está claro. Que hay peores cosas que amar las artes oscuras. 

Peter quien iba saliendo por el cuatro, se detuvo confundido al ver la multitud reunida en la entrada. La entrada de la torre estaba justo en frente de las escaleras. ¿Por qué tanta aglomeración?

─Peter muévete.

─Sirius cállate, ¿no vez a toda la casa aquí reunida? Ni modo que los fuera a empujar.

─Buena idea...Solo empuja a la gente que tengo hambre. ─Alentó el Black─ Usa esa fuerza desconocida que tienes para pegarme. 

Remus se abrió paso entre ambos seguido de James, quien buscaba sostener con cinta adhesiva sus gafas de repuesto, ya más rotas que un pergamino viejo en su mochila. Había perdido las doradas y aunque sabía quien las tenía; iría a buscarlas después del desayuno.

─¿Qué tanto ocurre? ─Le preguntó Remus a uno de los gemelos Prewett, a saber cual era.

─Hay una especie de confrontación...

─Evans y Mckinnon contra una Slytherin que vino a la torre...

Peter movió la cabeza en búsqueda de ver que ocurría, y James sostuvo sus gafas a su cabeza tratando de hacer lo mismo.

─¿Evans, cierto? Es lindo ver como difunden algo bastante personal. ─Habló la pelirroja de rizos, guardando en su túnica las gafas envueltas en el pañuelo.─ Aún más que salgas en defensa del chico a quien desechaste como basura, después de haber sido bañada en basura.

Las dos pelirrojas se observaron con diferentes expresiones en su rostro, la de túnica escarlata tenía la rabia pintada en sus ojos verdes, la de verde; la observaba con aburrimiento y superioridad.

Los merodeadores se abrieron paso entre la multitud en silencio, situándose detrás de las dos chicas de su casa; escuchando todo con atención. Sirius se mordió la lengua antes de soltar algo estúpido hacía su mejor amigo de lentes, quien se giró a verlo compartiendo casi por instinto el mismo pensamiento.

"Dos pelirrojas se pelean por James"

"Dos pelirrojas sexys se pelean por mí"

Tratando de retener las sonrisas en su rostro, volvieron su vista hacía las dos chicas.

Rose Mary ya había visto a los cuatro chicos situarse detrás de sus compañeras, y aprovecharía la situación lo más que pudiera.

─Vamos Evans... Admítelo, no es como si no conociera la historia. ─Empezó a hablar, llevando sus manos detrás de su espalda.─ James me lo dijo; como estuvo detrás de ti tanto tiempo, y comenzaste a actuar extraño. Para que por una bromita, decidieras simplemente desecharlo. 

─¿Por qué debería caer en los juegos de una sucia serpiente como tú? ─Respondió la contraria.─ Es más, hasta donde tengo entendido, estás en la casa donde el orgullo y la dignidad es más grande que su persona. Pero cuando Potter fue a llorarte a tus brazos apenas conociéndote, simplemente le dijiste que sí. ─Rose Mary frunció el ceño.─¿Qué se siente ser el remplazo de un amor de seis años?

─¿Eso es lo que te duele? ¿Que no fuera rogando como los últimos seis años por tu cariño? Joder pelirroja, eso es caer más bajo. ─Alegó la Slytherin.─ Somos humanos; seamos concretas. Tomamos el duelo a nuestra forma, y si tú aún te sientes humillada de no ser motivo de llanto de un chico. Pues que bajo has caído.

─Tan bajo como la que le abrió las piernas a la primera y abortó a un bastardo. ¿Qué dice eso de ti? Quien comprometida con otro, sigue jugando a ser la novia perfecta de un chico dorado.

─¿Sabes algo? Está claro, que una sangre sucia jamás entenderá nuestro mundo. Pero pierdo el tiempo en explicaciones ilógicas a alguien que no ve más allá de su nariz. ─Dándose la vuelta, la Yaxley comenzó a bajar las escaleras.─ Te recomendaré algo, deberías ir a verte la vista en San Mungo, creo que esos ojos verdes aburridos, son simple producto de deficiencia mágica, vitaminas o no se...Sentido común y razón.

La casa de los leones observó en silencio como la Slytherin se retiraba con la cabeza en alto. 

Lily tenía el rostro enrojecido, su lado Gryffindor no le permitía dejarse vencer de aquella forma tan humillante, donde todos la observaban esperando algo de ella. 

─Lily vamonos, no vale la pena. ─Habló su amiga tirando de ella.

Pero la pelirroja fue implacable. Tomando su varita, apunto hacía la chica que apenas iba llegando al final de las escaleras y se detenía al estas comenzar a moverse para cambiar de dirección.

¡DESPULSO! ─Escucharon todos los presentes y observaron atónitos como la joven de la casa verde y plata salía despedida por los aires, cayendo varios pisos por el vacío de la escalera.

James pálido como un papel, empujo a Lily rápidamente y sosteniéndose del reposa-manos de la misma escalera, bajó hasta tres escalones casi al final, gritando el nombre de Rose Mary.

─¡ROSE MARY!

Todos, volvieron su vista hacía el vacío, hasta que se escuchó un fuerte crujido. Las escaleras se detuvieron, y un gran grupo de estudiantes bajó apresurado en busca de ayuda. Pettigrew y Potter gritando por ayuda mientras se desplazaban lo más rápido que podían hasta los dos pisos inferiores, donde se encontraba el cuerpo inconsciente de Rose Mary.

Peeves quien había visto toda la escena, voló apresurado junto a las pinturas de los retratos, quienes buscaban comentarle rápido al director.

Albus Dumbledore en compañía de los profesores para ir al comedor, se detuvieron en seco al escuchar los gritos del poltergeist.

─¡ASESINATO EN LA TORRE DE GRYFFINDOR! ¡ASESINATO EN LA TORRE DE GRYFFINDOR!

Los adultos se vieron entre ellos sin entender, hasta que los gemelos Prewett, la señorita McDonalds, Lupin y Longbottom corrieron hacía ellos.

─Señor Longbottom, ¿que ocurre?─Preguntó el director.

─¡Es una emergencia profesor! ¡Lily tiró a la señorita Yaxley de las escaleras en movimiento! ¡Podría estar muerta!

Los cuatro jefes de casa corrieron siguiendo a los jóvenes leones; en dirección hacía donde se encontraban Potter, Pettigrew, Black y lo que parecía ser el cuerpo ensangrentado de Rose Mary.

─¡Ayuda por favor! ¡Hagan algo! ¡Rápido!

Fue lo que escucharon los adultos de parte del chico de gafas, quien sostenía en su regazo el cuerpo de la muchacha.

Dos pisos más arriba, Marlene Mckinnon veía asustada a su mejor amiga, quien temblando, había dejado caer su varita y se abrazaba con terror.

Lily Evans había matado a alguien...

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