𝗖𝗵𝗮𝗽𝘁𝗲𝗿 𝗡𝗶𝗻𝗲🌹
𝑽𝒐𝒕𝒆𝒏 𝒚 𝒄𝒐𝒎𝒆𝒏𝒕𝒆𝒏. 𝑷𝒐𝒓 𝒇𝒂𝒗𝒐𝒓, 𝒆𝒗𝒊𝒕𝒆𝒎𝒐𝒔 𝒔𝒆𝒓 𝒍𝒆𝒄𝒕𝒐𝒓𝒆𝒔 𝒇𝒂𝒏𝒕𝒂𝒔𝒎𝒂𝒔
⚝──⭒─⭑─⭒──⚝
La celebración en la torre de Gryffindor era en efecto, un momento muy especial. Las decoraciones, las bebidas; la comida e incluso la música era algo que nadie deseaba perderse.
Eran conocidos por ser almas de la fiesta y dueños del centro de atención, disfrutaban del momento que se les permitía a los de último año convivir con sus demás compañeros de casa, amigos de grados inferiores e incluso invitar a miembros de otras casas. Siempre y cuando no fueran los de verde y plata.
Los dos premios anuales, qué pertenecían a la asa del león. También estaban presentes en dicha celebración. ¿Y cómo no? Si el aclamado James Potter, como capitán del equipo de quidditch era el festejado junto al resto de jugadores. Habían arrasado en el partido y sólo querían brindar por esa temporada que los llevaría a la gloria.
—¡Prongs! ¿Buena fiesta, no? McGonagall se pasó al permitirnos realizarla. —Los cuatro merodeadores estaban a un lado de la pista de baile en el centro de la sala común; más cerca de la mesa de bebidas que de la música en general.
El de lentes asintió a su amigo ojigris, llevándose a los labios el vaso que contenía algo de whisky de fuego. Tomando un largo sorbo del mismo mientras su mirada recorría a todos los órdenes en la fiesta.
Al haber llegado a la torre, horas antes. Los chicos lo habían llenado de preguntas con respecto al beso que Lily le había dado. Estaba confundido, más que todo por las acciones de la pelirroja. Pues ella había dejado muy en claro el mes pasado, que no quería saber ni siquiera que compartía el mismo aire que él.
Ahora lo besaba, frente a todo Hogwarts.
Frente a Rose Mary.
James había querido ir a hablar con ella, pero había sido imposible pues lo habían arrastrado a la fiesta desde el comienzo, y cuando Sirius se presentó con las cajas de cervezas y whisky cortesía de las tres escobas; no pudo escapar.
—Sigo creyendo, que para ser nuestro último año. Lo más emocionante que nos pasa es la temporada de quidditch. —Comentó Peter, bebiendo de su tarro de cerveza. Limpiando la espuma que varias veces se le quedaba pegada en el labio superior. —Pero ver a James siendo besado por su ex novia...Eso si fue un show amigo.
—A mi eso no me cuadra, en serio. —Remus llevaba en sus manos una botella de cerveza, que cada cierto tiempo cambiaba porque Sirius se la robaba. — Digo. ¿Por qué besarte si literalmente te mandó a la mierda por esa estúpida broma?
James estaba apoyado en la pared que daba a la ventana de la sala común; misma ventana donde Sirius estaba sentado, fumando un cigarrillo y lanzando el humo a la interperie.
Se encogió de hombros viendo fijamente a su vaso, como si fuera mucho más divertido y asombroso de mundo. Como si el líquido color ámbar pudiera darle todas las respuestas que buscaba.
Con un suspiro, miró al castaño de cicatrices.
—No tengo idea Remus; estaba planeando hacer algo antes de subir y ella me detuvo con eso. No sé qué es lo que le ocurre o porque lo hizo, realmente.
Sirius qué no los observaba, pateo levemente a su amigo, llamando su atención.
—¿Qué ibas a hacer? ¿Verte con la serpiente pelirroja? —James inclinó su cabeza confundido por las palabras del Black. —Digo, tienes ya un tiempo raro. Solo cuando ella está cerca o se le menciona en alguna conversación.
Peter asintió.
—Si, James. ¿Tú estás bien? Nos hemos dado cuenta de tu forma de actuar cuando Rose Mary camina por el mismo pasillo que tú acompañada de Snape.
Potter los observó con una ceja levantada y se cruzó de brazos.
—Según ustedes. ¿cómo actúo cuando eso ocurre?
Los tres merodeadores restantes, se miraron y suspiraron.
—Cómo un idiota, te brillan los ojos cuándo aparece.
—Aprietas los puños cuando está con Snape hablando de cualquier cosa.
—Actuas de la misma forma que lo hacías cuando Lily se juntaba con Severus. —James miró a Remus, quién había sido más específico. —James...Ella no es Lily.
