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𝗖𝗵𝗮𝗽𝘁𝗲𝗿 𝗙𝗼𝗿𝘁𝘆-𝗙𝗶𝘃𝗲

𝑽𝒐𝒕𝒆𝒏 𝒚 𝒄𝒐𝒎𝒆𝒏𝒕𝒆𝒏. 𝑷𝒐𝒓 𝒇𝒂𝒗𝒐𝒓, 𝒆𝒗𝒊𝒕𝒆𝒎𝒐𝒔 𝒔𝒆𝒓 𝒍𝒆𝒄𝒕𝒐𝒓𝒆𝒔 𝒇𝒂𝒏𝒕𝒂𝒔𝒎𝒂𝒔

⚝──⭒─⭑─⭒──⚝

Enero de 1978

Diario El Profeta.

¡Tragedia en la casa Potter!

Así como lo leen, queridos lectores de nuestro diario. La familia noble de los Potter se viste después de casi doce años; de luto en nombre de la magia.

La querida, amada y conocida Lady Euphemia Potter ha sucumbido al manto mortal del Dios Thanatos o muerte, llamado vulgarmente.

Lord Fleamont Potter, su hijo el heredero  James Potter y su prometida Rose Mary Yaxley. Despiden en el panteón familiar con tristeza y agonía, el alma de aquella mujer, y madre que tanto dió por su familia.

Se dió a conocer que al parecer había sufrido un severo caso de Viruela de Dragón. Misma que Lord Potter, como afanado maestro pocionista, conjunto a sanadores capacitados de San Mungos; habían logrado controlar esperando pacientemente que su cuerpo y magia lograra recuperarse.

Pero los instantes finales de su muerte, habían revelado que desde hace un año antes; la misma Lady Potter, había estado padeciendo un severo caso de drenaje mágico. De extraña procedencia sin poder entablar la raíz de dicho problema.

Acompañados del ex-heredero de la familia Black, y algunos allegados más, nuestros reporteros estuvieron presentes en la despedida y sepultura de su cuerpo, en el mausoleo familiar.

En las imágenes dadas por nuestros redactores y entrevistadores; se puede observar el claro dolor de un hijo por haber perdido a su madre. Siendo sostenido fuertemente por su prometida y amigos antes de de fallecer por el agotamiento del clima y el llanto tras su perdida.

Lord Potter se mostró firme, siendo participe del consuelo a su único hijo. Apoyándose entre ellos ante el gran dolor del abandono.
Miles de rosas, margaritas, petunias, lirios, gardenias y demás flores fueron las otorgadas a la memoria de la dama.

De quién se conocía el gran amor que tenía por sus flores. Los elfos domesticos de la casa, repartieron pequeños recuerdos de flores eternas a los presentes. Creadas con el fin de recordar a la amada señora de la casa.

Misma que todo el mundo mágico, y nosotros queridos lectores. Despedimos con tristeza y deseamos que su alma sea guiada a través del velo y sea una con sus orígenes.

Redacción por: Colmat Brown.

Familia Potter. Pág (15)

Euphemia Potter. Pág (16)

Compromiso entre las casas Potter y Yaxley. Pág (18)

Enojado, triste, adolorido, deprimido. Así se podía definir a sí mismo James, si me preguntaban como se sentía.

Después de que el funeral de su madre había terminado; Sirius lo había literalmente, noqueado con un "desmaius" dejando que durmiera por algunas horas para así poder calmar sus ansias de acompañar a su madre en el otro mundo.

Su padre había agradecido a sus amigos por estar presente, pero se había retirado a su habitación. Mencionando que se encontraba demasiado cansado por todo lo sucedido, y prefería irse a dormir antes de caer posiblemente inerte en la sala.

¿Cómo no?

El hombre había pasado horas, y días enteros en vela cuidando de su esposa. Hasta que ella simplemente le dijo que no podía más. Su último aliento, fue para decir cuánto los amaba a ambos, cuánto agradecía a Rose por amar a su hijo. Y Sirius, quién había sido llamado de urgencia por James. También había estado presente ante el despido de la mujer que llamaba mamá.

Lloraron, Fleamont tomando su mano con su frente unida a la de ella. James arrodillado a su lado, pidiendo que no lo dejase; Sirius a sus pies. En silencio, sufriendo lentamente por perder el consuelo maternal que tanto había anhelado desde pequeño.

Los entrenamientos en del departamento de Seguridad Mágica lo distraían la mayor parte del tiempo, de recordar la pérdida de su madre.

Aunque apenas en poco tiempo de luto, hubiera regresado a sus prácticas de cuartel. Junto a Sirius quién era su mayor apoyo cuando estaban fuera de casa.

