IN A WORLD OF BOYS
HE'S A GENTLEMAN
luke castellan x oc female!

Siempre has querido ser amada.

Hubo muchos chicos en tu vida, pero por alguna razón no has tenido mucha suerte.

Callum de Ares. Lo único más atractivo que él era su temperamento.

Ryan de Hefesto. Él forjaba cobre para hacerte joyas, pero no sabías que otras tres chicas recibían el mismo regalo.

Ezra de Atenea. Siempre pensó que era mucho más inteligente y mejor que tú. Te daban ganas de dispararle una flecha directamente a su cabeza.

Aiden de Hermes. Un mentiroso que no podía tomarse nada en serio.

Elliott de Ares. Callum lo desafió a encerrarte en una habitación oscura. Y lo hizo.

Ser hija de Apolo tenía sus ventajas, pero más a menudo tenía sus desventajas. Lo que menos te gusta es tu capacidad de enamorarte tan fácilmente. Después de Elliot, juraste no enamorarte. Un dolor que ni siquiera tú pudiste curar. No podías entender por qué nada parecía funcionar para ti, ¡eras un sueño!

Una hermosa hija de Apolo que brillaba como el sol. No sólo eras su hija, eras su favorita, los cientos de pecas en tu rostro lo demostraban. Eras amable y generosa, siempre dispuesta a ayudar a un campista herido desde el anochecer hasta el amanecer. Tu sonrisa literalmente iluminó una habitación. ¿Quizás fuiste demasiado amable? ¿Quizás pensaron que podrían aprovecharse de tu amabilidad?

Cualquiera que sea el motivo, no importa. Decidiste tomar una página del libro de tu tía Artemisa.

No más chicos, no más enamoramientos. Las cosas serán más fáciles de esta manera. Tú lo sabes.

Deberías haber estado en la hoguera con todos los demás. Elegiste saltarte esta noche porque deseabas estar solo, en el campo de tiro con arco.

Tal vez te ganarías otra peca si Apolo te viera practicando tu ya perfecto tiro.

"¡Ey! ¡Necesito algo de ayuda!" Dijo un grito profundo y doloroso.

Inmediatamente preocupada, te volteaste y viste a Luke Castellan sujetándose el abdomen. Inmediatamente corres hacia él, tomas su brazo sobre el tuyo y llegas a tu cabaña lo antes posible. Decidiste que la enfermería estaba demasiado lejos y que podías usar los medicamentos de tu cabaña.

Cierras de golpe la puerta de la cabaña y lo acuestas en una de las literas. "Quieto"

Le levantas la camisa naranja manchada de sangre para revelar un gran corte en el costado de su tonificado estómago.

Mantuviste tu mano sobre su abdomen por un momento para evaluar lo sucedido. Esto lo provocó una quemadura de segundo grado y grandes cortes, como por un cuerno.

"¿Cómo pasó esto?" Preguntas mientras comienzas a transferir parte del dolor a una planta en maceta, provocando que se marchite.

"Accidente con un niño de Hefesto, lugar equivocado, momento equivocado, supongo", dice ligeramente cansado. “¿No se suponía que debías estar en la hoguera, dirigiendo una canción con el resto de tu cabaña?” continúa.

“Yo podría preguntarte lo mismo, deambulando por los herreros. Sabes que esas cosas que hacen están muy buenas, ¿verdad?" Te burlas de él.

"Sí, supongo que sí" pone los ojos en blanco.

Empiezas a vendar la herida y le das una rebanada de pan. "¿Pan? ¿Qué diablos va a hacer esto? él pregunta.

“Lo hizo mi hermana Melody, puede curar la mayor parte de las quemaduras”, dices.

"¿No eres tú la chica que salió con Aiden?" Pregunta sin rodeos, dándole un mordisco al pan.

"Eso no es asunto tuyo", pones los ojos en blanco.

“Si me preguntas…” comienza a decir antes de que lo interrumpas.

"No te pregunté."

“Era un idiota. Todos esos tipos lo eran. En serio, ¿nadie les enseñó cómo tratar a una chica bonita?" Él continúa, sin inmutarse porque lo interrumpes.

“¿Todos esos tipos? ¿Sabes algo sobre ellos?" preguntas.

"Supongo. Quiero decir, después de que se corrió la voz sobre ese idiota de Elliot, pregunté un poco”, se encoge de hombros. Frunces el ceño ante la mención de Elliot.

“Como sea, todos están en el pasado. No más chicos para mí”, le dices.

“No deberías rendirte por completo, estos tipos son estúpidos. Hay alguien ahí fuera que te merece”, te asegura.

"¿Oh sí? Dime cuando lo conozcas”, te ríes.

"Creo que conozco a un chico, en realidad", responde, sentándose ligeramente.

"¿Oh sí? Dilo."

“Bueno, es alto, bronceado y jodidamente hermoso. Tiene estos suaves rizos castaños y he oído que es el mejor espadachín del campamento. Perfecto para la mejor arquera”, te explica sonriendo.

"Parece que le tienes cariño, tal vez deberías salir con él", bromeas.

“No, creo que le gusta esta chica de Apolo. Amable, generosa, hermosa, la mejor sanadora y arquera que existe." Él fija sus ojos en los tuyos, moviéndose entre tus ojos y tus labios.

Sostiene tu cara en su mano, haciendo círculos con su pulgar. Su camisa se levanta dejando al descubierto su estómago y sus vendajes.

"¿Te gusta lo que ves?" Él se burla.

"Eres un idiota" sonríes.

"Ese parece ser tu tipo", se encoge de hombros y frunce el ceño.

Antes de que puedas decir otra palabra, presiona un beso contra tus labios, moviéndolos suavemente contra los tuyos. Una de sus manos permanece en tu cuello mientras la otra se aventura hasta tu cintura y luego a la silla en la que te sentaste. Acerca la silla a él y vuelve a poner su mano en tu cintura. Mueves una de tus manos hacia su rodilla y la otra hacia su lado, inclinándote más cerca.

"Joder, eres increíble", susurra durante el beso.

Le sonríes antes de hacer una pausa. "La fogata casi ha terminado, tal vez deberías regresar", dices.

"Sí, probablemente", te da un último beso fuerte seguido de algunos besos más.

Se levanta y se estabiliza, la herida claramente todavía le duele. Él comienza a alejarse, pero antes de que pueda irse, se vuelve hacia ti y te da unos cuantos besos más.

“Está bien, ya terminé, ya sabes, por ahora”, sonríe.

"Eres bienvenido en cualquier momento", te ríes y él se va. Te mira dos veces antes de salir.

Quizás le des a este chico una oportunidad.

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