—¡Yo sé que no es Lily! Por Merlín, ¿Qué creen ustedes? ¿Qué estoy detrás de ella solo para remplazar a la chica que me dejó en claro que soy una mierda de persona?
—Si. —Respondieron al mismo tiempo.
Sintiendo que comenzaba a enojarse, el de lentes se quitó las gafas y limpió los cristales con su camiseta. Llevándose luego el vaso a la boca y terminando su trago hasta dejarlo vacío.
—Bien. Esa es su opinión.
Sirius negó.
—No James. No es que sea nuestra opinión. Es que si lo haces. —Bajándose del alféizar, lo señaló. —Remus te lo dijo. No es Lily. No es tu "Lilyflor", no es la hermosa Evans. Es una Yaxley. Tanto tú como yo, sabemos lo que hablan de su familia.
James resopló. Volviendo a cruzarse de brazos después de ponerse las gafas.
—¿Y eso qué? Sé lo que dicen de tú familia y somos amigos Sirius. —El ojigris guardó silencio ante esas palabras y parpadeo incrédulo. &No me mires así, lo sabes. Todos esperan que algún día te "arregles" y vuelvas a ser el pequeño niño de los Black. Tu familia es una mierda, pero tú no eres parte de ellos. ¿O si?
—¿Qué estás insinuando? Tú-.
Remus se metió en medio de ambos, poniendo sus manos en el pecho de Sirius para que no hiciera nada estúpido y de lo que pudiera arrepentirse.
Peter, tiró a James del brazo y sin dejarlo hablar, lo llevó al otro lado de la sala.
—Jamie. Creo que lo mejor es que tomes aire. Te estás alterando.
Asintiendo, se soltó de su amigo y salió de la sala común.
Estaba disgustado, ¿Qué se creían ellos para decirle eso? Cómo si no supiera diferenciar entre aquellas dos pelirrojas.
Ambas tenían nombres de flor. Si. Lily era un lirio, y Rose Mary una rosa. James había aprendido en herbología sobre el lenguaje de las flores. Lily era como un lirio blanco. Representaba el amor y la confianza.
Amor que él le tenía y la confianza que ella nunca le tuvo. Porque James era consciente. Lily nunca confió en él.
Rose Mary era una rosa roja. Tenía algo en ella, que lo llamaba. Buscaba su atención de forma natural. Era inconsciente de todas las veces en las que buscaba su mirada y ella también lo observaba.
Era como una canción que sonaba siempre en su cabeza, pegajosa. Pero no mala. Como un llamado a estar cerca de ella. No sabía por qué; solo la veía como una rosa con espinas. Más aún no me daba un color a sus pétalos.
Iba pintando poco a poco los pétalos de esa rosa, adivinando qué color le quedaba mejor.
En casa, su madre tenía un hermoso jardín con todas las flores existentes; su padre diariamente cortaba con cuidado algunas para dársela a su madre. James había crecido observando a su madre oler el ramo de lirios blancos y rosas rojas o rosadas que su padre le entregaba siempre.
Lirios blancos y rosas.
Nunca pensaría que las flores de su madre, ahora creaban un enredo gigante en su vida.
Sus pasos; al recorrer el castillo inmerso en sus pensamientos, lo llevaron a parar en el jardín interior del lugar. A la intemperie y un posible mal momento para que Filch lo atrape. Pues ya pasaba del toque de queda y no llevaba consigo su capa de invisibilidad.
Mascullando, pateó una pequeña roca que estaba por allí. Metiendo sus manos en los bolsillos de su pantalón para darse vuelta y retirarse.
Antes de marcharse. Levantó la vista hacía el cielo despejado. Quería volar un rato. Quizás si realizaba un accio. Su escoba iría hacía él y podría liberar su tensión en el aire.
Diciendo un suave "¿Por qué no?" lanzó el hechizo invocador y su escoba voló hacía su mano lo más rápido que podía. Permitiendo que subiera y se pusiera en marcha. Sintiendo el viento frío de la noche revolotear en su cabello. Al volar alrededor de la torre de astronomía. Sus ojos captaron un destello rojo.
Sabía quién era. Pues era la única que con aquel destello, llamaba su atención.
Si. Lily tenía el cabello más anaranjado que rojo; como las llamas de un fuego en la chimenea. Un fuego lacio, que se ondulaba con pequeñas trenzas
Pero Rose Mary tenía el cabello rojo, como la sangre. Fuerte y espeso, en rizos naturales. Cada uno con su vida propia sin necesidad de ser tocados por manos ajenas. Cómo si estuviera prohibido querer deshacer su peinado natural.