Peter iba a la mansión para ayudar a Rose con sus estudios. Habiendo decidido estudiar algo de sanación de igual forma para poder ser útil en casos de emergencia.

Con su padre ahora encerrado día y noche en su laboratorio, James confirmaba que ser Lord y estudiar para cumplir su deseo de ser auror, era más difícil de lo que pensaba. Ya que oficialmente, justo después del funeral. Habían ido a Gringott, donde los duendes se encargaron de dejar constancia que su padre se retiraba de su cargo, dejando todo a manos de su hijo.

James se sintió abrumado en ese instante, llegando a tener una fuerte discusión con Fleamont.

─¡No estoy de acuerdo! ─Exclamó él.

Durante el almuerzo, el sonido constante de los cubiertos contra los platos, se había incordiado gracias a su enojo.

─¿No estás de acuerdo, en qué? ─Bufó su padre.─Creo que estás preparado para seguir haciendo lo que vienes realizando desde que te graduaste.─ James se cruzó de brazos.─ Si tanto querías negarte, lo hubieras hecho en Gringott.

─¡No es eso papá! ¡Simplemente pienso que tienes la voluntad suficiente para seguir al frente!─ Sus palmas se estrellaron en la mesa, haciendo sobresaltar a su prometida.─¡Has dejado todo de lado desde la partida de mamá! ¡Solo-...Te encierras en tu laboratorio a hacer pociones, quién sabe para qué uso!

El mayor arqueó una ceja mientras observaba el movimiento constante en negativa de su hijo.

─Ya estoy viejo, eres mi único hijo y deseo que seas tú quien dirige esta casa como se debe.─ Empujando las palabras con enojo disfrazado, Fleamont también se había puesto de pié.─ Vamos, no eres un niño. Estás a nada de sentar cabeza con Rose. ¿Qué hace esto tan diferente?

─¡Qué no estoy listo para esto!

─¡Solo estás huyendo de responsabilidades que a la larga, ibas a tener! ─Exclamó el Potter mayor.─ ¿Quién crees que eres? ¡Eres el Lord de esta casa actual como tal!

─¡Soy tu hijo más primero antes que un título! ¡Sabrías que no estoy listo, cuando quiero enfocarme en mi carrera como auror!

─¡Ese trabajo te llevará a la muerte!─ Señaló Fleamont.

─¡Pero moriré haciendo lo que siempre quise!─ Exclamó James mientras se llevaba sus manos a su cabello, tirando de él.─ Por favor papá, esto es ridículo. No creo que mi abuelo te obligara a llevar riendas de nuestro nombre, cuando estudiabas tu maestría.

Su padre suspiró, bajando sus hombros tensos.

─No, no lo hizo.

─Entonces actúas como un viejo idiota al imponerme que haga esto.

─¡James!─ Rose, presente en la escena, alzó la voz parando la discusión de ambos.

James observó a la pelirroja y asintió. Empujando levemente su silla para ponerse de pie y levantar las manos en señal de rendición.

─¿Saben qué? Olvidenlo. Tengo entrenamiento hoy y no pienso faltar.─ Miró a su padre mientras alzaba la nariz con disgusto.─ Haz lo que quiera. Siempre lo haces.

Con ello, salió del comedor seguido de Rose Mary.

─¡James!

─¡Ya Rose!─ Se giró hacía ella y negó. Buscando los polvos flú.─ Voy tarde al ministerio, cuando regrese. Prometo que estaré más calmado.

Ella negó cruzándose de brazos. Disgustada por su forma de actuar hacía su padre.

─No es a mí a quien deberás disculpas; pero no eres el único que está perdiendo sueños. Solo porque tu madre ya no está.─Bufó.─ Tenlo en mente. Porque al menos tu padre sigue contigo. Nunca sabrás si un día regresas, y ya no está para ti.

Besó su mejilla y subió a su habitación; lo supo porque escuchó la puerta cerrarse, justo en el momento en que Fleamont salía del comedor y bajaba las escaleras al sótano. Sin dirigirles una mirada tan siguiera.

James sabía que Rose Mary tenía razón; su padre aún tenía vida y lo estaba despreciando. Pero pensaría más a fondo en ello, después de terminar sus prácticas.

Tropezó con sus pies y el borde de la chimenea del departamento de Seguridad Mágica, cuando salió de la red flú. Siendo observado por Sirius quién al parecer lo había estado esperando de forma impaciente.

─¡Hasta que llegas! Corvan ha estado como loco. Al parecer tendremos prácticas de campo con algunas redadas localizadas al norte.

