𝗖𝗵𝗮𝗽𝘁𝗲𝗿 𝗧𝗵𝗶𝗿𝘁𝘆-𝗦𝗶𝘅
Entramos en la cuenta regresiva de los últimos catorce capítulos de la historia
A partir de aquí están programados al menos dos capítulos por día. Mismos que ya tengo escritos para ir acabando. Ahora serán más largos y abarcan más trama.
Comenzaré a concentrarme en el trabajo y mis exámenes en clases, por ende. THE ROSE GARDEN terminará antes de lo esperado.
Subido el epílogo, se contará con tres especiales como un ¿Qué pasó después? Sirviendo como puntos de partida a una futura o próxima temporada.
Igualmente, se estará publicando al final; los nombres de las nuevas historias que comenzaran después de SACRIFICE Y OVER THE MOON.
Prosigan con la lectura.
𝑽𝒐𝒕𝒆𝒏 𝒚 𝒄𝒐𝒎𝒆𝒏𝒕𝒆𝒏. 𝑷𝒐𝒓 𝒇𝒂𝒗𝒐𝒓, 𝒆𝒗𝒊𝒕𝒆𝒎𝒐𝒔 𝒔𝒆𝒓 𝒍𝒆𝒄𝒕𝒐𝒓𝒆𝒔 𝒇𝒂𝒏𝒕𝒂𝒔𝒎𝒂𝒔
⚝──⭒─⭑─⭒──⚝
Rose Mary animaba febrilmente a James en el último partido contra Slytherin; Peter le había conseguido un puesto cerca de las gradas de escarlata y ambos animaban juntos al equipo de los leones. Sirius y Remus también estaban a su alrededor.
Apenas habían entrado al campo. Nuevamente le habían pedido al hufflepuff que comentase el partido; pero desde la cabina ya parecía haber problemas.
─No profesora... Si profesora... ─Mcgonagall como siempre, buscaba hacer que el comentarista de turno se comportase y narrara simplemente los comentarios justos para el partido.
Rose sonrió y miró a Peter.
─¿Siempre ha sido así? ─El merodeador asintió.
─Si; al menos desde que Remus ya no es comentarista.
La pelirroja se giró hacía el castaño y con curiosidad lo observó.
─¿Fuiste comentarista en un juego, Remus?
─Lo fui. Una sola vez y no quise hacerlo más.
La escandalosa risa de Sirius irrumpió en el aire; mientras abrazaba al castaño y le jalaba las mejillas.
─Pasó la mitad del partido diciendo improperios. Minnie estaba que se desmayaba a su lado. El prefecto de Gryffindor con una boca tan sucia.
─¡Sirius!
Rose y Pettigrew rieron; más por la situación, que por el sonrojo avergonzado del chico de cicatrices. Remus era una cajita de sorpresas detrás de su rostro de niño bueno.
Prestaron atención al momento en que Hooch sonó el silbato; notando como Mulciber y James se daban la mano con un odio reflejado en su rostro.
Hablábamos de la finales de la copa de la casa; era obvio que sería el partido más salvaje entre ellos.
Nuevamente la casa verde y plata contra la roja y dorada.
─¡Comiencen!
Leonard Maverick activó el sonorus nuevamente y su voz hizo eco al instante que se pusieron en vuelo.
─¡Madame Hooch ha soltado a los jugadores!... ¡Comenzamos el partido con fluidez y salvajismo! ¡Los leones buscan la victoria después de aquel aplastante partido contra las águilas! ¡Las serpientes buscan remontar después de haber perdido contra los tejones! ─Las gradas aullaron en animo para los jugadores.
James volaba alrededor del campo junto a sus compañeros; como cazador estaba atento para atrapar la quaffle. Los gemelos Prewett están atentos atacando con rabia a sus contrincantes. Las bludgers vuelan a favor de derribar a quien se atraviese; en una promesa de hacer daño no más letal que andarlos a la enfermería.
─¡Pero miren esa forma de atacar! ¡Fabian o Gideon; quien sea...Ataca a Yaxley con todo! ¡Por otro lado Lestrange y Nott buscan esquivar el ataque feroz de las bludgers humanas y con la quaffle en mano se acercan a la portería de los leones!
Jordan y Mc'Nair volaban presurosos tratando de evitar que los dos Slytherins llegaran a la portería; James también estaba en medio; logrando derribar a Rabastan Lestrange. Pero la quaffle la tenía Tiberius.
─¡Potter ha derrivado a Lestrange! ¡Fabian tira la bludger y logra darle al mango de la escoba de Nott! ¡Penalti para Slytherin! ─Las gradas de los leones rugieron en desagrado; carteles de apoyo para su equipo se alzaron por lo alto esperando que Farrel lograse proteger los aros del gol. ─¡Nott se prepara para lanzar y... GOL DE SLYTHERIN!
