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𝗖𝗵𝗮𝗽𝘁𝗲𝗿 𝗙𝗶𝘃𝗲🌹

𝐌𝐚𝐫𝐚𝐭𝐨𝐧 𝟐/𝟑

⚝──⭒─⭑─⭒──⚝

"No, no puede ser cierto."

No podía serlo.

No debía ser ella la que cayera en esa broma.

No debían ser sus ojos verdes lo que lo observaran con tanto odio y decepción.

Le dolía.

Incluso cuando fueron llamados al despacho de Dumbledore y McGonagall estando furiosa le gritase que estaría a prueba por su irresponsabilidad.

Verla a ella sentada, tomando la mano de sus amigas, mientras lágrimas caían por su rostro y el pegoste manchaba de negro su rojizo cabello; le dolía.

Incluso en la cena. Cuándo la carta de sus padres llegó gracias a "Ellio". El búho de plumas rojas que su padre usaba. Verla de reojo y que ella estuviera lejos de él. Le dolía.

La había cagado en grande.

Sirius lo observaba preocupado mientras tenía en mano la carta firmada pulcramente por su padre y madre. Usando los términos de "Lord y Lady", mismos que no usaban a menudo, a no ser un asunto de gravedad. Ni siquiera con él. Que siempre que recibía alguna carta de sus padres, iba firmada con un "De mamá y papá."

—James, ¿la vas a abrir? —La mano de Remus se apoyó en su hombro. Despertandolo del pequeño espacio personal mental en el que se había encerrado a sí mismo. —¿O quieres algo de privacidad?

—Tranquilo Moony. No ha de ser tan malo. —Murmuró.

Todo el gran comedor estaba en silencio, incluso los profesores no se atrevía a hablar. Al pendiente de la carta que el Gryffindor ahora tenía en sus manos. El de lentes suspiró con fuerza y e inhaló de forma profunda, hasta inflar su pecho y sostener el aire dentro de sí. Abriendo el sobre y sacando la carta que este contenía.

Al instante, la pulcra y elegante letra de su papá fue lo que lo recibió. La tinta perfectamente empapando e pergamino, en varios párrafos cortos.

Querido Hijo.

McGonagall nos ha escrito inmediatamente a tu madre y a mí para comentarnos de lo que ha ocurrido la tarde hoy.

Siendo un evento tan desafortunado que la estudiante que fue víctima de tu pequeña "broma" en conjunto a Sirius, Remus y Peter; fuera nada más ni nada menos que la chica de la que tanto nos has hablado.

Tu madre en estos momentos está bastante disgustada, pues hasta donde nosotros sabemos. No te habíamos criado de aquella forma. No creo que exista alguna razón válida para realizar aquella payasada hacía cualquiera de tus compañeros de clases. Sean de donde sean.

Mucho menos cuando eres representante del cuerpo estudiantil y es tu último año de estudios. Creí haber sido firme en tu primer año, diciéndote que aunque debías disfrutar de tu vida en Hogwarts como más te guste, tus estudios y respeto al lugar de enseñanza, debía ser primero.

Veo que me he equivocado en alguna parte; se nos notificó también que estarás a prueba con respecto a tu cargo. Solo espero que pase lo que pase, tú estés bien. Pidas disculpas a la joven y que esto no vuelva a suceder.

Hablaremos en las vacaciones de Yule. Tu madre te quiere aquí junto a los chicos sin falta. Posiblemente estarán castigados esas semanas hasta año nuevo.

Ya no tienes once años James.
Es momento de que comiences a ver por ti mismo.

Cuidate mucho.

Fleamont Potter.
Lord de la Noble casa Potter.

Allí estaba, también. El sello familiar, el hipogrifo dorado y la cera roja estaban al final de la carta, justo por debajo del nombre de su padre. Adornando el amarillento pergamino.

En su mente, la voz de su padre. Que rara vez sonaba severa y enojada; se reproducía a medida que iba leyendo la carta. Lo que le causaba incluso más molestia.

"Tu madre está disgustada."

"No te criamos de esa forma."

"Ya no tienes once años."

Aquellas frases le habían llegado y calado hasta lo más profundo de sus huesos. Sus manos arrugaron el pergamino ligeramente y sintió como Sirius apoyaba la frente en su hombro. Él también debía estar afectado. Pues aunque su padre no se había dirigido al ojigris. James sabía que también estaban enojados con su amigo.

Ambos adultos amaban a Sirius como un hijo más, e indirectamente en esa carta, mostraban que también estaban decepcionados de él. James sacudió levemente su hombro. Guardando la carta en el sobre y luego en su túnica, para abrazar a su amigo de rizos con fuerza.

—Hey...Calma Siri. —Susurró acariciando suavemente su espalda, sintiendo al ojigris tenso. — No sonaba tan enojado; así que estaremos bien. Papá y mamá nunca se han enojado con nosotros, por una primera vez. No pasará nada. Confía en mí.