James suspiró, colocándose bien la túnica de su uniforme.─ Perdón por la tardanza. Solo vamos.

Definitivamente Corvan los esperaba bastante impaciente y lanzando órdenes a diestra y siniestra. Enviándolos directamente con los demás practicantes para hacer su primera exploración de las redadas del norte supervisados con aurores en jefe y funcionamiento.


Dumbledore arribó a encontrarse con James y Sirius cuando el entrenamiento estaba por terminar. Corvan los había puesto a organizar algunos documentos dentro de la oficina principal para poder ser archivados y analizados por Bartemius Crouch. 

Sirius decía que aquel hombre le daba mala espina; sobre todo cada vez que le pasaba por el lado. Lo observaba como a una vil cucaracha que podía aplastar, y hacía que su piel se erizara.

─Te lo digo, Prongs. Cada que ese hombre me ve, es como si esperara el mínimo error para patearme las bolas.─ Murmuraba el Black mientras caminaban a la sala de descansos.

James rodó los ojos levemente.─ Te estás volviendo loco, a todos nos ve de esa forma.

─Admito que le ha gritado a Frank incluso, pero Frank vive en el suelo más tiempo que de pie. ─Admitió Sirius encogiéndose de hombros.─ Pero conmigo, Merlín. Siento que puede quemarme la nuca cuando se me queda mirando.

Exagerando por lo dicho, James rió. Deteniendo si andar cuando las túnicas coloridas de Dumbledore entraron en su radar; haciéndolo parpadear del shock por los inversos colores entre naranja chillón y púrpura con estrellas.

─James, Sirius. Mis muchachos, qué bueno verlos por aquí.─ Mencionó el director, estrechando las manos de ambos.─ Justo quería hablar con ustedes sobre algunos asuntos.

─¿Asuntos, director?─ Cuestionó James arreglando sus gafas.─ Justo estamos en nuestro descanso, ¿Es demasiado importante?

Los ojos del director brillaron de una extraña forma; haciendo que James pisara ligeramente el pie de su amigo. Aunque Sirius no le había entendido.

─Fíjate que en parte si, espero no serles molestia.

─¡Para nada! ─Exclamó el Black con una sonrisa en su rostro, guiando al mago mayor hasta la sala vacía para que tomara asiento.─ ¿Qué tal está todo por Hogwarts?

─Por los momentos, un año bastante interesante. Tranquilo para Minerva, ya que no tiene a quien perseguir por sus bromas constantes─. Sirius rió, y James se mordió los labios para evitar las carcajadas. ─ Pero no venía por ello.

James lo observó, con una de sus manos envolviendo su varita en el bolsillo de su uniforme. No le daba muy buena espina el confiar en Dumbledore.

─¿Qué ocurre profesor Dumbledore?─ Preguntó.

─Por favor James, ya no soy su profesor y mucho menos su director. Dime Albus.

James asintió.

─Bien...Albus, ¿Qué es lo que necesita de nosotros?

Acomodándose en su asiento, Dumbledore se aclaró su garganta antes de dirigirse hacia ellos.

─Imagino, que han estado más activos con relación a las investigaciones de ataques a los pueblos cercanos donde los nacidos de muggles acostumbran a vivir.─ Ambos asintieron y el mago mayor acarició su barba.─ Con tantos movimientos por parte de este grupo...¿Cómo se llama?

─Mortifagos. Así se hacen llamar. ─Respondió Sirius.

Dumbledore asintió.─ Eso, mortifagos. He estado hablando con algunos de sus antigüos compañeros, para formar un pequeño grupo especial para erradicar estos ataques. ─Detuvo su hablar cuando vió a James cerrar los ojos y levantar una mano.

─¿Usted ha estado reclutando a viejos estudiantes de Hogwarts para una organización con el mismo propósito que los aurores?

Sirius sacudió la cabeza entendiendo lo que su amigo preguntaba. Era algo loco y muy peligroso; ellos estaban entrenando para cumplir su deber de proteger el mundo mágico, y Dumbledore estaba haciendo lo mismo, pero con personas que posiblemente no tenían algún entrenamiento general más allá que clases de Defensa contra las Artes Oscuras.

─Mis muchachos, sé que suena loco-

─Es loco, e imprudente, director.─Asintió Black.

─Algo hipócrita si lo decimos nosotros.─ Murmuró James llevándose una mirada sorpresiva de parte de su amigo y una divertida por el mago de túnicas sin combinar.─ Pero prosiga, Albus.