─¡Maldita sea!─ Rose Mary escuchó a Sirius reclamar.
─¡Vi al imbecil de Yaxley empujarse hacía Farrel! ¡Deberían haber dicho algo! ─Peter se giró hacia la pelirroja y la abrazó por los hombros.─ Sin ofender Rosie.
─Tranquilo Pet. No pasa nada.
Sirius puso su mano sobre la cabeza de la pelirroja y comenzó a acariciar su cabello.
─¿Qué usas para cuidar tus rizos?
Remus los observó con sarcasmo pintado en sus ojos; mientas comía una barra de chocolate oscuro. ─¿En serio Sirius?
Él chico se encogió de hombros.─ Solo pregunto; me parece interesante saber como mantiene su suavidad.
Rose sonrió al ver el esfuerzo del Black por llevar la fiesta en paz entre ambos y tocó con cuidado la rodilla de Remus.
─No pasa nada; Lupin... Black, uso acondicionador y cremas para definir los rizos.
Riendo, regresaron su vista al partido; donde se podía ver a un James Potter de frente a Anthony Yaxley que le gritaba furioso.
─¡ESA FUE UNA MALDITA TRAMPA, POTTER!
─Juegas sucio Yaxley; lo haré igual.
Madame Hooch se acercó a ambos y les pidió regresar a sus puestos. Habían detenido el partido después de que en un tiempo fuera; James le hubiera lanzado la bludger a Anthony directo al brazo; fallando por un instante. Pero habiendo sido intencional.
─¡Uh! ¡Potter y Yaxley parecen estar en problemas! ¡EN OTRAS INSTANCIAS! ¡Que la mitad de los jugadores quieran matarse en pleno campo no detiene a los dos buscadores, DUMBAR Y BLACK VUELAN TRAS LA SNITCH!
Escuchando al comentarista; todos volvieron su vista a los dos buscadores forcejear contra el otro en lo alto del campo. James abrió los ojos a mas no poder cuando vio a Regulus bajar en picada en busca de realizar una finta que tenía más posibilidades de salir mal; seguido del buscador del equipo; pero habían cambiado de dirección a último segundo gracias a que la maldita pelotita dorada había desaparecido de nuevo.
James con rapidez montó su escoba e instó al esto a hacerlo.
─¡¿QUÉ ESPERAN?! ¡Jordan la quaffle! ─Alzó el vuelo con la quaffle bajo el brazo y la lanzó por encima de su cabeza a Jordan; quien se la pasó a Mc'Nair en un intento de evitar a Mulciber y a Nott.
Los gemelos Prewett rápidamente tomaron los bates y comenzaron a arremeter contra Yaxley y Meadowes; los dos bateadores del equipo contrario tampoco perdieron tiempo, regresando los golpes.
Un trueno alertó a los estudiantes en las gradas y los profesores rápidamente se levantaron para hacer alto al partido. Por muy sorprendente que fuera; tal parecía que las tormentas estaban en contra de cualquier momento feliz que pudiera haber dentro de los terrenos de hogwarts.
Donde había sol; ahora una gran nube de lluvia que parecía albergar consigo algún Thunderbird por los relámpagos que iluminaban la ahora oscuridad provocada por la misma nube.
─Maldita sea. ─Gruñó James mientras sacaba su varita y buscaba la forma de encantar sus gafas para que fueran repelentes a la tormenta. ─¡Farrel!
Justin Farrel quien hacía de guardián; voló hacía el capitán y negó; con los ojos entrecerrados a causa de la tormenta.─ ¡No he visto a Aleck! ¡La tormenta ha cubierto todo el campo!
James maldijo en voz alta; dejando que el chico volviera a su posición, y ayudándolo cuando veía a los otros jugadores acercarse.
Fabian Prewett también se acercó; más que todo para poder batear por lo lejos las bludgers que atentaban contra James.─ ¡Madame Hooch está pidiendo el paro!
Gideon apareció por arriba de sus cabezas y asintió ─¡Pero no se detienen!
James suspiró y les hizo una seña. ─¡Sigan adelante, cubran a Justin! ¡Me pondré con Ethan y Omar!
En las gradas por otro lado; Peter se encontraba cubriendo a Rose con su túnica para que la lluvia no la mojara más de lo que ya había hecho; al mismo tiempo Sirius estiraba la suya para cubrirse y cubrir a Peter y Remus usaba su varita para convocar una especie de sombrilla o paraguas para cubrirlos a todos.
─¡Rose debemos irnos!─ Exclamó Peter mientras protegía a la chica.
Ella negó, sosteniéndose con fuerza del borde de las gradas. ─Estoy preocupada.
─¡Van a estar bien!
─¡No lo sabes! ¡Se está poniendo peor la tormenta!