Se acercó a ella con su escoba notando que estaba apoyada al borde de la torre. Con los ojos cerrados y una pequeña sonrisa en su rostro. James se permitió observarla. Tan hermosa, con esa piel delicada que se veía más pálida bajo la luz de la luna menguante. Su cabello tan brillante sin importar si fuera de día o de noche, pequeñas pecas salpicaban sutilmente su rostro, pero eran asi imposibles de observar a menos que prestaras atención. Y esos ojos azules, que parecían brillar cada que él aparecía.
James tenía una alta autoestima en sí mismo, pero con los acontecimientos de un mes para acá; sentía que esa autoestima lo metía en problemas. Más se había fijado que los ojos de Rose Mary, adquirían un brillito especial cada que cruzaban miradas. A veces era un brillo curioso, queriendo descubrir que estaba haciendo, otras era divertido. Como si disfrutara de retarlo a meterse en problemas.
Casi no hablaban, pero las noches en las que podían hablar sin mencionar la guerra entre ambas casas. James se daba cuenta cuando sus ojos adquirían cierto toque de comodidad y confianza. Estaba cómoda con él. Eso lo hacía sentir bien.
Hacía a su corazón latir felizmente.
Se acercó a ella un poco más con la escoba, buscando que no se asustara al abrir los ojos. Debía llamar su atención. Pero no sabía que decir.
«¡La cita!» Gritó su consciencia. Haciendo que se mordiera el labio dudoso. ¿Realmente era una cita lo que habían acordado? Lo descubriría.
—¿Ya-Yaxley?—. Quiso darse un golpe. Venía a tartamudear en el peor momento. —Que sorpresa verte aquí.
«Bravo James, quedaste como un estúpido tartamudeando frente a ella. ¡Reacciona hombre!» Si estuviera frente a un espejo de cuerpo completo. El Potter estaba seguro que se habría golpeado y buscaría muy dentro de él; aquel orgullo Gryffindor que se había quedado atrás cuando tomó la escoba.
Ella abrió sus ojos y relajó su postura, observándole.
—Potter. Buenas noches.— Su sonrisa se hizo presente en el rostro de la joven. —Felicidades por cierto; pensé que estarías celebrando.
Él negó con la cabeza.
—No, bueno...Si. Solo que, terminé por querer algo de aire fresco. — Señaló su escoba y rió bajo.— Ya sabes, esos momentos donde todo se pone pesado.
—Lo comprendo, debe ser muy ruidoso. Pero creía. -Quizás y lo creí mal- Que te gustaban ese tipo de ambiente. —James terminó por situarse dentro de la torre, bajando de la escoba y dejándola a un lado, apoyándose del borde junto a la chica.
—No digo que no me guste, solo que. No quería estar allí en este instante.
Ambos guardaron silencio. Solo mirando al cielo; que esa vez se encontraba bastante despejado.
James jugaba son sus manos algo nervioso, no sabía cómo sacar a relucir el tema de la salida. Retorcía sus dedos tronandolos suavemente. Solo se escuchaba el sonido que producían sus dedos.
Rose Mary se giró y lo tomó de las manos. Deteniendo lo que hacía, negando levemente mientras tiraba suavemente de sus manos.
_Deja de hacer eso. Te podrías lastimar. —Él tragó fuerte. —Potter. Sobre nuestra salida el sábado. No creo que a tu novia le agrade la idea.
James rápidamente negó con la cabeza, llevándose una mirada de confusión por parte de la chica.
—Ella no es mi novia. Lo era. Me terminó por lo de la broma.
Rose Mary asintió, entendiendo.
—Oh. Ella es la que terminó allí. —Un pequeño resoplido escapó involuntariamente de sus labios. Antes de comenzar a reír de forma disimulada.
«Tiene una risa muy bonita. Si, ella no es Lily. Sirius está equivocado» Pensaba el de lentes, observando a la pelirroja que buscaba cubrir su boca con sus manos, para evitar seguir riendo.
𝑽𝒐𝒕𝒆𝒏 𝒚 𝒄𝒐𝒎𝒆𝒏𝒕𝒆𝒏. 𝑷𝒐𝒓 𝒇𝒂𝒗𝒐𝒓, 𝒆𝒗𝒊𝒕𝒆𝒎𝒐𝒔 𝒔𝒆𝒓 𝒍𝒆𝒄𝒕𝒐𝒓𝒆𝒔 𝒇𝒂𝒏𝒕𝒂𝒔𝒎𝒂𝒔
⚝──⭒─⭑─⭒──⚝
Es que claramente nuestra rosa, no es Lily Evans. ¿Cómo se atreven a compararlas?
Sirius casi golpea a James. a Padfoot no le gusta que le saquen a su familia en mención. Pero el si puede hablar de otros.
Yo si queria golpes entre nustro bambi y el perro; pero me dije: "Jullie, No" y por otro lado andaba "Jullie, Si"
Más decidí dejar que fluyera, y enfocarme en estos bonitos que tienen una cita que planificar.
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