Dumbledore sonrió y rascó sutilmente su barba. ─Quería pedirle que participarán en mi pequeña organización, ya he hablado con Remus, Peter e incluso con los gemelos Prewett y su hermana Molly Weasley. Frank también se ha postulado. Me gustaría contar con su apoyo en esto. ─Con un suspiro, unió sus manos en su regazo y observó fijamente a los dos muchachos. ─Se aproxima algo terrible queridos muchachos; no podemos confiar en que siempre la ley tendrá las verdaderas respuestas.

─Pero trabajamos por eso, Albus. ─Refutó el Potter.─ Me parece una invitación interesante. Pero le pediría el favor de permitirme pensarlo; creo que está consciente que aún estoy en plena planificación de mi boda.

─Por supuesto mi muchacho, soy consciente de eso y que la señorita Yaxley también es tu pilar más importante.─ James apretó la mandíbula levemente ante la mención de Rose.─ No tengo problema en que lo piensen; pero sería bueno que lo consideraran.

Ambos asintieron; Sirius en silencio mientras el director de despedía de vos. James acompañándolo cordialmente hasta la salida. Pero Albus lo sostuvo del hombro con cariño y le sonrió.

─Por favor James, sé que serás un gran factor lider para la Orden del Fénix. Si sabes a lo que me refiero. ─Con un guiño, se marchó de la sala. Dejando a los dos ex-gryffindors pensativos.

James comenzó a recoger sus cosas y salió del lugar seguido de su mejor amigo. Sirius llevaba las manos en los bolsillos de su pantalón y la mirada baja.

─La Orden del Fénix, ¿Puedes creer eso Pads?

─Es, extraño; pero Moony y Worm al parecer aceptaron. Frank también se postuló.─ James asintió.─ No creo que sea buena idea. Mucho tengo con Crouch.

─Ese es un problema. Una organización, a manos de aprendices y personas que apenas saben defenderse. ¿Estaremos bien aceptando? No lo creo.─ Sirius le dió la razón con la cabeza.

─En otras ocasiones no cuestionarias a Dumbledore, pero te vi muy consciente de negarte.

James resopló.─ Dumbledore, tiene algunas cosas. Que después de salir de Hogwarts, comencé a creer que no tenían sentido.

─¿Cómo cuáles?

─¿Por qué reclutar solo a Gryffindors a su llamada Orden? ─Se burló James.─ Solo nombró a nuestros amigos más cercanos. ¿Quién más estaría allí?

─Peleamos contra mortifagos.

─¿Qué curiosamente solo son Slytherins?─ Sirius detuvo su andar, viendo la sonrisa sarcástica en su amigo. ─Tengo mis razones Pads. Confía en mí.

─¿Aceptarás? ─James negó.─ Tenemos que hablar con Moony y Worm entonces.

─Claro que lo haremos. Pero tengo que solucionar algo primero. Vuelvo primero a casa.

Sirius asintió; despidiéndose cuando atravesó el flú. Tropezando y cayendo de rodillas en la sala de estar de su casa. Notando que Rose y su padre estaban esperando por él.

─Dumbledore vino por aquí. ─Escuchó decir a su prometida.

James miró a su padre cruzado de brazos desde el sofá y suspiró.─ Hablo conmigo en el trabajo también.

Fleamont bufó.─ Le pidió a Rose marcharse; diciendo que era mucho mejor para esta “guerra” que ella estuviera lejos de ti. Viejo senil. Te quejas de mí y mira quién es peor que tu padre.

James hizo una mueca ante su comentario y miró a su novia. Rose asintió, mirando sus manos con fingido interés.

─Dumbledore siempre ha estado chiflado.─Resopló.

Su padre le dió la razón; sentándose al lado de la pelirroja la abrazó con cuidado. Tomando su atención.

Que se joda la Orden del Fénix. James tenía sus propios planes, y para ello; estaba listo para mover sus propias piezas.

𝑽𝒐𝒕𝒆𝒏 𝒚 𝒄𝒐𝒎𝒆𝒏𝒕𝒆𝒏. 𝑷𝒐𝒓 𝒇𝒂𝒗𝒐𝒓, 𝒆𝒗𝒊𝒕𝒆𝒎𝒐𝒔 𝒔𝒆𝒓 𝒍𝒆𝒄𝒕𝒐𝒓𝒆𝒔 𝒇𝒂𝒏𝒕𝒂𝒔𝒎𝒂𝒔

⚝──⭒─⭑─⭒──⚝

¡Ya cinco capitulos para el final!

Agradezco a todos aquellos que han seguido de cerca esta historia y lamento los errores ortográficos que pueden encontrar.

Así como el atraso con los últimos capítulos.

💜♥️

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