Remus, quien veía a la profesora McGonagall hacerles señas para que salieran de las gradas; llamó a sus amigos para que le prestaran atención.
─Debemos irnos; McGonagall está alerta por nosotros.
Pero la pelirroja siguió negando. ─¡Por favor! ¡Anthony, James y Regulus aun están volando! ─Girandose a ver al castaño; fue tironeada con cuidado por Peter quien la instaba avanzar.
Ante la mención de su hermano; Sirius volvió su vista al campo y forzó sus ojos para encontrar al menor de los Slytherins; sintiendo un alivio en su pecho cuando lo vio descender junto al capitán; Mulciber lo tomaba del brazo para que corrieran a resguardarse; y casi al mismo tiempo todos descendieron.
─Vámonos. ─Mencionó el de ojos grises. ─Estarán bien. Busquemos a James en los vestuarios.
Al final; el partido se canceló. Dumbledore mencionó en la cena que si las tormentas seguían así; se alargaría la espera hasta que mermaran.
Rose revolvía con cuidado el cabello de Regulus mientras lo escuchaba estornudar; el menor de los hermanos Black al parecer había estado expuesto al ojo de la tormenta, y al igual que el buscador de Gryffindor, habían contraído una neumonía leve. Pasarían la noche en la enfermería.
James al ver como el Slytherin más joven se recargaba en su novia en busca de calor; solo podía ser el verdugo de su propia cena, mutilando un trozo de lechuga con su tenedor y un par de tomates cherry terminando masacrados ante el dorso de una cuchara.
Peter, viendo el comportamiento de su amigo; alejó los trozos de tarta de arándanos y de melaza para evitar que fueran sacrificadas.
James llevaba en sus manos un trozo de tarta de melaza; iba comiendo del mismo casi embarrando su rostro con la miel que cubría el postre. Peter había reclamado algo sobre matanzas y sobras; y sabiendo que quedaría con hambre. Le entregó aquel trozo de pastel alegando que le daría hambre en el camino hacía la enfermería.
Sirius se había marchado con antelación, siguiendo a Rose y a Regulus; pero llevaba como excusa el cuerpo moribundo del buscador del equipo. Quien quejumbroso negaba en haber aceptado la oferta de Sirius de ir con él. Remus se había reído en el transcurso de aquello.
Peter por su parte había ido corriendo a la sala de menesteres con el mapa. A saber porqué. Pero James no le cuestionaba. Ya lo interceptaría antes de irse a dormir.
Al cruzar el pasillo se había encontrado con Snape; quien haciendo una mueca se hizo a un lado para dejarlo pasar, venía saliendo de la enfermería y llevaba consigo una carta. James le dio un asentimiento y siguió su camino. Pero hizo una mueca y dejó de comer; tragando el bocado en su boca antes de hablarle.
─Snape. ¿Noticias de Evans?
Severus se giró y alzó el pergamino. ─El juicio es mañana. Lo más probable es que la expulsen del mundo magico.
James limpió su diestra pegajosa contra su túnica mientras hacía una mueca.
─Creí que la llevarían a Azkaban.
Severus asintió. ─Celda de contención. Pero sus padres al ser muggles alegaron que la enviarían a uno de esos "reformatorios" o algo así; pero el ministerio accedió a lanzarle un "obliviate"
─¿Reformatorio? ─Preguntó el de lentes.
Severus resopló hastiado de la presencia del Potter.─ Es como el área en San Mungos para la gente mal de la cabeza...Pero combinado con las celdas de contención del ministerio. ─Ambos hicieron una mueca y el Slytherin grió su rostro arrugando la carta entre sus manos.
─Potter yo...
─Snape, quiero disculparme. ─Severus alzó su mirada y vio al Gryffindor poner su mayor expresión de seriedad en casi seis años. ─Por todo; me comporté mal contigo por un comentario infantil. Cuando solo mencionabas que deseabas estar en Slytherin porque tu madre había estado allí. No debí actuar como lo hice.
─Potter, basta. Esto es innecesario.
James negó sonriendo avergonzado. ─En serio. Fui un completo-
─Cerdo. ─Comentó del de ojos onix. Ganándose una risa del de gafas.
─Si, un cerdo.
Ambos suspiraron; sintiendo como esa tensión entre ambos se aligeraba mientras conversaban. Snape quien era el que había bajado su guardia se aventuró a hacer un comentario, que en su mente sonaba bien.
─Tu eres un cerdo; definitivamente. Potter...Pero le gustas a Rose; así que al menos espero que hagas frente por si otra vez se te ocurre tener "cerditos"
James ladeó la cabeza ante el comentario y cubrió sus mejillas sonrosadas.