—Prongs...Euphie...Ella siempre escribe en la misma carta con Monty, no nos quiso hablar. —La voz del Black sonó algo tosca y baja haciéndolo cerrar los ojos.

Su madre era lo que más le afectaba a Sirius.

—Calma; ¿Leíste bien? Ella nos quiere en Navidad en casa. Así que para dentro de tres meses, se le habrá pasado y haremos como si nada. —Volvió a susurrar. A su abrazo se habían unido Peter y Remus, quienes se aferraron al cuerpo del ojigris para que se sintiera protegido.

Sirius asintió, soltando minutos después a sus amigos. Los cuatro habían perdido el apetito así que subieron a su torre para poder dormir.

Despidiéndose de los chicos antes de llegar al retrato de la dama gorda. El de lentes comenzó a caminar hacía la torre de premios anuales, aún podría quedarse allí, pero en constante vigilancia de todos los profesores. Al menos durante un mes exacto.

Al llegar y dar la contraseña, lo recibió sentada en la sala, con un libro en su regazo, la pelirroja de ojos verdes que prefirió pasar completamente de él.

James se congeló en su sitio, mirándola fijamente buscando las palabras correctas.

—Lily yo...

Ella negó, cerrando el libro de golpe. Poniéndose de pie para encararle.

—¿Sabes porqué elegí la contraseña? Porque siempre ha sido lo mismo contigo desde segundo año. Siempre dices cosas que nunca puedes cumplir. Cómo en quinto año, donde por tu culpa. Se desató mi problema con Severus. —Habia comenzado ella, haciendo que bajara la cabeza. —No quiero que me des disculpas solo porque tu papá está decepcionado de ti Potter. Es más, no quiero que te cruces más conmigo directamente.

—Lily, en serio-.

—¡Estoy cansada! ¡Cansada de que todo sea un maldito chiste para ti! ¡No eres mejor que nadie solo por las estúpidas bromas que haces James! -Arremetió ella. —¡Las bromas deben ser divertidas, e inofensivas! ¡No vulgares y cruel! ¡No eres tan diferentes a esos Slytherins que tanto odias! Solo que tú. No serías capaz de matar a nadie...O ¿no? Digo. Black casi mata a Severus con su bromita. ¿no? Podrías haber sido su cómplice.

Aquello último lo sorprendió. ¿De dónde sabía ella que había pasado el accidente entre Sirius, Remus y Snivellus?

—¿Qué cosas dices Lily? Por favor, en serio quiero pedirte disculpas. Esa broma no era para ti. Tú viste lo que pasó con Yaxley hoy en clases. —Ella rodó los ojos negando.

—No por eso actúas de esa forma y realizas una babosada. No es excusa. Olvídalo James. No quiero tus falsas disculpas o promesas de amor. —Recogiendo su libro de la mesa, la pelirroja se dirigió a la escalera que la llevaba a su habitación. —Ya te lo dije, aléjate de mí. Eso incluye, que terminamos lo que sea que tuviéramos.

—¡¿Qué?! ¡No Lily! ¡Espera por favor! ¡No puedes hacer esto! ¡Espera!

Tratando de seguirla escaleras arriba, solo fue recibido por un fuerte portazo en su rostro. Sin recibir daño alguno. Pero aún así, sus manos temblaban.

Lily había terminado con él.

Su padre le había escrito estando bastante decepcionado de él.

McGonagall ya no confiaba en él.

Su corazón dolió fuertemente y las lágrimas aparecieron en sus ojos, deslizándose por su mejilla mientras se recostaba contra la puerta de la chica, abrazando sus rodillas.

Ese día había sido una total mierda.

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Cómo Remus aún era prefecto, podría encontrarselo antes de hacer sus propias rondas. Necesitaba hablar con él sobre lo que Lily le había dicho de Snape. Si ella sabía lo de ese accidente, Remus estaba en problemas. Pues seguramente sabía que era un hombre lobo.

No podía ocultarle aquello a su mejor amigo, menos cuando sabía de verdad, cuánto sufría este por todo lo que pasaba con su problema peludo.

El mapa esa noche lo llevaba Peter, al igual que su capa. Que se la había prestado para colarse en las cocinas. Así que intuía que Remus posiblemente siguiera en la sala común.

Sus pasos eran lentos, pausados. Como si caminar le provocase un peso en los hombros que lo hacía perder su postura. La luz de la luna en los ventanales del castillo y el sonido de las gotas de lluvia, no eran su mejor consuelo.

Cruzando por el pasillo hacía la torre de Gryffindor, notó que alguien estaba sentado en el alféizar de una de las ventanas, observando la lluvia.

A lo lejos, no se notaba mucho más que una sombra. Pero al acercarse con curiosidad, se encontró con los ojos azules de Rose Mary Yaxley.