─¿Tu crees que si llegue a tener hijos con Rosie? ¡Ah! ¡Gracias! Normalmente Pads o Moony les dirán "Pronglets", o cachorros. Ya sabes... Remus... Pero cerditos suena bien.─ Snape se echó a reír cubriendo su boca con su mano y asintió, despidiéndose en silencio mientras se alejaba.
James se dio la vuelta sin dejar de sonreír. Ahogando un fuerte chillido que amenazó con escapar de sus labios cuando vio a la pelirroja apoyada en una columna, cruzada de brazos y sonriendo divertida ante su sobresalto.
─¡Por amor a Circe! ¡Mi Rosa, hoy estas preciosa!
─Prongs. ¿Haciendo las pases con Severus? ─El chico asintió, acercándose a ella con ojos inocentes; inflando sus mejillas para hacerla reír. ─¿La lluvia lavó tus pecados o algo así?
─¿Por qué lo dices, querida?
─Nunca pensé en ver al gran James Potter. Valiente Gryffindor, audaz merodeador y experto rompedor de reglas, buscar ser el primero en pedir disculpas. ─él se encogió de hombros.
─Bueno; quizás la lluvia me hizo tener una epifanía ante mis actos.
─¿Después de seis años?
─Cariño, andas bastante detallista con las cosas hoy.
Ambos rieron; James jugando con sus manos distraidamente; Rose entrelazando sus dedos con dulzura y las mejillas sonrosadas. Rose jaló de James y comenzaron a caminar con dirección a uno de los espacios son ventadas; de los arcos de los pasillos. Con vista al sauce boxeador y a la misma lluvia que comenzaba a relajar sus torrentes.
James se apoyó en el borde y observó con gracia la lluvia. Aún había demasiado viento; pero no era tan salvaje como al comienzo; pero lo que lo desconcertó en gran medida y logró hacerlo reír; fue ver a un perro negro revolcarse en los charcos de agua acumulados y por un instante una pequeña figura iba detrás del can.
─¿Hagrid dejó salir a Fang de nuevo? ─Preguntó la pelirroja y James rió.
El perro era demasiado peludo para ser Fang; además el labrador era incluso más pequeño.
─Ese no es Fang. ─Murmuró captando la atención de la pelirroja.─ Es Sirius.
─Pero Sirius acababa de irse cuando te encontraste con Severus.
─¿Recuerdas que te dije que eramos animagos? ─James rió cuando la vio asentir con confusión en su rostro. ─ Ese es Sirius, debes creerme.
Ella asintió; aún con duda. Pero después relajó la mirada al notar al chico de ojos grises cambiar su forma. Donde antes estaba el perro, ahora estaba el chico. Detrás de él, también había aparecido Peter. Lupin los seguía; pero no se había presentado como un animal, simplemente corría tras ellos gritando que dejaran de jugar con la lluvia.
─Rose; hace un rato he querido proponerte algo...─ La voz de James la hizo girar; pero al hacerlo un nubarrón de color marón y gris se dirigió hacía ella estrellándose en su pecho.─ ¡COMET!
Rose sostuvo al búho entre sus brazos; acunándolo para que se relajara. Había volado entre el viento aún fuerte y pudo haberse lastimado. Era ahora, una cosita de plumas desordenadas. El búho se congeló en su sitio al escuchar la voz de su dueño y giró su cabecita hacía él. Siendo pasado a los brazos del chico que revolvían y a su vez acomodaban sus plumas todas sueltas.
─Comet, por amor a Godric. ¿Por qué vuelas hasta aquí con esta lluvia? ─El búho ululó y se refugió en los brazos del joven; pero estiró su patita por debajo de su suave agarre y Rose le desprendió con cuidado la carta que llevaba consigo.
─Pues parece; que te han mandado algo.
James miró la carta y sonrió al notar el sello de sus padres; el sello de la familia Potter en cera roja y un pétalo de flor atrapado en medio de la cera. Su madre en verdad amaba hacerse notar cuando le escribían.
─Deben ser mis padres. El sello es de la familia; y el pétalo es el detalle especial de mi mamá. A veces le pone una margarita y mi papá la atrapa en cera dorada; para que se vea bien.
Rose admiró el sobre en silencio; entregándoselo al chico con cuidado antes de reír por el atrevimiento del búho al querer morderle el dedo.
─¡Comet no! ─ Exclamó el de lentes.─ ¡Ella es tu futura mami! Si ella quiere claro; no es como si ya hubiera imaginado una vida entre nosotros juntos viviendo en alguna propiedad de mi familia; con este pequeñín y unos buhitos o lechuzas que posiblemente serán sus hijos y de paso amigos de nuestros hijos. No claro que no. ─Con las mejillas sonrojadas, James ocultó su rostro en medio de las plumas del ave; quien ladeó la cabeza al verlo actuar extraño.
Rose sonrió; tirando del Gryffindor para poder besar su mejilla.
─Suena estupendo.
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