Ella no se giró a verlo; solo se mantuvo en silencio. Ni siquiera hizo el amago de irse. No parecía enojada, y debería. La broma iba a su hermano. Debería estar furiosa por su intento de humillarlo.

Pero ella no decía nada, solo observaba por la ventana y luego lo miraba a él.

—¿Sabés Potter? —Su voz, baja como un susurro, hizo que tuviera que acercarse para escucharla.— En ocasiones, las cosas. Siempre se nos van a regresar.

—¿De qué hablas Yaxley?

—Hablo de; hoy tuviste un pésimo día. Te caíste, te regañaron en clase públicamente, aquella chica fue víctima de esa cosa sucia que iba para mi hermano, y tal son los rumores de que tus padres te desheredaron. —Rumores. Nunca podían faltar en ese castillo. —Pero eso último no me lo creo. Digo, no siento que una familia como la tuya. Fuera a hacer algo así.

Él negó.

—No....Solo, están enojados. —Ella asintió.

—Es normal. Ya no eres un niño. Sé que Anthony se comporta como un estúpido a veces. O la mayor parte del tiempo. —Encogiéndose de hombros ella suspiró. —Pero es mi hermano; por más que me causara gracia tu broma para él, no me hubiera gustado verlo humillado de esa forma.

—Si, sobre eso. Disculpa. Tú lo has dicho, es tu hermano y hubiera sido peor para ti.

Ella volvió a asentir, poniéndose de pie para observarlo.

Sus ojos estaban más brillantes que de costumbre, sus rizos rojos como la sangre, bien definidos en una coleta alta. Brillaban gracias al resplandor de la luna. Rose Mary no era para nada fea, no. Al contrario; era una chica que llamaba bastante la atención.

—Aunque no lo creas. Cuándo Anthony llegó a la sala común. No me soltó en ningún momento.

James la miró confundido. ¿Por qué le contaba aquello?

—Mi hermano, no se hubiera perdonado que algo como así me hubiera alcanzado si estaba caminando con él. Siendo la broma para él. Potter, soy alérgica a la mitad de los componentes que usaron para esa cosa. Incluyendo las plumas de lechuza. —Él se rascó la nuca, avergonzado. Eso pudo haber sido peor. —Pero ustedes no lo sabían, solo buscaban vengarse del inepto Slytherin que les humilló.

—Nuevamente, una disculpa. Solo buscábamos algo de venganza contra la vergüenza que pasamos con tu hermano en clases. Pero no queríamos que llegara a nada más.

Una pequeña batalla entre ojos azules y mieles se hizo presente. Al menos hasta que ella sonrió y apartó la mirada, sacando se su túnica un pequeño pañuelo con algo cubierto. Extendiendoselo a él.

—Te creo, Potter.

—¿Por qué?

—Solo, te creo. Ya has tenido suficiente por hoy.

Mirando la mano extendida de la chica con el pañuelo. Enarcó una ceja.

—Tómalo, no tiene nada.

—¿Por qué?

—¿Tienes miedo de que te haga daño?

-. . . No. Sé que no podrías hacerme más daño. —Ella sonrió, y tomó su mano con cuidado. Depositando el pañuelo con lo que sea que ocultaba allí. Guiñandole un ojo antes de retirarse en silencio. —Gracias, por lo de las gafas temprano. No pude decírtelo antes.

—Buenas noches Potter. —Dicho eso, ella se retiró.

Aún con la vista fija en lo que ahora sostenía, comenzó a abrirlo con su mano libre. Revelando un buñuelo de crema y azúcar; que parecía estar bajo un encantamiento de éxtasis para que se mantuviera caliente. El pañuelo por su parte, parecía tener un amuleto anti manchas, y llevaba bordado en una esquina las letras R.M.Y con una rosa al final de la floritura de la última letra.

Al menos, alguien no lo miraba con odio y disgusto por lo que ocurrió en todo el día.

"Bueno. Ella no parecía enojada."

𝑽𝒐𝒕𝒆𝒏 𝒚 𝒄𝒐𝒎𝒆𝒏𝒕𝒆𝒏. 𝑷𝒐𝒓 𝒇𝒂𝒗𝒐𝒓, 𝒆𝒗𝒊𝒕𝒆𝒎𝒐𝒔 𝒔𝒆𝒓 𝒍𝒆𝒄𝒕𝒐𝒓𝒆𝒔 𝒇𝒂𝒏𝒕𝒂𝒔𝒎𝒂𝒔

Parte 2 del maratón.
Sorpresa sorpresa. Pobre de nuestro pottercito.

La suerte Potter lo usó como trapeador durante todo el día. "Si algo puede salir mal. Saldrá mal."

Una parte más del maratón y avanzamos más con la historia.

Una pista de mi parte. Halloween o Samhain siempre será una fecha muy especial.

Julliet Hope ☀️

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